El documento argumenta que el I+D debe entenderse como una función transversal a toda la organización que busca la excelencia a través de la mejora continua. Señala que el I+D implica un proceso creativo de solución de problemas reales de la empresa para incrementar la eficiencia. Recomienda crear un equipo de trabajo que coordine la función creativa y canalice las ideas del personal, así como definir un plan de I+D que ordene las iniciativas de mejora.