El documento habla sobre el cambio acelerado en el mundo actual y la necesidad de que las iglesias cambien su enfoque para adaptarse. Propone que cada persona descubra el servicio específico que Dios tiene para ellos mediante el desarrollo del fruto y dones del Espíritu y relaciones sociales, en lugar de cumplir roles asignados. Esto permitirá que cada miembro aporte de manera única al crecimiento de la iglesia.