El documento contrasta la infancia de antes y la de hoy. Antes, la infancia no era reconocida y los niños eran marginados. Más tarde, se los veía como criaturas a civilizar. Hoy, los niños tienen mayor acceso a la cultura popular y son "pequeños consumidores", pasando más tiempo frente a pantallas. También son más independientes y desafiantes con los adultos. Mientras la infancia tradicional se debilita, surge una "nueva infancia".