El lavado de manos es una práctica crucial para prevenir infecciones relacionadas con la atención sanitaria, ya que la falta de higiene es un factor significativo en la transmisión de microorganismos. Desde su introducción por Semmelweis en el siglo XIX, se ha comprobado que lavarse las manos con jabón es una de las formas más efectivas de evitar enfermedades. Existen técnicas específicas para el lavado de manos, tanto rutinarias como quirúrgicas, que son esenciales en entornos médicos.