Los líderes religiosos buscaban motivos para acusar a Jesús pero él los acalló con sus respuestas. Jesús narró una parábola sobre unos labradores malvados que rechazaron al hijo del dueño de la viña, indicando que los líderes religiosos serían reemplazados. Cuando le preguntaron sobre pagar impuestos a César, Jesús dijo dar a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios.