La transformación curricular en la República Dominicana constituye un aspecto clave de la reforma educativa iniciada en 1994. Se produjeron cambios en los contenidos de los programas, las prácticas educativas, y las relaciones entre los participantes del proceso educativo. Las rupturas conceptuales más importantes incluyen una concepción más activa del alumno, el conocimiento como construcción cognitiva, un enfoque en el aprendizaje significativo, y una mayor descentralización en la gestión curricular.