La Web 3.0 permite una experiencia más personalizada para el usuario a través del uso de bases de datos que almacenan preferencias e intereses. Gracias a la inteligencia artificial, la información se presenta de manera dinámica y relevante para cada persona. Aunque esto tiene ventajas como recibir publicidad adaptada, también plantea preocupaciones sobre la privacidad de datos y la posible dependencia a este tipo de atención personalizada.