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Lcds n2
Queridos lectores:
En nombre de todos los componentes de esta aventura
que llamamos “La Cruzada del Saber”, queremos daros
las gracias por el recibimiento que le habéis dado a nues-
tra revista y expresaros nuestra más sincera gratitud por
la cantidad de mensajes de apoyo, sugerencias y colabo-
raciones que hemos recibido.
Comenzábamos hace dos meses con mucha ilusión y po-
cos recursos, y con el primer número hemos registrado
más de 500 descargas que nos ayudan a seguir adelante
con más ganas si cabe.
Os recibimos de nuevo, estrenando página, y esperamos
que este segundo número también sea de vuestro agrado
y os ayude en ese difícil pero apasionante camino que es
el saber.
Los directores.
Lcds n2
Siglo XV. Solo el Reino Nazarí
de Granada resiste a duras penas el
avance de los cristianos. Éstos, co-
nocedoresdequeelfinaldelarecon-
quista está cerca, comienzan a mirar
hacia el Océano Atlántico. Portugal
y Castilla arman navíos dispuestos
a navegar en busca de otras tierras,
y cuando las encuentran se reúnen
para decidir la forma de repartírse-
las.
Una historia de guerras, viajes, abu-
sos de poder, trampas y secretos que
dan forma a aquello que llamamos
“época de los descubrimientos”.
Problemas por
la sucesión en Castilla
Septiembre de 1468. El rey de Cas-
tilla, Enrique IV, decide desposeer
del título de heredera a su hija Juana
para concedérselo a Isabel, herma-
nobleza, también se autoproclama
reina dos días después en Segovia.
Comenzaba entonces una cruenta
guerra civil que duraría hasta 1479
en la que se decidiría algo más que
el trono de Castilla.
Una vez iniciada la contienda, Jua-
na, sabedora de que las fuerzas isa-
belinas son más numerosas, decide
casarse con Alfonso V para formar
una alianza con Portugal. Se en-
frentarían así Isabel y una parte de
la nobleza castellana apoyados por
Aragón, contra Juana y la otra par-
te de Castilla aliados con Portugal
y con Francia, quien aprovechará el
momento para declarar la guerra a
Aragón e intentar arrebatarle el Ro-
sellón.
Aunque las primeras victorias de la
guerra se decantan del lado de Juana
y Alfonso, las tropas de Isabel ven-
cen a las del monarca portugués en
nastra del monarca y desde entonces
futura reina. Enrique IV quiere unir
Castilla y Portugal bajo un mismo
trono, y a tal efecto planea el matri-
monio de Isabel con Alfonso V de
Portugal, y el de Juana con algún
hijo de éste último. Sin embargo,
Isabel rechaza a Alfonso por la di-
ferencia de edad y un año más tarde,
en 1469, se casa en secreto con su
primo Fernando II, rey de Sicilia y
futuro rey deAragón.
Por supuesto este enlace no gusta
nada al soberano de Castilla, que
ve cómo su reino camina hacia una
alianza con Aragón y no con Portu-
gal, que era lo que él pretendía, por
lo que revoca su primera decisión y
vuelve a nombrar heredera a Juana.
Cuando el 11 de diciembre de 1474
muere Enrique IV, Juana es rápida-
mente proclamada reina de Casti-
lla. Pero Isabel, que tiene muchos y
muy importantes partidarios entre la
la decisiva batalla de Toro, en 1476,
a partir de la cual las huestes caste-
llano-aragonesas comenzarán una
ofensiva imparable que culminará
en febrero de 1479 en la batalla de
Albuera, donde la derrota de Por-
tugal la obligará a capitular. La paz
llega mediante elTratado deAlcáço-
vas, firmado el 4 de septiembre de
1479 en la localidad portuguesa del
mismo nombre, y ratificado el 6 de
marzo de 1480 en Toledo.
Este acuerdo resulta fundamental
para entender después el verdadero
tema que nos ocupa en el artículo, el
Tratado de Tordesillas de 1494.
Paz enAlcáçovas
y reparto del mar
Durante todo el siglo XV Castilla
y Portugal pugnaron por hacerse
con el control del Atlántico. Ambas
potencias ambicionaban llegar por
mar a Las Indias para conseguir el
monopolio de especias, y la ruta que
debían seguir se encontraba en ese
océano, por lo que resultaba de vi-
tal importancia tener pleno dominio
sobre él.
Cuando se desata la guerra entre
Juana e Isabel, Castilla domina las
Islas Canarias, mientras que Portu-
gal hace lo propio sobre las Azores,
Madeira, Cabo Verde, La Mina y
Guinea. Los reyes castellanos orde-
nan a su flota tomar los territorios
de Guinea y La Mina, muy ricos en
oro y esclavos; pero Portugal, derro-
tada en tierra, no encuentra rival en
el mar, y sus navíos, gobernados por
excelentes capitanes, acechan cons-
tantemente las costas canarias.
Enelacuerdoqueponefinalaguerra
uno de los puntos más importantes a
nato de Anjou. En el ataque a una
flota italiana cerca de las costas de
Portugal, el barco en el que se en-
cuentra sufre varios disparos de ar-
tillería enemiga y comienza a arder.
Atemorizado al ver el fuego, decide
lanzarse al mar para intentar salvar
su vida, y haciendo acopio de todas
las fuerzas que le quedan, el geno-
vés consigue nadar los 14 kilóme-
tros que le separan de la costa por-
tuguesa.
Como buen buscavidas que era, de-
cide quedarse a vivir en Portugal,
donde en 1479 se casa con la bella
dama portuguesa Felipa Moniz de
Perestrello, hija de un curtido ma-
rinero y gobernador de Porto Santo
ya fallecido que poseía innumera-
bles mapas e informaciones acerca
de las navegaciones portuguesas por
todo el Atlántico. Colón accede a
ese material y entre todos los pape-
les parece que observa algo que le
lleva a pensar que hay tierra al oeste
de Azores y Madeira. Rápidamente
identifica esas tierras con laAsia que
describió Marco Polo y comienza a
pertrechar un plan: alcanzar Las In-
dias a través delAtlántico.
discutir es esta rivalidad de ambos
reinos por el Atlántico y las costas
de África. En el texto final, Portugal
se compromete a reconocer a Isabel
y Fernando como reyes legítimos de
Castilla y abandona sus pretensiones
sobre las Canarias. Por su parte, los
Reyes Católicos admiten la sobera-
nía portuguesa de Madeira, Azores,
Cabo Verde y Guinea.
Y para evitar futuros enfrentamien-
tos por el mar, se decide trazar una
línea imaginaria al sur de las cana-
rias, en torno al paralelo 26, y se
establece que todas las tierras des-
cubiertas y por descubrir al sur de
ese paralelo serán de dominio portu-
gués, mientras que todas las tierras
descubiertas y por descubrir al norte
serán propiedad de Castilla, excep-
tuando Madeira yAzores.
Es el 4 de septiembre de 1479, y por
primera vez en la historia dos reinos
se reparten el mar.
El sueño de Colón
En 1476 un joven de origen geno-
vés llamado Cristóbal Colón trabaja
como corsario a las órdenes de Re-
reparto del mar en alcáçovas
Por si fuera poco, en Madeira, don-
de vivió junto a Felipa, escuchó in-
numerables narraciones de marine-
ros que contaban cómo, en días de
tormenta sus barcos eran arrastrados
en sentido contrario a África hasta
llegar a tierras que no conocían.
Con todo esto en su mente, desem-
barcaenLisboadispuestoapresentar
sus servicios al rey João II, y duran-
te algunos años intenta convencerle
para que financie una flota expedi-
cionaria con la que cruzar el mar y
llegar a Asia. Sin embargo, si hay
un país en el siglo XV que goza de
los mejores navegantes, geógrafos
y cartógrafos del momento, es Por-
tugal, y sus navegantes, marineros-
científicos, poseen los más avanza-
dos conocimientos. Un ejemplo es
que mientras Colón calculaba que el
grado terrestre era de 84 Km, Duarte
Pacheco, el mejor navegante y cos-
mógrafo portugués de la época, ha-
blaba de 106,56 Km. Sabiendo que
el grado terrestre es de 111 Km, el
de Génova se equivocaba en 27 Km,
y el portugués solo por 4,5. Además
Colon se guiaba demasiado por las
teorías de los antiguos, concreta-
mente del famoso geógrafo griego
Ptolomeo, quien calculaba la distan-
cia por mar entre Asia y Europa en
118º, cuando realmente son 229º.
João II, al tanto de todo esto gracias
a una comisión de expertos que lo
ilustran, sabe perfectamente que
los cálculos de Colón son erróneos
y que con la ruta que propone difí-
cilmente llegará a su destino, por lo
que rechaza su propuesta.
Ante la negativa del monarca por-
tugués, Colón y su hijo, Diego, cru-
zan la frontera en 1485 para probar
suerte en Castilla. Tras unos años de
reuniones, en enero de 1492 Isabel
y Fernando conquistan Granada y
acaban con la presencia musulmana
en la península, y en medio de una
tremenda alegría deciden aprobar
el proyecto de Colón y concederle
barcos, hombres y dinero para su
expedición.
El3deagostodeeseaño,unapeque-
ña escuadra compuesta de dos cara-
belas y una nao con algo más de 100
hombres a bordo y bajo banderas de
Castilla y Aragón, zarpa del puerto
de Palos rumbo a occidente. El 12
de octubre, a las 2 de la madrugada
y tras un penoso viaje, el marinero
Juan Rodríguez Bermejo, conocido
erróneamente por la historia como
Rodrigo de Triana, con toda la fuer-
za y rabia del mundo descubreAmé-
rica al grito de: ¡Tierra! ¡Tierra!.
Esa noche del 12 de octubre Colón
llegaba a las actuales Bahamas y
veía cumplido su sueño. Tras un ar-
duo viaje en el que tuvo que evitar
varios intentos de motín, conseguía
descubrir para Europa lo que él pen-
saba que era Asia. Unos años más
tarde, en 1506 moría en Valladolid
sin saber que lo que había descubier-
to era un nuevo continente al que se
bautizaría comoAmérica.
Negociaciones previas
al Tratado de Tordesillas
Más importantes que el propio Tra-
tado de Tordesillas son la serie de
negociaciones que llevaron a su fir-
ma, donde portugueses y castellanos
jugaron unas cartas y escondieron
otras intentando conseguir el máxi-
mo beneficio para su patria.
Las dos coronas se enfrentan de
nuevo, esta vez diplomáticamente,
por el derecho de posesión sobre
los nuevos territorios que Colón ha
descubierto; problema que empieza
cuando éste, durante el regreso de su
primer viaje a América se topa con
una fuerte tormenta que le obliga
a desviar el rumbo de su nave, La
Niña, hasta desembarcar en Lisboa
el 6 de marzo de 1493. Allí, lleno
Cristobal Colón >>>
de arrogancia se presenta ante João
II para contarle todo lo que ha des-
cubierto y hablarle de las increíbles
riquezas que ha encontrado y que
podrían haber sido para Portugal si
él hubiera consentido la financiación
de su viaje.
El monarca portugués, que tiene se-
rias sospechas de que los territorios
descubiertos por Colón se encuen-
tran al sur de la línea establecida en
Alcáçovas, y que por lo tanto deben
pasar a sus dominios, intenta, a base
depreguntas,conseguirinformación
que pueda reforzar sus intuiciones.
Colón, que es muy listo oculta cual-
quier detalle que pueda favorecer a
Portugal y se limita a responder que
ni conoce el tratado deAlcáçovas ni
en su viaje ha pasado cerca de terri-
torios portugueses.
En cuanto Colón parte para Espa-
ña, João II ordena preparar la flota,
al frente de la cual sitúa a Francis-
co de Almeida, para tomar posesión
Sande, sale hacia Barcelona el 5
de abril con la misión de reclamar
el nuevo mundo descubierto para
la corona portuguesa, mientras que
Lopo de Herrera, el castellano, parte
para Lisboa para declarar a João II
que ante este gran descubrimiento
el viejo tratado de Alcáçovas carece
de valor, que hay que firmar un nue-
vo acuerdo que se ajuste a la nueva
realidad. Las dos embajadas se cru-
zan en el camino, lo que retrasa la
posibilidad de encontrar una rápida
solución al problema.
El PapaAlejandro VI,
árbitro casero.
En el sigo XV, cuando dos nacio-
nes católicas se enfrentaban en una
guerra o discutían sobre cualquier
aspecto de la diplomacia, era común
que el Papa actuara de árbitro entre
ellas. En nuestra historia, el sumo
pontífice también aparece, pero no
como árbitro entre dos reinos, sino
como aliado de uno de ellos, Castilla
yAragón. Y es que Rodrigo de Bor-
gia, o lo que es lo mismo, el Papa
Alejandro VI, es aragonés, y entre
sus planes no entra el perjudicar a su
propia patria.
Tras entrevistarse con Colón en
Barcelona, Isabel y Fernando en-
vían correos urgentes a Roma para
conseguir el favor del Papa y que
éste redacte una bula que conceda a
Castilla y Aragón el dominio sobre
los territorios descubiertos. Además
de ser aragonés, Alejandro VI, que
como casi toda la familia Borgia es
muy dado a la lujuria y los excesos,
tiene varios hijos bastardos a los que
Fernando concede tierras y títulos en
Aragón. Y si a todo a esto le añadi-
mosquePortugalenesemomentoes
aliada de Francia, quien, con Carlos
en nombre de Portugal de las tierras
descubiertas por el genovés, y envía
a Rui de Sande como embajador a
España para discutir el asunto.
A finales de abril, Colón llega Bar-
celona, donde los Reyes Católicos,
eufóricos ante el descubrimiento,
le reciben como un héroe y le pi-
den que les cuente con todo lujo de
detalles el desarrollo de su viaje. El
Almirante de la Mar Océana, tras
hablar de lo bellas y ricas que son
las nuevas tierras, plantea el proble-
ma de que quizá éstas se encuentren
en territorio portugués, como así lo
cree João II. Ante esto, Isabel y Fer-
nando animan a Colón a que prepa-
re un nuevo viaje para delimitar con
seguridad dónde están los nuevos
dominios, y se apresuran también a
enviar diplomáticos al país vecino
mientras se disponen a organizar el
ejército para una posible guerra.
El embajador portugués, Rui de
toma de posesión de las nuevas tierras
VIII a la cabeza planea invadir Italia
y los Estados Pontificios, no resulta
extraño queAlejandro VI aproveche
la oportunidad para beneficiar a su
país y de paso intentar acabar con las
expectativas portuguesas.
Así, entre mayo y septiembre de
1493 se emiten una serie de bulas
papales que otorgan a los Reyes
Católicos el derecho de gobernar
sobre el nuevo mundo que Colón
ha descubierto. Por supuesto, todas
estas bulas están falsamente datadas
sirviendo a los intereses de Castilla
y Aragón, e incluso algunas de ellas
ni si quiera son redactadas por Ale-
jandro VI, sino que se emiten en la
corte castellana con Colón como su-
pervisor y consejero, y después son
enviadas a Roma para que el Papa
simplemente ponga su sello.
La primera de ellas, llamada Breve
Inter Caetera, se lanza el 3 de mayo
puestadeColónylamodificadespla-
zando la línea divisoria 100 leguas,
por lo que finalmente se establece el
nuevo reparto delAtlántico median-
te una línea imaginaria que cruce la
tierra de norte a sur a 100 leguas al
oeste de Cabo Verde; y todo lo que
quede descubierto o por descubrir al
este de esta línea será para Portugal,
mientras que todo lo que quede des-
cubiertoopordescubriraloeste,será
considerado territorio castellano.
Un mes después, y bajo la orden ex-
presa de no navegar cerca de costas
portuguesas para evitar ser seguidos
y desvelar el camino, el 25 de sep-
tiembre de 1493 una segunda flota
organizada por Colón y Juan Ro-
dríguez de Fonseca zarpa con 17
navíos dispuesta a asentarse definiti-
vamente en las antillas, que es como
Colón bautiza a sus islas, y elaborar
un primer mapa que asegure el do-
minio castellano de la zona. La idea
principal es dibujar un mapa que de-
muestre que lasAntillas están al nor-
te de la línea de Alcáçovas, con lo
que Portugal perdería todo derecho
a reclamar esa tierra como suya.
Colón es el primer hombre en car-
tografiar la zona. Primero dibuja
Europa en el mapa, y después sitúa
lasAntillas; y cuando traza una línea
recta desde el sur de la Canarias se
da cuenta de que João II tiene razón:
las nuevas islas están al sur del para-
lelo 26, en territorio portugués. Rá-
pidamente vuelve a coger sus instru-
mentos de dibujo y realiza un nuevo
mapa, pero esta vez, baja de latitud
las Canarias y sube las Antillas, co-
locándolas las dos en el mismo pa-
ralelo de tal manera que trazando, de
nuevo, una línea recta al sur de las
canarias, ambos territorios queden
al norte, en el área de influencia de
Castilla. El mapa es enviado a la pe-
nínsula en manos deAntonio de To-
rres, quien, el 4 de abril se lo entrega
de 1493. En ella, el Papa declara que
todas las tierras descubiertas y por
descubrir hacia el oeste, en dirección
a la India, deben pertenecer a Casti-
lla; y cualquier nación cristiana que
ponga pie en ellas, será excomulga-
da.
Pero Colón sigue temiendo que los
portugueses, sin hacer caso a la bula,
ataquen sus nuevas posesiones, y
tiene una idea; decide proponer una
nuevadivisióndelmar,peroestavez
no por un paralelo de este a o este,
sino un meridiano que cruce la tierra
de polo a polo, pasando por Cabo
Verde y Azores. Con esta sugeren-
cia, redacta una nueva bula que en-
vía a Roma y que el Papa aprueba y
remite a la península bajo el nombre
de menor Inter Caetera. Esta segun-
da bula llega a Castilla en junio, pero
viene con su correspondiente fecha
falsa de 4 de mayo.
En esta bula, el Papa acepta la pro-
<<< Papa Alejandro VI
a los Reyes Católicos en Medina del
Campo.
1494. Firma
del Tratado de Tordesillas
En 1488 el portugués Bartolomeu
Dias dobla por primera vez el Cabo
de Buena Esperanza. Desde ese
preciso instante los portugueses ya
intuyen que ahí está el verdadero
y único camino hacia Las Indias,
hacia Asia; conocimiento que por
supuesto esconden como el más
importante de los secretos. Cuando
en 1492 Colón llega a las Antillas,
João II sabe que la ruta hacia Asia,
circunnavegando África, sigue bajo
sudominio;situaciónquenocambia
con las 100 leguas de la bula papal
suerte o porque realmente ya cono-
cían de la existencia de Brasil y se
lo habían callado, pero lo cierto es
que con esas 270 leguas de más, la
zona de dominio portugués conse-
guía abarcar la parte más oriental de
Brasil, con lo que los portugueses se
ganaban el derecho a conquistarlo.
El 7 de junio de 1494, en la locali-
dad vallisoletana de Tordesillas, las
dos potencias peninsulares firman
un acuerdo por el que se reparten,
de nuevo, el Océano Atlántico. En
nombre de los reyes de Castilla y
Aragón rubricaron el acuerdo Enri-
que Enríquez de Guzmán, Gutierre
de Cárdenas y Francisco Maldona-
do; mientras que del lado portugués
fueron Rui de Sousa y Aires de Al-
mada quienes actuaron como emba-
jadores de João II.
Ambos bandos se comprometen a lo
ya dicho: a establecer una línea ima-
ginaria que cruce el mar de polo a
polo a 370 leguas de Cabo Verde, y
a respetar que todo lo que quede al
este de esa línea será territorio portu-
gués, y todo al oeste pertenecerá por
derecho a Castilla.
Pero nos queda esa duda: ¿por qué
Portugal pidió, con tanta insistencia,
que las 100 leguas pasaran a 370?.
Resulta curioso que sean 270 las que
piden y no 100, 200 o 300. ¿Sabían
ya que a esa distancia encontrarían
Brasil?, ¿hubo expediciones portu-
guesas a América anteriores a Co-
lón, o simplemente fue suerte?. Esa
es una apasionante historia que deja-
mos en el aire hasta otra ocasión...
del 4 de mayo, con las que Portugal
sigue conservando el control sobre
la costa africana.
Aunque las 100 leguas que propo-
nen el papa y Castilla no perjudican
a Portugal en su carrera hacia Asia,
los lusos no pueden dejar escapar la
oportunidad de descubrir y conquis-
tar nuevas tierras al oeste, por lo que
en Marzo de 1494 envían una nueva
y definitiva embajada a Castilla para
exigir que esas 100 leguas pasen a
370.Alos castellanos no les importa
desplazar la línea, porque aún con
370 leguas las islas de Colón siguen
quedando al oeste, bajo territorio
castellano, por lo que aceptan las
exigencias y ambos bandos quedan
contentos y dispuestos a firmar un
acuerdo.
No sabemos si fue por casualidad,
Cualquier persona que visite Ja-
pón, se dará cuenta enseguida que
los japoneses poseen un amor es-
pecial por sus castillos. Antiguos
castillos que se yerguen sobre coli-
nas, que se esparcen de norte a sur,
a lo largo del archipiélago. También
existen modernas imitaciones en
muchos lugares e incluso japoneses
que se han construido, un castillo
propio, pastelerías que hacen tartas
en forma de castillos, o una escuela
en Odawara con forma de castillo
japonés. En este reportaje hablaré de
castillos de gran importancia arqui-
tectónica e histórica. Los templos y
santuarios requieren ciertos conoci-
mientos, sobre el budismo y el sin-
toísmo, por eso no siempre gozan de
tanta admiración como los castillos
que se pueden contemplar sin más,
por los ojos de un visitante europeo.
Antes de hablar sobre los castillos
conviene señalar las épocas históri-
glo XV y la mitad del siglo XIX.
En el siglo XI comenzó el ascenso
de la casta guerrera en Japón. Antes
de que terminara el siglo XII ya se
había impuesto en Japón un siste-
ma de gobierno militar que habría
de perdurar, con diversas modifi-
caciones durante casi 700 años. A
este prolongado régimen de dicta-
dura militar hereditaria se le cono-
ce como Shogunato (shogun era el
comandante militar) y duró de 1192
a 1867.
Hacia la segunda mitad del siglo XII
el emperador se había convertido en
un símbolo de la soberanía japone-
sa, y en un ser más allá de la realidad
recluido en Kyoto en una especie de
exilio dorado. En Japón se imponía
la fuerza armada de familias guerre-
ras dispersas por el territorio. En esa
época (siglo XII), las dos familias
más importantes eran los Minamoto
cas de Japón puesto que irán apare-
ciendo en la narración
Épocas históricas
Yamato (250 – 710)
Nara (710 – 794)
Heian (794 – 1192)
Kamakura (1192 – 1333)
Muromachi (1333 – 1573)
Azuchi- Momoyama (1568 – 1603)
Edo (1603 – 1868)
Meiji (1868 – 1912)
Taisho (1912 – 1926)
Showa (1926 – 1989)
Heisei (1989 – Hoy)
ELCONTEXTO HISTÓRICO
La máxima importancia de los
castillos se produce cuando en
Japón despierta la cultura de los
guerreros (samurai ). Es decir, a
partir del periodo de Heian, y so-
bretodo Muromachi, Kamakura y
Edo. Es decir entre la mitad del si-
y los Taira. Estas familias luchaban
por la posesión de la tierra cultivable
del Japón, que ocupa un veinte por
ciento del territorio. Finalmente, do-
minaron los Minamoto; y el jefe de
esta familia, Minamoto Yoritomo,
fue nombrado shogun (comandante
militar) en 1192 por el emperador.A
partir de entonces, el shogun fue vir-
tualmente la autoridad suprema de
Japón. El shogun nombró una serie
de gobernadores militares (shugo)
que guardaban el orden en todo el
territorio japonés y servían al shogu-
nato. A cambio de su lealtad al sho-
gun, los shugos recibían tierras. Así
el poder político se asoció al poderío
militar y a la propiedad territorial.
Con el tiempo, los shugos dejaron
de ser simples guardias territoria-
les para convertirse en una versión
oriental de señores feudales, llama-
dos daimyo. Estos daimyo o señores
consolidaron la primacía del espíritu
guerrero en Japón.
Con el crecimiento del sistema feu-
dal, basado en la lealtad personal y
de la familia, surgió el más famoso
de los tipos japoneses: el samurai
o guerrero caballero. Los samurai
eran los “guardias profesionales” de
los daimyo. Cada daimyo tenía uno
o varios samurai que protegían su
tierra y su poder, y luchaba por él en
la guerra. Originalmente, el término
samurai se usó para nombrar a los
guerreros aristócratas; pero después
se aplicó a toda la casta guerrera
que dominó Japón durante los sho-
gunatos (siglo XII al XIX). La im-
portancia e influencia de los samurai
aumentó con el paso de los años.
Algunos samurai eran miembros de
las familias en el poder, otros eran
contratados. A cambio de su lealtad
al daimyo, los samurai recibían tie-
rras y tributos. El cargo de samurai
se volvió hereditario y así se funda-
ronlasdinastíasdesamurai.Lacasta
la clase samurai fueron oficialmen-
te suprimidos. Los daimyo tuvieron
que regresar la tierra al emperador
y recibieron pensiones del estado
japonés. Muchos samurai quedaron
empobrecidos y desamparados. En
1875 se les prohibió portar las espa-
das que simbolizaban su dignidad.
En el moderno Japón ya no había
lugar para el guerrero a la antigua.
ESTRUCTURA
DE LOS CASTILLOS
El primer castillo prototípico se
puede considerar el de Azuchi
construido por Oda Nobunaga, el
primer gran shogun de la historia.
También muy imporatnte fue el
de Totoyomi Hideyoshi sucesor y
verdugo de Nobunaga, que acabó
cerrando las fronteras japonesas
a occidente que dio lugar al aisla-
miento durante más de 250 años.
Estos dos castillos ayudaron
mucho a definir la estructu-
ra de un castillo posteriormente.
de guerreros adquirió características
que lo situaron aparte del resto de
la población. Los samurai estaban
vinculados por un código de ética y
conducta (conocido como bushido),
que los convirtió en un ejemplo de
conducta para las clases bajas. Asi-
mismo, sólo a los samurai se les per-
mitía portar las armas supremas de
la guerra japonesa, las espadas que
se blandían a dos manos y eran ob-
jeto de veneración casi sagrada. Por
otro lado, los samurai tenían los pri-
vilegios de las clases altas: poseían
tierras y no tenían límites para viajar.
Durante una época los samurai te-
nían el derecho de cortarle la cabeza
a los comuneros que los ofendieran.
Durante el periodo Edo (1603 a
1867), una era de paz, los samurai se
dedicaron a los estudios intelectua-
les como literatura, historia, filosofía
o meditación. También se dedicaron
al comercio o se integraron a la bu-
rocracia. En 1867 renunció el último
shogun y se reinstaló el emperador
como el poder legítimo en Japón
(época conocida como restauración
Meiji). En 1871 los privilegios de
esquema de la estructura de un castillo japonés
-Una torre principal de va-
rios pisos sobresaliente so-
bre las demás “Tenshukaku”
-Una torre ligeramente más peque-
ña pero sobresaliente “shotenshu”,
-Un recinto “Honmaru” que ro-
dea a las dos torres principales
Todas estas zonas anteriores solo
tienen fines defensivos.
El señor y su familia viven en el Ni-
nomarurecintosenespiralcolocados
alrededor de las grandes torres.Ade-
más después estaba el Sannomaru
lugar donde estaba la caballería y
las defenseas de la fortaleza. Hay
que añadir establos y fosas donde
se guardaban grandes cantidades de
arroz para resistir varios días de ace-
cho; una puerta trasera para poder
batirse en retirada, y por supuesto un
foso de agua alrededor.
En la mayoría de los castillos que
se conservan en la actualidad solo
se conserva el Ninomaru, el Sanno-
maru por problemas de espacio no
se conservan en todos los castillos.
Hay que pensar que los recintos de
loscastillospodíanllegarateneruno
o dos kilómetros de diámetro, donde
la mayoría del terreno intramuros, se
dedicaba a las viviendas de la caba-
llería y las provisiones. Eran sin lu-
gar a dudas ciudades enteras dentro
de las murallas.
ELCASTILLO DE HIMEJI
(HYOGO)
Himeji es una localidad de unos
quinientos mil habitantes que se en-
cuentra en la Provincia de Hyogo
a unos 20 kilómetros de Kôbe. La
mayoría de los elementos mostrados
en el esquema sobre los castillos, se
pueden contemplar en Himeji aun-
que el Sannomaru no se conserva.
Himeji es el mejor y mayor ejemplo
de lo que es un castillo Japonés, y
prototipo del castillo japonés per-
fecto, además se conserva absoluta-
mente fiel a su origen. Es patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO.
El castillo fue concebido y construi-
do durante la era Nanboku-chō en el
período Muromachi. En ese tiempo
fue llamado el Castillo Himeyama.
En 1346, Akamatsu Sadanori pla-
neó la construcción de un castillo
en la base del Monte Himeji, don-
de justamente Akamatsu Norimura
construyó el templo de Shomyoji.
Luego de que el clanAkamatsu fue-
ra derrotado durante la Guerra Ka-
kitsu, el clan Yamana brevemente
se tomó el castillo, hasta que el clan
Akamatsu nuevamente lo retomaría
poco después de la Guerra Ōnin.
En 1580, Toyotomi Hideyoshi tomó
control del castillo y Kuroda Yos-
hitaka construyó una torre de tres
plantas. Después de la Batalla de Se-
kigahara en 1601, Tokugawa Ieyasu
le concede el castillo a Ikeda Teru-
masa. Ikeda realizó un proyecto de
expansión que duró ocho años y que
transformó al castillo en su actual
forma. La última adición importan-
te, el Círculo Occidental, fue com-
pletada en 1618. Pintura antigua que
muestra el sistema de laberintos del
castillo, destacándose la torre central
sobre el Monte Himeji. Pintura an-
tigua que muestra el sistema de la-
berintos del castillo, destacándose la
torre central sobre el Monte Himeji
Himeji fue uno de las últimas resis-
tencias de los señores de Tozama, al
final del período Edo. Fue manteni-
do por los descendientes de Sadai
Tadasuni hasta la Restauración Mei-
ji. En 1868, el nuevo gobierno japo-
nés envió el ejército de Okayama,
bajo el comando de un descendiente
de Ikeda Terumasa, a bombardear el
castillo y someter a sus ocupantes.
Cuando se abolió el sistema han en
1871, el castillo fue vendido en una
subasta con un valor de 23 yenes y
50 sen (actualmente 153 dólares).
Sin embargo, el costo de desmante-
lar el castillo era irriosorio, y como
resultado el castillo fue abandona-
do.
El Décimo Regimiento de Infantería
ocupó el castillo en 1874 y el Minis-
terio de Guerra tomó control de éste
Castillo de Himeji
en 1879. La torre principal fue reno-
vada en 1910 usando 90.000 yenes
con fondos públicos. La ciudad de
Himeji fue bombardeada en 1945,
al final de la Segunda Guerra Mun-
dial. A pesar que la mayor parte del
área circundante fue icinerada com-
pletamente, el castillo sobrevivió
casi enteramente, excepto por unos
pocos impactos de las explosiones
cercanas. Los esfuerzos por restau-
rar el castillo comenzaron en 1956,
y durante el proceso solamente se
usó equipo y métodos de construc-
ción tradicional, y la restauración
fue finalizadas en 1964.
CASTILLO DE OKAYAMA
Okayama es una ciudad de uno 600
milhabitantesenlaregiónoccidental
de Japón, Chugoku. Se llega toman-
PALACIO IMPERIALo CASTI-
LLO DE EDO (TOKIO)
La residencia del emperador, está
situada en el Tokio central (Parada
Tôkyô de la Chuou Line de JR, lí-
nea Naranja y la Yamanote, línea
verde) en los terrenos de lo que fue-
ra el Castillo de Edo. En 1547, Ota
Dokan construyó en este lugar una
fortaleza y se convirtió en la resi-
dencia oficial, de Tokugawa Ieyasu,
en 1590. Ieyasu amplió la fortaleza
tras establecer el Sogunado de 1603,
transformándola en un gran castillo.
El Directorio militar de Tokugawa
Ieyasu, fue el más despótico, en
la historia sde Japón y Tokugawa
tenía muchos enemigos, así que
quiso protegerse constantemente
de las demás familias de samurais.
El sogunado, cayó en 1868 cuando
dolalíneaSANYOSHINKANSEN,
Shin Osaka - Himeji - Okayama
- Hiroshima - Yamaguchi - Hataka
(tren bala), no hay tren directo desde
Tokio, hay que tomar el tren desde
Osaka o Kyoto, y está a la mitda de
camino entre Hiroshima y Osaka.
Los cimientos se establecieron ha-
cia el siglo XII y sobre ellos el señor
Ukita Hideie, construyó un castillo
en 1597. Ikeda Tadatsugu tomó, el
controldelcastilloen1603ydurante
260 años fue residencia de la familia
Ikeda. y fue restaurado en 1966.Tie-
ne dos apodos “U-jo” (castillo del
cuervo)yKin’u-Jo(castillodelcuer-
vodorado,porsustejasdoradasenel
tejadodelatorreprincipal.Eselprin-
cipal reclamo turístico de Okayama.
castillo de Okayama
el emperador Mutsuhito recuperó el
poder imperial e inauguró la restau-
ración Meiji. Meiji cambió la capital
a Edo, que fue denominada Tokio,
y asumió el Castillo Edo como re-
sidencia imperial, aunque se redujo
su tamaño, Durante la sgunda gue-
rra mundial, algunos jardines fueron
destruidos,perolastropasdeEEUU,
que pensaron en el emperador como
clave para la paz tenían orden de
respetar el Palacio Imperial, Gran
parte del castillo se encuentra abier-
to al público o se cedió al gobierno
metropolitano de Tokio, El terreno
que queda es hoy actual residencia
imperial. Se encuentra en la ciudad
tokyota de Chiyoda.
El Castillo de Edo o Palacio Impe-
rial (Kôkyô), está habitado todavía,
por los actuales emperadores del Ja-
pón y por cuestiones de seguridad e
intimidad de la familia imperial, no
se puede uno acercar tanto, pero lo
habitantes. Este castillo fue construi-
do en 1580 por Sakuma Morimasa
y se convirtió en residencia de Mae-
da Toshide en 1583. Permaneció en
manos de la familia Maeda durante
14 generaciones. Kanazawa floreció
como centro del dominio del samu-
rai Kaga (ahora parte de la provin-
cia de Ishikawa) durante 300 años.
Las instalaciones del castillo fueron
techadas con namari-gawara (plan-
chas de madera cubiertas con lámi-
nas de plomo) por lo que podían re-
sistir, el peso de la copiosa nieve que
cae aquí durante el invierno. Como
ocurre en muchos casos, las guerras
y los incendios, también hicieron
estragos en este castillo, el incendio
más grave fue en 1579 y en la Se-
gunda Guerra Mundial, también su-
frió algunos daños. Este castillo es el
más largo de cuantos hay en Japón.
CASTILLO DE OSAKA
Fue construido por Toyotomi Hi-
deyoshi en 1585 El usó el castillo
como base para unificar Japón bajo
su mandato, tras muchos años de
guerra. El grueso del castillo necesi-
tó dos años para ser construido. Los
muros suman 12 km, La mayor roca
del muro que protege el Ninomaru,
cuenta con 5,8 m de altura y 14 me-
tros de ancho y se llama “tako-ishi”.
Fue incendiado en 1665 cuando la
familia Toyotomi fue derrocada y
asesinada por Tokugawa Iyeasu, su
sucesor. Fue reconstruido, pero la
torre principal volvió a incendiarse
por un rayo que consumió rápida-
mente la estructura de madera. Gran
parte de los demás edificios fueron
destruidos en los enfrentamiento de
oposiciónalaRestauraciónMeiji,en
1868. En 1931 fue restaurado por el
ayuntamiento con donativos de los
habitantes (entre otras ayudas), y el
exterior está hecho a imagen exacta
más bonito del recinto son los jar-
dines. De hecho una de las mejores
vistas es desde Shinjuku Doori ca-
minando (Estación YOTSUYA de
la línea CHUOU ) hasta Uchibori
Doori, y se puede cruzar por un vie-
jo puente de madera antiguo, casi
me gusta más que la entrada desde
Marunochi (Estación TÔKYÔ de
YAMANOTE LNE) que es más co-
mún entre los turistas.. Otra puerta
muy interesante es la de Takebashi
(puente bambú) y se puede llegar
desde la estación del mismo nombre
de la línea Tôzai de Tokyo Metro.
CASTILLO DE KANAZAWA
(ISHIKAWA)
Kanazawa es una ciudad que se
encuentra hacia el centro de la isla
principal de Japón, algo hacia el nor-
te y algo hacia el oeste en el mar de
Japón cuya población es de 455mil
castillo de osaka
de como era en 1585, pero con un
interior renovado y con la estructura
de hormigón. Fue insignia de la Ex-
posición Universal de Osaka 1956.
CASTILLO DE MATSUMOTO
(NAGANO)
Matsumoto es una ciudad de 227mil
habitantes que se encuentra en la
provincia de Nagano, casi en el cen-
tro geométrico de la mayor isla ja-
ponesa, Honshu. Es el castillo más
antiguo del Japón. Comenzó a a
construirse en 1504 por la familia
Sadanaga y fue atacado y destrui-
do en 1590, tras lo cual la nueva
familia Kazumasa, rescosntruyó el
nial considerable, pero el espacio es
limitado, y tampoco tendría mucho
sentido llenar una revista con dece-
nas de fotos de castillos japoneses.
Quizás con los ejemplos que he
mostrado cualquier lector se podrá
hacer una idea de las características
principales de este tipo de construc-
ciones, y también aprender a admi-
rarlos. Por último invito a los lecto-
res a seguir descubriendo más sobre
los castillos japoneses en la red de
redes en un par de enlaces muy in-
teresantes.
http://www.jcastle.info/ (inglés)
http://www.shirofan.com/
(japonés, inglés)
castillo que fue terminado en 1590.
Kazumasa fue designado por Hide-
yoshi, para gobernar las provincias
colindantes a Nagano, donde se en-
cuentra este Castillo. Las dos torres
de vigilancia del ala izquierda fue-
ron construidas en 1635, pero todo
el conjunto, en general, testimonia
el periodo de paz instaurado por el
shogunato Tokugawa tras la derrota
de los seguidores de Toyotomi en la
batalla de Sekigahara y la muerte en
el sitio de Osaka de Toyotomi Hide-
yori 1615. Es el periodo del paso de
los castillos militares a lugares-sím-
bolo y de prestigio.
Me encantaría seguir añadiendo fo-
tos de castillos que yo he visitado o
que tienen una importancia patrimo-
Los cátaros fueron un grupo reli-
gioso que se opuso a varios aspectos
de la Iglesia católica tradicional. El
nombre provine de la palabra grie-
ga kátharos cuyo significado es pu-
ros. El origen de su concepción del
mundo, de Dios y la sociedad se
basaba en sus creencias religiosas,
las cuales eran dualistas, es decir
había un principio creador bueno y
otro malvado. Durante el siglo XII,
esta agrupación se extendió por el
sur de Francia, particularmente en
la zona de Languedoc, donde había
una ciudad importante llamadaAlbi,
de ahí proviene el nombre de albi-
genses como también se le conoce
a esta secta. Asimismo, este grupo
tuvo presencia en Lombardía, en el
norte de Italia, así como en Cataluña
y algunas comarcas de Aragón, re-
giones bajo la autoridad de la corona
de este nombre. La jerarquía ecle-
siástica de Roma se alarmó ante este
hecho, pues los cátaros empezaban
esa misma sociedad, a pedido de
las autoridades eclesiásticas, quie-
nes definirían lo que era la pureza
de la fe. Para comprender porqué
Roma consideraba a la herejía albi-
gense como una amenaza a la base
de la sociedad, hay que describir las
creencias de los cátaros.
El principal punto de desacuerdo
eran las concepciones del mundo
albigense y católica, pues de ahí par-
tían los demás. El origen de ello era
la interpretación de las Escrituras.
Para los cátaros, sólo tenía validez
el Nuevo Testamento; el Antiguo se
rechazó. Los albigenses eran dualis-
tas, es decir creían en un principio
bueno, Dios, y otro malo, el Diablo.
El primero no podía crear un mundo
terrenal, donde imperaba la maldad,
éste habría sido creado por un ser
maligno, cuya obra sería imperfec-
ta. El origen del dualismo cátaro se
encuentra según Anne Brenon, gran
a obtener nuevos seguidores, inclu-
so entre los señores feudales de las
zonas donde floreció aquel grupo.
La doctrina de los albigenses diver-
gíaenvariosaspectosdelaortodoxia
católica. Los cátaros interpretaban
de manera distinta las Escrituras;
negaban el juicio final, así como el
infierno; asimismo cuestionaban
la validez de algunos sacramentos,
pues consideraban que no eran de
origen divino sino imposiciones de
la Iglesia Católica; además conside-
raban inútil el culto a los santos, a las
reliquias y sobre todo a la cruz, pues
la consideraban un objeto de tortura
y horror. Por tanto, a los cátaros se
les consideró herejes. Para Roma,
la herejía atacaba de manera directa
al orden social, pues cuestionaba a
la doctrina cristiana sobre la que se
sustentaba la concepción del mundo
medieval. Ante esto, las autoridades
civiles debían actuar en defensa de
estudiosa del tema, en la interpreta-
ción del Evangelio de san Juan. Du-
rante la edad media circuló en el sur
de Francia una versión latina de la
Biblia conocida como La vieja lan-
guedociana, que no contradecía la
versión Vulgata de san Jerónimo, la
de uso corriente en la cristiandad,.El
pasaje original traducido dice “...To-
das las cosas fueron hechas por él,
y sin él nada fue hecho […]”Al ser
traducido el texto a lengua roman-
ce, se colocó “...y sin él se hizo la
nada […]”Los cátaros interpretaron
que la nada no fue creada por Dios.
Es importante señalar esta interpre-
tación, ya que de ella partieron los
demás principios sostenidos por los
albigenses.
En relación con los dos principios
creadores se encuentra el origen del
cuerpo y del alma. El mal, es decir
el diablo, ataca al cielo, a la Jeru-
salén celestial, es decir la creación
buena. Hubo un combate con las
tropas celestiales comandadas por el
arcángel Miguel. Los ejércitos dia-
das por una fuerza maligna, la cual
las mantiene presas en un cuerpo
extraño y terrenal, el humano. A la
Iglesia católica esta interpretación le
pareció intolerable, pues se ponía en
el mismo nivel a Dios y al Diablo,
apoyada, además, en las Escrituras.
Posteriormente, la Iglesia prohibiría
en varias ocasiones las traduccio-
nes a lengua vulgar, ya que podrían
surgir más herejías que se apoyaran
en algún párrafo de la Biblia que
pudiera prestarse a confusión por la
traducción.
La Iglesia no podía aceptar la in-
terpretación dualista del Universo,
pues el infierno, la amenaza predi-
lecta de la Iglesia, no tendría razón
de ser: Dios no podía castigar a las
almas creadas por él, raptadas con-
tra su voluntad, con el sufrimiento
eterno. Las almas eran inmortales y
de un número finito, sólo permane-
cían en la tierra hasta que lograban
su salvación, es decir su retorno a la
compañía de Dios. El alma, esencia
divina, se transmitía por generación,
mediante el acto sexual, que la divi-
díaendiferentesporcionesdivinas,o
bólicos son rechazados, pero raptan
a un tercio de las criaturas de Dios.
La referencia la tomaron los cátaros
de la interpretación del Apocalipsis
de Juan. Este es el origen del mun-
do para los cataros: las almas son
buenas por naturaleza, pues fueron
creadas por Dios, mas fueron rapta-
cruz cátara
reliquia cátara encontrada en montsegur
por la transmigración después de la
muerte del cuerpo terrenal. La única
manera de romper esta cadena, que
ataba la esencia divina al mundo
terrenal, se obtenía por medio del
único sacramento de los creyentes
cátaros: el consolament o bautismo
de Espíritu, el cual consistía en la
imposición de las manos por parte
de los clérigos cátaros a aquellos
miembros de la comunidad que ha-
bían alcanzado el rango de puros,
“buenos hombres” o elegidos; pues
la comunidad cátara se dividía en
dos tipos de creyentes: los puros,
llamados por la comunidad como
“buenos hombres” o “buenas muje-
res” y los simples creyentes. El alma
de estos últimos sólo viajaba tras
la muerte hacia otro cuerpo nuevo,
incluso animal, y así sucesivamente
hasta lograr la salvación.
La doctrina de los cátaros empe-
zó a conseguir más adeptos en el
sur de Francia, además de empezar
a extenderse a otras regiones del
sur de Europa. La jerarquía roma-
na, decidió actuar en consecuencia
para frenar su propagación, pues ya
constituía una amenaza para el ca-
tolicismo en las regiones donde flo-
recía. Alejandro III, papa en 1163,
convocó un concilio en la ciudad de
Tours, allí se decidió que no se po-
día actuar ante los cátaros de manera
pasiva, ignorándolos, sino que las
autoridades competentes debían in-
quirir, es decir descubrir los delitos.
También se acordó en el concilio los
castigos a los culpables de herejía:
las penas “leves” de excomunión y
cárcel, pero, también, confiscación
de bienes y arrasamiento de castillos
donde se podrían refugiar los here-
jes. Estas medidas significaban que
las autoridades civiles debían actuar
contra los herejes. De no hacerlo así,
aquellas se convertían en cómplices
de los herejes al protegerlos y co-
rrían el riesgo de ser excomulgadas.
La excomunión contra un duque o
un conde llevaban consigo la obli-
gación de sus súbditos a desobede-
cerlos.
Sin embargo, durante varios años,
las medidas acordadas en el Con-
cilio de Tours no fueron suficientes
para terminar con la herejía, la cual
siguió prosperando. Algunas de las
causas por las cuales no decayó la
vista aeréa de Carcasona
montsegur
fe albigense fueron la igualdad de
los sexos y la vida austera de los
“buenos hombres” cátaros. Para el
catarismo, los hombres y las muje-
res eran iguales, pues la diferencia
la hacía el cuerpo, el cual no es una
obra divina sino maligna; además,
las mujeres cátaras podían aspirar a
llegar al último grado de perfección
dentro de su comunidad, a ser ele-
gidas o “buenas mujeres”. Sin duda
esta doctrina debió parecer atractiva
a las mujeres acostumbradas a vivir
en una sociedad donde el hombre
imponía su autoridad, donde a la
mujer se le consideraba la culpable
del pecado original y en donde no
podía aspirar a la igualdad con los
varones.
el matrimonio como sacramento y
consideraban a las relaciones sexua-
les en que se impidiera la genera-
ción como preferibles. Sin embargo,
cuando el creyente llegaba al grado
de “buen hombre” cumplía estricta-
mente con la abstinencia sexual y la
prohibición de comer carne. El cle-
ro católico no seguía esa conducta;
aunque estaban prohibidas las rela-
ciones sexuales después de la orde-
nación, ello no se respetaba frecuen-
temente. Sin embargo, durante esta
época, nacieron las órdenes de los
franciscanos y los dominicos con la
intención de mejorar las costumbres
de los sacerdotes, entre otras causas.
De todas formas, la austeridad de los
clérigos cátaros les ganó seguidores
Por otro lado, el clero de los cátaros,
tras su ordenación, llevaba una vida
austera y pobre. Los elegidos o cris-
tianos vivían en comunidad dentro
de edificios destinados a hombres o
mujeres.Tambiéneranvegetarianos,
pues consumir carne equivalía a ase-
sinar a un cuerpo que contenía una
porción de la divinidad. Finalmente,
los “buenos hombres” estaban obli-
gados a cumplir con un voto de cas-
tidad, pues el acto sexual podría ge-
nerar una nueva vida y una porción
del principio bueno seguiría presa
en la prisión corporal y terrenal. En
contraste, para los simples creyentes
nohabíaesasrestricciones;laactitud
hacia la sexualidad era más permisi-
va que la católica, pues no creían en
territorio cátaro
o simples simpatizantes.
Al constatar que las medidas repre-
sivas no eran suficientes para acabar
con la herejía, un nuevo papa, Ino-
cencio III, lanzó en 1199 el decreto
vegentis in senium, en el que se afir-
ma que la herejía es un delito de lesa
majestad, el cual se castigaba con la
pena de muerte. Inocencio III man-
dó a varios clérigos a predicar en
los territorios donde abundaban los
cátaros. En el año de 1208 fue asesi-
nado Pedro de Castronovo, enviado
del Papa. Este suceso desencadenó
una violenta cruzada lanzada contra
los albigenses. Los sacerdotes cató-
licos prometieron la salvación eter-
na a aquellos soldados que lucharan
rían en Cataluña y Aragón, donde
también fueron perseguidos por la
Inquisición que se instaló en estas
tierras posteriormente con el fin de
acabar con ellos. El dualismo cátaro
sólo subsistió en la península balcá-
nica, donde también tenía muchos
seguidores, hasta la llegada de los
turcos en el siglo XV.
o murieran en defensa de la fe. La
represión fue dura, algunos pueblos
fueron destruidos y sus habitantes,
muertos. Se dice que el comandante
de los cruzados ordenó matar a toda
la población, algún soldado le co-
mento que había muchos católicos
dentro del pueblo. El comandante
contestó que “Dios sabrá reconocer
a los suyos.”
Aunque la represión fue terrible, los
cátaros siguieron floreciendo en el
sur de Francia, sólo que se volvieron
más discretos. La introducción de
la Inquisición, cuyo origen se debió
al surgimiento de los cátaros, acabó
con los últimos creyentes en el siglo
XIV. Muchos cátaros se refugia-
castillo de montsegur
En las fértiles tierras del Valle de
México, en la llamada Mesoaméri-
ca nuclear, se desarrolló, como en
los Andes, Egipto, Mesopotamia,
el Indo o China, un núcleo civili-
zatorio original, cuyo exponente de
máximo desarrollo y cara final fue-
ron los mexicas, herederos de toda
la cultura mesoamericana previa.
Venidos de tierras del lejano norte,
los mexicas crearon un imperio im-
poniéndose frente a sus enemigos y
dominadores en menos de un siglo,
y mediante el terror y la sangre so-
metieron a muchos pueblos meso-
americanos.
El auge de los mexicas fue rápido.
Desde su asentamiento en el Valle
hasta su despunte como potencia
dominante pasó tan sólo un siglo,
pero en tres años, con la llegada de
los conquistadores castellanos, el
imperio mexica fue derrotado.
mitológico de los mexicas. “Azteca
significa habitante de Aztlan, lugar
de garzas, mítico escenario del ori-
gen étnico, situado en el vasto norte
de México. A su vez, mexica […] es
el gentilicio derivado de uno de los
nombres del dios protector, el por-
tentoso Huitzilopochtli”. De acuer-
do con la cosmología azteca, éstos
cambiaron su nombre al abandonar
Aztlan por el de mexicas.
Las fuentes de la época consultadas
(Hernán Cortés, Fray Bernandino de
Sahagún, Bernal Díaz del Castillo,
Pedro Mártir de Anglería), y la an-
tología de textos indígenas de León-
Portilla (La visión de los vencidos)
hablan asimismo de los mexicas o
de los mexicanos.
Por qué el gentilicio azteca es usa-
do hoy en día es explicado, una vez
más, por León-Portilla, y dicha ra-
zón se remonta a la independencia
En este pequeño artículo vamos a
repasar el auge y caída de esta fas-
cinante civilización desde una pers-
pectiva histórico-política, y exponer
algunas causas por las cuales, quizá,
los castellanos pudieron conquistar,
con una asombrosa inferioridad nu-
mérica, tan grandioso imperio.
¿AZTECAS O MEXICAS?
Al iniciar este pequeño estudio ad-
vertí que, dependiendo de la fuente,
la referencia al gran imperio meso-
americano variaba entre dos genti-
licios, azteca o mexica, en algunos
casos de forma absoluta (referencias
únicamente a aztecas o a mexicas),
en otras usándolos indistintamente
como sinónimos.
Como aclara el profesor Miguel
León-Portilla, el término azteca
hace referencia al origen histórico-
de México, consumada en 1821,
cuando los ciudadanos del nuevo
Estado adquirieron la denominación
de mexicanos, tomando los mexicas
de etnia el viejo nombre de aztecas.
Richard F. Townsend sitúa la vuelta
en la educación al término azteca ya
en el siglo XVIII.
Así pues, atendiendo a las fuentes
originarias, y una vez aclarado este
punto semántico, a lo largo de este
artículo nos referiremos siempre a
los aztecas como mexicas.
ELORIGENDELOSMEXICAS
Alo largo del siglo XII diversos gru-
pos de etnia nahua comenzaron un
proceso migratorio desde sus luga-
res de origen histórico-mitológicos
(Aztlan -el lugar de las garzas- y
Chicomóztoc -el lugar de las siete
cuevas-) hacia el Valle de México.
Los que por entonces eran conoci-
dos como aztecas (los habitantes de
Aztlan) fueron el último de estos
grupos en migrar e invadir el Valle.
Su origen como pueblo es incierto.
De acuerdo con la mitología mexi-
ca, los por entonces aún aztecas
vivían, como hemos dicho, en Azt-
lan, lugar a caballo entre la realidad
y la mitología en medio de un lago
sito en algún lugar indeterminado
del norte del actual México, o sur
de los Estados Unidos. El Códice
Boturini nos muestra la larga pere-
grinación de dos siglos de los mexi-
cas desde que abandonaron Aztlan,
donde estaban sometidos por sus
antiguos señores, hasta que llegaron
al Valle y fundaron en islas del lago
Texcoco las ciudades de Mexico-
Tenochtitlan (1325), la que sería su
gran capital, y Tlatelolco (1338),
unos dos siglos después. Al iniciar
esta larga marcha, su dios protector,
participando en gran número de sus
campañas bélicas. Culhuacán era un
reino en decadencia que pronto fue
absorbido por Azcapotzalco, mien-
tras que Coatlichan, la tercera gran
fuerza del momento, era poderosa y
recibía tributos sumisos, aunque su
fuerza nunca fue tan grande como
la de Azcapotzalco. Coatlichan, a
la postre, sería debilitado por sus
antiguos tributarios, apoyados por
Azcapotzalco. En un breve lapso de
tiempo la situación geopolítica del
Valle se alteró sustantivamente, y
en ello los mexicas tuvieron mucho
que ver. Ya entonces los mexicas se
demostraron poderosos y temibles
guerreros.
Pero la relación entre Mexico-Teno-
chtitlan yAzcapotzalco era ambigua
y estaba plagada de tensiones. Los
mexicas eran un pueblo tributario, y
participaron en muchas de las cam-
pañas de conquista deAzcapotzalco,
que cada vez ampliaba más y más su
Huitzilopochtli, les dijo: “ahora ya
no os llamaréis aztecas, vosotros
sois ya mexicas”. Durante otros casi
200 años los mexicas se levantarían
como el pueblo hegemónico de los
muchos que había en el Valle, y ex-
tenderían su poder y dominio por
todo el centro de México.
LACREACIÓN
DE UN IMPERIO
Cuando los mexicas llegaron al Va-
lle y fundaron Mexico-Tenochtitlan
no estaban, ni mucho menos, so-
los. Numerosos pequeños reinos,
ciudades-Estado, salpicaban toda la
región. Pero tres sobresalían espe-
cialmente sobre los otros: Azcapot-
zalco, Culhuacán y Coatlichan.
Azcapotzalco señoreaba sobre mu-
chas tierras y pueblos del Valle, y
los mexicas fueron tributarios du-
rante largo tiempo de este reino,
Mapa de Mexico-Tenochtitlan
poder y dominios. Pero este éxito re-
veló una gran fuerza guerrera latente
en los mexicas, de las que los seño-
res de Azcapotzalco desconfiaban.
Aunque las noblezas de ambos rei-
nos se habían entrelazado (para los
mexicas era, sin duda alguna, un sa-
gaz movimiento), las desconfianzas
y los recelos mutuos salpicaban las
relaciones entre señores y vasallos.
Con todo, el desarrollo de Mexico-
Tenochtitlan estaba en auge, y el
asentamiento, otrora un pueblucho
de chozas, era ya una ciudad en toda
regla.
A comienzos del siglo XV la situa-
ción entre Azcapotzalco y Mexico-
Tenochtitlan se volvió muy tensa, y
el conflicto bélico acabó estallando.
Aliados con Texcoco y Tlacopan
(que acabó como Estado pelele), los
mexicas lograron lo que parecía im-
posible,laresistenciayposteriorvic-
toria sobreAzcapotzalco en 1428.A
partir de entonces, el tlahtoani (líder
de una ciudad/pueblo) de Mexico-
Tenochtitlan pasó a ser el huey
tlahtoani (gran líder, sobre varias
ciudades) de la confederación de
vencedores, y dicho huey tlahtoa-
ni, Itzcóatl (1428-1440), iniciaría el
periodo de expansión y conquista
de los mexicas, así como una serie
de profundas transformaciones pro-
piciadas por los éxitos militares, al
tiempo que en el imaginario colecti-
vo mexica quedaba grabada a fuego
la gran victoria sobre Azcapotzalco
como la señal inequívoca de ser el
pueblo elegido, el Pueblo del Sol.
Así, desde mediados del siglo XV y
hasta principios del XVI, los siguen-
tes huey tlahtoani extendieron los
dominios mexicas. Fueron los tiem-
pos de conquista de Motecuhzoma
Ilhuicamina (1440-1469, también
conocido como Moctezuma I),Axa-
yácatl (1469-1481), Tízoc (1481-
1486, que fue algo pusilánime, y
que más bien supuso un interregno),
Ahuítzotl (1486-1502) y finalmente
Motecuhzoma Xocoyotzin (1502-
1520, también Moctezuma II, para
diferenciarlodeMotecuhzomaIlhui-
camina). Los tributos y el comercio
permitieron reinventar Mexico-Te-
nochtitlan y Tlatelolco, sustantiva-
mente la primera. El Templo Mayor
fue ampliado en numerosas ocasio-
nes, y la ciudad creció en tamaño y
población (probablemente rebasaba
los 200.000 habitantes cuando los
conquistadores castellanos llegaron
a ella en 1519), mientras que la san-
gre de los enemigos fluía en sacrifi-
cio. El comerció asimismo floreció.
La abundancia llegó a ser tal (salvo
los años de sequía, que conllevaban
hambrunas) que incluso se llegó a
enviar una expedición al norte en
busca del míticoAztlan.
Imponiéndose mediante la guerra y
manteniendo su poder mediante el
terror de los sacrificios humanos, los
mexicas se extendieron por todo el
Valle central y lo mantuvieron por
algo menos de un siglo durante el
cual fueron, sin lugar a dudas, el
pueblo elegido dentro del Valle de
México, el Pueblo del Sol.
MALOS PRESAGIOS
Moctezuma II había ascendido
como huey tlahtoani en el año 1502.
Como líder, emprendió las últimas
conquistas mexicas y ensanchó los
límites del imperio, habiéndose des-
tacado previamente como notable
guerrero. Como hombre, se dice que
era profundamente religioso, versa-
do en historia y antiguas doctrinas.
Pero cuentas las cónicas indígenas
que, en la cúspide de su reinado,
Moctezuma comenzó a recibir una
presagios funestos “la espiga de fuego”
presagios funestos
serie de presagios y prodigios funes-
tos: casas que ardían sin poderse so-
focar las llamas con agua, rayos sin
truenos que golpeaban los templos,
madres que enloquecían y gritaban
en la noche, clamando por un lugar
donde llevar a sus pequeños, extra-
ños animales que revelaban el fu-
turo, seres humanos deformes, una
espiga de fuego que atravesaba el
cielo… Todo ello desde una década
antes de la llegada de los castellanos.
Moctezuma pasaba largas horas en
la Casa de lo Negro (un recinto de
estudio esotérico y religioso, y de
meditación) contemplando y me-
ditando acerca de los presagios. Se
dice que Moctezuma se mostraba
cada vez más alicaído según pasaba
eltiempo.Lasseñalesnosólofueron
advertidas por los mexicas. Otros
pueblo, como los txalcaltecos (futu-
ros aliados de los castellanos contra
Mexico-Tenochtitlan) también con-
templaron presagios aciagos.
Pero se dieron unas señales mucho
más reales, y que atormentaron aún
más a Moctezuma. Desde finales del
siglo XV numerosos barcos bajo pa-
bellón castellano surcaban las aguas
del Caribe, explorando sus costas, y
llevando a los conquistadores en sus
entrañas. Tras explorar las Antillas,
pasaron a las cosas de Tierrafirme
capital, y finalmente, preparando el
encuentro con ellos.
Moctezuma estaba inquieto, teme-
roso, así como su pueblo. Quizá se
afligió de forma excesiva, y lo con-
tagió a su pueblo. Un texto indígena
recoge incluso que pensó de aban-
donar todo y huir, aunque más tar-
de se recobró de tal idea. Hasta tal
punto llegaba la desazón del huey
tlahtoani.
Finalmente, en contra de sus deseos,
el 8 de noviembre de 1519, en la
calzada de Iztapalapa, Moctezuma y
Hernán Cortés se encontraron. Los
castellanos contaban con 400 hom-
bres, menos de dos docenas de caba-
llos (venados a los ojos indígenas) y
una nada desdeñable fuerza de unos
4.000 aliados indígenas opositores
al poder de los mexicas, en su ma-
yoría txacaltecas. Cortés contaba, al
mismo tiempo, con la inestimable
ayuda de dos personajes clave de
este periodo: la Malinche, concubi-
na de Cortés, y Jerónimo deAguilar,
un naufrago rescatado por Cortés.
Ambos le hacen de intérpretes ante
un Moctezuma amedrentado, pues
ambos hablaban náhuatl.
Los castellanos son invitados a alo-
jarse en el palacio de Axayácatl, el
antiguo tlahtoani, y padre de Mocte-
zuma II, y quedan embelesados con
la ciudad, que ellos mismos descri-
ben como magnífica, mientras que
los mexicas descubren pronto su
exacerbado interés por el oro.
LACAÍDADE LOS MEXICAS
Cortés y sus hombres pronto se
dieron cuenta de las magníficas ri-
quezas que en la ciudad capital de
los mexicas había, pero también se
mostraron escandalizados ante los
(caribe de las actuales Colombia y
Venezuela) y del Golfo de México,
llegando en ocasiones a desembar-
car. Los navíos castellanos habían
descubierto las costas de Yucatán en
1517, de la mano del expedicionario
Francisco Hernández de Córdoba.
En 1518 otra expedición surcó las
aguas mexicanas. Moctezuma re-
cibió inquietantes informes: gentes
nunca antes vistas venían a bordo
de casas del agua, que eran grandes
como montañas, y que mostraban
un interés especial en saber de los
mexicas. Estos forasteros eran blan-
cos y barbudos, tal y como se des-
cribía al dios Quetzalcóatl, y eran
altos como dos y tres hombres. Al-
gunos tenían dos cabezas, como de
extraños venados.
ELENCUENTRO
DE DOS MUNDOS
En 1519 Moctezuma recibió una
terrible noticia. Un grupo de estos
hombres-dioses había desembarca-
do y se encaminaba hacia la ciudad
de Mexico-Tenochtitlan. Comenzó
entonces un ir y venir de mensajes
entre los extranjeros y Moctezuma,
controlando el segundo en todo
momento los movimientos de los
primeros, intentando evitar diplo-
máticamente que se acercaran a la
casas flotantes
sacrificios humanos e instaron a los
mexicas a convertirse al cristianis-
mo. Cuando Moctezuma los llevó al
templo mayor, los castellanos derri-
baron los ídolos indígenas e impu-
sieron la cruz cristiana, celebrando
allí una misa, ante el asombro de los
mexicas.
Muchos mexicas desconfiaban de
los europeos, y se produjeron algu-
nos incidentes menores, en los que
Moctezuma siempre intervenía a
favor de los castellanos, aún en la
creencia de que éstos eran semidio-
ses y temeroso de las consecuencias.
Por estos mismos motivos colaboró
en todo con Cortés, y le suministró
todo el oro que iba pidiendo, que no
era poco. Cortés decidió que lo más
adecuado para sus propósitos era
controlar a Moctezuma, y la mejor
forma de hacerlo era de forma di-
recta. El 14 de noviembre de 1519
los castellanos toman preso a huey
tlahtoani, al que mantienen bajo
control.
Durante los seis meses siguientes
Moctezuma es prisionero de los cas-
derramaron la sangre de sus herma-
nos. Pedro deAlvarado se da cuenta
de su error y se refugia con sus hom-
bres en los palacios reales, atrinche-
rándose hasta la llegada de Cortés y
disparando sobre los mexicas.
El 24 de mayo Cortés regresa, en-
trando a hurtadillas en la ciudad, y
juega su última baza: ordena a Moc-
tezuma que intente calmar a su pue-
blo, pero el pueblo no reconoce ya
al huey tlahtoani y lo recibe con in-
dignación. No se sabe si, ante su in-
utilidad futura los españoles deciden
matarlo allí mismo o, según cuentan
los códices, Moctezuma es asesina-
do a pedradas por su propio pueblo,
que lo ve como un traidor, pero lo
cierto es que el huey tlahtoani murió
ese mismo día.
Cortés contempla la situación en
Mexico-Tenochtitlan y ve inviable
lavictoria.Sitiadosyconlosalimen-
tos escaseando, decide organizar los
preparativos para huir de la ciudad
y reagruparse con refuerzos de la
costa. La noche del 30 de mayo los
castellanos, con los bolsillos llenos
de oro, abandonan la ciudad. Debi-
do al peso que llevaban, muchos de
ellos son alcanzados por las flechas
mexicas en su huida de la ciudad.
tellanosyelimperiomexicatíterede
éstos, aunque ya nadie pensaba que
los conquistadores eran dioses, si
bien sí sabían que eran poderosos.
Pero en el Caribe, Diego Velázquez
de Cuéllar, Gobernador de Cuba, es-
tabamolestoconCortés,alqueman-
dó en expedición a México y cuya
ambición y éxitos lo eclipsaban, así
que mandó a Pánfilo de Narváez al
mando de 1.400 súbditos de Castilla
para rendir a Cortés. Éste salió de la
ciudad el 10 de mayo de 1520, de-
jando al mando a un siniestro perso-
naje, Pedro deAlvarado.
Diez días después de que Cortés
saliese al encuentro de Narváez los
mexicas celebraban en el Templo
Mayor una fiesta en honor de Hui-
tzilopochtli con el permiso de Alva-
rado.Aunque los motivos del ataque
difieren según la versión sea caste-
llana o indígena, lo cierto es que los
conquistadores irrumpieron arma-
dos en plena celebración del acto en
el templo y masacraron a cuantos
encontraron a su paso. Las crónicas
hablan de la afición deAlvarado por
el uso de perros de guerra y de su sa-
dismoencombate.Elpueblomexica
se alza en armas, rebelado contra los
que usurpan el poder y la riqueza, y
marcha hacia Mexico-Tenochtitlan
Pedro de Alvarado y sus perros
Cuando las cosas se calmaron un
poco y pararon a recobrar el aliento,
Cortés lloró a los pies de un árbol en
la llamada Noche Triste. En torno a
ochocientos castellanos y unos cin-
co mil aliados indígenas habían per-
dido la vida. Los capturados fueron
ofrecidos en sacrificio en el Templo
Mayor.
Pero antes de llegar al territorio alia-
do de Tlaxcala, las tropas mexicas,
compuestas de varias decenas de
miles de guerreros, atajaron la huida
de los castellanos y sus aliados indí-
genas, en Otumba. La batalla se pre-
sentaba muy desigual, unas cuantas
centenas de conquistadores y al-
gunos miles de aliados indígenas,
pero la fortuna sonrió a Cortés y sus
hombres. El uso de armas de fuego,
y la primera carga de caballería que
contemplaban los ojos de los ameri-
canos tomó por sorpresa al general
mexica, Cihuacóatl Matlatzincátzin,
que murió a manos castellanas. Sus
tropas huyeron en desbandada.
Mientras tanto, en Mexico-Teno-
chtitlan, Cuitláhuac, hermano de
Moctezuma, era nombrado nuevo
huey tlahtoani, y organizaba una
gran hueste para expulsar a los cas-
tellanosdesuterritorio.Sinembargo
entró en juego un terrible enemigo,
13 bergantines armados con caño-
nes, que sitian Mexico-Tenochtitlan
y la bombardean. El sitio se com-
pleta por tierra, pasando a cuchillo
a todo aquél que no se rindiese ante
los conquistadores. Los mexicas,
encerrados en Mexico-Tenochtitlan
y Tlatelolco, ven poco a poco mer-
madas sus fuerzas por el hambre y
las enfermedades.
El sitio, comenzado en mayo de
1521, se recrudece en junio del mis-
mo año, cuando Cortés ordena un
asalto general. Los conquistadores
y sus aliados no tienen piedad. Los
cañones devastan la ciudad, cada
edificio, cada calle. Poco a poco los
mexicas van perdiendo terreno, y
finalmente, Cuauhtémoc tiene que
huir a Tlatelolco ante la caída inmi-
nente de Mexico-Tenochtitlan, con
la intención de negociar la rendición
de la ciudad, pero sin embargo es
capturado por las tropas de Cortés.
Según las crónicas de los mismos
indígenasydeloscastellanos,Cuau-
htémoc, preso ya de los europeos y
la viruela. Traída a bordo de las na-
ves castellanas, este silencioso virus
atacó sin piedad a toda la población
indígena, teniendo especial virulen-
cia en los centros urbanos. Cuitlá-
huac no llegó a los cien días como
líder mexica, siendo sustituido por
Cuauhtémoc, último huey tlahtoani,
que tenía ante sí la difícil tarea de
preparar y comandar un ejército y
un imperio sacudido por la viruela.
Los conquistadores, a su vez, reor-
ganizaban tropas en la costa con re-
fuerzos venidos de Cuba y con los
aliados indígenas, txacaltecas en su
mayor parte, pero con presencia de
otros pueblos, como totonacas, tex-
cocanos o chalcas. Cortés logró una
hueste que debía rondar los cien mil
hombres, aunque sin sobrepasar tal
número. Las fuerzas mexicas eran
cuatro o cinco veces superiores,
pero se vieron traicionados por mu-
chos pueblos vasallos o enemigos
en contra de los invasores extranje-
ros. Aunque todos sabemos que los
datos numéricos que se refieren a
batallas pocas veces son exactos.
Cortés va sumando aliados de en-
tre los indígenas contra los mexicas
mientrasavanzahacialoslagos.Con
una magnífica previsión militar, or-
denaconstruirybotarenloslagos(el
Texcoco, fundamentalmente) hasta
rendición de los mexicas
Moctezuma y Cortés, y ricos regalos
frente a sus captores, le arrebató el
puñal a Cortés, y le pidió que aca-
base con su vida tal y como había
acabado con su imperio. Sin embar-
go Cortés consideró su utilidad y lo
dejó vivir tres o cuatro años más.
Cuando Cuauhtémoc abandonó
Mexico-Tenochtitlan, y tras una lar-
ga y encarnizada lucha, la ciudad
cayó en manos de los conquistado-
res. Era el 13 de agosto de 1521. En-
tre40.000y100.000mexicasmurie-
ron en los combates y los saqueos.
El hambre y la viruela se llevó con
seguridad decenas de miles más.
Para comprender esta conquista
contra todo pronóstico hay que en-
focar no tanto el número de hombres
puestos sobre el campo de batalla o
la indudable superior tecnología mi-
litar castellana (aunque lenta: recor-
demos que un cañón o un trabuco
necesitan un tiempo para ser recar-
gados), en la que también participa-
traña y virulenta enfermedad como
un presagio de un final inevitable.
Igualmente, la participación de de-
cenas de miles de indígenas aliados
es básica para entender las claves de
la conquista castellana.
Aunque un elemento imprescindible
suele obviarse: la información. En
especial en 1519-1520, antes del ini-
cio de las hostilidades. La Conquista
de México hubiera sido muy distinta
sin las figuras de la Malinche y de
Jerónimo de Aguilar, que propor-
cionaron a Cortés el control sobre lo
que se decía y se pensaba, el control
de la información.
EPÍLOGO
El gran imperio de Centroamérica
había caído en tres años. Pero esto
no significó que las conquistas hu-
bieran terminado, o que el terreno
estuviese pacificado. Mientras co-
menzaban los repartimientos en
terreno mexica, los indígenas alia-
dos y los españoles iniciaban otras
exploraciones y conquistas hacia el
norte y el sur del Valle, al tiempo
que en Castilla se formaba el Con-
ron perros y caballos de batalla, sino
también un factor determinante: las
enfermedades, especialmente la vi-
ruela, que causaron estragos entre
la población, y no sólo numéricos,
pues muchos interpretaron esta ex-
Salida de Aztlan
represión
sejo de Indias (1524) y comenzaban
los problemas legales de Cortés.
Pero especialmente comenzó el pro-
ceso de pacificar por la fuerza toda
al región, aculturando, hispanizando
y cristianizando a los nativos, y es-
clavizándolos. Desde la Península
se mandaban funcionarios y se crea-
ban instituciones que conformarían
todo el periodo colonial.
Y sobre todo, la fiebre del oro, de la
plata y de las riquezas se había des-
atado. La veda estaba abierta.
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Darfur es la región más occidental
de Sudán, y está compuesta por tres
provincias: norte, sur y occidental.
Las estimaciones de población ron-
dan los 5’5 millones de habitantes.
La sociedad está dividida por dife-
rentes factores, como se explicará
más adelante, aunque la mayoría de
esta población es de religión musul-
mana.
Sudán, país al que pertenece esta
región, está compuesto por nativos
negro-africanos, constituyendo algo
más de la mitad de la población,
mientras que el grupo árabe agrupa
en torno al 40 por ciento de la po-
blación, dejando así algo más del 5
por ciento para diferentes minorías
étnicas como los Beja. Si embargo,
la composición religiosa de la pobla-
ción es muy diferente, ya que el 70
por ciento de la población profesa el
Islam en su versión sunni, le sigue
las diferentes religiones animistas
con algo más de 20 por ciento, de-
Los datos del conflicto son imposi-
bles de saber, pero existen aproxi-
maciones que elevan la cifra de
muertos en torno 450.000 y a 3’2
millones de desplazados y refugia-
dos, según los rebeldes y Organi-
zaciones de Cooperación y ONG,
y 300.000 muertos y 2,5 millones
de desplazados y refugiados según
la ONU. Esto significa que más de
la mitad de la población de Darfur
se ha visto afectada de forma direc-
ta por la guerra. Sin embargo, todas
las autoridades antropológicas, polí-
ticas y de cooperación afirman que
el conflicto es una cuestión política
y no una guerra étnico-religiosa,
por lo que, como se explicará más
adelante, esta matanza no se ajusta a
los términos judiciales de genocidio,
pese a que existen asesinatos siste-
máticos.
El presente artículo está organizado
jando un margen muy estrecho para
el cristianismo en sus diferentes ver-
siones. La lengua mayoritaria y ofi-
cial es el árabe, aunque se mantiene
elingléscomolenguaheredadadela
colonización.Elrestodelenguasson
minoritarias y regionales, y jugarán
un papel importante en la reivindi-
cación de derechos “nacionales” por
diferentes grupos de población.
Sin lugar a dudas Sudán es uno de
los países más inestables del globo
terráqueo, ya que desde su descolo-
nización a mediados de 1950, e in-
cluso antes de ésta, su población se
ha mantenido en una guerra interna
por el reparto de poder y recursos.
Tanto es así que después de dos gue-
rras civiles que suman 39 años de
duración, están apareciendo nuevos
conflictos como pasa con Darfur o
como en el Frente Este, las tres pro-
vincias en el noreste que tienen fron-
tera con Eritrea, donde las tensiones
van en aumento.
de tal modo que permita entender
el conflicto de una forma profunda
pero sencilla, ya que se han escrito
muchos libros y artículos sobre esta
crisis humanitaria, me resultaría im-
posible abarcar todos los trabajos
publicados y mucho menos expo-
nerlos en tan corto espacio. Por ello
me he visto obligado a renunciar a
muchos de los nombres propios de
líderes en el conflicto que, pese a ser
importantes, no nos ayudan a resu-
mir la crisis. Pese a todo, expongo
aquí ciertos acrónimos importantes
para el entendimiento del artículo y
me disculpo por el excesivo uso del
inglés, pero no he podido distinguir
las traducciones al inglés, por parte
Situación conflictiva en Sudán
En 1504 el poder cristiano del reino
de Nubia fue derrotado y como con-
secuencia se estableció en la zona en
reino de Funj que duró hasta su con-
quista por parte del Egipto otomano
en 1820. Algo parecido ocurrió con
unos territorios al oeste, en lo que
ahora es Darfur, donde se estableció
en torno al siglo XVII otro sultanato
independiente. Ambos poderes ejer-
cían el dominio de unos territorios
extensos a través de razzias e incur-
siones periódicas con fines “estabi-
lizadores”. Estos poderes de nueva
planta mantuvieron una política de
superioridad cultural y lingüística
que legitimó la distancia entre di-
ferentes grupos sociales: nobles,
gobernantes; sujetos, subordinados
libres; esclavos, trabajadores.
La conquista fue la única base legi-
timadora para la separación de los
grupos de población y el estableci-
miento de jerarquías de poder. Esto
significa que la población árabe
vencedora, venidera del bajo Nilo,
ejerció un poder ilimitado sobre la
población negro-africana nativa, a la
que la mayoría de las veces se la re-
dujo a la esclavitud en virtud de una
supuesta supremacía cultural. Estas
diferencias visibles, como es el co-
lor de piel que responde a la perte-
nencia de razas diferentes, se irán
haciendo cada vez menos visibles
con el tiempo, dando paso a que la
descendenciaseaelprincipalmotivo
de superioridad. Las migraciones y
los matrimonios interraciales harán
del color de piel algo irrelevante. A
su vez la islamización, la adopción
de la religión de los conquistadores,
tampoco supondrá la salvación a la
esclavitud.
En 1821 el ejército egipcio invadió
Sudán en busca de la financiación
suficiente para llevar a cabo la mo-
de las fuentes que he utilizado, y los
nombres reales de las organizacio-
nes sudanesas, ya que éste idioma es
igualmente utilizado en Sudán.
SPLM/A: Ejército/Movimiento de
Liberación del Pueblo de Sudán
SLM/A: Ejército/Movimiento de
Liberación de Sudán
JEM: Movimiento de Justicia e
Igualdad
UNAMID: Misión de las Naciones
Unidas y UniónAfricana en Darfur
ICC: Tribunal Penal Internacional
UN: ONU
AU: UniónAfricana
NRF: Frente de Redención Nacio-
nal
mapa de la región de Darfur
dernización de Egipto. Los recursos
básicos que se podían encontrar en
estos nuevos territorios conquista-
dos estaban principalmente repre-
sentados por el marfil, el oro y los
esclavos, pero la desestabilización
del comercio de marfil hacia la dé-
cada de los 50, hizo de la esclavitud
la principal fuente de ingresos de es-
tos territorios. Un buen ejemplo se-
rán los testimonios de los primeros
delegados ingleses al llegar a Egipto
sobre la “dependencia” de este país
de los esclavos negros. También la
posibilidad que tenían los campesi-
nos y mercaderes sudaneses de pa-
gar los correspondientes impuestos
en esclavos subraya la aceptación y
extensión de esta práctica en el inte-
rior de Sudán.
La independencia sudanesa en 1885
llegó gracias a la presión del Movi-
miento Mahdis, que lo primero que
hizo fue expulsar a todos los mer-
caderes de esclavos para ejercer un
monopolio sobre el primer recurso
del país. Pero el poder volvió a cam-
biar cuando el Imperio Británico
tomó el mando en 1898. Aún así, y
pese a las políticas antiesclavistas de
los británicos de principios de siglo,
la esclavitud se mantuvo en pro de
la estabilidad de la región, por lo que
esta práctica recibió un apoyo insti-
tucional bajo el nuevo mandato y no
sería hasta mediados de 1920 cuan-
do se promovieron ciertas medidas
para reducir el flujo de esclavos. De
hecho, el principio liberal de ciuda-
danía universal se convirtió simple-
mente en imposible, no solamente
en Sudán sino también en el resto de
las colonias, por lo que la ciudada-
nía se mantuvo alejada del total de la
población, redactando así diferentes
fuentes de derecho dependiendo del
origen de la población. Los coloni-
zadores mantuvieron la plenitud de
derechos de ciudadanía, mientras
que los colonizados obtuvieron cier-
tos derechos, pero nunca compara-
bles con la ciudadanía.
J. Winder, un oficial británico, en un
informe sobre la situación de Sudán
proclamó que “el norte posee ci-
mientos éticos de una sociedad, y el
sur no los posee”. (Citado en Amir
H. Idris 2005). Este tipo de aprecia-
ciones impusieron la imagen de una
sociedad árabe civilizada en el norte
y una sociedad negra primitiva. A la
hora de ejercer un gobierno efecti-
vo, el mandato británico, para evitar
conflictos, y tras unos fracasados in-
tentos de establecer un poder centra-
lizado, optó por una política descen-
tralizadora de “Distritos Cerrados”
(“policy of closed Disticts”, 1922)
por la que el norte y el sur quedaban
como regiones cerradas bajo admi-
nistraciones diferentes con fronteras
infranqueables.
Se estableció a su vez la teoría del
gobierno indirecto, esto es la cesión
de la autonomía a poderes locales
bajo supervisión británica. Pero la
elección de estos poderes locales se
hizo bajo el dogma del intervencio-
nismo cultural, es decir, la interfe-
rencia en las prácticas, usos y leyes
que se considerasen como no-nati-
vas, esto es islámicas. Así, en 1930,
se promocionó la vuelta a las leyes
y costumbres tribales prácticamente
inexistentes. Estas prácticas colonia-
leshansidomuydiscutidasyaquese
pueden haber respondido a la inten-
ción de dividir el país y posponer la
homogeneización y la creación de la
identidad nacional. Lo que está claro
es que esta política del gobierno in-
directo reinventó usos tribales en el
sur, a la vez que separaba diferentes
subunidades tribales haciendo que
éstas se enfrentaran y compitieran;
y aglomeró y afianzó a la población
soldado de las fuerzas de paz africanas (BBC)
del norte, suficientemente homogé-
nea ya, bajo tradiciones islámicas.
Durante los tres años que duró el
gobierno de transición (1953-1956)
para la descolonización los dife-
rentes gobiernos que se sucedieron
tendieron a desplazarse hacia la idea
de un Sudán unido pero árabe-islá-
mico, dejando atrás las promesas de
un estado federal en el que cupieran
las expectativas de autonomía del
sur. Estos primeros gobiernos man-
tuvieron la idea de la ciudadanía
exclusivista, así la sociedad árabe se
mantuvo en el nivel del pleno dere-
cho relegando a la población negro-
africana al plano de la subordinación
convirtiéndolos en meros sujetos de
una política en la que no participa-
ban. El tema de la ciudadanía exclu-
sivista fue muy importante ya que
el hecho de ser sudanés, implicaba
no ser sudanés del sur. La guerra ci-
vil fue inevitable. Estalló en 1955 y
duró 17 años enfrentando al gobier-
no árabe, en posesión del ejército
estatal, y las milicias negras del sur.
Fue especialmente cruenta en los
últimos años tras el golpe de estado
en el norte de una facción militaris-
ta integrista destacando el suceso de
Juba (8-9 de julio de 1965) en el que
murieron más de 1400 personas, la
mayoría civiles.
En 1972 se llegó a un acuerdo re-
gionalista, llamado deAddisAbeba,
por el cual se restablecían las fronte-
ras coloniales para separar, una vez
más, la sociedad de una forma ra-
cializada y etnificada, el norte árabe
y el sur negro. En 1983 se puso de
manifiesto que el acuerdo no podía
ser definitivo con la desarticulación
del gobierno del sur y la imposición
de la Sha’aria, ley islámica, en todo
el territorio. En oposición a esta ac-
ción apareció con fuerza el SPLA/M
(Movimiento/Ejército Liberación
del Pueblo de Sudán) que estable-
Frente Nacional Islámico al poder,
con la consecuente institucionaliza-
ción de la yihad.
Los enfrentamientos produjeron un
total de 2 millones de muertes, que
representan el 25% del total de la
población del sur. En 2005 se firmó
un tratado de paz temporal por el
ció sus objetivos como: “una meta
para toda la nación y unos objetivos
ideológicos definitivos para el desa-
rrollo socioeconómico y político de
todo Sudán” (Abdel Salam, citado
en Amir H. Idris 2005). En 1989 se
recrudeció una vez más la situación
tras otro golpe de estado que llevó al
En naranja: Sudán del Norte, gobernado desde Jartum.
En azul: Sudán del Sur (Nuevo Sudán), autogobierno desde Juba en virtud de los
acuerdos de Naivasha (2005)
En rosa: Montañas Nuba y Nilo Azul, pendiente de referéndum para la unión a
Sudán del Sur.
En verde: Darfur, autogobernado en virtud de los acuerdos en Abuja (2006).
En púrpura: Frente Este, autogobierno en virtud de acuerdos firmados en Asmara
cual el norte y el sur quedaban en
situación de autogobierno y se re-
partían los ingresos de la producción
de petróleo, muy importante fuente
de recursos; a su vez el sur tenía la
posibilidad de promover un plebis-
cito de secesión tras 6 años desde la
firma del tratado. Esta situación sólo
legitima las fronteras coloniales y
la racialización de la política, pero
no soluciona los problemas más
profundos de la sociedad sudanesa
como demuestra el inicio del con-
flicto de Darfur dos años antes de
que se cerraran las negociaciones
entre el norte y el sur.
Conflicto en Darfur.
Esta región está poblada por diferen-
tes grupos étnicos, que basan princi-
palmente sus diferencias en diver-
gencias económico-culturales. En el
norte conviven poblaciones árabes y
negro-africanas, predominantemen-
te Bideyat y Zaghawa, diferenciados
por lenguajes; ambas poblaciones
son nómadas y basan su economía
en el camello. En el Dafur central,
la mayoría de la población pertenece
a los Fur, de donde viene el nombre
de la zona, literalmente casa de los
Fur; y junto con los Masalit, forman
el núcleo de poblaciones agrícola de
la zona, cultivando mijo; estas po-
blaciones tienen sus propias lenguas
no-árabes. En el sur hay unas pobla-
ciones de habla árabe, los Baqqara,
que centran su economía en la cría
de ganado vacuno de forma igual-
mente nómada. Sin embargo, estas
fronteras étnicas no son estables, ya
que un agricultor que obtenga gran-
des beneficios podría invertir en el
nomadismo ganadero; si esta inver-
sión florece, en pocas generaciones
su descendencia podría adquirir el
estatus étnico de Baqqara.
poder y recursos entre el norte y el
sur, sin la desracialización necesaria
para incluir a grupos no represen-
tados; c) mantenimiento del poder
tribal en el sur; d) sustitución de la
Sha’aria por un gobierno o ley que
institucionaliza la etnicidad. Esto se
puede resumir en la persistencia de
un gobierno racializado no demo-
crático en el norte y la introducción
de un gobierno etnificado no demo-
crático en el sur.
EnAbril de 2003, los rebeldes toma-
ron la cuidad de Al-Fashir, capital
del Darfur del norte, a lo que Jartum
respondió militarizando y profesio-
nalizando de una forma encubierta a
esas poblaciones árabes que habían
hostigado la región décadas atrás,
los llamados Yanyawid. Por otro
lado, se debería subrayar el hecho de
que más del 40% del ejército estatal
de Sudán era reclutado en Darfur, lo
que posiblemente encaja con la idea
de que el gobierno árabe de Jartum
intentara mantener bajo su dominio
a la población mayoritariamente
negra pero cristiana del sur con un
ejército mayoritariamente negro
pero islámico del oeste. El miedo a
emplear este ejército negro-africano
en contra de su propia región, subra-
ya igualmente el hecho de la entrada
en el conflicto de losYanyawid en el
verano de 2003.
Durante 2004 y 2005 el Chad reci-
bió grandes cantidades de refugia-
dos darfurianos bajo su protección,
pero los Yanyawid no respetaron las
fronteras atacando varios campos y
matando igualmente a varios mili-
tares chadianos. La tensión siguió
creciendo hasta que en Diciembre
de 2005 Chad declaró la guerra a
Sudán. Los dos años siguientes se
caracterizan por la falta de unidad
en los grupos rebeldes, cristalizán-
dose en la firma de un tratado de paz
entre el Gobierno de Sudán y una
Durante el último cuarto del siglo
XX, el cambio climático a recrude-
cido la situación económica de la
zona, haciendo que las tribus árabes
nómadas del norte desvíen sus rutas
estacionales hacia el sur en busca de
pastos; pero las poblaciones seden-
tarias negras del sur fueron perjudi-
cadas por estos movimientos, más
aún cuando el gobierno de Jartum
apoyó a las tribus árabes no solo
moralmente, sino distribuyendo ar-
mas y formación militar, ya a medi-
dos de los años 90. La lucha por el
agua, como recurso económico y de
supervivencia, se volvió primordial.
El inicio del conflicto entre las po-
blaciones de Darfur y el Gobierno
de Jartum es complicado de definir,
ya que las hostilidades se remontan
hasta los años 80 ó 90. Pero es ge-
neralmente reconocido que la guerra
comenzó el 23 de Febrero de 2003,
día en el que el SLA/M y el JEM se
rebelaron en Darfur por la desigual-
dad en derechos, desarrollo y equi-
dad de inversión social en compara-
ción con el resto del país, en especial
con la zona central de Sudán, donde
se encuentra Jartum, la capital. Qui-
zá sea más plausible creer que este
conflicto armado nace de la reivindi-
cación de participación en las nego-
ciaciones entre el norte y el sur para
el fin del la Segunda Guerra Civil,
que dejaron de lado las identidades
periféricas. Ya durante la Primera
Guerra Civil se oyeron algunas vo-
ces reivindicando igualdad de re-
cursos para una supuesta identidad
regional de Darfur.
De hecho el Protocolo de Ma-
chakos, firmado en 2002 entre el
Gobierno de Sudan y el SPLA/M,
pone de manifiesto esta marginación
institucional hacia las regiones peri-
féricas de Sudán. Esta dirección va
encaminada hacia: a) la renovación
de la política colonial británica del
gobierno indirecto; b) el reparto de
facción del SLA/M, liderada por
Minni Minnawi, el tratado deAbuja
de 2006, que el resto de grupos no
reconoce y rechaza. Después de es-
tos tratados el SLA/M y el JEM se
han refusionado creando el NRF.
SegúnAlex de Waal, el florecimien-
to del conflicto armado en Darfur se
debe a ciertas disputas locales entre
varios grupos, politizadas por los
partidos políticos y reforzadas por
la falta de oportunidades económi-
cas, el hambre y la sequía. Es en el
contexto de Darfur donde se pone
de manifiesto que “ni la cultura, ni
la raza son el centro del conflicto en
Sudan. Más bien es el estado racia-
lizado que transforma identidades
mogeneización racial y étnica que se
promueve desde los gobiernos y se
ejecuta bajo los ejércitos provocan-
do el genocidio que se está viviendo
en el oeste de Sudán.
La Comunidad Internacional
En respuesta a este conflicto de di-
mensiones desmesuradas, la comu-
nidad internacional ha reaccionado
de forma muy dispar, tanto es así
que pese a haber durado más de tres
años, no hay muchas, ni muy firmes
declaraciones de oposición o de in-
tenciones.
Como principal opositor a las accio-
culturales en identidades políticas a
través de la esclavización en el pe-
riodo precolonial, el gobierno indi-
recto en la etapa colonial y las polí-
ticas exclusivistas de ciudadanía en
el periodo postcolonial.” (Amir H.
Idris 2005). Durante las dos guerras
civiles y aún más a través del con-
flicto en Darfur se ve claramente
que la identidad personal e indivi-
dual nace bajo la presión de identi-
ficarse en términos esenciales con
uno u otro grupo, ya sea religioso,
racial o étnico. Esto hace de la raza
y la etnia expresiones políticas en el
contexto de la construcción estatal,
y no identidades socioculturales.
Esto desemboca en el intento de ho-
Daños materiales en la Darfur Occidental y desplazamientos de refugiados
(www.time.com)
nes de Sudán se podría considerar
a EEUU que, en el contexto de la
Guerra de Irak y la lucha antiterro-
rista, se ha posicionado en contra del
mundo árabe fundamentalista. Así,
ha sido el impulsor de medidas con-
tra Jartum en el Consejo de Seguri-
dad de la ONU, con la esperanza de
que éstas lleguen al Tribunal Penal
Internacional de La Haya. Sin em-
bargo, al calor de las esperanzantes
negociaciones entre el Gobierno de
Sudán y el SPLM/A, es decir entre
el norte y el sur, ha ido suavizando
los términos de su oposición, por
temor a la ruptura del proceso en
Naivasha. En la misma dirección
de suavizar términos se encuentra
la cooperación, casi increíble, entre
el Gobierno de Sudán y la CIA en
la lucha contra el terrorismo interna-
cional, convirtiéndose el primero en
principal aliado en la obtención de
datos y seguimiento de sospecho-
sos.
Se puede encontrar, en estas recri-
minaciones por parte de EEUU, al-
gún interés partidista por parte de la
administración Bush con respecto al
electorado afroamericano al defen-
der los derechos de las poblaciones
negroafricanas frente a las árabes. A
su vez “el proceso de paz norte-sur
de Sudán se engloba en la estrategia
general norteamericana de demo-
craticación del mundo árabe (Gran
Oriente Medio) como medio de
desactivar las raíces del integrismo”
(RUIZ MIGUEL, 2004). En esta lí-
nea se encuentran los aliados incon-
dicionales de EEUU como Reino
Unido o Italia.
Asu vez los países de Eritrea y Etio-
pía igualmente se oponen al gobier-
no de Jartum por su radical interpre-
tación del Islam. Mención especial
merece la ayuda con la que Eritrea
respalda el movimiento del Frente
Este, posiblemente por las reivindi-
a las duras palabras de la ONU, se
ve claramente que los actos no las
acompañan. La impotencia de la
Unión Europea es visible cuando
manifiesto tras manifiesto “le cuesta
aceptar, hoy por hoy, la legitimidad
del uso de la fuerza incluso cuando
los derechos humanos están en peli-
gro” (ENCINAGARCIA, 2005)
Conclusión y Reflexión.
Las negociaciones para la resolu-
ción del conflicto se llevaron a cabo
entre noviembre y mayo de 2006
en Abuja, Nigeria. Éstas pusieron
en contacto al Viceprimer ministro
del gobierno Sudanés y a la facción
liderada por Minni Minnawi del
SLA/M, con la coordinación de la
UniónAfricana.
Este Acuerdo de Paz en Darfur
(DPA) debe ser tratado, según Alex
deWaal,igualmentebajocuatrocon-
sideraciones básicas, a saber ningu-
na de las partes ha ganado la guerra,
sino que ésta continúa, por lo que
las concesiones entre ambos bandos
se hicieron plausibles. Segundo, es-
tas conversaciones se mantuvieron
siempre bajo el espíritu de compren-
sión que había reinado en las con-
versaciones en Naivasha, entre el
Gobierno de Sudán y el SPLM/Ade
Sudán del Sur, apenas un año antes,
y bajo la declaración de principios
de resolución para el conflicto su-
danés de Darfur, firmado en Julio de
2005. Tercero, se decidió no elimi-
nar las pocas instituciones existentes
para no crear nuevos conflictos, y
crear nuevas instituciones paralelas
y complementarias. Cuarto, todo lo
que se firmó en Abuja es transitorio
hasta que se realicen las elecciones y
el referéndum democráticos.
El documento se desglosa en tres
apartados fundamentales de nego-
ciación: a) seguridad; b) reparto de
caciones étnicas de representación
por parte de los Beja, y más impor-
tante, porque el gobierno de Jartum
apoyóalosmovimientosfundamen-
talistas islámicos en Eritrea en los
90. El Chad igualmente apoya la los
rebeldes contra el gobierno de Jar-
tum, ya que Sudán apoya a su vez a
los rebeldes que mantienen el Chad
en una guerra civil desde 2005.
Por el contrario, la Liga Árabe man-
tiene una posición de favoritismo
hacia el régimen de Jartum, princi-
palmente por cuestiones étnico-reli-
giosas y morales. Igualmente Rusia
tiene intereses en Sudán como mer-
cado de armas, especialmente de
aviones y otras máquinas de guerra
de gran calibre.
Entre los países que más tienen en
juego en Sudán se encuentra China,
ya que el 70 por ciento de las expor-
taciones de petróleo son hacia este
gigante asiático. La dependencia de
Sudán se hace plausible en todos los
ámbitos: comercio (21% de impor-
tación procedentes de China y 71%
exportaciones hacia China), arma-
mentístico (principal administrador
de armas menores que se ha proba-
do se usan en contra de la población
darfuriana, además de las tres fábri-
cas de tanques chinas en suelo suda-
nés), político (apoyo fundamental
frente a la ONU), etc.
La ONU, ya en marzo de 2005, fir-
mó dos resoluciones por las cuales
exigía el cese de las hostilidades y
la remisión de responsabilidades al
Tribunal Penal Internacional. Sin
embargo, el informe final, pese a
encontrar culpable al gobierno de
Jartum y al líder de los Yanyawid
de importantes crímenes de guerra
y contra la humanidad, no pudo es-
tablecer estas acciones como geno-
cidio por falta de intención delictiva
para eliminar un determinado grupo
de población. Por otra parte, pese
riqueza; c) reparto de poderes. En
cuanto a la primera, el gobierno se
compromete al desarme Yanyawid
y castigo de aquellos que violen el
cese el fuego. A su vez los rebeldes
se integrarían en las fuerzas arma-
das sudanesas en concepto ejército
y policía, a todos los niveles del es-
calafón. El segundo punto establece
una serie de concesiones para la re-
construcción de las zonas afectadas,
así como la concesión de un fondo
inicial de 300 millones de dólares
y otro anual de 200 millones. Pero,
el punto más importante es el terce-
ro, la negociación política. En este
punto se reconoce la necesidad de
representación de los movimientos
rebeldes a través de la reserva de 12
sillas en la asamblea nacional.
Seguramente el punto más impor-
tante de toda la negociación sea la
creación de nueva planta de la Au-
toridad Regional de Transición de
Darfur (TDRA). En este “gobierno”
estarían representados los rebeldes
en ocho de las diez sillas de las que
se compone, y estaría presidido por
el Asistente Superior del Presidente,
igualmente reservado para uno de
los miembros de los grupos rebel-
des, que ocuparía el cuarto lugar de
poder en todo Sudán. Éste a su vez
sería el jefe de las diferentes comi-
siones de transición creadas al afec-
to: Comisión de Reasentamiento;
Comisión de Reconstrucción y Re-
distribución de Fondos; Comisión
de Tierras en Pugna; Comisión de
Acuerdos de Seguridad; Consejo
de Paz y Reconciliación; Comisión
de Compensaciones. Este Asistente
Superior deberá ser consultado en
todos los asuntos y temas con res-
pecto a Darfur por parte del gobier-
no nacional.
Laseleccionesdemocráticas,previs-
taspara2009,seránmuyimportantes
para el control posterior de Darfur,
ya que todo el poder político deberá
que quedan en lucha se refundan en
otro movimiento para expresar su
rechazo a Minni Minnawi. Muchos
analistas políticos hacen de este pro-
blema el eje central de la excesiva
duración del conflicto, ya que al no
existir ningún líder común y repre-
sentativo, como el SPLM/A tenía
con John Garang, las facciones se
multiplican haciendo casi imposible
la negociación final.
También la extrema confianza que
sebrindaalospolíticosdeunoyotro
bando para la realización de los tér-
minos del tratado y su implicación
con la causa, por la prácticamente
inexistencia de objetivos concretos,
dejando un amplio margen para la
interpretación posterior y la reorde-
nación del gobierno después de las
ser reestructurado dependiendo de
los resultados de éstas. A su vez, el
referéndum, propuesto para 2010,
será muy importante, ya que será
el que decida sobre la naturaleza de
Darfur, su estatus como región autó-
noma y su división provincial inter-
na. Éste fue un punto importante en
las negociaciones deAbuja en 1994,
cuando se separó esta única región
en tres provincias administrativas.
Sin embargo son muchas las críticas
que se le pueden atribuir al tratado
de paz, principalmente, es que no ha
sido firmado por todas las partes del
conflicto, sino que fue una facción
la que se autoproclamó representan-
te del ejército rebelde. Esto se pone
de manifiesto cuando justo después
de la firma del tratado las facciones
elecciones de 2009. Esto es que des-
pués de las elecciones, el gobierno
resultante tendrá prácticamente car-
ta blanca para crear un gobierno a su
medida.
También es importante la baja im-
plicación de organismos internacio-
nales que procuren estabilidad y que
vigilen los procesos de democrati-
zación en la zona, así como el cese
total de las hostilidades, que no ha
llegado pese a los continuos incre-
mentos de fuerzas de paz de la ONU
así como de la UniónAfricana.
Para terminar me gustaría definir
tres corrientes de pensamiento ma-
yoritarias con respecto a la solución
en Darfur y en Sudán. La primera
corresponde a una corriente nacio-
nalista integradora, la cual lucha
contra las diferencias económico-
sociales dentro de un marco estatal
racializado. Esto es diversidad y
unión, extender la ciudadanía y la
plenitud de derechos, pero en seudo-
comunidades cerradas homogéneas
ex-líder del SPLM/A, ensalzó el
“Sudanismo” en oposición al Afri-
canismo o al Arabismo, es decir, la
superación de diferencias raciales o
religiosas para dirigirse a criticar de
la opresión y la injusticia en térmi-
nos de ciudadanos y no de grupos
étnicos.
Fuentes:
IDRIS,Amir H. : “Conflicts and politics of iden-
tity in Sudan.” Palgrave, MacMillan. 2005 New
York
RUIZ MIGUEL, Carlos: “Implicaciones geopo-
líticas del conflicto de Darfur”. Real Instituto
Elcano. Artículo publicado en www.realinsti-
tuelcano.org el 20/09/2004
GARCIA ENCINA, Carlota: “La comunidad
internacional y Darfur.” Real Instituto Elcano.
Artículo publicado en www.realinstitutoelcano.
org el 16/05/2005.
GARCIAENCINA, Carlota: “Darfur: estado de
la cuestión”. Real Instituto Ecano. Informe pu-
blicado en www.realinstitutoelcano.org
de WAAL, Alex: “Sudan: the Transitional Dar-
fur Regional Authority”. Artículo publicado en
www.allafrica.com el 14/07/2006
FLINT, Julie: “Fresh hopes from north Darfur”.
BBC (14/06/2007)
www.unmis.org sudan.usembassy.gov
www.elmundo.es www.sudantribune.com
www.bbc.co.uk www.time.com
étnico-racialmente.
La segunda es el separatismo, que
igualmente bajo el marco de la di-
versidad étnico-racial, aboga por la
separación de la población en di-
ferentes estados que respondan a
una supuesta homogeneidad. Esta
sea quizá la menos plausible, por
la práctica imposibilidad de separa-
ciones territoriales de poblaciones
homogéneas, esto es que la multiet-
nicidad está presente en todo el te-
rritorio y los grupos étnico-raciales
están dispersos, por lo que esta solu-
ción conllevaría movimientos forzo-
sos de poblaciones enteras.
Una tercera corriente sería la llama-
da “transformadora”, que aboga por
la deconstrucción de la ideología
etnificada y racializada para hacer
de éstas categorías irrelevantes en
las relaciones y derechos de la po-
blación. La democratización y el fin
de los conflictos en Sudán pasan por
la invención de nuevas tradiciones,
no por la glorificación de un pasado
parcial y nacionalista. John Garang,
Origen y características
de los héroes.
Aristóteles nos cuenta en su obra
Poética que la creación de un hé-
roe depende de la manera en que
una sociedad ve a las personas, es
decir, mejores de lo que son, como
realmente son o peores de lo que
son. Así el héroe es siempre una
propuesta o encarnación de unos
ideales, y esta idealización proviene
tanto de sus acciones como del valor
que los demás les diesen a estas. Te-
niendo esto en cuenta, la existencia
de un héroe dependía de la adhe-
sión de esa sociedad a esos valores.
Y precisamente, por esto último, se
hace una distinción entre el héroe
establecido, que sigue las directrices
de la moralidad imperante, y el hé-
roe alternativo o anti-héroe, que lu-
cha contra esos valores para intentar
sustituirlos por otros.
costumbres y maneras de ser que ca-
racterizaban a las personas de aque-
lla era. El surgimiento de este tipo de
personas es distinto, aunque similar,
según el autor que lo cuente; así
Hesíodo en los Trabajos y los Días,
dividió a los pobladores de la tierra
en cinco razas;
“los inmortales... crearon la Edad
de Oro de los hombres que hablan...
vivían como Dioses, dotados de un
espíritu tranquilo. No conocían ni el
trabajo, ni el dolor, ni la cruel vejez...
y se encantaban con festines, lejos
de todos los males y morían como se
duerme... Se convirtieron en Dioses,
por voluntad de Zeus... Después, los
habitantes de las moradas olímpicas
suscitaronunasegundageneración...
laEdaddePlata,quenoerasemejan-
te a la Edad de Oro ni en el cuerpo
ni en inteligencia... vivía muy poco
tiempo, abrumado de dolores a cau-
sa de la estupidez... El padre Zeus
Lo importante, por tanto, es lo que
hace este último modelo de héroe y
que se podría caracterizar por una
serie de criterios, como tener un
pensamiento independiente y actuar
conforme a esa manera de pensar re-
chazando e ignorando aquellas afir-
maciones que los demás vean como
normales y a él le parezcan incon-
gruentes. Para hacer esto, se nece-
sita eso que tienen todos los héroes
y él en mayor medida: valor y va-
lentía para ser en verdad auténticos
y consecuentes consigo mismos. Un
héroe es aquel que no compromete
sus ideas.
Sin embargo, el héroe que vamos
a tratar en este artículo es el de ese
mundo clásico, que era a un mismo
tiempo hombre y Dios, con las vir-
tudes y defectos que ambas condi-
ciones conllevaban y que de igual
modo que todos los héroes de todas
las épocas se regían por los valores,
suscitó una tercera raza de hombres
parlantes, la Edad de Bronce... vio-
lentas y robustos, estos hombres no
se preocupaban sino de injurias y de
trabajos lamentables de Ares... Des-
pués de que la tierra hubo escondido
esta generación, Zeus Cronida sus-
citó otra divina raza de héroes más
justos y mejores, que fueron llama-
dos Semidioses en toda la tierra por
la generación presente... Ahora es la
Edad de Hierro. Los hombres no ce-
sarán de estar abrumados por traba-
jos y de miserias durante el día, ni de
ser corrompidos durante la noche, y
los Dioses les prodigarán amargas
inquietudes...”
También Píndaro, un poeta griego
del siglo V. a.C., distinguió esta vez
no cinco razas, sino tres; dioses, hé-
roes y hombres. La raza de los hé-
roes se componía de seres nobles
y generosos, dones que les venían
dados por su naturaleza. Todos ellos
compartían ser hijos o descendien-
tes de un dios y un mortal como así
para satisfacer algún deseo divino.
Por regla general, en la consecución
de todas estas misiones eran protegi-
dos por algún dios que les solía sal-
vaguardar de los mayores peligros
y castigaban a aquellos que habían
intentado acabar con sus vidas.
Así, vemos que la vida de los héroes
era agitada. Pareciera como si estu-
vieran predestinados a hacer gran-
des proezas que les diesen gloria y
fama eternas al mismo tiempo que
encaminaban sus pasos en conseguir
la inmortalidad.
Ejemplos de este tipo de vidas pode-
mos hallarlos en los siguientes per-
sonajes que vamos a ver.
Ejemplos de héroes.
-Belerofonte.	 	
Era hijo de Poseidón, aunque para
sus congéneres estos orígenes divi-
nos fueran prácticamente descono-
cidos. Ellos le consideraban hijo de
Glauco y, por tanto nieto de Sísifo,
que era el fundador de la casa real
de Corinto. Su nombre viene de ha-
ber causado la muerte al tirano Be-
lero por cual tuvo que huir a Tirinte,
donde pretendía purificarse. En esta
ciudad la mujer del rey Preteo se
enamoró de él pero Belerofonte la
rechazó por lo cual ella le acusó de
haber intentado seducirla, clamando
que por esta afrenta fuera asesinado.
Las leyes griegas de la hospitalidad
impedían al rey acabar con él así
que le envió a Licia, donde reinaba
su suegro al que escribió para que él
se ocupara de acabar con la vida de
Beleronfonte. Yóbates planeó que
nuestro héroe se enfrentase al mons-
truo Quimera con la idea de que este
ser fuera el causante de su muerte
sucedió con Perseo (Zeus-Dánae),
Aquiles (Tetis-Peleo), Heracles
(Zeus-Alcmena) y un largo etcéte-
ra…
La época de la humanidad en la que
vivieron estos héroes fue verdadera-
mente dura, con unos peligros que
abarcaban luchas con monstruos
invencibles, asesinos que devasta-
ban regiones enteras, enfermeda-
des divinas, etc. Para luchar contra
estos peligros los dioses enviaban
a la tierra a sus descendientes. Eran
seres dotados de gran belleza, fuer-
za, virtud, inteligencia, generosidad
e ingenio. Gracias a estos dones les
podemos encontrar encabezando
ejércitos y guiándolos a la victoria
como Odiseo (Ulises), como parti-
cipantes de esas mismas batallas en
pos de la consecución de lo que ellos
consideran el bien, como Heracles
(Hércules). Se hacen cargo de mi-
siones para saldar deudas morales,
para obtener el amor de alguna prin-
cesa o el gobierno de algún reino o
Belerofonte y Quimera
pero el héroe venció con la ayuda
de su caballo alado, Pegaso. Des-
pués de esta victoria el rey le envió
a acabar con los salvajes y belicosos
habitantes de 	 Sólimos a los cuales
también ganó. Finalmente le ordenó
enfrentarse a las Amazonas y de
nuevo su enfrentamiento con ellas
fue un éxito.
Después de todas estas victorias el
rey de Licia se convenció del origen
divino de Belerofonte por lo cual le
ofreció que se quedara a su lado y se
casara con su 	 hija, Laodamia.Be-
lerofonte era honrado y venerado
como héroe en Corinto y Licia.
-Heracles.
Se le considera el más importante y
popular de entre los héroes. Sus ha-
zañas y 	leyendas son diversas y nu-
merosas. Pareciese que no hubiera
nada que no hubiera hecho. Luchó
contra monstruos, malhechores,
contra ejércitos enteros, contra dio-
ses, contra elementos de la natura-
leza, enfermedades e incluso contra
la muerte, y de todas estas batallas
salió victorioso.
Heracles era el hijo de Zeus y Alc-
mena que a su vez era nieta de Per-
seo y, como este, mortal. Al dios le
dominó la lujuria y adoptó la forma
deAnfitrión para 		 ya-
cer con Alcmena, cosa que la mujer
no hubiera descubierto sino se lo
hubiera dicho el adivino ciego, Tire-
sias.
Nueve meses más tarde, Alcmena
dio a luz a dos hermanos gemelos,
Heracles e Ificles (este hijo de Alc-
mena y su esposo Anfitrión). Zeus,
que se había propuesto que el prime-
ro de ellos se convirtiese no sólo en
el mortal más poderoso sino incluso
en un dios, engañó a Hera para que
le diese de 			
amamantar y de ese modo el peque-
ño bebiese la leche de la inmortali-
dad. Pero Heracles apretó con tanta
fuerza el pezón de la diosa que ésta,
dolorida, lo apartó de sí y cuando
supo que el pequeño era además hijo
ilegítimo de su esposo, se enfadó de
tal modo que acabó convirtiéndose
en la eterna enemiga del héroe.
En el primer intento de venganza la
diosa envió a la cuna donde dormían
Heracles y su hermano sendas ser-
pientesparaquematasenalosbebés,
pero no pudieron hacer nada frente a
la ya sorprendente fuerza del niño,
que las estranguló con sus propias
manos. Desde ese momento, Hera
no volvió a intentar matarlo direc-
tamente, sino que se valió de otros
métodos más sutiles para acabar con
su odiado enemigo.
Hidra de Lerma-Gustave Moreau
Heracles
Pero por lo que más se conoce a este
héroe es por sus famosos doce traba-
josdebidosalaobedienciaquedebía
Heracles a Euristeo, rey de Micena
que fue 	quien le encomendó las 12
pruebas que consistieron en:
-Acabar con el león de Nemea.
-Matar a la hidra de Lerna.
-Capturarvivaalaciervadeloscuer-
nos de oro y las pezuñas de bronce.
-Cazar al gran jabalí de Erimanto.
-Limpiar los establos deAugias, que
acumulaban suciedad durante 30
años.
-Matar a las aves del lago Estínfalo.
-Capturar al toro que Poseidón había
enviado para aterrorizar a Creta.
-Hacerse con el cinturón de la reina
de lasAmazonas, Hipólita.
-Capturar a los bueyes de tres cabe-
zas de Gerión.
-Coger las manzanas de oro del jar-
dín de las Hespérides.
-Capturar al perro Cerbero.
-Y domesticar los caballos de Dió-
medes.
Fueron estas doce misiones las que
le dieron la fama y las que le lle-
varon aquerer acabar con la tiranía
en el mundo, empresa en la que
acometió otras y 	 memora-
bles hazañas. Finalmente su muer-
te le fue provocada por su propia
esposa Deyanira. Heracles encargó
el cuidado de su mujer al centauro
Neso que intentó violarla, debido a
esto nuestro héroe mató al atacante,
pero antes de morir el centauro le
-Perseo.
AAcrisio, rey de Argos, se le profe-
tizó que un nieto nacido de su hija
Dánae sería la causa de la pérdida de
su trono y de su muerte. Para evitar
este trágico destino el monarca en-
cerró a la muchacha en una torre in-
accesibleparacualquierserhumano.
Zeus conmovido por la belleza de la
mujer y por suslamentos se introdu-
jo en la prisión en forma de lluvia
dorada fecundando de estamanera a
la chica. Nueve meses después, Dá-
nae daba a luz a Perseo.
El nacimiento del niño no perma-
neció oculto por mucho tiempo a
su abuelo que intentó acabar con
dio a Deyanira una túnica que según
él 	 serviría para evitar que He-
racles le fuera infiel. Esta prenda la
envió la mujer a su esposo cuando
éste estaba de viaje acompañado de
la bella Iole, en el momento en que
Heracles se la puso empezó a sufrir
grandes dolores provocados por el
veneno con el cual estaba empapa-
da la prenda. El dolor insufrible que
padecía le llevó a construir una pira
ardiente y ordenar a Filoectetes que
la encendiera. Pronto, los dioses le
sacaron de los Campos Elíseos del
Hades para subirlo al Olimpo y con-
vertirlo en uno de ellos casándole
con Hebe.
Perseo
él y con su hija arrojándoles al mar
metidos en un cofre. El oleaje les
hizo arribar a las costas de Sérifos,
gobernado por Polidectes, el cual se
enamoró perdidamente de Dánae.
Pretendiendo contraer 	 nupcias con
ella ,pero sabiendo de la oposición
de Perseo, planeó la forma de alejar-
lo de Sérifos y, por tanto, de la ma-
dre.
Fingiendo un matrimonio con Hipo-
damia, le pidió al hijo de Dánae que
le trajese como regalo la cabeza de
la Medusa, una de las tres Gorgonas.
Los dioses ayudaron a nuestro héroe
otorgándole diversos regalos como
el casco de la invisibilidad de Ha-
des, las alas de Hermes para surcar
los cielos velozmente, una poderosa
espada creada por Hefaistos y, por
último, un escudo sobre cuya bri-
llante superficie se eflejaría la ima-
gen de la gorgona, evitando de esta
manera el poder de ella, convertir en
piedra a todo aquel que le mirase di-
rectamente.
Finalmente, Perseo consiguió su
había atrevido a declararse más bella
que las nereidas, hijas a su vez del
dios de mar. Perseo se abalanzó rau-
do para rescatarla sintiéndose, desde
un primerinstante, profundamente
enamorado de la bella muchacha, a
la cual pidió en 	matrimonio.
Tras diversas y posteriores aventu-
ras Perseo y Andrómeda vivieron
felices en Grecia hasta que lo profe-
tizado en el nacimiento del héroe se
cumplió al viajar a Argos para par-
ticipar en unos juegos deportivos.
Durante su participación en la prue-
ba de lanzamiento de disco, al arro-
jar el objeto, el mismo acabó gol-
peando a un hombre que había entre
el público que murió en el instante.
Aquél hombre era su propio abuelo,
Acrisio. Horrorizado, Perseo quiso
renunciar al trono de Argos pero fi-
nalmente no tuvo más remedio que
aceptarlo.
Perseoacabógobernandosabiamen-
te junto a su mujer y, tras la muerte
de ambos, se les rindieron honores
divinos y se les situó juntos forman-
do una constelación con forma de
copa.
propósito y tras guardar la cabeza de
la Medusa en una alforja, huyó del
lugar montado en Pegaso, el caballo
alado nacido de la sangre derrama-
da de la Gorgona.Sobrevoló, en su
regreso, las costas de Etiopía donde
presenció una terrible escena; un te-
rrible monstruo se disponía a devo-
rar a una bella joven. Era esta, An-
drómeda, sacrificada a Poseidón por
culpa de su madre, Casiopea que se
Danae, de Tiziano
Pegaso,Belerofonte y Atenea, restos de la ciudad de Pompeya
Al fin y al cabo, personas.
Entonces, como ahora, los héroes
reciben una especial atención y aun-
que no se les venera de igual modo
sus acciones son, igualmente, reco-
nocidas por las personas que les ro-
dean. En la actualidad, desde el 11
de septiembre del 2001, el interés
sobre las historias heroicas se han
incrementado en todos los ámbitos
tanto por ejemplo, en la literatura
como en los comics cuyos superhé-
roes han sido trasladados a la gran
pantalla. E inclusive a los múltiples
objetos de que pueblan las estante-
rías de nosotros, los consumidores.
Aun así y en referencia al comien-
por las personas que le rodean y sus
formas de actuar son un modelo a
seguir.
Sin embargo, a mi entender, no hace
falta llevar acabo actos de suprema
heroicidad para ser considerado una
persona digna de tener en cuenta.
También lo son aquellos padres y
madres que arriesgan sus vidas cru-
zando mares y fronteras en pos de
una vida mejor para sus familias.
Aquellas personas que “multipli-
can” las horas de sus vidas diarias
para dárselas a los demás.
En mayor o menor medida todos
nos enfrentamos a nuestros miedos
y problemas. En mayor o menor
medida todos somos héroes.
zo del artículo el concepto de héroe
es muy elástico, de ahí que aquellas
personas, que por ejemplo, se qui-
tan la vida llevándose con ello la de
otros ciudadanos, con la excusa de
ayudar a llevar acabo unos ideales
culturales o políticos es idealizado
por aquellos que piensan lo mismo
que él y elevado al estatus de héroe.
Atenor de esto el héroe conlleva una
interiorización muy profunda de la
cultura y forma de vida de su socie-
dad y de la moral de la misma. En
todas las culturas los héroes son se-
res humanos, personas que ya sea en
vida o una vez fallecidos, sean reales
o productos de la imaginación, po-
seen valores altamente admirados
ELÁRBOLDELMUNDO
El eje de unión del Cielo con la Tie-
rra viene representado, para diver-
sos pueblos arcaicos, por el “árbol
cósmico” o “árbol del mundo”. Este
elemento es concebido a manera de
escalera que conduce al cielo. Cons-
tituye el equivalente del Pilar Sagra-
do. El árbol señala, en este caso, tal
como ha puesto de relieve M. Elia-
de, el centro del mundo.
La concepción del árbol, en el con-
texto cosmológico, forma parte del
universo representacional de los
pueblos primitivos. En cuanto dota-
do de raíces, el árbol aparece signi-
ficado bajo la cosmogonía, como un
ente que surge de la tierra y se nutre
de ella, elevándose hacia el cielo. El
citadoautorhabladelárbolcósmico,
y destaca su condición supranatural,
en el sentido de que, para el hombre
religioso, la naturaleza no es nunca
aparece señalado en diversos rela-
tos. La maternidad del árbol apare-
ce, así, como representación del ele-
mento generador, constituido por el
cosmos entero.
Ciertos pueblos altaicos representan
a la “Madre-Lago de leche”, asimi-
lándola a la madre nutricia del Pri-
mer Hombre, la cual se manifiesta
saliendo desnuda del “árbol cósmi-
co”, creencia que existió a lo largo
delaEdadMedia,comoindicaJean-
Paul Roux. Este autor consigna una
leyenda turca, según la cual, el héroe
Buqu y sus hermanos nacieron de la
asociación entre dos árboles, planta-
dos en la confluencia de dos ríos, y
un objeto luminoso “extraterrestre”,
simbolizando el poder de fecunda-
ción de los árboles, que aquí repre-
sentan el elemento femenino, como
así lo atestiguan, también, otras ver-
siones de dicha leyenda. En fin, lo
que aquí nos importa anotar, espe-
cialmente, es el carácter nutricio del
exclusivamente natural. En efecto,
la sacralidad del árbol trasciende el
ámbito de la Naturaleza, expresa
categorías cósmicas gnoseológicas,
vitales.
El sentimiento proteccionista que
despierta el árbol en amplios sec-
tores del mundo actual, tiene que
ver con una permanencia de ciertas
ideas sacralizadoras: al reivindicar,
hoy, la conservación de los bosques,
se retoma inconscientemente -acer-
tadamente- la idea originaria o pri-
mordial, según la cual, la existencia
equilibrada de la humanidad y de la
tierra toda, va íntimamente ligada,
según la idea ya anteriormente ex-
presada, a la existencia misma del
árbol.
ELÁRBOLNUTRICIO
Bajo su condición de soporte de
vida, el carácter nutricio del árbol
“árbol de la vida”, asimilado al “ár-
bol cósmico”, en cuanto dotado de
universalidad, por medio de la savia
vitalizadora, simbolizada en el “lago
de leche” de ciertos pueblos altaicos,
como ya hemos dicho.
La estrecha identificación entre
la Gran Madre nutricia y el árbol,
aparece reflejada, de manera feha-
ciente, en algunas representaciones
egipcias. En una de ellas, la figura
de la diosa emerge de entre las ra-
mas de un árbol, sosteniendo, en
una de sus manos, una bandeja de
viandas, y en la otra, un recipiente,
cuyo contenido vierte una segunda
figura, que se presenta arrodillada
junto al tronco del árbol; un tercer
personaje bebe del jugo que desti-
la el tronco de aquel. Una segunda
representación, de hacia 1310 a.C.,
con el mismo tema, muestra a un sa-
cerdote y a su mujer recibiendo los
dones, en forma de bebida, del dios-
árbol, mientras dos aves, con cabeza
humana, se inclinan sobre el tronco
de aquel. Podríamos citar otros tes-
timonios artísticos de recreación del
tema del árbol-dios con carácter nu-
tricio, o simplemente, garante de la
continuidad de la vida, cuando no
vitalizador; así, en una pintura de
hacia 1170 a.C., aparece el presiden-
te de Nejem y su mujer, en actitud
de oración, ante el dios-árbol (un si-
cómoro), el cual porta una bandeja
con viandas. En fin, en otra repro-
ducción, se ve a los dioses Athom,
Set y Thot escribiendo el nombre de
Ramsés II sobre el árbol sagrado de
Heliópolis.
La ligazón entre el árbol y el “jugo
vital” queda establecida en las cos-
mologías más antiguas de todos los
pueblos. El agua de vida representa,
entonces,elpodergenerador,noción
que se plasmará en los ciclos legen-
darios medievales. En la leyenda
del Grial, aparece la imagen de una
figurilla mesopotámica en la que la
diosa se representa en posición erec-
ta, sosteniendo, con sus dos manos,
un vaso manante; como igualmente
en una estela de Urnammu, de Ur,
en la que, entre otras escenas, se ve a
una diosa derramando agua del cie-
lo y, en un registro inferior, al dios,
en posición sedente, con una vara de
medir y una cuerda, ante un árbol.
ELÁRBOL
DE LASABIDURÍA
Del árbol emana la esencia de lo
creado; en él se perpetúa el milagro
de la vida; sintetiza el saber univer-
sal, nutre de sabiduría al hombre.
El árbol de la Ciencia representa,
fuente que mana bajo un árbol, sim-
bolizando el “centro”, de donde bro-
ta la fuerza vivificante elemental;
un tema, por lo demás, bastante fre-
cuente en la decoración de mosaicos
cristianos, donde aparece la copa o
el vaso del que surge el árbol de la
vida, como se observa, por ejemplo,
en el mosaico de Theodoulos (Tuni-
cia).
Sería interminable la relación de re-
presentaciones del tema del agua.
Aparece concebida como viático o
fuerza vital, en un relieve asirio, de
hacia 2400 a.C., en el que aparece
el dios elamita, en posición sedente
y tocado con cuernos, portando un
vaso de donde fluye una corriente
de agua; escena que se repite en una
árbol de la sabiduría
en efecto, la máxima reserva de
energía, la fuente del conocimien-
to. Valores éstos que no es posible
aprehender salvo a costa de arrastrar
grandes riesgos.
El esfuerzo por adquirir el fruto de
la sabiduría, se concreta en cierta
prueba, que el elegido, el héroe, o,
simplemente, el hombre, asume,
con frecuencia, en el contexto de las
cosmogonías, e, incluso, en los sim-
ples relatos populares. El Adán bí-
blico trata de probar y probarse a sí
mismo en la adquisición de un cierto
gradodesabiduría.Paralograrlo,era
menester coger la fruta prohibida.
Episodio éste que, se repite también
en el árbol del Jardín de las Hespé-
rides, cuyos frutos de oro, Hércules
trata de alcanzar y que simbolizan
“la dificultad de la sublimación”.
Tales árboles, dotados de cualida-
des inmanentes, gozan de carácter
sagrado; manzanos, en unos casos,
olivos en otros, son arropados por
una apariencia vulgar que, a primera
vista, los hacen irreconocibles -críp-
tica- excepto para los referidos espí-
ritus iniciados.
El árbol deja de ser, así, un mero ins-
trumento creativo -los dioses escan-
dinavos hicieron nacer, del tronco
de un árbol, a la primera pareja hu-
mana, y, los primitivos habitantes de
la Italia Central, los aborígenes, se
consideraban hijos de los árboles-,
para representar una forma de cono-
cimiento de orden superior, el más
preciado tesoro para el hombre.
El riesgo es insoslayable: según se
dijo antes, el logro de un objetivo
de alta significación, entraña un es-
fuerzo especial, que, a veces, con-
duce al destierro o a la muerte y, de
cualquier modo, ha de realizarse en
una situación de enfrentamiento con
algún ente debelador de la fuente de
la sabiduría.
La posesión del Conocimiento va
ligada, en todo caso, a la idea de
poder. No es extraño, pues, que los
intentos por apoderarse de aquel,
hayan sido considerados como una
forma de subversión de los valores
ortodoxos impuestos por la divini-
dad. Asociado (el saber), con fre-
cuencia, a un árbol, la obtención
del conocimiento supone el acceso
a un estado superior. Se pueden ci-
tar numerosos casos: en la saga del
Gran Khan, se habla de un árbol
misterioso, el cual, según consigna
J. Evola, afirma el poder universal
-imperium- a quien llegue hasta él
o cuelgue de sus ramas el escudo.
Dicho autor indica que la alusión a
un árbol seco, en algunas sagas me-
dievales, apunta al advenimiento de
un período de decadencia de ese im-
perium, que, según la tradición, res-
taurarían ciertos personajes como el
Preste Juan, el reyArturo o Federico
II deAlemania.
Como el propio Evola señala, dicha
imagen remite al tema idealizado de
la vuelta a la situación originaria,
es decir, a aquella que existía en el
Tiempo Histórico Primordial. En
esa esperanza nostálgica, se inscribe
la alusión a un árbol seco, que, en las
sagas medievales apunta al adveni-
miento de un período de decadencia
que habrá de ser superado cuando
llegue el día en que tal árbol rever-
dezca, coincidiendo con la idea de
un encuentro entre el mítico Preste
Juan y el no menos mítico rey Fede-
rico, en alguna medida, representan-
tes del Poder Supremo -Imperium-,
que también, como hemos dicho,
asumiría en otro caso el ReyArturo.
ELÁRBOL
DE LAINMORTALIDAD
Para el hombre, el logro de una de-
terminada forma de conocimiento
ha entrañado peligros. El Árbol del
Conocimiento o de la Ciencia, pasa,
así, a representarse como deposita-
árbol del mundo
rio del saber universal, que, en modo
alguno, podrá ser desvelado, sin que
ello acaree una serie de consecuen-
cias indeseables: ese mismo árbol,
que crecía junto al de la Inmortali-
dad, en el Paraíso, y que, más que
ninguna otra cosa, fue codiciado
por la primera pareja humana. ¿Qué
ocurre luego, cuando, en vez de pro-
curar adquirir el don de la inmorta-
lidad, el hombre se siente tentado,
en cambio, a probar del Árbol del
Conocimiento?. La inmortalidad
aparece, a través del relato bíblico,
como una condición insíta al pro-
pio estado virginal del hombre. El
conocimiento que el hombre ha ido
adquiriendo, a través de la historia,
es decir, mediante el estudio y la téc-
nica, representa una auténtica libe-
ración de la información contenida
en el universo, y es posible, merced
a una ininterrumpida lucha contra el
tiempo.
Prescindiendo del episodio bíblico,
hallamos diversas referencias a in-
tentos de obtención de la inmortali-
dad, por parte de diversos persona-
jes, en otras cosmogonías: el héroe
mesopotámico Gilgamesh, consi-
gue arrebatar el fruto del “Árbol de
la Vida”, después de luchar contra el
dragón que lo custodiaba; sin em-
bargo, después, se deja arrebatar el
fruto por una serpiente.
SOBRE ELLLAMADO
ÁRBOLDELIMPERIO
Las conexiones que cabe establecer
entre el Árbol de la Ciencia y el Ár-
bol del Imperio, aparecen dentro de
un orden de significados de carácter
tradicional, en el sentido de man-
tenedores y trasmisores de formas
primordiales. Como indica Evola,
y en relación con lo que ya hemos
apuntado, la presencia del árbol del
Imperio, en las leyendas tradiciona-
les, se halla en relación con la idea
de la recuperación de un poder per-
dido, con todo lo que ello conlleva.
La restauración del Imperium se
presenta así, como una aspiración,
como una esperanza, como un deseo
de reordenación del mundo cuando
éste se halle sometido a la inversión
de valores. En cuanto tal restaura-
ción, implica la “vuelta” a un estado
primordial, en cuya configuración,
el árbol, precisamente por su con-
dición de “centro” y representación
de la divinidad, asume un sentido
de unificador universal. El Árbol,
y más concretamente el Árbol del
Imperio, confiere la soberanía, aso-
ciada tanto al poder como a sabidu-
ría.Alejandro, el Preste Juan el Gran
Khan, y otras figuras regias de ca-
rácter universal, son entes suprahis-
tóricos, cuya condición dimana, de
alguna manera, de los árboles -solar
y lunar- representados por el Árbol
árbol de la vida
de la Ciencia y el Árbol del Imperio,
significando, con ello, el “regreso a
los orígenes”, la vuelta a ese estado
primordial al que ya nos hemos refe-
rido. En el ciclo del Grial, aparecen,
incluso, referencias al árbol “cen-
tral” del Paraíso, retomando, así, una
antigua idea de vuelta a los orígenes,
a través de la reinstauración del refe-
rido imperium.
Cabe pensar que las alusiones al Ár-
bol del Imperio, en los ciclos legen-
darios, naciesen de una readaptación
de temas tradicionales, pasados por
el tamiz de lo cristianizante; en rea-
lidad, el tema del árbol, en cuanto
“centro de poder” o, quizá, fuera
mejor decir, como dimanante -con-
feridor- de poder, puede rastrearse
tanto a través de las más antiguas re-
presentaciones iconográficas, como
de los testimonios escritos.
En cuanto al tema del árbol del Im-
perio, “centraliza” y resume el con-
cepto de poder universal, como he-
mos dicho; pero, precisamente poro
ello, se trata de una idea relacionada
con la capacidad para restablecer
un estado de “orden”, opuesto al
“caos”; esto es, un regreso al “estado
primordial”.
ELÁRBOLTRANSFORMADO
Hemos anotado oportunamente que
el ámbito físico y biológico en que
el hombre se mueve, en la Prehis-
toria, se presenta marcado por la
existencia de una simbiosis perfecta
entre los distintos elementos -vivos
o no- que lo configuraban. El refu-
gio que el árbol proporcionaba a las
sociedades prehistóricas, no era, por
ello mismo, solamente físico, sino
también espiritual y religioso. De
acuerdo con la comprensión integral
del universo, aspecto éste al que ya
hemos hecho referencia, el hombre
resultaba ser, de facto, indistinguible
de la propia Naturaleza.
Como diría Fiedrich Bollnow, al
referirse al espacio habitado por el
hombre, la relación primitiva, con
respecto al espacio, es la del hábitat
y no la de la intencionalidad. Para el
hombre arcaico, nada hay fuera de la
Naturaleza, como nada hay fuera de
él mismo. De ahí el que la sociedad
arcaica establezca unas relaciones
armónicas con el medio circundan-
te. El oikos era la casa, el árbol, la
cueva, la orilla del río. Sacralizar,
pues, el entorno, equivale a sacrali-
zar la vida de la propia comunidad.
Transformar la materia viva del ár-
bol en un elemento cualquiera, de
uso diario, exigía el concurso de
una técnica más o menos desarro-
llada; pero esto, en un estado arcai-
co, apenas alcanzaba a significar un
cambio morfológico: la materia del
árbol originaria, continuaba conser-
vando la textura, buena parte de las
irregularidades que le eran propias,
e incluso, en algunos casos, también
el olor propio del árbol del que aque-
lla formara parte; en una palabra: la
materia del árbol conservaba algu-
nas de las características de su natu-
raleza originaria, presentes en el ob-
jeto que hubiera sido fabricado con
ella: el héroe griego Polidoro, hijo
de Príamo, muerto por Polimestor,
lanzó contra aquél varias jabalinas
que luego se transformarían en ár-
pilar de Osiris
boles. La metamorfosis se produce,
igualmente, en el caso de la jabalina
lanzada por Rómulo en el Palatino,
y que, según la tradición, quedó con-
vertida en cornejo, arbusto cuyo ca-
rácter sagrado fue sancionado, pre-
cisamente, por un acto semejante.
MADERAS PRECIOSAS
Son numerosas las alusiones que, en
las mitologías del mundo antiguo,
se hacen a las maderas preciosas
procedentes de árboles sagrados; a
veces, como ocurre con el madero
de la cruz que sirvió de elemento de
inmolación a Cristo, el simbolismo
llega a trascender, realmente, el he-
cho religioso. Se trata, en este caso,
de una alusión implícita al “árbol del
mundo”, que aparece bajo la forma
de una transposición en el Árbol de
la Ciencia, o bien en el árbol seco de
las tradiciones nórdico-imperiales,
leyendas del ciclo artúrico y la lite-
ratura del Grial. ElArca de laAlian-
za estaría construida con madera del
Árbol de la Ciencia, concretamente,
con madera de acacia; como el arca
que contenía los restos de Osiris, el
dios solar egipcio, preceptor de los
hombres en los saberes agrícolas;
la misma clase de madera también,
con la que estaba construida el Arca
de las Reliquias, conservada en la
Cámara Santa de Oviedo y traída a
España, desde Jerusalén, por Santo
Toribio de Liébana en el siglo V, se-
gún unos, o por viajeros desconoci-
dos en el siglo VI, según otros.
La relación entre el Arca y la Cruz,
en el caso de las tradiciones cristia-
nas, es análoga a la relación entre
el Arca (de Osiris) y el Pilar de Set,
en la mitología egipcia. Sobre este
último, Henri Frankfort piensa que
representa a la diosa Hathor, fecun-
dada por un rey o un dios. Dicho au-
tor señala, igualmente, que los restos
que contenía el arca/pilar arrojada al
ríoNilo,lacualfuerecogidaporIsis,
correspondían a Osiris. Hay que ha-
cer, no obstante, una puntualización
importante: la Cruz y el Arca eran
dos cosas distintas para los cristia-
nos, mientras que el Pilar de Set y el
Arca (de Osiris) se confunden entre
sí, vienen a ser la misma cosa. Como
sea, no deja de resultar significativo,
por el simbolismo que ello encierra,
que, en ambos casos, el Arca (cris-
tiana) y el Pilar de Set (o arca egip-
cia) fuesen elementos transportados
por las aguas, antes de llegar a su
destino.
Entramos, así, en la presentación de
un aspecto que juzgamos de interés.
Nos referimos al acto ritual de de-
positar al recién nacido en una cesta
hecha de juncos, de mimbres o de
espigas. Dos extremos cabe desta-
car: uno de ellos se refiere al contac-
to del niño con el árbol, que tiene un
sentido y que alcanza, también, por
extensión, al habitáculo constituido
por el cestillo de mimbre o espigas;
Moisés, Dionisios, Tammuz, el mis-
mo Jesucristo, son depositados en
cestillos confeccionados con ele-
mentos vegetales. El orto extremo
a destacar, concierne al significado
cosmológico de la afinidad entre la
Naturaleza y el ser humano, afinidad
que disminuye en la medida en que
el elemento vegetal vaya siendo so-
metido a diferentes fases de manipu-
lación por parte del hombre.
arca de la alianza
“La fantasía, aislada de la ra-
zón, solo produce monstruos im-
posibles. Unida a ella, en cambio,
es la madre del arte y fuente de
sus deseos.”
Sin duda en la época que le toco
vivir a Goya, la razón era el leit-
motiv de los intelectuales, una
búsqueda y recuperación de la
cultura clásica, que chocaba en
muchos aspectos con la hegemo-
nía de la religión, las supersticio-
nes populares y las formas de go-
bierno despóticas sustentadas en
monarquías absolutistas.
Pero muchos factores de esta épo-
ca terminarían con lo que se pasó
a llamar Antiguo Régimen
Y aquí vamos a observar breve-
mente tales hechos de los que
Goya en mayor o menor medida
fue testigo y pudo plasmar en sus
obras.
del sucesor Felipe V y mediante
diversos tratados o bien tomando
partido por uno o por otro, se im-
pidió que quien reinara en Espa-
ña, lo hiciera también en Francia,
además de mermar y dividir el
Imperio en que antaño nunca se
ponía el sol.
Pero dentro de la propia España,
también había partidarios de Feli-
pe V y partidarios del archiduque
Carlos, la mayoría de los últimos
estaban en los territorios que an-
tes fueron reinos de la Corona
de Aragón, aunque realmente,
este hecho, no era del todo exac-
to, ya que tanto en Castilla había
austracistas, como en Aragón y
Cataluña había borbónicos, esta
circunstancia se debía a que en
el Imperio regían leyes diferentes
heredadas de los antiguos reinos,
y mientras en Cataluña y Valen-
cia había una situación en la que
El fin de losAustria y principio de
los Borbón.
Aunque tendría que pasar casi me-
dio siglo para que naciera Goya
(1746), es im-portante conocer
el hecho que aconteció nada más
empezar el siglo XVIII.
Carlos II, el último rey de la di-
nastía de los Austria en España,
moría sin dejar descendencia,
pero en sus últimas voluntades
se pronunció a favor de Felipe V,
que a pesar de ser de la dinastía
francesa de los Borbones, estaba
emparentado por su abuela con el
rey español, el otro pretendiente
si era de la dinastía de Austria,
era el archiduque Carlos, la dis-
puta por el trono de España estaba
servida, varios reinos europeos,
principalmente Inglaterra, temían
que el Imperio se ampliase con
la inclusión de Francia por parte
no interesaba cambiar, en Castilla
se esperaba mayoritariamente un
cambio. Pero tomar partido por la
casa de Austria, pasaría factura a
los reinos de la antigua Corona de
Aragón, la política más centrali-
zada de los Borbones, y en cierto
modo, la venganza, por ser leales
al archiduque Carlos, les costaría
el perder sus fueros.
Una vez asentado definitivamente
en el trono, Felipe V, tuvo un rei-
nado muy firme, pero no exento
de levantamientos, sobre todo en
Cataluña. Felipe V reinó durante
mucho tiempo, pero curiosamen-
te, reinó en dos ocasiones. De
1715 a 1724 comenzó su primera
etapa, abdicando este último año
en su hijo Luis I.
Luis I, es un rey casi desconoci-
do por su escasa incidencia en la
historia de España, solo reinó de
enero a agosto de 1724, y en todo
momento fue un títere de su padre
que no había dejado del todo el
poder. Luis I falleció con tan solo
17 años, reasumiendo de nuevo el
trono su padre.
Las razones de abdicación de Fe-
lipe V, no son del todo claras, pero
se sospecha que su intención era
la de volver a Francia para tomar
posesión de su trono. En cual-
quier caso, la merma del territorio
del Reino de España que ocasio-
naron las decisiones tomadas en
el Tratado de Utrecht, fueron sub-
sanadas en parte por Felipe V que
recuperó las posesiones italianas,
para que gobernaran los hijos de
su segunda mujer, Isabel de Far-
nesio, que procedía de Parma,
creando así estados satélite, que
si bien no ampliaban el Reino, al
menos ampliaban su influencia.
Además de Luis I, cuyo reinado no
tuvo ninguna trascendencia, here-
gente en ese momento, el abso-
lutismo. El abuelo de Felipe V,
Luis XIV de Francia, el conoci-
do como Rey Sol, es el ejemplo
de muchos reyes de la época.
Los reyes absolutistas, elimina-
ron muchos de los privilegios de
los antiguos señores feudales,
convirtiéndoles a la postre en cor-
tesanos ociosos, con muchos pri-
vilegios respecto al pueblo llano,
pero sometidos a la ley y gobier-
no del rey. Un noble ya no tenía
potestad para gobernar ni dictar
leyes aunque si tenía prerrogati-
vas en su feudo, pero nunca po-
drían contravenir las directrices
del monarca, ahora tenía que
obedecer los dictados reales, y su
máxima expectativa política era
ser ministro o consejero real, que
no era ninguna minucia, pues en
algunos casos podían ser validos,
que eran los que gobernaban el
reino en la práctica, ya que mu-
chos monarcas llevaban una vida
ociosa, pero en cualquier caso, el
que tenía la última palabra, era el
rey, todo dependía de la habilidad
del valido y de la mentalidad del
rey, que podía estar más o menos
implicado en la política del estado.
Un ejemplo de esta situación es
la frase atribuida a Luis XIV;
L’État, c’est moi (El Estado
soy yo), que a pesar de que esa
era la realidad, no hay constan-
cia de que la dijera realmente.
La Ilustración de la que hablare-
mos más adelante, hizo replantear
algunos aspectos en el gobierno
de los monarcas. Muchas monar-
quías europeas optaron por me-
jorar la vida del pueblo, una me-
dida inteligente, que no buscaba
cambiar el sistema si no cambiar
algunas situaciones para evitar
tensiones que podrían provocar
dó el trono el hijo de su primera
mujer, Fernando VI, hermano me-
nor del anterior, y posteriormente,
el de su segunda mujer, Carlos III,
del que hablaremos más tarde.
En este periodo que va desde el
reinado de Felipe V a Carlos III,
se hicieron grandes innovaciones
como crear las Reales Academias
de la Lengua, Las Artes, la His-
toria...
Un hecho curioso, respecto al
odio que generó Felipe V du-
rante la Guerra de Su-cesión y
su reinado en algunas zonas de
España es el de poner su retra-
to colgado al revés, como su-
cede en el Museu de l’Almodí
de Xàtiva población que fue
quemada durante este conflicto.
El absolutismo y el despotismo
ilustrado.
La dinastía de los Borbones es
el más fiel exponente de la for-
ma de gobierno que estaba vi-
revueltasyquetodosiguieraigual.
Se realizaron obras que embe-
llecieron las ciudades y que me-
joraban las condiciones de salu-
bridad notablemente, con el fin
de mantener al pueblo contento,
pero en ningún momento se con-
taba con la opinión de éste. Es
lo que se definió como despotis-
mo ilustrado. Todo para el pue-
blo, pero sin el pueblo, esa era
la frase que definía este régimen.
Luis XIV, dispuso, la construc-
ción del Palacio de Versalles,
ejemplo de la fastuosidad de su
reinado, y modelo para otras mo-
narquías de la época. Su políti-
ca dio gran esplendor a Francia
en todos los sentidos, dando lu-
gar a figuras tan brillantes como
Molière y Racine entre otros.
En este ambiente intelectual tan
floreciente, surgieron las princi-
pales figuras de la Ilustra-ción.
Los tapices tenían una impor-
tancia muy destacable para los
artistas de aquella época, pues
muchos de ellos, como Goya,
comenzaban trabajando para la
Corte, realizando cartones, que
servían para realizar tapices
Estos tapices, reflejaban el ideal
de felicidad que querían ver en
la Corte, ya que lejos de reflejar
la realidad, ofrecían un mundo
ideal en algún caso denominado
Arcadia, en el que se podían ver
al pueblo en situaciones bucó-
licas y exentas de sufrimiento.
En este cartón para tapiz rea-
lizado por Goya vemos a
dos “campesinos” sentados,
disfrutando de la cosecha.
Estos personajes son los que
se denominarían majos o ma-
jas, una representación ideal del
pueblo español, que estaba muy
en boga en la Corte de Madrid.
Pero Goya hacía esto para po-
der trabajar en la corte, a él
este mundo ficticio no le gusta-
ba nada y prefería expresar en
sus pinturas la realidad, paro-
dias crueles y esperpénticas de
la realidad o mundos imagina-
rios que atormentaban su mente.
En estos cuadros que pintó Goya,
el idílico ambiente de los tapi-
ces se torna en la realidad que
Goya prefería plasmar a modo
de protesta y que algunos ami-
gos ilustrados le demandaban.La vendimia, Goya
Palacio de versalles
La educación se basaba en un te-
mor reverencial al maestro, que
obligaba a los niños a aprender la
lección no por el interés que les
pudiera inspirar las palabras del
profesor y el gusto por aprender,
sino por el temor a recibir una
En este cuadro vemos a niños ju-
gando, de diferentes clases socia-
les, yendo muy mal vestidos los
pobres, cosa que los tapices no
reflejaban nunca, y peleando por
la botella de vino que se ha roto.
paliza.. Los niños jugaban, pero
lejos de lo que se quería ver en la
Corte, también peleaban, y esto
se debía en parte al alcoholismo
infantil que en aquellos tiempos
causaba estragos.
La Ilustración y el Neoclasicis-
mo.
El movimiento intelectual que se
conoce como Ilustración cuajó en
el siglo XVIII, con la creación
de La Enciclopedia, por Diderot
y D’Alembert en donde colabo-
raron pensadores como Mon-
tesquieu, Rousseau y Voltaire.
Aunque ya existían corrientes de
pensamiento similares en el siglo
XVII, el momento decisivo de la
Ilustración fue el XVIII.
Los ilustrados, defendían el racio-
nalismo, frente a la fe que había
guiado la vida de la sociedad me-
dieval y la idea de que todo gira-
ba en torno al Hombre frente a la
religión, que decía que todo gira-
ba en torno a Dios. Estas ideas ya
aparecieron en el Renacimiento,
pero, el inmenso poder de la Igle-
sia, no podía permitir que esas
ideas tuvieran difusión, y las per-
siguió con dureza, consiguiendo
que éstas no llegaran a triunfar
hasta mucho mas tarde. Un ejem-
plo de esto es el de Galileo al que
obligaron a abjurar de su teoría
heliocéntrica.
Ellos basaban sus ideas en la ra-
zón, que pretendía acabar con tra-
diciones absurdas, supersticiones
y tiranías, en definitiva con irra-
cionalidades. Intentaban acabar
con el absolutismo, para impo-
ner un nuevo régimen, llegando
a conseguirlo con éxito con la
Independencia Americana y la
Revolución Francesa, en otros ca-
sos consiguieron suavizar algunas
actitudes despóticas de los gober-
nantes.
Estas ideas, desarrollaron la cien-
cia, convirtiéndola en lo que es
hoy en día, es-tableciendo mé-
todos estrictos que convirtieron
una ciencia primitiva e inexacta,
en la que se llegaba a conclusio-
Mengs hizo creer con este cuadro
a su amigo Winckelmann que se
trataba de una pintura pompeyana
que representaba a Zeus con Ga-
nímedes, el copero de los dioses,
siendo íntegramente obra suya.
Winckelmann murió sin descu-
brir la verdad y la incluyó en sus
tratados como obra de la época
clásica.
El Neoclasicismo cuidaba mucho
las proporciones del cuerpo hu-
mano y daba una expresión muy
serena a los personajes retratados,
era un estilo muy perfeccionista y
sereno, hasta la frialdad en algu-
nos casos, frente a la teatralidad
barroca, que ya comenzaba su
decadencia en los tiempos en que
Goya se estaba formando. Goya
nunca se decantó por ninguno de
estos estilos creando su estilo pro-
pio y usando unas ideas u otras
según lo que él quería plasmar.
Los artistas neoclásicos reivin-
dicaban la intelectualidad de su
trabajo, ya que los pintores y
escultores hasta entonces se les
clasificaba como artesanos, igual
que los alfareros, carpinteros, al-
bañiles, etc.
Ejemplo de ello, era que en siglos
anteriores el propio Velázquez,
que consideraba que merecía per-
tenecer a la Orden de Santiago,
no pudo hacerlo pues no era noble
ni se le clasificaba de intelectual,
por lo que, dijo que, debido que
trabajaba para el Rey, tenía la su-
ficiente categoría social para ello,
y así fue admitido, pero no por
pintor.
El cuadro de las Meninas lo pintó
con anterioridad a su admisión en
la Orden, pero, cuando lo consi-
guió, lo retocó pintándose en el
pecho la Cruz de Santiago
nes probando técnicas inexactas
que con suerte daban resultados
acertados, en una ciencia metódi-
ca que no da por sentado nada si
no es demostrable de una forma
fidedigna, y que desestima, los re-
sultados obtenidos de una manera
inexacta..
Se admiraba en esta época, la filo-
sofía clásica, su ciencia y su arte,
y el Neoclasicismo fue la corrien-
te artística que más predicamento
tenía en este ambiente ilustrado.
Este estilo, bebía de las fuentes
grecorromanas, estableciendo
como perfecto el canon de belle-
za clásica, en una época en que
se estaban descubriendo impor-
tantes yacimientos arqueológicos
como los de Pompeya y Hercula-
no. Unos principales precursores
de este estilo artístico fueron el
historiador Winckelman y el pin-
tor Mengs, este último era pintor
de Carlos III y estaba a cargo de
la dirección artística de la Real
Fábrica de Tapices de Santa Bár-
bara, coincidiendo durante algu-
nos años con Goya que en aquel
momento aún no era bastante co-
nocido.
El gobierno en España y las in-
fluencias de la ilustración.
En España, la Ilustración entró
con mucha dificultad, las refor-
mas que se hicieron, no pasaron
de ser superficiales. La tradición
católica estaba férreamente asen-
tada y la Inquisición con el apo-
yo de la realeza se encargaba con
vigor de que esta situación se
mantuviera en los temas religio-
sos y sociales, por otra parte, los
nuevos monarcas borbónicos que
apreciaban mucho el arte y eran
grandes mecenas, mejoraron las
infraestructuras y embellecieran
las ciudades. Carlos III fue un
buen ejemplo de ello, transfor-
mando como es bien conocido,
la Villa y Corte de Madrid. Pero
no hay que olvidar que muchas de
las medidas tomadas por los mo-
narcas eran claramente despóticas
y no olvidando que muchas eran
beneficiosas para el pueblo la ma-
yoría se decidían sin preocuparse
de si el pueblo las quería o no.
en boga en otros países europeos
y no permitía pasar tan desaper-
cibido.
Pero la verdadera ilustración es-
pañola apareció con figuras como
Jovellanos entre otros. Personaje
al que retrató Goya, y con el que
a partir de entonces comenzaría
una trayectoria ascendente, retra-
tando, numerosos burgueses, no-
bles e incluso a los reyes.
Aumentó notablemente la pobla-
ción, aunque no la esperanza de
vida que era de unos 30 años,
siendo el caso de Goya extraordi-
nario, que a pesar de su enferme-
dad llegó a los 82 años, las cau-
sas fueron la disminución de la
mortalidad infantil y el desarrollo
agrícola e industrial, en España
también descendió la emigración
a América y también descendió la
persecución por motivos religio-
sos.
Se quiso llevar a tal punto la
transformación, que ocurrieron
sucesos, como el Motín de Esqui-
lache, cuyo detonante fueron las
normativas que este ministro (Es-
quilache) de Carlos III, impuso
sobre la indumentaria de los es-
pañoles, obligándoles a cambiar
su vestuario por otro al que no
estaban acostumbrados, aunque
es sabido que las razones de este
motín, no fueron solo estas, sino
el encarecimiento de los bienes
básicos, el hambre causado por
unas malas cosechas y que estas
normas vinieran impuestas por un
ministro extranjero, Esquilache
era italiano.
La reforma tenía como fin el de
conseguir una mayor seguridad
en las calles, y por eso se prohibió
vestir con capas largas y chamber-
gos (sombreros de ala ancha), con
los que se podía ocultar el rostro
fácilmente y esconder armas y se
impuso la capa corta y el sombre-
ro de tres picos, que estaba más
imagen del Motín de Esquilache, pintada por Francisco de Goya.
después del motín, la norma fue eliminada y
Esquilache destituido.
En España la agricultura, no dio
más producción por su moderni-
zación sino por la ampliación de
tierras de cultivo.
Los ministros ilustrados llevaron
a cabo obras de mejora de la in-
fraestructura, como el Canal de
Castilla, o el Imperial de Aragón.
Se repobló Sierra Morena, que
estaba muy despoblada desde la
expulsión de los moriscos. Y mi-
nistros como el Conde de Aranda
vieron frustrada su intención de
conceder tierra a los jornaleros,
por la fuerte oposición de nobles
y eclesiásticos que aún siendo en
muchos casos baldías, les perte-
necían y no querían desprenderse
de ellas.
Jovellanos elaboró un informe
que dio lugar a la política preten-
dida por Aranda.
El Estado creó las “Fábricas Rea-
les”, que tenían como misión ser-
resto del Pueblo.
En la convocatoria de 1789, el
Tercer Estado, compuesto por la
Burguesía, que cada vez era más
abundante y culta, y que estaba
influida por las ideas novedosas
de la Ilustración protestó por la
injusticia que suponía el tener
cada Estado la misma representa-
ción, ya que la Nobleza y el Clero,
siempre solían estar de acuerdo,
frente al Tercer Estado, ganando
siempre en todas las votaciones, y
haciendo que nada cambiara.
Por razones de malas cosechas
la población estaba padeciendo
una hambruna, llegando a esca-
sear algo tan básico como el pan
y al no ponerse de acuerdo en las
políticas que querían solucionar
estos problemas, el Tercer Estado
formó la Asamblea Nacional, a la
que se unieron algunos miembros
del bajo clero y nobles liberales.
La Asamblea Nacional se com-
prometió a no disolverse hasta
que Francia tuviera una Consti-
vir de modelo para la iniciativa
privada, ya que el aumento de la
población demandaba más pro-
ductos manufacturados, pero no
eran rentables y no cumplieron su
propósito. Sin embargo en Cata-
luña, si se desarrolló con un éxito
aceptable la industria textil, pero
el desarrollo no era ni la sombra
de lo que ocurría por ejemplo en
Gran Bretaña. El Estado ayudaba
a la industria española, con medi-
das proteccionistas, ya que no te-
nía el suficiente éxito económico.
La Revolución Francesa.
Los Estados Generales eran una
asamblea convocada por el Rey
de Francia, que estaban organi-
zados, en tres partes y cada una
con un voto; el Primer Estado,
representando a la Nobleza, el
Segundo, representaba al Clero y
el Tercer Estado representaba al
Jovellanos retratado por Goya
La Libertad guiando al Pueblo, cuadro de Delacroix
tución (Juramento del Juego de
Pelota). El 14 de julio, el pueblo
se sublevó ante la amenaza de
Asaltar la Asamblea por parte de
tropas reales, tomaron la cárcel-
fortaleza de la Bastilla, ya que en
ella había presos políticos.
La revolución se extendió pronto
a todo el país, levantándose los
campesinos contra los privile-
gios feudales de los señores y la
Asamblea abolió los privilegios
y el régimen feudal. En el mismo
mes de agosto se proclamaron los
Derechos del Hombre y el Ciuda-
dano, que fueron los fundamentos
en que se basó la creación de la
Constitución. Dicha declaración
defendía los principios de igual-
dad, libertad, el derecho inviola-
ble a la propiedad y la soberanía
de la nación y no exclusivamente
del monarca como hasta enton-
ces.
Aunque al principio se pensó en
una monarquía parlamentaria,
sistema que funcionaría con éxito
en Gran Bretaña, pronto las dife-
rencias entre los feuillants, parti-
darios de esta primera opción y
los jacobinos que preferían una
república, dieron lugar, a perio-
dos muy turbulentos.
Se estableció la Asamblea Legis-
lativa, pero a la postre, las deci-
siones se tomaban en los Comités
Revolucionarios y en la Comuna
de París, con mayoría jacobina.
Países comoAustria y Prusia, ante
el cariz de los acontecimientos,
tomaron la decisión de proteger
a la monarquía francesa, temien-
do que la revolución les llegara a
ellos también, lo que provocó ma-
yor hostilidad hacia el rey, por la
intervención extranjera.
Finalmente la Asamblea Legis-
lativa fue disuelta, una nueva
mente. Se instauró el Directorio y
con él, la nueva Constitución, la
de 1795, menos avanzada que la
de 1793, manteniendo el regimen
republicano y la separación entre
Iglesia y Estado, pero eliminando
algunos avances sociales como el
sufragio universal.
El directorio se enfrentó a revuel-
tas populares, pues los cambios
que se preveían en la revolución,
no eran tan drásticos como espe-
raban muchos, y también golpes
de Estado surgidos de diferentes
corrientes políticas, hasta que Na-
poleón Bonaparte dio el definiti-
vo y se proclamó cónsul, acaban-
do al fin con la revolución, pero
manteniendo los principios que la
promovieron.
Asamblea denominada Conven-
ción proclamó la Republica en
septiembre de 1792. La tesis ja-
cobina de Robespierre determinó
juzgar y guillotinar a Luis XVI.
Este recrudecimiento movilizó
una coalición de países para lu-
char contra Francia. La Conven-
ción redactó una nueva constitu-
ción mucho más democrática y
tomó una serie de medidas entre
las cuales destaca la de crear un
ejercito de un millón de personas
para defender la revolución de los
peligros externos o internos.
Pero la revolución aún se compli-
có todavía más, la preocupación
ante las alianzas que se estaban
formando en Europa para frenar-
la, hizo que se produjeran ten-
siones entre los propios revolu-
cionarios, y esto desencadenó un
periodo que se denominó El Te-
rror (1793). Los jacobinos se radi-
calizaron cada vez más, y grupos
formados por los grupos sociales
más pobres (sans-culottes), acu-
saban a los girondinos, escisión
de los jacobinos más moderada,
de demasiado moderados e inclu-
so de traidores. Muchos girondi-
nos fueron ejecutados.
En este caos, los jacobinos aca-
baron siendo victimas de su pro-
pia política, siendo guillotinados
algunos de ellos, debido a sus
excesos. Entre ellos el propio Ro-
bespierre, con cuya ejecución en
julio de 1794 acabó el periodo
del Terror.
Finalmente los girondinos toma-
ron el poder pero esto no terminó
de estabilizar Francia, se suce-
dieron revueltas populares que
se vieron reducidas, la burguesía
moderada había tomado el con-
trol de la revolución definitiva-
Napoleón como primer cónsul
Pero no nos olvidamos de Goya,
en aquel entonces el pintor ya
empezaba a padecer los síntomas
de una enfermedad que le había
dejado sordo, al parecer, el uso
del plomo en las pinturas, había
desarrollado lo que se denomina
saturnismo, produciendo daños
irreversibles en el cerebro y esto
le provoco con el tiempo su sor-
dera y su demencia, su estado de
animo era muy variable, no se
sabe si debido al saturnismo o a
sus genes, ya que se sabe de fami-
los desmanes que se estaban de-
sarrollando producían gran temor
Se dice de una de las obras de Cá-
diz que a pintó cuando se enteró
de la ejecución de Luis XVI, El
naufragio
En estos momentos, por el tema
de la obra y por el desgarro que
muestra en ella, se puede dedu-
cir que Goya se encontraba ator-
mentado por sus pensamientos.
No se puede saber si la ejecución
del monarca le afectó, pero des-
de luego su animo era claramente
sombrío. Las ideas de Goya coin-
cidían mucho con las de la Ilus-
tración que promovió la Revolu-
ción, pero sus formas le parecían
tan crueles que no terminaban de
gustarle del todo.
No es que la monarquía fuera muy
del gusto de Goya, pero había
acontecimientos que producían la
zozobra y la preocupación a cual-
quiera que tuviera un mínimo de
sentido común.
La familia del Infante Don Luis.
En esta composición de Goya,
donde el mismo se autorretrata,
podemos ver una serie de perso-
najes que tuvieron una relación
muy importante para Goya y que
llegaron a jugar un papel impor-
tante en la historia.
Carlos III, temiendo que su her-
mano menor, que tenía ideas li-
berales y llevaba una vida llena
de juergas, pudiera optar al trono
tras su muerte, y lo forzó a que
se casara con una dama zarago-
zana de familia adinerada pero
de la baja nobleza, declarándose
este matrimonio morganático, es
decir, perdiendo el derecho a ac-
ceder al trono, por casarse con
liares suyos que acabaron sus días
en el manicomio de Zaragoza,
pues bien, durante las temporadas
que pasó en Cádiz en casa de su
amigo Sebastián Martínez, para
recuperarse de sus males, realizó
una serie de pinturas en hojalata
en la cuales se podía ver su estado
de animo con bastante claridad.
Muchos de los acontecimientos
de la Revolución Francesa suce-
dieron en esta época, y aunque se
movía en ambientes ilustrados y
el mismo tenía ideas ilustradas,
El naufragio, de Goya
una persona que no era de fami-
lia real o de la alta nobleza. En
este cuadro podemos ver en el
centro a ambos, a Doña Teresa de
Vallabriga y al Infante Don Luis
Antonio de Borbón, el ambiente
es distendido, cosa poco habitual
en los retratos de la época, que
eran mucho más formales. A ella
la están todavía peinando y él se
entretiene jugando con las cartas,
mientras los cortesanos les atien-
den. Goya aparece pintando a la
izquierda y tanto el Infante, como
su hijo, el niño que hay detrás de
él, Luis María, a la izquierda, es-
tán de perfil, tal y como figuran
los reyes en las monedas, guiñó
del pintor, en el que de una mane-
ra sutil, manifiesta sus preferen-
cias. El Infante niño, va de azul,
color de los borbones que tienen
derecho al trono, de hecho.
Don Luis Antonio, tenía una for-
mación española, mientras que
Carlos IV, hijo de Carlos III, se
había educado en Italia, esto, era
un obstáculo, para Carlos IV, y la
posibilidad de conseguir el trono
para Don Luis Antonio. Pero ya
se encargó Carlos III de eliminar
a Don Luis de la línea sucesoria,
enviándole con su pequeña corte
a Arenas de San Pedro, en Ávila,
tras su matrimonio morganático y
perdiendo el apellido Borbón, él y
sus sucesores.
El Infante Luis María, que toma-
ría en un principio el apellido Va-
llabriga, ya de adulto, dirigiría la
regencia, durante el tiempo de la
expulsión de los franceses, de la
que hablaremos más adelante, y
hasta que Fernando VII volviera
a España. Tanto él como su padre
tenían el título de Cardenal, ya
que en aquella época era un car-
go político más y no se requería
jurar los votos sacerdotales para
ello, sin embargo Luis María al
contrario que su padre si tomo las
órdenes sacerdotales.
Maria Teresa, la niña mayor, he-
redó el título de condesa de Chin-
chón que también tenía su padre
y se casó con Godoy, personaje
político de gran relevancia. Goya
tenía un aprecio por ella muy
La familia del infante don Luis de Borbón
grande, y le haría uno de los más
hermosos retratos, al igual que a
sus hermanos.
Maria Luisa, la niña pequeña, se
casó con Joaquín José de Melga-
rejo y Saurín, noble murciano que
medró durante el reinado absolu-
tista de Fernando VII
Los tres hermanos, que perdieron
con su padre el apellido Borbón,
por orden de Carlos III, lo recu-
peraron, con su hijo Carlos IV,
mucho más benévolo.
Napoleón y la Guerra de
Independencia.
En 1800 Napoleón Bonaparte es
el Primer Cónsul de Francia y
actúa militarmente contra las na-
ciones enemigas de la Revolución
les, aunque mantuvo el control de
la prensa y censuró obras litera-
rias y teatrales, la enseñanza y las
bellas artes.
Desarrolló económicamente el
Imperio, pero a pesar de los im-
puestos, le costaba mantener el
ejercito frente a las amenazas ex-
ternas.
En Rusia, perdió muchos hom-
bres sin que los rusos les hicieran
frente, debido a que en un país tan
enorme se retiraban dejando las
ciudades y pueblos vacíos de per-
sonas y alimentos y los franceses
morían de hambre y frío.
La reina Maria Luisa, mujer de
Carlos IV, tenía en el ministro
Godoy a un favorito, y forzó que
se casara con Maria Teresa de
Borbón, de la que hablamos an-
tes, esto por otra parte impulsó la
carrera religiosa de su hermano
Luis María.
(Gran Bretaña, Prusia, Austria,
etc.) En 1812, la mayor parte de
Europa está Gobernada por los
Bonaparte, o unida al imperio por
alianzas pero las guerrillas de Es-
paña o la tierra quemada en Rusia
le superaron.
En 1815, fue definitivamente de-
rrotado en Waterloo (Bélgica).
En 1802 la Constitución nombra-
ba a Napoleón cónsul vitalicio,
permitiéndole elegir su sucesor,
en diciembre se nombraba empe-
rador, con el beneplácito del Se-
nado y la ratificación del pueblo.
Se esperaba que la República se
fortaleciera y evitar conjuras rea-
listas.
A partir de entonces el imperio
se modernizó, creando un Códi-
go Civil, que tardó en elaborarse
4 años quedando terminado en
1804. Impulsó leyes muy libera-
retrato de Manuel Godoy
En 1807, Godoy permitió a Na-
poleón pasar con sus ejércitos por
España para ocupar Portugal, que
colaboraba con Gran Bretaña, que
tras su conquista, sería en teoría
repartido entre España y Francia,
pero las tropas francesas no solo
no tomaron Portugal sin que se
instalaron en España, lo que creo
un desconfianza que acabó con
motines populares y encarcelando
a Godoy, provocó la abdicación
de Carlos IV y la huida de toda la
familia real a Bayona.
El 2 de mayo de 1808, el pueblo
de Madrid se levantó, pero la re-
presalia francesa no se hizo espe-
rar sin que la Junta de Gobierno
nombrada por Fernando VII, me-
diara en el asunto.
El levantamiento ya era impara-
ble y se extendió por toda Espa-
ña, mientras el Rey capitulaba y
la Junta de Gobierno resultaba
inoperante. El 10 de mayo, Fer-
nando VII abdica en Napoleón y
este a su vez otorga el trono a su
Gubernativa del Reino presidida
por Floridablanca coordinaba a
todas las formadas en el resto de
España. Dicha junta no tenía sede
estable, terminando finalmente en
San Fernando (Cádiz), hasta que
se disolvió en 1810 dando paso a
una regencia donde tuvo un papel
importante Luis María de Bor-
bón, aboliendo la inquisición. Y
hermano José.
Algunos intelectuales, burgue-
ses ilustrados, nobles y oficiales
crearon juntas, que apoyaban al
pueblo sublevado, la Junta de As-
turias, por ejemplo, solicitó ayu-
da a Gran Bretaña, que la prestó,
entrando por Cádiz, lugar que
nunca llegaron a ocupar los fran-
ceses. La Junta Central Suprema
El tres de mayo de 1808
maja desnuda
en 1812 en las Cortes de Cádiz
se promulga la primera Constitu-
ción, inspirada en la francesa de
1791.
De los que se enfrentaron o no
a los franceses había tres grupos
absolutistas y li-berales y los libe-
rales afrancesados.
Los primeros deseaban la vuelta
de Fernando VII, como rey abso-
luto, con todo su poder. Los libe-
rales por el contrario, opinaban
que ya que el rey se fue, no hacía
falta que volviera, y además, aun-
que admiraban las ideas liberales
francesas, querían que se marcha-
ran dejando España en manos de
los españoles, ya que ellos, sin la
ayuda de ningún monarca habían
hecho frente a la situación.
Por el contrario los afrancesados,
veían en José I, la mejor opción
para España, ya que las leyes que
impuso, eran mucho más benig-
nas y liberales que las que pudie-
ra traer Fernando VII. Y de hecho
lo fueron. Pero los desmanes de
la soldadesca francesa, y el odio
que generaba ser dominados por
un ejercito extranjero, acabó ex-
pulsándolo y con los franceses se
tuvieron que exiliar también los
afrancesados.
pincel las más notables y heroi-
cas acciones o escenas de nuestra
gloriosa insurrección contra el ti-
rano de Europa”. Le concedieron
1500 reales mensuales, gastos de
pintura a parte, mientras estuvie-
ra ejecutando tales obras, que son
las de “El dos de mayo de 1808
o La Carga de los Mamelucos
en la Puerta del Sol” y el “Tres
de mayo: los fusilamientos de la
Moncloa” (1814 ambos).
Sobre la guerra desde, 1810 a
1820, Goya crearía posteriormen-
te una serie de grabados donde
se representaba tanto la crueldad
y barbarie de la guerra, como el
arrojo de los espa-ñoles frente al
ejercito más poderoso de la épo-
ca.
En este último vemos a una mu-
jer, esto llegó a ser habitual pues
en las ciudades sitiadas, casi no
quedaban hombres que estaban en
otros frentes, y muchas veces las
mujeres, hacía frente como po-
dían, arrebatando las armas a los
muertos o arrojando cuanto obje-
to contundente tenían a mano, co-
nocidos son los casos de los sitios
de Zaragoza y Gerona, además
del de Cádiz, que, ya hemos dicho
que nunca fue tomada, gracias en
parte a la ayuda británica.
De Goya nunca se supo a que
grupo pertenecía, pues nunca se
pronunció, pero sus amistades se
contaban entre los liberales y los
afrancesados.
En el trono , Fernando VII en
1808, se le solicitó a Goya un re-
trato del monarca para su sala de
juntas (1808). Hubo de resolverlo
en “solo tres cuartos de hora en
dos sesiones del natural y no lo
puedo entregar personalmente,
pues tras el primer sitio francés
de Zaragoza fue llamado en octu-
bre por el general Palafox a ver
y examinar las ruinas de aquella
ciudad, con el fin de pintar las
glorias de aquellos naturales, a
lo que no me puedo excusar por
interesarme tanto en la gloria de
mi Patria”. La guerra le obligó a
marcharse a Fuendetodos.
En 1809 se vio obligado a volver
a Madrid, pues José I exigía a los
servidores de palacio que estuvie-
ran en la Capital, si no querían
perder su puesto y pertenencias.
Por sus servicios el monarca le
otorgó la orden real de España.
En 1812 queda viudo
El 24 de febrero de 1814 solici-
tó ayuda económica al Consejo
de Regencia, presidido por Luis
María de Borbón con el “ardiente
deseo de perpetuar por medio del
La Restauración.
Fernando VII regresa a España
en 1814, con las tropas francesas
aún en el país, y la Constitución
de Cádiz aprobada en 1812
Los absolutistas, animaron al
monarca a recuperar los poderes
absolutos. El 4 de mayo de 1814
firmó decretos que anulaban la
Constitución y demás legislación
de las Cortes Gaditanas.
Los miembros de la regencia y los
liberales que consiguieron huir se
les apresó.
Goya salió indemne, demostrando
que no portó la Orden que le otor-
gó José I, y demostró su no adhe-
sión al gobierno intruso y que no
ofreció sus servicios para él.
Se recuperó la Inquisición, y se
suprimió la libertad de prensa.
Fueron unos años caóticos, pues
los ministros eran incompetentes,
las colonias americanas se suble-
varon y debido a la pasada guerra
y al asunto colonia, España entro
en una grave crisis económica.
Los militares liberales se pronun-
ciaban para restaurar la Constitu-
ción, y en las logias masónicas y
sociedades secretas se conspira-
ba.
El coronel Riego, tuvo al fin éxito
en 1820, extendiéndose el levan-
tamiento a La Coruña, Zaragoza,
Barcelona, Pamplona y Madrid.
Fernando VII se vio obligado a
jurar la Constitución.
Durante los siguientes tres años,
se llevó una política liberal mode-
rada, para no alarmar a los secto-
res más reaccionarios
ejército de los liberales españoles
tuvo que rendirse. Y recuperado
el poder por los absolutistas, al-
gunos pudieron exiliarse.
Temiendo ser alcanzado por la
represión contratos liberales, se
deshizo Goya de sus bienes dán-
doselos a su nieto entre ellos la
famosa Quinta del Sordo don-
de vivió sus últimos años en las
cercanías de Madrid y al año si-
guiente se refugió en Madrid en
casa del sacerdote oscense, José
Duaso y Latre, que fue diputado
en las Cortes de Cádiz y a quien
retrató en agradecimiento.
El 2 de mayo de 1824, se declaró
una amnistía general, y Goya pi-
dió permiso al rey para ir a tomar
las aguas minerales de Plombières
“a fin de mitigar las enfermedades
que le molestan”, pero en realidad
se dirigió a Burdeos, en seguida se
fue a visitar París, y en septiem-
bre vuelve a Burdeos. En 1826,
pide la jubilación al monarca, y
quedo libre para vivir definitiva-
mente en Burdeos sin necesidad
de pedir permiso.
En Burdeos, ya muy achacoso y
anciano siguió haciendo retratos
a sus amigos y grabados diversos
entre ellos uno que dice mucho de
su situación.
A finales de marzo de 1828, acu-
de a Burdeos su nuera y su nieto,
y fallece en la noche del 15 al 16
de abril.
Sus restos se inhumaron en la
tumba de su consuegro, Martín
Miguel de Goicoechea, muerto
3 años antes. En 1919, los restos
indiferenciables de ambos se tras-
ladaron a la ermita de San Anto-
nio de la Florida, lugar en el que
todavía reposan.
Entre los liberales, cundió la pre-
ocupación, por que los absolutis-
tas se preparaban para levantarse,
y se formaron dos grupos, los
“moderados”, más prudentes y
los “exaltados” que querían refor-
mar más rápidamente el estatus
del rey.
Los absolutistas se levantaron en
Cataluña, Navarra, Galicia, País
Vasco, La Rioja y Aragón, en
agosto de 1822 se creó una Re-
gencia Suprema de España con
sede en Urgell, que exigió que el
país liberara al rey.
En abril 1823, la Santa Alianza,
formada por Austria, Prusia y Ru-
sia, envió a España los Cien Mil
Hijos de San Luis, con motivo
de frenar las ideas liberales. El
Fernando VII
Imaginemos caminar entre las ca-
lles del Valladolid del siglo XVI,
una ciudad pletórica, en constante
evolución con importantes refor-
mas llevándose a cabo, se levan-
taban enormes edificios (palacios,
conventos, iglesias) la ciudad no
descansaba, quedaba mucho por ha-
cer. Y es que nos encontramos en la
perla del reino, la capital política y
administrativa de un reino converti-
do en imperio que dominaba medio
mundo y al que el otro medio rendía
honores.
Valladolid fue repoblada por el con-
de Ansúrez durante el siglo XI por
orden del rey Alfonso VI de León y
Castilla, durante los siglos siguien-
tes la ciudad crecería de una forma
espectacular asentando en ella su
residencia varios monarcas, y le fue-
ron concedidos multitud de privile-
gios, lo cual mejoró enormemente
el nivel económico y social de la
tercios españoles que sembraban el
terror entre sus rivales con solo ser
nombrados (llegando a ser acuñada
la conocida frase “españoles en el
mar quiero y si es en tierra san Jor-
ge nos proteja” pronunciada por un
oficial británico), hizo que España
se convirtiese en la potencia mun-
dial del momento.
Toda esa serie de éxitos y riquezas
hicieron que, al igual que en el resto
del país, se viviese una gran euforia
y como si de una imperiosa necesi-
dad se tratase se levantaron multitud
de edificios y monumentos.
Uno de los más portentosos proyec-
tos fue el que se pretendía llevar a
cabo en la ciudad, la construcción de
una catedral, enorme y moderna que
como veremos más adelante serviría
de ejemplo para otras muchas y so-
bre la que nos centraremos.
Como ya he comentado, la ciudad
ciudad.
Afinales del siglo XV se había con-
vertido en una de las ciudades más
importantes del reino, un reino (el
de Castilla) que tras la finalización
en el año 1492 de la reconquista ce-
rraba un largo periodo de la historia
de España que había durado casi 8
siglos durante los cuales se había in-
vertido gran parte del esfuerzo eco-
nómico y humano en la conquista de
estas tierras. Por lo que ahora Cas-
tilla, ya convertida en España tras la
unión de los Reyes Católicos, podía
dedicarse a otros menesteres como
fueron la exploración y conquista
de nuevas tierras en el recién descu-
bierto continente americano.
Estas nuevas tierras reportaron una
enorme riqueza a la corona, otorgan-
do al reino un enorme poder econó-
mico que sumado a una suerte de
herencias territoriales y al elevado
nivel del ejercito, con los afamados
había ido creciendo y adquiriendo
importancia. Esa importancia vino
de la mano de la construcción de
diferentes iglesias y colegiatas que
se fueron levantando a antojo de los
reyes que las mandaron levantar.
La primera de ellas es la colegiata
de Santa María, erigida por el pro-
pio Pedro Ansúrez; de la construc-
ción original apenas se sabe nada,
pues menos de un siglo más tarde
sería sustituida por otra colegiata,
este segundo templo duró algo más,
llegándonos hasta hoy día parte de
sus restos, anexos a la actual cate-
dral. Contaba con un claustro que
fue desmantelado en el siglo XVII
con motivo de las obras de la cate-
dral, la cual aprovechó parte de la
edificación como cimientos y del
cual se decía (según palabras deAn-
tolinez de Burgos) que era “él uno
de los más suntuosos y lúcidos del
reino: todo lleno de imágenes de
La Catedral de Juan Herrera
El diseño de una nueva colegiata,
que posteriormente adquiriría el
rango de catedral, fue la idea que el
cabildo de la ciudad planteó como
posible solución a una serie de in-
terminables obras que se estaban
llevando a cabo como consecuencia
de los problemas derivados de la
cimentación de la tercera colegiata
proyectada, y ya en ejecución. Cier-
tamente el planteamiento de un nue-
vo edificio, mayor que el anterior,
no parece ser una buena solución al
problema, como veremos más ade-
lante.
Las obras de la catedral comenzaron
en el año 1527, año en que nació
Felipe II, no muy lejos del asenta-
miento de la catedral. El arquitecto
encargado de la obra fue Diego de
Riaño, hasta que tras el fallecimien-
to de éste lo sucedió Rodrigo Gil de
Hontañón en 1536.
Una serie de desdichas fueron re-
legando el proyecto hasta su parón
definitivo en el año 1582; los cons-
tantes problemas de cimentización
elevaron los costes considerable-
mente, la urgencia de nuevas obras
bulto de piedra todo con colores y
todo alrededor poblado de nichos
de entierros de ilustres personajes y
con sus escudos de armas grabados
en sus bóvedas”.
Fachada principal, estado acutal
Dibujo de Chueca Goitia sobre la catedral >>
a consecuencia del devastador in-
cendio que sufre la ciudad en el año
1561 así como el desinterés genera-
lizado de los arquitectos locales por
el proyecto tras la muerte de Hon-
tañón hacen que el cabildo de des-
espere y pida ayuda al monarca, el
cual se había comprometido tras el
incendio a remodelar la ciudad.
Juan Herrera fue mandado junto con
otros arquitectos para la realización
de las reformas urbanísticas necesa-
rias tras el incendio por el entonces
rey Felipe II. En el año 1825 Juan
Herrera retoma el proyecto de la ca-
tedral, y se cree que durante la es-
tancia en la ciudad se entablaron los
primeros contactos para este poste-
rior encargo.
El Nuevo diseño de Juan herrera es-
taría compuesto por un edificio de
estilo clasicista, de líneas sencillas
que recordarían a los templos de las
antiguas Grecia y Roma: gruesos
muros y ausencia de adornos exter-
nos, salvo los meramente arquitec-
tónicos como cornisas, columnas y
ventanales. Cuatro altas torres (75
metros, divididos en tres cuerpos)
esquinarían el edificio, siendo las
dos del lienzo principal de mayor
elevación que las posteriores. Una
inmensa cúpula situada en la parte
central coronaría el templo. El edi-
ficio de planta rectangular tendría
unas dimensiones ideales de 117
metros de largo por 57 de ancho.
En el interior la catedral sería dividi-
da en tres naves: una nave mayor o
principal que estaría flanqueada por
otras dos naves menores, las cuales
dispondrían de pequeñas capillas a
modo de hornacina entre los vanos
de los arcos. El coro de la catedral
tendría un lugar privilegiado en la
parte norte del edificio, cercano al
altar mayor (Por lo general hasta en-
tonces el coro solía colocarse a los
pies del edificio).
Este proyecto, de trazas muy pareci-
das a las del monasterio de San Lo-
renzo del Escorial, sentaría una pre-
cedente sobre la cual posteriormente
se basarían los arquitectos para el di-
seño de las nuevas catedrales en los
territorios españoles de ultramar.
Desidia y dejadez del proyecto
Juan Herrera desde un primer mo-
mento puso al cargo de las obras a
En azúl oscuro los actuales restos de la colegiata anterior a la catedral
En azu claro planta del estado actual de la catedral
En marrón planta de la catedral ideada por Herrera, con el claustro anexo.
<< Infografía aproximada del proyecto
sus más allegados arquitectos, sus
hombres de confianza, pero poco a
poco fue desatendiendo las obras,
centrándose más en la faraónica
obra de San Lorenzo del Escorial.
En el año 1595 Felipe II presidió la
ceremonia que la encumbró como
catedral, rango que pidió a roma,
suponemos que ante el temor (más
bien certeza) de no ver la obra termi-
nada en vida a causa de los escasos
avances de las obras y la avanzada
edad del monarca, que moriría tan
solo 3 años más tarde de la consa-
gración del templo.
da en la parte derecha de la fachada
prinncipal(aunque la colocación del
sagrado corazón, estatua que presi-
de dicha torre, se realizaría en el año
1923).
Los elevadísimos costes han pro-
vocaron que actualmente se levante
menos de la mitad del proyecto he-
rreriano, dejando una parte que da
un aire romántico a la ciudad, unas
ruinas colegiales que nos transpor-
tan a otra época, un tiempo de gran-
deza en la historia patria.
Acomienzos del siglo XVIII se con-
cluyó la primera de las torres (ubi-
cada en la parte izquierda de la fa-
chada principal) torre que se vendría
abajo un siglo después debido a los
ya nombrados problemas de cimen-
tización, causando serios problemas
al edificio y destruyendo un antiguo
rollo jurisdiccional que se encontra-
ba a los pies de esta. Por motivos de
seguridad se decidió desmantelar la
torre dejando en pié tan solo uno de
sus tres cuerpos.
Las obras proseguirían hasta el año
1890, año en que se terminaría la to-
rre existente en la actualidad, situa-
plano original del proyecto Herrera, observese el claustro
La imagen de la Edad Media
va asociada a dos referencias ar-
quitectónicas, De una parte, los
grandes complejos religiosos;
monasterios y catedrales, que nos
ratifican el pensamiento cristiano
que orientó la sociedad y cultura
medieval. De otra, los castillos,
los cuales permiten reconstruir e
ilustrar la inestabilidad política,
la articulación de la sociedad y
la idea de poder referida sobre el
paisaje.
Los castillos nacieron con una
función netamente práctica. Se
trataba de construcciones defen-
sivas capaces de resistir los ase-
dios enemigos, a partir de dife-
rentes soluciones integradas en su
arquitectura. También el paisaje
formaba parte de esta maquina-
ria, aprovechado como un recurso
más al servicio de la guerra.
del avance en la reconquista
Sin embargo, a finales del siglo
XIV y durante todo el siglo XV,
la progresiva transformación en
el modo de hacer la guerra, dejará
inoperantes tanto a los ejércitos
y usos bélicos medievales, como
a sus defensas, es decir, los cas-
tillos. De este modo, la moderna
poliorcética adaptada al uso de
la artillería, Hubo de aplicarse
en tecnificar las tropas y a reno-
var sus tácticas, transformando la
guerra en una disciplina científica.
Del mismo modo se hizo inape-
lable la necesidad de renovar las
estructuras de las fortificaciones,
a fin de adaptarlas a los nuevos
conceptos bélicos, haciendo de
ellas auténticas máquinas de re-
sistencia y combate.
Los macizos castillos, dominan-
tes y perfectamente visibles des-
Esta finalidad llevó a prescindir
de cuestiones netamente forma-
listas, unificando los modelos
básicos, y eliminando diferencias
de estilo. Se buscaba la capacidad
defensiva, y para conseguirla no
era necesaria la recurrencia a di-
mensiones desmesuradas, siendo
muchos de ellos humildes en su
tamaño, aptos casi en exclusiva,
para alojar a una guarnición.
El carácter militar de los castillos,
torres y atalayas se concretó espe-
cialmente en la Península ibérica,
ya que tras la conquista árabe, las
acciones cristianas volcadas a re-
cuperar los territorios Hispano-vi-
sigodos, irán marcando las líneas
de frontera con una tupida red
de fortalezas (torres y castillos).
Junto a éstas, ocupando el mismo
límite fronterizo se encontraban
los reductos musulmanes, com-
pletando de esta forma el trazado
de una gran distancia, eran difíci-
les de defender, advirtiéndose en
muchos casos su inoperancia. Sus
altas murallas, las torres desme-
suradas y su predilección por la
piedra como material de construc-
ción, hacían de ellos un blanco fá-
cil para los disparos de la artille-
ría, que conseguía con facilidad la
apertura de brechas en los muros
y con ello la toma de la plaza.
Por otra parte, difícilmente podía
plantarse la artillería en su inte-
rior, dada la escasa superficie de
los cubos y la estrechez de los
caminos de ronda que seguían
el perímetro de la muralla. De-
ficiencias a las que se sumaba la
complejidad para subir las piezas
hasta las terrazas de las torres, o
el interior de las garitas y la nula
viabilidad de apuntar los tiros
a través de los exiguos huecos
dispuestos para arrojar los pro-
yectiles. Era evidente el desgaste
práctico sufrido por dichas arqui-
de Peñafiel, los cuales proclama-
rán su jurisdicción sobre las tie-
rras adquiridas, mediante la cons-
trucción de una torre o castillo.
De este modo, esta recién funda-
da nobleza irá creando, o reinven-
tando su propia historia, tomando
como patrón la de aquella gue-
rrera, curtida desde el siglo X en
las guerras contra los moros. Así,
estos castillos desarrollarán para-
dójicamente, un modelo más ro-
tundo y medieval, que los dotaba
de una apariencia inexpugnable y
agresiva, nacida de sus altas mu-
rallas almenadas, flanqueadas a
intervalos por cubos, y su altísima
torre del homenaje, visible a gran
distancia
Como demuestra el excesivo con-
servadurismo en las formas, no se
buscaba la razón defensiva sino
una imagen simbólica que mos-
trara el poder que la familia os-
tentaba y su vínculo con ciertas
virtudes y valores de un pasado
marcado por las luchas. De esta
forma, a través del castillo estas
familias se unían metafóricamen-
te a la antigua y noble caballería,
convertida en un arquetipo al que
imitaban de manera ritual.
En este sentido, la arquitectura se
sumaba a la alegoría que la litera-
tura había creado del mundo se-
ñorial. Se trataba en definitiva de
una referencia visual en la que se
reconocía el pensamiento caballe-
resco, que permanecería e incluso
se enriquecería con nuevos com-
ponentes a lo largo del siglo XVI,
que se justificaban en una socie-
dad que miraba con nostalgia los
tiempos pretéritos.
La Edad Media se había ideali-
zado, se entendía como el tiem-
tecturas, operativas para resistir
los asaltos de escalada y las tác-
ticas de la guerra medieval, pero
no para afrontar los nuevos retos
de la guerra moderna.
Sorprendentemente, en paralelo a
estas vitales transformaciones, se
produce en Castilla una notable
actividad constructiva que pode-
mos definir como involutiva, ya
que promovía ciertos modelos, en
este caso castillos que estaban a
punto, como se ha visto, de perder
su propia razón.
Se trataba de obras promovidas
principalmente por nuevas fami-
lias nobiliarias que habían inicia-
do la compra de villas y terrenos
para fundar su mayorazgo, evi-
tando de este modo la disgrega-
ción de sus bienes. Señores como
los Enríquez de Torrelobatón, los
Sarmiento de Fuentes de Valde-
pero, los Zúñiga de Avellaneda de
Peñaranda de Duero, o los Girón
Burgos. Peñaranda de Duero. Castillo de la familia Zúñiga Avellaneda (Condes de
Peñaranda de Bracamonte).
po del amor cortés y los heroicos
tiempos de la caballería. De esta
forma, se intentaba forzar su per-
manencia, llevándola a un plano
netamente simbólico, a través del
cual, mediante escenificaciones
se reconquistaran nuevamente los
valores perdidos. La transversali-
dad entre lo real y lo imaginario
conducida por la figura de un hé-
roe (real o ficticio) formaba parte
de un procedimiento entendido
por todas las capas sociales, en el
que cada movimiento, cada ges-
to, cada lance vivido por éste, era
una metáfora de virtudes, padeci-
mientos o castigos, habidos en la
normal existencia humana.
Una de las obras más expresivas,
y en la que se precisan las claves
para comprenderla sin error, es El
Caballero Determinado de Oli-
ver de la Marche. En ella, el pro-
tagonista que da título a la obra
“caballero determinado” elabo-
ra una metáfora sobre la propia
vida, en la que el hombre cobra
la dimensión de héroe, al poner
en paralelo las gestas y empre-
sas de éste tipo de aventuras, con
el desarrollo existencial de todo
individuo. Éste, siguiendo el
comportamiento ejemplar de los
paladines medievales, tendrá que
pasar difíciles pruebas en las que
habrá de medir su espada, aunque
en esta ocasión los enemigos no
sean hombres, sino vicios, peca-
dos y pasiones a los que deberá
vencer apoyado en sus cualidades
morales.
Cada acto constituía en si mis-
mo un emblema con explicación
precisa, del mismo modo, que los
personajes y escenografías por
las que se movía, o incluso las
mismas ropas contenían un fuerte
simbolismo moralizante. El texto
no deja lugar a la duda ni al error
en este tipo de conceptos, pues el
propio caballero, narrador en pri-
mera persona, será quien explique
al lector, en el mismo inicio de
su aventura, el sentido de las ar-
mas, las ropas y su propio corcel,
un rosario de virtudes que cons-
tituyen la materia de los héroes,
de los caballeros cristianos de la
Edad Media.
Viendo que esto era forçado,
con mi arnés de guerra armado
como caballero andante
propuse ir adelante
y cabalgué apresurado.
Mi caballo era querer
y mi arnés hice templar
de un agua que era poder:
mi escudo fue de esperar
por firme permanecer.
Era mi lanza labrada
de aventura, y fabricada
de una obra maravillosa:
y por no faltarme cosa,
de coraje era mi espada(1)
Soria. Gormaz Castillo califal
Soria. Gormaz Castillo califal
En continuidad con lo expuesto,
el caballero irá conociendo a lo
largo de su aventura a distintos
personajes de asequible significa-
do dados sus nombres: el anciano
Entendimiento, el caballero De-
seo, el caballero Edad, así como
recorriendo diferentes escenarios
que contienen también una sim-
bología precisa: la floresta que
llaman tiempo perdido, el sendero
del engaño, el lugar de vejez….
etc. Espacios que suelen ir asocia-
dos a la presencia de un castillo,
que igualmente adquiere un valor
trascendental, induciéndonos a
vislumbrar una serie de virtudes
mediante la enumeración porme-
norizada de sus partes.
Deste lugar que he contado,
era el muro que agradaba
por deleite fabricado:
Y el portal por do se entraba,
de placer todo adornado.
Los fosos muy bien labrados,
y en gran hondura cavados
por mayor seguridad:
y con gran conformidad
por buen pensamiento obrados
El chapitel de estudiar,
las ventanas de inquirir,
la puerta fue de velar,
para el entrar y salir:
y el puente de trabajar. (2)
La traslación del concepto de
saber a este tipo de arquitectura
no es único, siendo incluso más
frecuente su interpretación como
contenedor del placer o del amor .
Donde un gran palacio estaba,
que con lo que fuera mostraba,
daba ocasión a pensar,
que a tan hermoso lugar
Así, cuando Corazón, Deseo y
Largueza, protagonistas del Livre
du cuer d´amour espris (4), llegan
al castillo del placer, este se des-
cribe sobre una escarpada mon-
taña de diamantes, cercado por
una barrera de madera de ciprés y
cedro con labores en marquetería
de marfil, las murallas, así como
el castillo eran de cristal, mien-
tras el portal tenía sobre el vano
de entrada dos grandes imágenes
de ámbar amarillo, adornadas de
oro de alquimia, hecho de la quin-
taesencia, y de piedras preciosas
muy ricamente talladas y realza-
das (5) .
Propuestas parecidas pueden ob-
servarse también en la literatura
de lengua castellana. En los cua-
tro libros de Amadis de Gaula,
obra de Garci Rodriguez de Mon-
talvo, se suceden las imágenes de
castillos estilizados en los que ha
de producirse el encuentro entre
los amantes. En el libro II cap. 53,
se cita de manera explícita el cas-
tillo de Miraflores, donde Oriana
la muerte nunca llegaba
Muros de plata tenía,
las ventanas de cristal,
y las almenas que había,
de oro fino sin igual,
que lejos resplandecía.
Eran todos los tejados
De ambar claro fabricados
y daban tal claridad,
que con gran dificultad
eran del hombre mirados.(3)
En estos casos, la relación no
cambia propiamente las formas
tradicionalmente adoptadas por
este tipo de arquitecturas defensi-
vas. Lo que se altera para hacer
del castillo un símbolo, son los
materiales que lo conforman: ge-
mas, oro, marfil, cristal….y otros
elementos que parecían contrade-
cir su imagen real, fundamentada
en la transmisión visual de una
idea de fuerza, resistencia y so-
briedad.
Valladolid. Torrelobatón. Castillo de la familia Enriquez.
espera al héroe, y que coincidien-
do con lo dicho anteriormente, no
ofrece un aspecto inviolable, sino
que por el contrario, se rodea de
floresta de fuentes constituyendo
un “lugar ameno” (6) , o el cas-
tillo de Apolidón, construido con
piedras preciosas y repleto de in-
genios fantasiosos propios de un
emperador tal y como se recoge
en el libro IV (7) .
Pero no era el amor la única lec-
tura alegórica que el castillo per-
mitía; a mediados del siglo XV,
el tratado de Alfonso de Espina,
Fortalitium Fidei compuesto ha-
cia 1458, iniciaba su desarrollo
confrontando el asedio y conquis-
ta de una fortaleza con la eterna
lucha entre el bien y el mal(8).
Aquí, la fortaleza materializaba
la idea de la virtud construida, ca-
tegoría semejante a la que puede
verse en la obra de Alonso Gon-
zález de Figueroa Alcázar Impe-
rial de la Fama del Gran Capitán,
donde el castillo se convertía en
el palacio de la fama (9).
exponía la guerra como dispositi-
vo para alcanzar la justicia y de-
rrotar al mal, como lucha interior
del hombre en progresión hacia el
bien, conquistando la escarpada
montaña de la virtud para así po-
der penetrar en el castillo, que a
nivel religioso podía también sig-
nificar la Jerusalén Celeste.
De esta forma, los signos del
mundo medieval, lejos de quedar
agotados cobraban nueva fuer-
za al transformarse en símbolos
capaces de mantener la cohesión
social, alentando las ideas de
lealtad, valor, justicia y servicio
a la monarquía y la religión. La
proyección caballeresca sin duda
ayudaba a la consolidación de las
monarquías modernas, pues de-
fendía un organigrama en el que
todos los estamentos del Antiguo
Régimen se sentían salvaguarda-
dos.
El rey a la cabeza ejercía su mi-
sión designado por Dios, por lo
En definitiva, esta literatura na-
cida a partir de Le Roman de la
Rose (10) , y el ciclo artúrico, re-
cogía los ideales de una cultura
caballeresca, a la par que los di-
fundía de una manera sencilla. El
paralelismo realidad/ficción esta-
blecido en los textos alentaba a
partir de el símbolo una forma de
pensar y una estética afianzadas
y propagadas en dichos relatos
y asumidas como propias por un
amplio espectro social que man-
tendrá tales esquemas hasta el fin
del siglo XVI. Por otra parte, los
lazos de lealtad, el honor, la ho-
nestidad y otras virtudes propias
de esta cultura servirán como un
mecanismo teórico de cohesión,
al fomentar el espíritu de aventura
capaz de sostener los programas
expansionistas de las nuevas mo-
narquías.
Tampoco el nuevo caballero era
una prolongación del caballero
feudal, sino un modelo ritualiza-
do, que en el caso castellano hun-
día sus raíces en la dinastía de los
Trastámara. Se trataba por tanto,
de un patrón teatralizado que ge-
neraba una “caballería de salón”
desvinculada de la práctica gue-
rrera real(11), pero que validaba
una línea de conducta comprome-
tida que hacía del honor, el valor,
la lealtad y el amor cortés las ra-
zones de su existencia.
La recreación de la caballería
formaba parte de la fiesta, tanto
privada; torneos, juegos de ca-
ñas, mascaradas... como pública,
moviendo los juegos y represen-
taciones entre los héroes reales
y los imaginarios. Era difícil es-
tablecer la frontera entre unos y
otros, ya que en ambos casos los
actos eran transcendidos hasta al-
canzar un significado moral. Se
Olivier de la Marche. El Caballero
Determinado. El Castillo del amor.
Olivier de la Marche. El Caballero
Determinado. El Caballero se prepara
para iniciar su aventura.
que la nobleza debía acatarlo y
jurarle fidelidad, evitándose con
ello luchas intestinas. Se asegura-
ba también la bondad y magnani-
midad del rey, pues la justicia y
equidad de sus nobles les lleva-
ría en caso de necesidad a seguir
el ejemplo del Cid en la jura de
Santa Gadea, por lo que el pueblo
quedaba protegido. Por último, el
clero mantenía su labor mediado-
ra, asegurando la permanencia del
sistema.
No podía ser de otro modo, ya que
las monarquías necesitaban con-
solidar su poder, lo que exigía un
mecanismo de autoridad y fuerza
do de lengua Francesa en Castella-
na por Don Hernando de Acuña, y
dirigido al Emperador Don Carlos
Quinto. Máximo Rey de España,
nuestro señor. Barcelona, 1565. Ed
facsimil Toledo, 2000.
(2) DE LA MARCHE, OLIVIER,
ob. cit., p. 50v-51
.
(3) DE LA MARCHE, OLIVIER,
ob. cit., p. 42v-43.
(4) RENÉ D´ANJOU Livre du
cuer d´amours espris. (1385). Paris,
1980.
(5) ElmuyhermososcastillodePla-
que condujera a alcanzar la máxi-
ma de un Monarca, un Imperio y
una espada, que con tanto acierto
versificó Hernando de Acuña en
un laudatorio soneto dedicado al
emperador Carlos V:
Yaseacerca,señor,oyaesllegada
Laedadgloriosaenqueprometeelcielo
Unagreyyunpastorsóloenelsuelo
Porsuerteanuestrostiemposreservada...
(12)
__________________________
__________________________
(1) DE LA MARCHE, OLIVIER,
El Caballero Determinado. Traduci-
Burgos. Libro de la Cofradía de los Caballeros de Santiago, recoge los caba-
lleros pertenecientes a dicha cofradía desde el año 1338 hasta el siglo XVII.
cerestabafundadosobreunarocade
esmeralda en la cual había vetas de
diamantes pequeños en gran abun-
dancia y en tan gran cantidad que
veíanse casi tantos o más diamantes
que esmeraldas. Las cuatro fachadas
de los muros del susodicho bello
castillo eran de cristal y había en el
extremo de cada fachada una gruesa
torrehechadepiedrasderubíesfinas
y relucientes, la menor de las cuales
era más gruesa que todo el cuerpo
de un hombre; y estaban cubiertas
las susodichas torres de platino del
ancho de la palma de la mano, he-
chas todas de madreperlas, y el edi-
ficio entre las susodichas torres es-
taba cubierto de oro fino bellamente
esmaltado con la divisa del dios de
amores…(…)..Además había sobre
cada una de las torres un grueso car-
bunclo en lugar de pomo, y el portal
del susodicho castillo estaba hecho
de calcedonia y de piedra de ágata
tallada en losanges Y sobre dicho
portal había, en lo más alto, en lugar
de pomo, una perla muy fina, clara
y muy oriental, la cual era al menos
del grosor de una piedra bombarda
…(…)… Entonces levantaron los
tres en seguida la cabeza, pues no se
podían tener de mira la gran belleza
de tan hermosos castillo y contem-
plaron el portal, que no habían visto
todavía, y que rico y hermoso era, y
vieron encima de la puerta dos gran-
des imágenes de ámbar amarillo,
adornadas de oro de alquimia hecho
de la quintaesencia y de piedras pre-
ciosas muy ricamente talladas y re-
alzadas….Ver: RENÉ D´ANJOU,...
ob. cit., pp. 123-124.
(6) Este castillo de Miraflores esta-
ba a dos leguas de Londres y era pe-
queño, mas la más sabrosa morada
era que en toda aquella tierra había,
que su asiento era en una floresta a
un cabo de la montaña y cercada de
huertas y muchas frutas llevaban y
bas de todas naturalezas, y fuentes
de aguas muy dulces que nunca se
vio….(…)… El suelo era solado de
piedras blancas como el cristal, y
otras coloradas y claras como rubíes
y otras diversas maneras, las cuales
Apolidón mandara traer de unas ín-
sulas que son a la parte de Oriente,
donde se crían las piedras preciosas
ysehallanenellasmuchooroyotras
cosas extrañas y diversas de las que
acá en las otras tierras parecen, las
cuales cría el gran hervor del sol que
allí continuo hiere, … (…)… A las
cuatro partes de esta torre venían de
una alta sierra cuatro fuentes que la
cercaban, traídas por caños de me-
tal, y el agua de ellas salía tan alta
por unos pilares de cobre dorados y
por barcas de animalias que desde
las ventanas primeras bien podían
tomar el agua que se recogía en unas
pilas redondas doradas que engasta-
das en los mismos pilares estaban.
Ver: GARCÍ RODRÍGUEZ DE
MONTALVO, Amadis de Gaula,
libro 4º ed. PLACE EDWIND E.,
Madrid 1969, cap.84.
(8) MEYUHAS GINIO,A., De be-
llo iudaeorum, fray Alonso de Espi-
na y su Fortalitium Fidei. Salaman-
ca, 1998.
(9) GONZALEZ DE FIGUEROA,
A., Alcázar Imperial de la Fama del
Gran Capitán y las Cuatro Partidas
del Mundo. Madrid, 1951.
(10) GUILLAUME DE LORRIS,
Le Roman de la Rose. París, 1974.
(11) CARRILLO, J. y PEREDA, F.,
“El Caballero: identidad e imagen
en la España Imperial”.Carlos V.
Las armas...ob. cit., pp.183-200.
(12)ACUÑA, H. de. Varias poesías.
Madrid, Cátedra, 1982.
de otras grandes arboledas, en las
cuales había hierbas y flores de mu-
chas guisas, y era muy bien labrado
a maravilla y dentro había salas y
cámaras de rica labor y en los pa-
tios muchas fuentes de aguas muy
sabrosas, cubiertas de árboles que
todo el año tenían flores y frutas, y
un día fue allí el rey a cazar y llevó a
la reina y a su hija, y porque vio que
su hija mucho se pagaba de aquel
castillo por ser tan hermoso, dióselo
por suyo…(…)…Llegó con ellas a
Miraflores, donde viendo Oriana lu-
gar tan sabroso y tan fresco de flores
y rosas y aguas de caños y fuentes,
gran descanso, su afanado y atri-
bulado ánimo sintió, confiando en
la merced de Dios que allí vendría
aquél a reparar su vida, que sin él
la cruel muerte no se le podía excu-
sar…(…)…Cuando Oriana se vio
en aquel lugar tan sabroso, alzó las
manos al cielo y dijo entre si:
—¡Ay! ¡Amadís, mi amigo, éste es
el lugar adonde yo os deseo siempre
tener conmigo, y de aquí jamás seré
partida hasta que os vea.
Ver: GARCÍ RODRÍGUEZ DE
MONTALVO, Amadis de Gaula,
libro 2º ed. CACHO BLECUA, J.
M., Madrid, 1991 cap. 53.
(7)Había en ella nueve aposenta-
mientos de tres en tres a la par, unos
encima de otros, cada uno de su ma-
nera, y aunque algunos de ellos fue-
sen hechos por ingenio de hombres
que muchos habían, todo lo otro era
por la arte y gran sabiduría deApoli-
dón, tan extrañamente labrados que
persona del mundo no sería bastante
de lo saber ni poder estimar, ni me-
nos entender su gran sutileza.Ypor-
que gran trabajo sería contar todo lo
pormenudo,solamentesedirácómo
estatorreestabasentadaenmediode
una huerta, era cercada de alto muro
de muy hermoso canto y betún, la
más hermosa de árboles y otras hier-
Olvido
No me pidas que te bese;
No acerques tus labios
A mi boca.
Déjame perderme
En la madera de tus ojos;
En el bosque de tu ausencia
No escucho más que silencio
Porque estoy solo.
Tu nombre me sabe
A hierba seca
Empapada en agua salada.
Tus manos me dicen que no las toque;
Tus ojos que debo besarlas.
Duerme conmigo tu recuerdo
Y me consuela cada noche
Solitaria. Tú duermes
Conmigo en mi recuerdo
Y te despiertas conmigo en las mañanas.
No, no me pidas que te bese,
Ilusión tierna de mi alma;
Sólo me recuerdas que te quiero
Y las cicatrices me descoses a puntadas…
Hoy es tiempo de olvido…
Tal vez sea tiempo de recordar mañana.
Cuando…
Cuando pienses
En mí, envíame una carta
O regálale al viento un suspiro;
Cuando llores
Por mí, sécate las lágrimas
Y huye a refugiarte en el olvido.
Así nuestro amor
Se fundirá hoy con el agua
Y volará libre por el cielo,
Mientras mi corazón
Prisionero de tu ser
Se marchita en mis palabras…
El Sauce
En lo alto del sauce
El pájaro canta;
Se escucha desde el cielo
Que entre nubes se resguarda.
En la orilla del río,
Junto al viejo sauce,
Se escucha el salpicar
De los peces y las ranas;
Y se refleja desde el cielo
Que entre nubes se resguarda.
El sauce, por babilónico, llora,
Y a mí, al verlo, se me estremece el alma.
Adrian Florentino Sinesio
La Poesía
Amiga del tiempo
Viste de todo un poco
Sufriste la guerra
Gozaste con los besos
Balada poema o verso
Grandes poetas te escribieron
Expresando piedad y afecto
Cantando a su tierra, a su pueblo
Guardaste grandes secretos
discreta sin hablar nada
Plasmaste mis sentimientos
Pasión como llamarada
De ardientes lamentos
Poesía apasionada.
María del Carmen Martín díez
No has de preocuparte
Pues a veces lo riego
Con unos versos y una mentira;
¡Tranquila! Cuando florezca
Tú serás la primera en saberlo.
No volveremos…
No volverás ya a pasear conmigo
Cerca del río, cogidos de la mano…
¡Pero anoche soñé contigo!
No volverás a sentir conmigo
La pasión de dos amigos que se aman…
¡Pero anoche volví a soñar contigo!
No volveremos jamás a querernos…
Siempre es invierno…
Hoy he tenido un sueño maravilloso:
¡Soñé que no soñaba!
¡Soñé que me despertaba!
La Luna y el Olvido
Ya voló el último suspiro.
De nada sirve lamentarse
Por el amor perdido;
Es la solución más cobarde
El fingir no haber visto lo ocurrido.
Aún gira el mundo…
Aún cantan las aves
Y cada vez me son más cercanos
Sus trinos, más alegres;
Como si quisiesen susurrarme
Al oído
Que ya se aleja la tormenta.
De nada sirve soñar contigo…
Pues lo que he aprendido del amor
Se lo debo a la Luna y al Olvido.
CREPVSCVLVM
Para lá dos arcos sob o olhar vigilante
sinto a viagem de um tempo futuro
Os dias os anos os sécalos
foram como uma avalanche
um salto desprovido de qualquer plano
Encontro-me assim um mendigo
Bosques vedados de um lado
escarpas sob névoa oculta de outro
Restam os navios destruídos
em metades de areia
dispostos Numa arqueologia sepulcral
O crepúsculo de uma força mesiánica
Recordo a destruição de Esparta
não pela força bruta dos braços
mas pelo destino firmado em tinta
assinalando a praga do negócio
Glaciares aproximam-se
no vislumbre do horizonte
anunciando um novo ciclo
Veio o degelo e o verde tomou a paisagem
deixando um musgo prateado
no escorrer espumoso da águas
Despontaram as primeiras flores
e entre todas elas
crisântemos apressados
prometendo a imortalidade
para mais um devir
As borboletas com graça e ligeireza
coloriram os céus num arco-íris
Afinal ainda reside alguna esperanza
neste corpo em busca do eu
e vejo então o sorriso de Jano
ÁLVARO MARQUES
Estudiante de Estudios Portugueses y Lusófonos
Universidade Nova de Lisboa
PEDIMOS PAZ LAS MADRES
Desde las cunas de nuestros hijos
pedimos paz las madres.
Desde sus miradas suaves que se clavan en el misterio;
desde esos frágiles cuerpecillos donde se asienta la Humanidad,
pedimos paz las madres.
Desde nuestros desvelos por el niño enfermo, por el adolescente
que nunca acaba de llegar,
o por la hija primavera que busca titubeante su camino,
pedimos paz las madres.
Por los millones de cuerpos de hombres cada año destrozados,
que nos duelen acumuladamente como si aún nos lleváramos den-
tro,
pedimos paz las madres.
Por el hambre secular de viejos y de niños
y de países y de continentes,
pedimos paz las madres.
Por los cuerpos enfermos, epidémicos, caquécticos,
por las almas drogadas de violencia patriotera,
pedimos paz las madres.
Pedimos la vida para todos.
El respeto a la vida de todos.
La comunión de todos en nombre de la Vida.
ISABELPARAÍSO
Departamento de Literatura española y Teoría de la Literatura,
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad de Valladolid
La Teoría de la Evolución fue ex-
puesta por Darwin en su libro “El
Origen de las Especies” a media-
dos del siglo XIX, revolucionando
el mundo de la Ciencia, pero la vez
tuvo que granjearse muchas ene-
mistades y que lo tildasen de loco
dado lo revolucionario de su teoría
(recordemos que afirmaba en este
tratado que el hombre compartía un
ancestro común no muy lejano en el
tiempo con el chimpancé).
Hasta ese siglo, la idea predominan-
te con la que se pretendía explicar la
diversidad de organismos que habi-
taban la Tierra era la Teoría Fijista,
cuya escuela en aquellos años se
veía impulsada por personalidades
tan insignes como George Cuvier o
el mismísimo Linneo (creador del
método binomial de nomenclatura
para las especies de seres vivos y
extintos*1).
Pero antes que Darwin, fue un fran-
cés el que se atrevió a mirar más
desdibujada la teoría de la evolución
que luego puliría más tarde el britá-
nico Charles Darwin. Lamarck, sin
ir más lejos acuño términos como
“Biología” para designar a la ciencia
que estudia a los seres vivos y dise-
ñó el método dicotómico*3 para la
determinación de plantas y anima-
les, siendo un intelectual respetado
allá por el siglo XVIII y XIX. Al
ser un cristiano creyente, tenía muy
arraigada la idea de la “Generación
Espontánea” y como consecuencia
de ello, afirmaba que la vida era un
fenómeno natural consistente en un
modo peculiar de organización de la
materia. En este sentido, considera-
ba que los organismos vivos estaban
formados por los mismos elemen-
tos y las mismas fuerzas físicas que
componían la materia inanimada.
Por tanto, los reinos animal y vege-
tal sólo diferirían del reino mineral
en el modo de organización interna
de los mismos elementos.
allá de donde lo hizo su mentor y se
aventuró a hablar de “evolución” de
los organismos.
Lamarck, Primer Evolucionista
Pocos años antes que lo hiciese
Darwin la figura de Lamarck expu-
so, aunque desde otro punto de vista
y de manera errónea, las bases de la
“Evolución” de las especies. Pode-
mos decir pues, que a pesar de estos
errores, fue Lamarck el primero que
se atrevió a hablar de “Evolución”,
pues hasta la aparición de su figura
en escena, la Biología se apoyaba en
la “Teoría del Fijismo”*2 (cuyo ma-
yor exponente puede considerarse
Linneo) para explicar la diversidad
de especies existentes en el univer-
so.
Fue Jean Baptiste Pierre Antoine
de Monet, caballero de Lamarck,
el primero en formular de manera
A partir de su concepto de vida, La-
marck hace radicar en la generación
espontánea*4 el mecanismo de su
origen: “el movimiento de la mate-
ria provocado por la acción de las
fuerzas de la naturaleza es capaz de
generar de manera espontánea a los
organismos vivos más sencillos. A
partir de ellos, la naturaleza continúa
su tendencia al progresivo incre-
mento de complejidad a medida que
cada organismo va siendo sustituido
por otros dotados de más órganos
y facultades”. Para explicar la co-
existencia temporal de organismos
de distinto grado de complejidad,
Lamarck postula que la naturaleza
está permanentemente produciendo
“Además, si los individuos de los
que hablo, movidos por la necesi-
dad de dominar y a la vez de ver a lo
lejos y cómodamente, se esforzaran
por mantenerse de pie y tomaran
constantemente ese hábito de gene-
ración, no cabe duda de que sus pies
tomarían insensiblemente una con-
formación propia para mantenerlos
en una actitud erguida”.
La otra diferencia importante con la
Teoría de Darwin es la acomodación
de los organismos a las circunstan-
cias externas y la herencia de tales
adaptaciones, lo que la convierte en
una evolución teleológica*6 o fi-
nalista, pues según el pensamiento
de Lamarck, los individuos evolu-
cionan para adaptarse al medio que
cambia. Años más tarde esta idea
quedaría obsoleta al afirmar Darwin
que los individuos no evolucionan
para adaptarse a los cambios del me-
dio, sino porque el medio cambia.
Así, asumiendo todo lo expuesto
anteriormente, en una primera fase,
el movimiento de los fluidos inter-
nos del organismo, desatado por su
comportamiento, provocaría el su-
perdesarrollo o la atrofia de los ór-
ganos (ley del uso y desuso de los
órganos); en una segunda fase, tales
modificaciones se transmitirían a los
descendientes por gemación (ley de
la herencia de los caracteres adqui-
ridos).
Hasta aquí la aportación de Lamarck
a la teoría de la evolución, aunque
como mencionamos antes, una evo-
lución desdibujada (aunque no por
ello desmerecida de reconocimien-
to y a pesar de que sus ideas fuesen
erróneas, sentó las bases para lo que
llegaría después).
Darwin Revoluciona la Ciencia
Darwin es conocido por ser el crea-
nuevas formas de vida.
Aquí es donde radica una de las ma-
yoresdiferenciasconlaposteriorteo-
ría de Darwin, ya que Lamarck cree
en una evolución “transformista”*5,
pero de una manera “perfeccionis-
ta”, de tal manera que los individuos
evolucionan cada vez a formas más
complejas, situando en la cima de la
evolución al hombre por su extrema
complejidad estructural y funcional.
Conocida es su aseveración de “el
uso crea el órgano” y con respecto a
estaaseveraciónysobreeldesarrollo
de la aparición de la bipedestación
en los homínidos, Lamarck escribi-
ría esto en su “Filosofía Zoológica”:
líneas evolutivas, Lamarck
dor de la teoría evolucionista de la
“Selección Natural”, un mecanis-
mo evolutivo que se define como
la reproducción diferencial de los
genotipos*7enelsenodeunapobla-
ción biológica. La formulación clá-
sica de la selección natural establece
que las condiciones de un medio
ambiente seleccionan (favoreciendo
o dificultando), la reproducción de
los organismos vivos según sean sus
peculiaridades o caracteres particu-
lares.
Esta explicación parte de dos premi-
sas, la primera de ellas afirma que
entre los descendientes de un orga-
nismo hay una variación aleatoria,
no determinista*8, que es en parte
heredable. La segunda premisa sos-
tiene que esta variabilidad puede dar
lugar a diferencias de supervivencia
y de éxito reproductor (o fitness),
haciendo que algunas características
de nueva aparición se puedan exten-
der en la población. La acumulación
de estos cambios a lo largo de las
generaciones produciría todos los
fenómenos evolutivos.
La selección natural puede ser ex-
presada por la siguiente ley general,
tomada de la conclusión de “El ori-
gen de las especies”:
“Existen organismos que se repro-
ducen y la progenie hereda carac-
terísticas de sus progenitores, exis-
ten variaciones de características
si el medio ambiente no admite a
todos los miembros de una pobla-
ción en crecimiento. Entonces aque-
llos miembros de la población con
características menos adaptadas
(según lo determine su medio am-
biente) morirán con mayor probabi-
lidad. Entonces aquellos miembros
concaracterísticasmejoradaptadas
sobrevivirán más probablemente”
Otras diferencias de la teoría de
Darwin con respecto a la teoría
transformista expuesta por el caba-
llero francés Lamarck es la evolu-
ción ramificada. Darwin afirmaba
que los individuos no se transfor-
maban en otros (anagénesis*9), sino
que tenían un ancestro común a
partir del cual, este ancestro habría
dado dos linajes (o líneas) distintas
como consecuencia de una adapta-
ción de los individuos más idóneos
(lo que se conoce con el nombre de
“supervivencia de los más aptos”) a
este nuevo ambiente. Un error que
se comete frecuentemente es que se
caldograma, Darwin
suele decir que Darwin no reconocía
la herencia de caracteres adquiridos,
cosa que es errónea, pues no los re-
chazaba,sóloquenolosconsideraba
una parte importante de su teoría.
Pero para poder llegar hasta aquí
Darwin necesitó una pequeña ayu-
da. Después de regresar a Inglate-
rra en 1836 tras su larga travesía a
bordo del Beagle, Darwin empezó a
recopilar sus ideas sobre la habilidad
de las especies para cambiar en sus
“Cuadernos de la Transmutación
de las Especies”. La explicación
de Darwin de como evolucionaron
los organismos le surgió después de
leer “Ensayo sobre el principio de
la población” del economista britá-
nico Malthus, quien explicó como
las poblaciones humanas mantenían
el equilibrio. Malthus argumentaba
que ningún incremento en la dispo-
nibilidad de la comida para la super-
vivencia humana básica no podría
compensar el ritmo geométrico del
crecimiento de la población. Lo úl-
timo, por lo tanto, tenía que ser veri-
ficado por las limitaciones naturales
como el hambre y/o la enfermedad.
Hasta aquí no hemos contado nada
que no sepamos, pero hemos pues-
to los ladrillos para lo que queda de
esta pequeña historia de la evolu-
ción.Ya sabemos que Darwin no fue
el primer científico que hablaba de
“Selección Natural”, pues Lamarck
años antes ya sentó las bases de lo
que sería a la postre la gran contri-
bución a la ciencia del inglés. Antes
dijimos que a Lamarck se le podía
considerar el primer “evolucionista”
en la historia. ¿Pero estamos seguros
de esto? Veámoslo a continuación.
Evolución en el Siglo IX:
¿Realidad o Ficción?
que se extendía desde Pakistán hasta
Portugal. En el paso del siglo VIII al
IX se dieron además en la metrópo-
li las condiciones idóneas para que
surgiera un público lector (sin dis-
tinción de etnia o religión) pudiendo
acceder fácilmente a las bibliotecas
públicas aquél que lo desease. Este
fenómeno social es a la vez efecto
y causa del abaratamiento de los li-
bros, pues tras el primer contacto del
mundo islámico con la técnica china
de fabricación de papel, este cómo-
do y barato sustrato para la escritura
pronto alcanzaría la capital del cali-
fato, Bagdad, sustituyendo en corto
tiempo al pergamino.
La Casa de la Sabiduría, institución
compuesta de academia, observato-
rio astronómico, biblioteca y escuela
detraducción,integrabaaintelectua-
les de diversa procedencia, también
sin distinción de etnia o religión,
y conocedores de idiomas cultos
(griego, sánscrito, persa, siríaco). La
Casa de la Sabiduría incluía en su
currículo temas tan diversos como
teología, filosofía, matemáticas, as-
tronomía, biología, o medicina, y
fue determinante en incorporar la
filosofía y la ciencia de Persia, India
y, sobre todo, de Grecia, a la cultura
árabe.
Se puso especial cuidado en realizar
traducciones fieles, exactas y técni-
cas, y no meramente literales. Las
copias de las traducciones al árabe,
Puede resultar irónico que alguien
diga que en pleno siglo IX, un filó-
sofo nacido en la ciudad de Basora,
llegase a esbozar brevemente lo que
luego sería quizás la teoría más re-
volucionaria de la historia de la Bio-
logía. Abu Uthman Amr ibn Bahr
al-Jahiz realizó en su libro “El Libro
de los Animales” un primer esbozo
de teoría de la evolución, cosa que
podría pasar desapercibida para el
resto de la humanidad de no ser por-
que al-Jahiz fue uno de los más des-
tacados escritores de la cultura árabe
clásica.
Lo que llama poderosamente la
atención es que un hombre de Dios,
como era su caso, se plantease en
una época tan convulsa y con pensa-
mientos tan arraigados a la teología
un mecanismo evolutivo que contra-
viniese las sagradas leyes del Islam.
Al-Jahiz vino al mundo en pleno
esplendor de las ciencias durante
la Edad de Oro del imperio musul-
mán, época que comprende del siglo
VIII-XI. Este esplendor en la ciencia
y demás disciplinas llevó aparejada
unaestabilidadsocialproporcionada
por el régimen teocrático impuesto
por el califato abasí, unido al uso de
un idioma como el árabe y al vasto
territorio que ocupaba el imperio,
Al-Jahiz
sello dedicado a Al-Jahiz
así como los tratados escritos direc-
tamente en este idioma alcanzaron a
todo el ámbito del imperio, y a pesar
del empeño de los conquistadores
en sucesivas guerras por destruir los
libros, una pequeña parte de aque-
llas bibliotecas (o las copias de sus
libros) ha llegado hasta nosotros
(como veremos más adelante par-
cialmente, como en el caso de “El
Libro de los Animales”, del que se
conservan unos pocos capítulos).
Al-Jahiz nació aproximadamente en
el año 776 en Basora, muy cerca de
lanuevacapitaldelimperio,Bagdad,
enelsenodeunafamiliapobre,pues,
alparecer,alaedaddeveinteañosse
ganaba la vida vendiendo pescado
en uno de los canales de la ciudad.
En aquel momento y lugar se dieron
las condiciones para que individuos
como él, no favorecidos por su cuna,
ascendieran en la escala social. Jahiz
aprendió a leer y escribir a una edad
en contacto con las obras del pensa-
miento griego y helenístico, siendo
impactado sobre todo por Aristóte-
les.Apartir de entonces se da en sus
obras una mezcla de las ciencias is-
lámicas con el racionalismo griego,
aplicando constantemente la lógica
a los fenómenos observados o re-
feridos a él por otros observadores.
En Bagdad compone Jahiz la mayor
partedesusmásdedoscientasobras,
de las que sólo treinta han llegado a
nosotros. El tema de dichas obras es
variadísimo, desde política y reli-
gión (obras casi totalmente perdidas
o destruidas) a gramática, retórica,
poesía, literatura en prosa, filosofía,
botánica o zoología.
Jahiz desarrolló un estilo literario
personal muy característico dise-
ñado para no aburrir al lector. A la
manera de los contadores de cuen-
tos, tras comenzar el relato con un
tema serio, hace una digresión que
amenice la lectura para más tarde
pasar a una anécdota más o menos
humorística, a veces de escasa rela-
ción con el tema a tratar, a base de
información de primera mano o que
le llega de muy variada procedencia
y que ayuda al lector a mantener el
interés por la lectura.
Conocido un poco el entorno cul-
tural y religioso del erudito iraquí,
profundicemos un poco más en su
obra.
“KitabAl Hayawan”
O “El Libro de losAnimales”.
Esta gran obra no sólo por su impor-
tancia, aunque incompleta, consta
de siete volúmenes en su edición
impresa. No es un libro de zoología
convencional ni un bestiario*10 al
estilo medieval europeo, sino una
enorme colección de conocimientos
temprana y, motivado por su familia
(él cuenta como su madre le urgió a
dedicarse a la escritura) se interesó
pronto por el mundo de las ideas.
En este ambiente intelectual se ori-
gina en Basora la corriente teológica
mutazilí, surgida del contacto con el
racionalismo griego, que pretendía
una visión racional y coherente de la
doctrina islámica, con un concepto
atomista del universo y la interpreta-
ción no literal del Corán.Al-Jahiz se
adscribe a este movimiento, y desde
su escepticismo se rebela contra las
discusiones teológicas nimias, incli-
nándose por un naturalismo deísta.
En busca de nuevos horizontes, al-
Jahiz marcha a Bagdad con 40 años
a sus espaldas, coincidiendo su mar-
cha con la fundación de la Casa de
la Sabiduría, de la cual, a pesar de no
formar parte de la misma sí que co-
laboraba con algunos de sus miem-
bros, y gracias a su biblioteca entra
Ilustración que refleja el modo lamarckiano de evolución
sobre muy distintos animales, desde
lombrices a ballenas, a veces en for-
ma de alusión fugaz, y en otros trata-
dos en gran detalle. La información
contenida en la obra proviene de ex-
perimentos y observaciones propias
realizadas en sus viajes por Irak, la
península Arábiga, Anatolia, Siria,
Mesopotamia y otros países. Ade-
más,indicaamenudolaprocedencia
de sus relatos a partir de la “Historia
Animalium” deAristóteles y de ver-
sos clásicos árabes preislámicos.
Esto no debe oscurecer el hecho de
que la obra contiene información
científica de gran valor, anticipando
conceptos que serían completamen-
anécdotas sobre personajes famosos
y noticias de supersticiones sobre
ciertos animales. Aquí podemos ver
un ejemplo de su prosa:
“Sabemos, en efecto, que la hor-
miga almacena para el invierno
durante el estío, previniéndose así
de antemano y sin desfallecer en su
firme propósito ni un solo momen-
to, mientras le es posible almace-
nar. Después, su experta sagacidad
y previsión de las consecuencias
llega hasta el extremo de que, ante
el temor de que las semillas, alma-
cenadas durante el verano para el
invierno, se pudran y gusaneen en el
seno de la tierra, las saca a la super-
ficie para que se sequen y tornen a
su estado normal dándoles el aire y
evitando así su corrupción y podre-
dumbre.Después,comoamenudoo,
mejor, casi siempre el lugar en que
almacena las semillas es húmedo,
teme la hormiga que germinen por
la parte central del grano cubierta
de una fina película (pues sabe muy
bien que por ese punto es por donde
la semilla comienza a germinar y a
transformarse en planta), y así la
hormiga hiende el grano entero en
dos mitades, y si es de coriandro o
cilantro, lo hiende en cuatro partes,
porque la semilla de esta planta es
la única que tiene la propiedad de
germinar en sus dos mitades. Has-
ta tal extremo aventaja la hormiga,
por este solo hecho, en sagacidad a
todos los animales, que quizá es más
prudente que muchos hombres.”
En general, la información que se
proporciona es, dentro de ciertos lí-
mites, fidedigna, con, al parecer, tan
sólodosexcepciones:elsuponerque
la jirafa procede de la hibridación de
leopardo y camello (basada en ideas
anteriores de griegos y romanos), y
te desarrollados diez siglos más tar-
de por Lamarck, Wallace, Darwin y
los evolucionistas. En lo referente a
la zoología, trata de forma particular
cuestiones biológicas de más de 350
especies animales, de invertebrados,
peces, reptiles, aves y mamíferos.
Los temas se extienden a la morfo-
logía funcional, dieta alimenticia,
enfermedades, parasitismo, orien-
tación, comunicación, gregarismo,
reproducción, fecundidad, lactancia,
domesticación, adiestramiento…
Naturalmente, y de acuerdo con su
plan de desorden ameno, las des-
cripciones e interpretaciones vienen
enriquecidas con cuentos, poemas,
fábulas, etimología de palabras,
domesticación de un burro
que podría existir una serpiente ala-
da enAbisinia (presente en los mitos
africanos y de otras regiones). En lo
que la obra contribuye a la teoría
evolutiva, los siguientes son los ras-
gos más destacados:
Descripción y clasificación
Tras describir a una variedad de
animales y clasificarlos en una se-
rie lineal, de los más simples a los
más complejos (aplicando muy
probablemente la Scala Naturae de
Aristóteles), Jahiz proporciona una
ordenación según similaridades, di-
vidiendo a su vez a estos grupos en
subgrupos, hasta llegar a la categoría
de especie, y aunque no es explícito,
podríarelacionarseestaclasificación
con el tema del siguiente apartado.
Transformación de las especies por
efecto de los factores ambientales
Factores como el clima o la dispo-
Además, para al-Jahiz la lucha por
la supervivencia (que para él es una
ley divina) se extiende también a
los miembros de la misma especie.
Así pues, la causa de variación (la
multitud de especies) se debería a
efectos ambientales, mientras que
la supervivencia de las especies así
surgidas (y de los individuos que las
componen) se mantendría mediante
la selección natural de los más aptos.
Estos principios son un claro esbozo
de la teoría de evolución por selec-
ción natural.
La falta de reconocimiento general
del mérito de al-Jahiz debe basarse
en que en el compendio de temas
tratados en “El Libro de los Anima-
les” no se exponen esos principios
de forma ordenada. Además, las
frecuentes anécdotas humorísticas
en los escritos de al-Jahiz (aun reco-
nociéndole como escritor genial) le
han valido la reputación de bromista
y poco serio (en un ambiente litera-
rio más bien grave), restándole así
credibilidad, aún entre los lectores
árabes. Bayrakdar supone que las
ideas transformistas de al-Jahiz se
reflejan en las obras de naturalistas
posteriores del ámbito musulmán,
sobre todo en Akhlag Nasiri (“Etica
de Nasrudín”).
Aunque Darwin tuvo al parecer
algún contacto con el orientalista
Samuel Lee, profesor de árabe en
Cambridge, ello no es motivo para
suponer que basara su teoría de
evolución por selección natural en
el libro de al-Jahiz, como a veces
se ha sugerido (Bayrakdar), ni que
siquiera tuviera noticia de su obra.
Podemos afirmar que, en conjunto,
la prosa atractiva de al-Jahiz y su ta-
lante vital, unido a su penetrante in-
tuición, contribuyeron enormemen-
te a la difusión de sus trabajos, con
nibilidad de alimento o refugio son
para al-Jahiz causa de cambios bio-
lógicos y psicológicos en las espe-
cies. Por efecto de los factores am-
bientales ocurriría la transformación
de unas especies en otras, incluida la
especie humana.
Lucha por la supervivencia
Según al-Jahiz, la necesidad de to-
dos los animales por sobrevivir se
acompaña de diferencias en las ta-
sas de mortalidad, resultantes de
los factores ambientales, tal como
la disponibilidad o no de alimento
para unos u otros, o como resultado
de los ataques de las especies anima-
les mejor dotadas hacia otras, en una
verdadera red trófica*11, o bien por
la presencia de adaptaciones en al-
gunas de ellas que les permite eludir
de alguna forma esos ataques (me-
diante la construcción de refugios,
por ejemplo). Se mantendrían así en
suficiente abundancia las especies
mejor dotadas.
lo que ayudó a popularizar la ciencia
y el método racional en el mundo
islámico, siempre en lucha con el
dogmatismo inmovilista.
Espero haberles entretenido con este
escrito. Dado que al-Jahiz acababa
sus escritos con alguna anécdota, no
quisiera ser menos que él (salvando
obviamente las distancias entre am-
bos). Para ello contaré la historia de
un erudito iraquí, escritor de tratados
de zoología, botánica, literatura y
otros, que tanto le gustaba su trabajo
y tanto era su afán por la lectura, que
los libros le mataron. Puede parecer
una broma, pero no lo es en abso-
luto. Imagino que habrán aparejado
desde el principio la muerte que les
narro con el individuo que padeció
tan cómica tragedia. Lo cierto es que
al-Jahiz falleció en su biblioteca, ro-
deado de libros al caérsele encima
una estantería repleta de ellos en el
momento en que se disponía a su or-
denación.
Glosario de Tecnicismos
1.Nomenclatura binomial: También
llamada nomenclatura binaria. Es
un convenio estándar utilizado para
denominar las diferentes especies de
organismos. El nombre científico
asignado a una especie es formado
por la combinación de dos palabras
(“nombres” en latín o de raíz gre-
colatina): el nombre del género y
el epíteto específico. El conjunto de
ambos es el nombre científico que
permite identificar a cada especie
como si tuviera “nombre y apelli-
do”.
2.Fijismo: Creencia que sostiene
que las especies actualmente exis-
tentes han permanecido básicamen-
te invariables desde la Creación. Las
especies serían, por tanto, inmuta-
bles. Los fósiles serían restos de los
9.Anagénesis: Evolución progre-
siva de las especies que implica un
cambio en la frecuencia genética de
una población entera en lugar de un
suceso de bifurcación o transforma-
ción.
10.Bestiario: Volúmenes ilustra-
dos (muy famosos durante la Edad
Media) que describían animales,
plantas e incluso rocas. La historia
natural y la ilustración de cada una
de estas bestias se solía acompañar
con una lección moralizante, refle-
jando la creencia de que el mundo
era literalmente la creación de Dios,
y que por tanto cada ser vivo tenía su
función en él.
11.Red Trófica: Conjunto de cade-
nas alimentarias de un ecosistema,
interconectadas entre sí mediante
relaciones de alimentación.
Bibliografía
1. Asín Palacios, M. 1930. El “Libro de
losAnimales” de Jahiz.
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rise of biological evolutionism.
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¿Vuelve Lamarck? Investigación y Ciencia Nº
159.
4. Darwin, C. 1839. Viaje de un Natura-
lista alrededor del mundo.
5. Darwin, C. 1859. El Origen de las Es-
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6. Gould, S.J. 2004. La Estructura de la
Teoría de la Evolución.
7. Hoodbhoy, P. 1991. Islam and Scien-
ce: Religious Orthodoxy and the Battle for Ra-
tionality.
8. Lamarck, J.B. 1809. Filosofía Zooló-
gica.
9. Rosenthal, F. 1975. The Classical He-
ritage in Islam.
10. Soler, M. 2003. Evolución: La Base
de la Biología.
11. Zirkle, C. 1941. Natural Selection be-
fore the “Origin of Species”.
animales que perecieron en los dilu-
vios bíblicos o bien caprichos de la
naturaleza.
3.Método Dicotómico de Determi-
nación: Sistema de clasificación por
el cual a partir de la presencia o au-
sencia de caracteres presentes o no
en nuestro individuo a determinar,
podemos saber la especie de que se
trata. Esta guía según la respuesta a
una pregunta te mandará a otra di-
cotomía, así hasta llegar a una solu-
ción donde se describe al individuo.
Acompañando a esta solución va su
nombre científico en latín.
4.Generación Espontánea: Teoría
biológica que aseguraba que podía
surgir vida de forma espontánea, a
partir de la materia inerte. También
llamado por Thomas Huxley como
“abiogénesis”.
5.Transformismo: Teoría que postu-
laquelasestirpesvancambiandosus
características a lo largo del tiempo
de una manera fundamentalmente
gradual. Lo que ahora designa el
término evolucionismo fue señalado
durante mucho tiempo, hasta bien
entrado el siglo XX, como transfor-
mismo.
6.Teleologismo: Doctrina filosófica
de las causas finales. Atribución de
una finalidad u objetivo a procesos
concretos.
7.Genotipos: Contenido genético de
un individuo.
8.Determinismo: Doctrina filosófica
que afirma que todo acontecimiento,
incluyendo el pensamiento humano
y las acciones, está causalmente de-
terminado por la irrompible cadena
causa-consecuencia. No hay mila-
gros ni ocurren sucesos al azar.
En el momento en que me dispon-
go a escribir este artículo el cielo me
está jugando una mala pasada. Uno
de los espectáculos más fascinantes
que nos ofrece la naturaleza, una
lluvia de estrellas, se va a producir
en unas cuantas horas y las nubes
colapsan toda la cúpula celeste. La-
mentablemente es algo habitual, es-
pecialmente en estas fechas.
La lluvia a la que me refiero es la de
las Leónidas, segunda en importan-
cia del año después de las archico-
nocidas Perseidas, que nos visitan
en agosto. Una lluvia de estrellas,
analizada científicamente, no es más
que el paso del planeta Tierra por el
camino que recorre un cometa hacia
el Sol en su perihelio, dejando atrás
polvo estelar que es atraído por la
gravedad de nuestro planeta y que
se desintegra en nuestra atmósfera.
Dependiendo de los restos que haya
dejadoelcometaencuestión,eneste
nocido, la Osa Mayor. A partir de
esta constelación boreal podemos
definir la mayor parte del cielo que
se nos presenta noche a noche. Y es
un espectáculo que nadie debería
perderse. Ése es el primer paso.
Cuando reconocemos algunas de las
constelaciones de nuestro cielo ya
podemos vislumbrar el orden apa-
rente de las formas en las cuales la
humanidad ha organizado las estre-
llas que se pueden ver a simple vis-
ta, entrando de lleno en el reconoci-
miento de algo tan antiguo como es
la astronomía. Y nos podrán venir a
la mente los primeros humanos que
se dieron cuenta de que las estrellas
tienen ciclos, y que aparecen en el
cielo a intervalos regulares. Así nos
daremos cuenta que todos, absoluta-
mentetodoslospuntitosblancosque
vemos giran de este a oeste en una
cadencia regular. ¿Todos? No, todos
no. Hay un punto en el firmamento
caso el llamado 55P/Tempel-Tuttle,
la lluvia será más o menos intensa;
así como su espectacularidad.
Pero no vengo a hablar solamente de
lluvias de estrellas. Vengo a hacerlo
del espectáculo extraordinario que
nos ofrece diariamente la naturaleza
y que podemos contemplar con algo
tan sencillo como levantar la vista
en una noche despejada y lejos de
las luces de las ciudades.
Para el no iniciado, el firmamento
se reduce a una infinidad de puntos
blancos sin un orden aparente. Pero
para los amantes de la astronomía
ese orden existe, y aparece delan-
te de nuestros ojos muy fácilmente
mediante la observación de las for-
mas en las que se nos presentan esos
puntos blancos. En el anterior artí-
culo de esta misma revista expliqué
cómo detectar unas cuantas de esas
formas a partir de un punto muy co-
que no parece girar en el cielo y se
mantiene inamovible mes tras mes,
año tras año. Es la conocida Estrella
Polar, o Polaris. Esta estrella coinci-
de con el norte terrestre, por lo cual
parece que no se mueve en el cielo.
De ahí su importancia, ya que nos
indica casi a la perfección el camino
hacia el norte en nuestro planeta.
Igual, lector, piensas que esa estrella
es muy brillante y no tiene pérdida,
y habitualmente he oído comenta-
rios de personas decepcionadas en
salidas astronómicas debido a su es-
casa espectacularidad. De hecho sus
estrellas vecinas en la Osa Mayor
le ganan por goleada en brillo, y la
gente suele confundir la Osa Mayor
con el punto que indica el norte en
nuestro hemisferio.
tramos con un punto poco brillante
en el cielo, pero extremadamente
importante. Ya sabemos dónde se
halla el norte.Apartir de aquí la cosa
es sencilla: si nos colocamos de es-
paldas a la formación, miramos ha-
cia el sur. El este quedará a nuestra
izquierda y el oeste a nuestra dere-
cha.
Ambas constelaciones, tanto la Osa
Menor como la Osa Mayor son cir-
cumpolares. Eso significa que nun-
ca se ponen, ya que parecen orbitar
el polo norte celeste desde nuestro
punto de vista. Este hecho les dió
en la antigüedad el status de estre-
llas divinas, tanto a estas dos como
a otras circumpolares como las que
forman la constelación de Draco.
De hecho, en Mesopotamia estas
tres constelaciones formaban una gi-
gantesca constelación, la del dragón.
Ambas Osas hacían referencia a las
alas del animal mítico. Encontramos
referencias de gran importancia so-
bre estas constelaciones tanto en la
cultura egipcia, griega o árabe.
Ya tenemos la primera característica
de Polaris que la hace diferente al
resto de estrellas. Otra característica
que la hace especial es su posición
en referencia a la latitud del planeta.
Yeso trajo más de un quebradero de
cabeza a los navegantes que sobre-
pasaban la línea del ecuador en la
época de los grandes descubrimien-
tos.
Cuando eso pasaba, la esfericidad
de la Tierra hacía que la Estrella
Polar se quedara por debajo de la
línea del horizonte, desapareciendo
el punto de referencia para encontrar
el norte.
Así pues, ya podemos imaginar que
la polar se halla a la altura de la lati-
Lo que sí cambia durante la noche
es la posición del resto de estrellas
de la Constelación de la Osa Menor,
rotando perfectamente alrededor de
la estrella principal de esa pequeña
formación estelar. Así pues, lo úni-
co que no rota es ese punto insigni-
ficante y pequeño de nuestro cielo,
hechoquelosantiguosobservadores
y navegantes supieron aprovechar a
la perfección. Sin tener otro tipo de
referencias, se puede navegar o bus-
car la ubicación en el espacio físico
solamente buscando la Estrella Po-
lar en el firmamento.
Así pues, si buscamos en el cielo el
asterismo de la Osa Mayor (en la
imagen) y seguimos la posición de
las estrellas beta y alfa de la conste-
lación (Dubhe y Merak) nos encon-
tud en que nos hallamos. En España
se sitúa alrededor de los 39º norte,
mientras que en el polo norte se ha-
lla en el zenit de su altura, a 90º nor-
te. Evidentemente, en la altura del
ecuador se sitúa a 0 º, y solamente es
visible pocas veces al año, siempre
en la línea del horizonte. Más allá
del ecuador desaparece del cielo.
El punto de referencia pasa a ser la
constelación de la Cruz del Sur, aun-
que no es tan correcta como la refe-
rencia en el norte, ya que está bas-
tante separada del sur celeste. Aún
así, es la constelación con la que
marcamos el camino para encontrar
el sur, debido a la facilidad para en-
contrarla en el cielo; y porque la es-
trella que marca el brazo más largo
de la cruz, llamada Acrux o Estrella
de Magallanes, señala casi exacta-
mente hacia el sur.
Una vez hallada la pequeña conste-
lación, alargamos el camino que va
desde Rubidea (la estrella superior
del madero largo) hasta Acrux (la
inferior) cuatro veces y media su
propia extensión, llegando al punto
(no definido por una estrella) que
marca el sur celeste, y por definición
el sur en nuestro planeta. Tal y como
indica el siguiente esquema:
No hay que confundir la conste-
lación de la Cruz del Sur con la de
la Cruz del Norte, que corresponde
a la conocida también con el nom-
bre de Cygnus o el Cisne. Esta otra
constelación no determina ningún
punto cardinal, forma parte del lla-
mado Triángulo de verano junto a
las constelaciones de Lyra y Aquila,
principales formaciones celestes en
el verano boreal junto a Escorpio.
Ya conocemos la importancia de la
estrella Polar, así pues si alguno de
vosotros sale al campo en una noche
estrellada no debe temer perderse,
ya que incluso sin brújula sabrá dón-
de están los puntos cardinales con
un simple vistazo hacia el cielo.
Los dinosaurios comprenden un
grupo de animales de una gran di-
versidad. Desde sus pariente mas
lejanos, los Arcosaurios, los dino-
saurios han ido poco a poco evo-
lucionando y formando grandes
familias que unas líneas mas abajo
comenzaremos a conocer.
Para entendernos los seres vivos se
clasifican según un eje taxonómico
el cual esta dividido en los siguien-
tes estratos:
Reino: En este caso corresponde al
reino animal.
Tipo: Los dinosaurios como la gran
mayoría de animales pertenece a los
Cordados, es un grupo con bastantes
características entre las que destaca
la existencia de un “cordón nervio-
so” durante la formación de dicho
animal.
Clase: Reptiles.
mas en esta cadena, como son Su-
perfamilia, Suborden, etc. Sin em-
bargo no los haré referencia dado su
grado de complejidad.
FAMILIAS DE DINOSAURIOS
En este apartado podréis conocer las
distintas familias de dinosaurios que
habitaron la tierra, comentando sus
características y algunos de los dino-
saurios que formaron parte de ellas.
Estegosaurios
Este grupo de dinosaurios recibió
su nombre gracias al mas famoso y
conocido de ellos, el Stegosaurus.
Hay que destacar que esta familia
se dividió en 2 grupos, una formada
por 14 dinosaurios y otra por un solo
miembro; el Huayangosaurus, esto
Subclase:Arcosaurios
Orden: Dinosaurios.Apartir de aquí
es donde comienzan los dinosaurios
y donde veremos la gran variedad de
estos.
Familia: Hace referencia al grupo
al que pertenece el dinosaurio, es lo
que veremos mas abajo.
Genero y Especie: Estos 2 grupos
los he puesto juntos para compren-
der mejor su equivalencia con un
ejemplo:
Especie: Canis familiaris; que signi-
fica “perro común” y Canis lupus o
lobo común.
Genero: Canis, ambas especies for-
man parte del mismo genero.
Hay que destacar que los científicos
han introducido algunos estratos
se debe a que este dinosaurio era
mucho mas pequeño que el resto de
sus parientes.
Una de las principales característi-
cas de Los Estegosaurios era su cola
que finalizaba en unas largas púas,
normalmente 4. Estos dinosaurios
caminaban a 4 patas, tenían las patas
traseras largas y las delanteras cor-
tas, lo cual hacia que no fueran muy
rápidos; seguramente la cola era su
principal defensa contra los depre-
dadores.
Otra de las características de estos
dinosaurios era la formación de unas
extrañas placas en su cuerpo. Estas
placas tenían distintos tamaños, for-
mas y disposición según las especie.
Estas placas no se encontraban sol-
dadas al esqueletos, sino encajadas
en la gruesa piel del dinosaurio.
Hoy día aun no se conoce la función
exacta de estas placas, sin embargo
los científicos creen que pudieron
ser usadas como paneles solares,
absorbiendo el calor del sol a los pri-
Estos dinosaurios eran herbívoros,
podemos encontrar Estegosaurios
desde los inicios del Jurasico, como
el Lexovisaurus, hasta mediados del
cretácico como el Wuerhosaurus.
Vivieron repartidos por todo el mun-
do, aunque donde mas fósiles se han
encontrado ha sido en china, pudie-
ra ser debido a que allí habitaron 3
especies; Wuerhosaurus, Tuojiango-
saurus y Huayangosaurus.
Saurópodos
LosSaurópodosconstituyenlafami-
lia de dinosaurios con los miembros
mas grandes que hayan existido so-
bre la tierra. Son quizás el grupo de
mas fácil identificación.
Su principal característica era su
enorme cuello, el cual les permitía
alcanzar las copas de los árboles y
quizás también adentrase en aguas
los bastante profundas como para no
ser alcanzados por los depredadores,
aunque tampoco había muchos car-
nívoros que pudieran hacer frente a
estosgigantes.Lalongituddelcuello
varia de una especie a otra, pero sin
duda el Mamenchiosaurus poseía el
cuello mas largo, llegando a los 11
metros de longitud.
meros rayos del sol y permitiendo a
este entrar en actividad mucho antes
que el resto o cuando el clima era
muy caluroso podrían haber sido un
buen medio de refrigeración.
Los Estegosaurios tenían una cabe-
za muy pequeña por lo que el cere-
bro también debía ser muy reducido.
Midiendo la cavidad del cráneo del
Stegosaurus se ha podido ver que
este dinosaurio tenia un cerebro del
tamaño de una nuez.
Stegosaurus
Wuerhosaurus
El termino Saurópodo significa “con
patas de reptil” y a pesar de que la
gran mayoría de dinosaurios de esta
familia tenían patas de elefante, en
ellas presentaban una garra en el
dedo pulgar. Esta garra podría haber
sido utilizada como medio de defen-
sa o bien para aferrarse a los árboles
mientras se apoyaban a 2 patas.
Todos los dinosaurios de esta fami-
lia tenían dientes débiles en forma
de cuchara, esto no era problema ya
que eran los únicos que se alimenta-
ban de los tallos tiernos en las copas
mas altas de los árboles.
Los Sauropodos habitaron la tierra
desde el periodo Jurasico hasta el
Cretácico, siendo uno de los últimos
supervivientes el Diplodocus.
Los fósiles de estos dinosaurios se
encuentran esparcidos por todo el
globo sin ninguna preferencia geo-
gráfica.
Terópodos
Todos los dinosaurios carnívoros se
engloban dentro de esta familia. De-
bido a esto hay grandes diferencias
entre unos y otros a pesar de perte-
necer al mismo grupo.
Una de las características que tenían
en común era la de caminar a 2 pa-
tas.
Los dinosaurios mas grandes tenían
grandes y pesadas patas necesa-
rias para sujetar su enorme cuerpo,
mientras que las patas de los peque-
ños eran estilizadas y musculosas,
preparadas para correr.
Debido a la dieta de estos dinosaurio
necesitaban fuertes y afilados dien-
tes con los que desgarrar la carne,
a excepción del Ornithomimus que
poseía un pico óseo.
También tenían fuertes garras en las
patas traseras, en las cuales 3 dedos
se orientaban hacia el frente y un
cuarto dedo hacia atrás. Algunos
como el Deinonychus tenia en uno
de los 3 dedos una garra mucho mas
grande que los demás.
Gracias a esta gran variedad la fa-
milia de los Terópodos se encuentra
dispersa por todo el globo terráqueo
y vivieron durante desde el inicio
hasta el fin de la época de los dino-
saurios.
Paquicefalosaurios
El termino Paquicefalosaurio sig-
nifica “cabeza cupuliforme”. Este
nombre se debe a que todos estos
kentrosaurus
brachiosaurus diplodocus
dinosaurios tenían una cabeza en
forma de bóveda con un importan-
te aumento del grosor de los huesos
del cráneo.
Durante casi 50 años la única refe-
familia es el Pachycephalosaurus
con 8 metros de longitud y hasta 25
cm de grosor en el cráneo.
Es probable que estos dinosaurios
utilizaran su cabeza como arma de-
fensiva contra depredadores o bien
para luchar entre ellos en la época de
apareamiento.
Todos ellos eran dinosaurios herbí-
voros, que avanzaban a 2 patas.
Los Paquicefalosaurios habitaron
durante el cretácico tardío, de echo
el Pachycephalosaurus fue de los úl-
timosdinosauriosendesaparecer.Se
han encontrado fósiles en América
del norte, Asia y también un único
fósil en la isla de Madagascar.
rencia que se tuvo de estos dinosau-
rios fue tan solo un diente.Años mas
tarde se encontrarían mas huesos,
entre ellos el cráneo.
El miembro mas importante de esta
tyrannosaurus rex
Homalocephale
GLOSARIO
DE DINOSAURIOS
Carnotaurus
El Carnotaurus era uno de los miem-
bros mas importantes de la familia
de los Terópodos. Llegaba a medir
7,5 metros de longitud y 3,5 de altu-
ra. Vivió hace 100 millones de años
en el cretácico. Los fósiles encon-
trados apuntan a que el Carnotaurus
habitaba enAmérica del sur.
Su nombre significa “toro carnívo-
ro” y esto es debido a que poseía 2
pequeños cuernos sobre la cabeza,
justo encima de los ojos. Hoy día no
se conoce la utilidad de dichos cuer-
nos, si es que la había.
Como el resto de terópodos de gran
tamaño, el Carnotaurus poseía 2
fuertes patas con las que sujetar su
cuerpo y una gran cabeza provista
de afilados dientes de hasta 4 cm de
longitud.
Sus patas delanteras eran pequeñas
y se cree que podrían haber carecido
de utilidad alguna.
A pesar de su gran tamaño se cree
que el Carnotaurus era bastante mas
ágil que sus parientes cercanos. Esto
se debe a que poseía una larga y po-
derosa cola, que al estirarla le habría
permitido al dinosaurio correr, sin
perder el equilibrio.
Cuando se hallo el primer esquele-
to de Carnotaurus se descubrió que
desde la cabeza a la cola había unas
hileras de protuberancias cónicas.
Era la primera vez que aparecían
pequeños restos de piel fosilizada en
un dinosaurio. Esto dio a los cientí-
ficos muchas pistas del aspecto de la
piel del resto de dinosaurios.
Actualmente puedes visitar los res-
tos fósiles del Carnotaurus en el mu-
seodeCienciasNaturalesdeBuenos
Aires y en el museo Egidio Feruglio
de Trelew.
Lcds n2

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Lcds n2

  • 2. Queridos lectores: En nombre de todos los componentes de esta aventura que llamamos “La Cruzada del Saber”, queremos daros las gracias por el recibimiento que le habéis dado a nues- tra revista y expresaros nuestra más sincera gratitud por la cantidad de mensajes de apoyo, sugerencias y colabo- raciones que hemos recibido. Comenzábamos hace dos meses con mucha ilusión y po- cos recursos, y con el primer número hemos registrado más de 500 descargas que nos ayudan a seguir adelante con más ganas si cabe. Os recibimos de nuevo, estrenando página, y esperamos que este segundo número también sea de vuestro agrado y os ayude en ese difícil pero apasionante camino que es el saber. Los directores.
  • 4. Siglo XV. Solo el Reino Nazarí de Granada resiste a duras penas el avance de los cristianos. Éstos, co- nocedoresdequeelfinaldelarecon- quista está cerca, comienzan a mirar hacia el Océano Atlántico. Portugal y Castilla arman navíos dispuestos a navegar en busca de otras tierras, y cuando las encuentran se reúnen para decidir la forma de repartírse- las. Una historia de guerras, viajes, abu- sos de poder, trampas y secretos que dan forma a aquello que llamamos “época de los descubrimientos”. Problemas por la sucesión en Castilla Septiembre de 1468. El rey de Cas- tilla, Enrique IV, decide desposeer del título de heredera a su hija Juana para concedérselo a Isabel, herma- nobleza, también se autoproclama reina dos días después en Segovia. Comenzaba entonces una cruenta guerra civil que duraría hasta 1479 en la que se decidiría algo más que el trono de Castilla. Una vez iniciada la contienda, Jua- na, sabedora de que las fuerzas isa- belinas son más numerosas, decide casarse con Alfonso V para formar una alianza con Portugal. Se en- frentarían así Isabel y una parte de la nobleza castellana apoyados por Aragón, contra Juana y la otra par- te de Castilla aliados con Portugal y con Francia, quien aprovechará el momento para declarar la guerra a Aragón e intentar arrebatarle el Ro- sellón. Aunque las primeras victorias de la guerra se decantan del lado de Juana y Alfonso, las tropas de Isabel ven- cen a las del monarca portugués en nastra del monarca y desde entonces futura reina. Enrique IV quiere unir Castilla y Portugal bajo un mismo trono, y a tal efecto planea el matri- monio de Isabel con Alfonso V de Portugal, y el de Juana con algún hijo de éste último. Sin embargo, Isabel rechaza a Alfonso por la di- ferencia de edad y un año más tarde, en 1469, se casa en secreto con su primo Fernando II, rey de Sicilia y futuro rey deAragón. Por supuesto este enlace no gusta nada al soberano de Castilla, que ve cómo su reino camina hacia una alianza con Aragón y no con Portu- gal, que era lo que él pretendía, por lo que revoca su primera decisión y vuelve a nombrar heredera a Juana. Cuando el 11 de diciembre de 1474 muere Enrique IV, Juana es rápida- mente proclamada reina de Casti- lla. Pero Isabel, que tiene muchos y muy importantes partidarios entre la
  • 5. la decisiva batalla de Toro, en 1476, a partir de la cual las huestes caste- llano-aragonesas comenzarán una ofensiva imparable que culminará en febrero de 1479 en la batalla de Albuera, donde la derrota de Por- tugal la obligará a capitular. La paz llega mediante elTratado deAlcáço- vas, firmado el 4 de septiembre de 1479 en la localidad portuguesa del mismo nombre, y ratificado el 6 de marzo de 1480 en Toledo. Este acuerdo resulta fundamental para entender después el verdadero tema que nos ocupa en el artículo, el Tratado de Tordesillas de 1494. Paz enAlcáçovas y reparto del mar Durante todo el siglo XV Castilla y Portugal pugnaron por hacerse con el control del Atlántico. Ambas potencias ambicionaban llegar por mar a Las Indias para conseguir el monopolio de especias, y la ruta que debían seguir se encontraba en ese océano, por lo que resultaba de vi- tal importancia tener pleno dominio sobre él. Cuando se desata la guerra entre Juana e Isabel, Castilla domina las Islas Canarias, mientras que Portu- gal hace lo propio sobre las Azores, Madeira, Cabo Verde, La Mina y Guinea. Los reyes castellanos orde- nan a su flota tomar los territorios de Guinea y La Mina, muy ricos en oro y esclavos; pero Portugal, derro- tada en tierra, no encuentra rival en el mar, y sus navíos, gobernados por excelentes capitanes, acechan cons- tantemente las costas canarias. Enelacuerdoqueponefinalaguerra uno de los puntos más importantes a nato de Anjou. En el ataque a una flota italiana cerca de las costas de Portugal, el barco en el que se en- cuentra sufre varios disparos de ar- tillería enemiga y comienza a arder. Atemorizado al ver el fuego, decide lanzarse al mar para intentar salvar su vida, y haciendo acopio de todas las fuerzas que le quedan, el geno- vés consigue nadar los 14 kilóme- tros que le separan de la costa por- tuguesa. Como buen buscavidas que era, de- cide quedarse a vivir en Portugal, donde en 1479 se casa con la bella dama portuguesa Felipa Moniz de Perestrello, hija de un curtido ma- rinero y gobernador de Porto Santo ya fallecido que poseía innumera- bles mapas e informaciones acerca de las navegaciones portuguesas por todo el Atlántico. Colón accede a ese material y entre todos los pape- les parece que observa algo que le lleva a pensar que hay tierra al oeste de Azores y Madeira. Rápidamente identifica esas tierras con laAsia que describió Marco Polo y comienza a pertrechar un plan: alcanzar Las In- dias a través delAtlántico. discutir es esta rivalidad de ambos reinos por el Atlántico y las costas de África. En el texto final, Portugal se compromete a reconocer a Isabel y Fernando como reyes legítimos de Castilla y abandona sus pretensiones sobre las Canarias. Por su parte, los Reyes Católicos admiten la sobera- nía portuguesa de Madeira, Azores, Cabo Verde y Guinea. Y para evitar futuros enfrentamien- tos por el mar, se decide trazar una línea imaginaria al sur de las cana- rias, en torno al paralelo 26, y se establece que todas las tierras des- cubiertas y por descubrir al sur de ese paralelo serán de dominio portu- gués, mientras que todas las tierras descubiertas y por descubrir al norte serán propiedad de Castilla, excep- tuando Madeira yAzores. Es el 4 de septiembre de 1479, y por primera vez en la historia dos reinos se reparten el mar. El sueño de Colón En 1476 un joven de origen geno- vés llamado Cristóbal Colón trabaja como corsario a las órdenes de Re- reparto del mar en alcáçovas
  • 6. Por si fuera poco, en Madeira, don- de vivió junto a Felipa, escuchó in- numerables narraciones de marine- ros que contaban cómo, en días de tormenta sus barcos eran arrastrados en sentido contrario a África hasta llegar a tierras que no conocían. Con todo esto en su mente, desem- barcaenLisboadispuestoapresentar sus servicios al rey João II, y duran- te algunos años intenta convencerle para que financie una flota expedi- cionaria con la que cruzar el mar y llegar a Asia. Sin embargo, si hay un país en el siglo XV que goza de los mejores navegantes, geógrafos y cartógrafos del momento, es Por- tugal, y sus navegantes, marineros- científicos, poseen los más avanza- dos conocimientos. Un ejemplo es que mientras Colón calculaba que el grado terrestre era de 84 Km, Duarte Pacheco, el mejor navegante y cos- mógrafo portugués de la época, ha- blaba de 106,56 Km. Sabiendo que el grado terrestre es de 111 Km, el de Génova se equivocaba en 27 Km, y el portugués solo por 4,5. Además Colon se guiaba demasiado por las teorías de los antiguos, concreta- mente del famoso geógrafo griego Ptolomeo, quien calculaba la distan- cia por mar entre Asia y Europa en 118º, cuando realmente son 229º. João II, al tanto de todo esto gracias a una comisión de expertos que lo ilustran, sabe perfectamente que los cálculos de Colón son erróneos y que con la ruta que propone difí- cilmente llegará a su destino, por lo que rechaza su propuesta. Ante la negativa del monarca por- tugués, Colón y su hijo, Diego, cru- zan la frontera en 1485 para probar suerte en Castilla. Tras unos años de reuniones, en enero de 1492 Isabel y Fernando conquistan Granada y acaban con la presencia musulmana en la península, y en medio de una tremenda alegría deciden aprobar el proyecto de Colón y concederle barcos, hombres y dinero para su expedición. El3deagostodeeseaño,unapeque- ña escuadra compuesta de dos cara- belas y una nao con algo más de 100 hombres a bordo y bajo banderas de Castilla y Aragón, zarpa del puerto de Palos rumbo a occidente. El 12 de octubre, a las 2 de la madrugada y tras un penoso viaje, el marinero Juan Rodríguez Bermejo, conocido erróneamente por la historia como Rodrigo de Triana, con toda la fuer- za y rabia del mundo descubreAmé- rica al grito de: ¡Tierra! ¡Tierra!. Esa noche del 12 de octubre Colón llegaba a las actuales Bahamas y veía cumplido su sueño. Tras un ar- duo viaje en el que tuvo que evitar varios intentos de motín, conseguía descubrir para Europa lo que él pen- saba que era Asia. Unos años más tarde, en 1506 moría en Valladolid sin saber que lo que había descubier- to era un nuevo continente al que se bautizaría comoAmérica. Negociaciones previas al Tratado de Tordesillas Más importantes que el propio Tra- tado de Tordesillas son la serie de negociaciones que llevaron a su fir- ma, donde portugueses y castellanos jugaron unas cartas y escondieron otras intentando conseguir el máxi- mo beneficio para su patria. Las dos coronas se enfrentan de nuevo, esta vez diplomáticamente, por el derecho de posesión sobre los nuevos territorios que Colón ha descubierto; problema que empieza cuando éste, durante el regreso de su primer viaje a América se topa con una fuerte tormenta que le obliga a desviar el rumbo de su nave, La Niña, hasta desembarcar en Lisboa el 6 de marzo de 1493. Allí, lleno Cristobal Colón >>>
  • 7. de arrogancia se presenta ante João II para contarle todo lo que ha des- cubierto y hablarle de las increíbles riquezas que ha encontrado y que podrían haber sido para Portugal si él hubiera consentido la financiación de su viaje. El monarca portugués, que tiene se- rias sospechas de que los territorios descubiertos por Colón se encuen- tran al sur de la línea establecida en Alcáçovas, y que por lo tanto deben pasar a sus dominios, intenta, a base depreguntas,conseguirinformación que pueda reforzar sus intuiciones. Colón, que es muy listo oculta cual- quier detalle que pueda favorecer a Portugal y se limita a responder que ni conoce el tratado deAlcáçovas ni en su viaje ha pasado cerca de terri- torios portugueses. En cuanto Colón parte para Espa- ña, João II ordena preparar la flota, al frente de la cual sitúa a Francis- co de Almeida, para tomar posesión Sande, sale hacia Barcelona el 5 de abril con la misión de reclamar el nuevo mundo descubierto para la corona portuguesa, mientras que Lopo de Herrera, el castellano, parte para Lisboa para declarar a João II que ante este gran descubrimiento el viejo tratado de Alcáçovas carece de valor, que hay que firmar un nue- vo acuerdo que se ajuste a la nueva realidad. Las dos embajadas se cru- zan en el camino, lo que retrasa la posibilidad de encontrar una rápida solución al problema. El PapaAlejandro VI, árbitro casero. En el sigo XV, cuando dos nacio- nes católicas se enfrentaban en una guerra o discutían sobre cualquier aspecto de la diplomacia, era común que el Papa actuara de árbitro entre ellas. En nuestra historia, el sumo pontífice también aparece, pero no como árbitro entre dos reinos, sino como aliado de uno de ellos, Castilla yAragón. Y es que Rodrigo de Bor- gia, o lo que es lo mismo, el Papa Alejandro VI, es aragonés, y entre sus planes no entra el perjudicar a su propia patria. Tras entrevistarse con Colón en Barcelona, Isabel y Fernando en- vían correos urgentes a Roma para conseguir el favor del Papa y que éste redacte una bula que conceda a Castilla y Aragón el dominio sobre los territorios descubiertos. Además de ser aragonés, Alejandro VI, que como casi toda la familia Borgia es muy dado a la lujuria y los excesos, tiene varios hijos bastardos a los que Fernando concede tierras y títulos en Aragón. Y si a todo a esto le añadi- mosquePortugalenesemomentoes aliada de Francia, quien, con Carlos en nombre de Portugal de las tierras descubiertas por el genovés, y envía a Rui de Sande como embajador a España para discutir el asunto. A finales de abril, Colón llega Bar- celona, donde los Reyes Católicos, eufóricos ante el descubrimiento, le reciben como un héroe y le pi- den que les cuente con todo lujo de detalles el desarrollo de su viaje. El Almirante de la Mar Océana, tras hablar de lo bellas y ricas que son las nuevas tierras, plantea el proble- ma de que quizá éstas se encuentren en territorio portugués, como así lo cree João II. Ante esto, Isabel y Fer- nando animan a Colón a que prepa- re un nuevo viaje para delimitar con seguridad dónde están los nuevos dominios, y se apresuran también a enviar diplomáticos al país vecino mientras se disponen a organizar el ejército para una posible guerra. El embajador portugués, Rui de toma de posesión de las nuevas tierras
  • 8. VIII a la cabeza planea invadir Italia y los Estados Pontificios, no resulta extraño queAlejandro VI aproveche la oportunidad para beneficiar a su país y de paso intentar acabar con las expectativas portuguesas. Así, entre mayo y septiembre de 1493 se emiten una serie de bulas papales que otorgan a los Reyes Católicos el derecho de gobernar sobre el nuevo mundo que Colón ha descubierto. Por supuesto, todas estas bulas están falsamente datadas sirviendo a los intereses de Castilla y Aragón, e incluso algunas de ellas ni si quiera son redactadas por Ale- jandro VI, sino que se emiten en la corte castellana con Colón como su- pervisor y consejero, y después son enviadas a Roma para que el Papa simplemente ponga su sello. La primera de ellas, llamada Breve Inter Caetera, se lanza el 3 de mayo puestadeColónylamodificadespla- zando la línea divisoria 100 leguas, por lo que finalmente se establece el nuevo reparto delAtlántico median- te una línea imaginaria que cruce la tierra de norte a sur a 100 leguas al oeste de Cabo Verde; y todo lo que quede descubierto o por descubrir al este de esta línea será para Portugal, mientras que todo lo que quede des- cubiertoopordescubriraloeste,será considerado territorio castellano. Un mes después, y bajo la orden ex- presa de no navegar cerca de costas portuguesas para evitar ser seguidos y desvelar el camino, el 25 de sep- tiembre de 1493 una segunda flota organizada por Colón y Juan Ro- dríguez de Fonseca zarpa con 17 navíos dispuesta a asentarse definiti- vamente en las antillas, que es como Colón bautiza a sus islas, y elaborar un primer mapa que asegure el do- minio castellano de la zona. La idea principal es dibujar un mapa que de- muestre que lasAntillas están al nor- te de la línea de Alcáçovas, con lo que Portugal perdería todo derecho a reclamar esa tierra como suya. Colón es el primer hombre en car- tografiar la zona. Primero dibuja Europa en el mapa, y después sitúa lasAntillas; y cuando traza una línea recta desde el sur de la Canarias se da cuenta de que João II tiene razón: las nuevas islas están al sur del para- lelo 26, en territorio portugués. Rá- pidamente vuelve a coger sus instru- mentos de dibujo y realiza un nuevo mapa, pero esta vez, baja de latitud las Canarias y sube las Antillas, co- locándolas las dos en el mismo pa- ralelo de tal manera que trazando, de nuevo, una línea recta al sur de las canarias, ambos territorios queden al norte, en el área de influencia de Castilla. El mapa es enviado a la pe- nínsula en manos deAntonio de To- rres, quien, el 4 de abril se lo entrega de 1493. En ella, el Papa declara que todas las tierras descubiertas y por descubrir hacia el oeste, en dirección a la India, deben pertenecer a Casti- lla; y cualquier nación cristiana que ponga pie en ellas, será excomulga- da. Pero Colón sigue temiendo que los portugueses, sin hacer caso a la bula, ataquen sus nuevas posesiones, y tiene una idea; decide proponer una nuevadivisióndelmar,peroestavez no por un paralelo de este a o este, sino un meridiano que cruce la tierra de polo a polo, pasando por Cabo Verde y Azores. Con esta sugeren- cia, redacta una nueva bula que en- vía a Roma y que el Papa aprueba y remite a la península bajo el nombre de menor Inter Caetera. Esta segun- da bula llega a Castilla en junio, pero viene con su correspondiente fecha falsa de 4 de mayo. En esta bula, el Papa acepta la pro- <<< Papa Alejandro VI
  • 9. a los Reyes Católicos en Medina del Campo. 1494. Firma del Tratado de Tordesillas En 1488 el portugués Bartolomeu Dias dobla por primera vez el Cabo de Buena Esperanza. Desde ese preciso instante los portugueses ya intuyen que ahí está el verdadero y único camino hacia Las Indias, hacia Asia; conocimiento que por supuesto esconden como el más importante de los secretos. Cuando en 1492 Colón llega a las Antillas, João II sabe que la ruta hacia Asia, circunnavegando África, sigue bajo sudominio;situaciónquenocambia con las 100 leguas de la bula papal suerte o porque realmente ya cono- cían de la existencia de Brasil y se lo habían callado, pero lo cierto es que con esas 270 leguas de más, la zona de dominio portugués conse- guía abarcar la parte más oriental de Brasil, con lo que los portugueses se ganaban el derecho a conquistarlo. El 7 de junio de 1494, en la locali- dad vallisoletana de Tordesillas, las dos potencias peninsulares firman un acuerdo por el que se reparten, de nuevo, el Océano Atlántico. En nombre de los reyes de Castilla y Aragón rubricaron el acuerdo Enri- que Enríquez de Guzmán, Gutierre de Cárdenas y Francisco Maldona- do; mientras que del lado portugués fueron Rui de Sousa y Aires de Al- mada quienes actuaron como emba- jadores de João II. Ambos bandos se comprometen a lo ya dicho: a establecer una línea ima- ginaria que cruce el mar de polo a polo a 370 leguas de Cabo Verde, y a respetar que todo lo que quede al este de esa línea será territorio portu- gués, y todo al oeste pertenecerá por derecho a Castilla. Pero nos queda esa duda: ¿por qué Portugal pidió, con tanta insistencia, que las 100 leguas pasaran a 370?. Resulta curioso que sean 270 las que piden y no 100, 200 o 300. ¿Sabían ya que a esa distancia encontrarían Brasil?, ¿hubo expediciones portu- guesas a América anteriores a Co- lón, o simplemente fue suerte?. Esa es una apasionante historia que deja- mos en el aire hasta otra ocasión... del 4 de mayo, con las que Portugal sigue conservando el control sobre la costa africana. Aunque las 100 leguas que propo- nen el papa y Castilla no perjudican a Portugal en su carrera hacia Asia, los lusos no pueden dejar escapar la oportunidad de descubrir y conquis- tar nuevas tierras al oeste, por lo que en Marzo de 1494 envían una nueva y definitiva embajada a Castilla para exigir que esas 100 leguas pasen a 370.Alos castellanos no les importa desplazar la línea, porque aún con 370 leguas las islas de Colón siguen quedando al oeste, bajo territorio castellano, por lo que aceptan las exigencias y ambos bandos quedan contentos y dispuestos a firmar un acuerdo. No sabemos si fue por casualidad,
  • 10. Cualquier persona que visite Ja- pón, se dará cuenta enseguida que los japoneses poseen un amor es- pecial por sus castillos. Antiguos castillos que se yerguen sobre coli- nas, que se esparcen de norte a sur, a lo largo del archipiélago. También existen modernas imitaciones en muchos lugares e incluso japoneses que se han construido, un castillo propio, pastelerías que hacen tartas en forma de castillos, o una escuela en Odawara con forma de castillo japonés. En este reportaje hablaré de castillos de gran importancia arqui- tectónica e histórica. Los templos y santuarios requieren ciertos conoci- mientos, sobre el budismo y el sin- toísmo, por eso no siempre gozan de tanta admiración como los castillos que se pueden contemplar sin más, por los ojos de un visitante europeo. Antes de hablar sobre los castillos conviene señalar las épocas históri- glo XV y la mitad del siglo XIX. En el siglo XI comenzó el ascenso de la casta guerrera en Japón. Antes de que terminara el siglo XII ya se había impuesto en Japón un siste- ma de gobierno militar que habría de perdurar, con diversas modifi- caciones durante casi 700 años. A este prolongado régimen de dicta- dura militar hereditaria se le cono- ce como Shogunato (shogun era el comandante militar) y duró de 1192 a 1867. Hacia la segunda mitad del siglo XII el emperador se había convertido en un símbolo de la soberanía japone- sa, y en un ser más allá de la realidad recluido en Kyoto en una especie de exilio dorado. En Japón se imponía la fuerza armada de familias guerre- ras dispersas por el territorio. En esa época (siglo XII), las dos familias más importantes eran los Minamoto cas de Japón puesto que irán apare- ciendo en la narración Épocas históricas Yamato (250 – 710) Nara (710 – 794) Heian (794 – 1192) Kamakura (1192 – 1333) Muromachi (1333 – 1573) Azuchi- Momoyama (1568 – 1603) Edo (1603 – 1868) Meiji (1868 – 1912) Taisho (1912 – 1926) Showa (1926 – 1989) Heisei (1989 – Hoy) ELCONTEXTO HISTÓRICO La máxima importancia de los castillos se produce cuando en Japón despierta la cultura de los guerreros (samurai ). Es decir, a partir del periodo de Heian, y so- bretodo Muromachi, Kamakura y Edo. Es decir entre la mitad del si-
  • 11. y los Taira. Estas familias luchaban por la posesión de la tierra cultivable del Japón, que ocupa un veinte por ciento del territorio. Finalmente, do- minaron los Minamoto; y el jefe de esta familia, Minamoto Yoritomo, fue nombrado shogun (comandante militar) en 1192 por el emperador.A partir de entonces, el shogun fue vir- tualmente la autoridad suprema de Japón. El shogun nombró una serie de gobernadores militares (shugo) que guardaban el orden en todo el territorio japonés y servían al shogu- nato. A cambio de su lealtad al sho- gun, los shugos recibían tierras. Así el poder político se asoció al poderío militar y a la propiedad territorial. Con el tiempo, los shugos dejaron de ser simples guardias territoria- les para convertirse en una versión oriental de señores feudales, llama- dos daimyo. Estos daimyo o señores consolidaron la primacía del espíritu guerrero en Japón. Con el crecimiento del sistema feu- dal, basado en la lealtad personal y de la familia, surgió el más famoso de los tipos japoneses: el samurai o guerrero caballero. Los samurai eran los “guardias profesionales” de los daimyo. Cada daimyo tenía uno o varios samurai que protegían su tierra y su poder, y luchaba por él en la guerra. Originalmente, el término samurai se usó para nombrar a los guerreros aristócratas; pero después se aplicó a toda la casta guerrera que dominó Japón durante los sho- gunatos (siglo XII al XIX). La im- portancia e influencia de los samurai aumentó con el paso de los años. Algunos samurai eran miembros de las familias en el poder, otros eran contratados. A cambio de su lealtad al daimyo, los samurai recibían tie- rras y tributos. El cargo de samurai se volvió hereditario y así se funda- ronlasdinastíasdesamurai.Lacasta la clase samurai fueron oficialmen- te suprimidos. Los daimyo tuvieron que regresar la tierra al emperador y recibieron pensiones del estado japonés. Muchos samurai quedaron empobrecidos y desamparados. En 1875 se les prohibió portar las espa- das que simbolizaban su dignidad. En el moderno Japón ya no había lugar para el guerrero a la antigua. ESTRUCTURA DE LOS CASTILLOS El primer castillo prototípico se puede considerar el de Azuchi construido por Oda Nobunaga, el primer gran shogun de la historia. También muy imporatnte fue el de Totoyomi Hideyoshi sucesor y verdugo de Nobunaga, que acabó cerrando las fronteras japonesas a occidente que dio lugar al aisla- miento durante más de 250 años. Estos dos castillos ayudaron mucho a definir la estructu- ra de un castillo posteriormente. de guerreros adquirió características que lo situaron aparte del resto de la población. Los samurai estaban vinculados por un código de ética y conducta (conocido como bushido), que los convirtió en un ejemplo de conducta para las clases bajas. Asi- mismo, sólo a los samurai se les per- mitía portar las armas supremas de la guerra japonesa, las espadas que se blandían a dos manos y eran ob- jeto de veneración casi sagrada. Por otro lado, los samurai tenían los pri- vilegios de las clases altas: poseían tierras y no tenían límites para viajar. Durante una época los samurai te- nían el derecho de cortarle la cabeza a los comuneros que los ofendieran. Durante el periodo Edo (1603 a 1867), una era de paz, los samurai se dedicaron a los estudios intelectua- les como literatura, historia, filosofía o meditación. También se dedicaron al comercio o se integraron a la bu- rocracia. En 1867 renunció el último shogun y se reinstaló el emperador como el poder legítimo en Japón (época conocida como restauración Meiji). En 1871 los privilegios de esquema de la estructura de un castillo japonés
  • 12. -Una torre principal de va- rios pisos sobresaliente so- bre las demás “Tenshukaku” -Una torre ligeramente más peque- ña pero sobresaliente “shotenshu”, -Un recinto “Honmaru” que ro- dea a las dos torres principales Todas estas zonas anteriores solo tienen fines defensivos. El señor y su familia viven en el Ni- nomarurecintosenespiralcolocados alrededor de las grandes torres.Ade- más después estaba el Sannomaru lugar donde estaba la caballería y las defenseas de la fortaleza. Hay que añadir establos y fosas donde se guardaban grandes cantidades de arroz para resistir varios días de ace- cho; una puerta trasera para poder batirse en retirada, y por supuesto un foso de agua alrededor. En la mayoría de los castillos que se conservan en la actualidad solo se conserva el Ninomaru, el Sanno- maru por problemas de espacio no se conservan en todos los castillos. Hay que pensar que los recintos de loscastillospodíanllegarateneruno o dos kilómetros de diámetro, donde la mayoría del terreno intramuros, se dedicaba a las viviendas de la caba- llería y las provisiones. Eran sin lu- gar a dudas ciudades enteras dentro de las murallas. ELCASTILLO DE HIMEJI (HYOGO) Himeji es una localidad de unos quinientos mil habitantes que se en- cuentra en la Provincia de Hyogo a unos 20 kilómetros de Kôbe. La mayoría de los elementos mostrados en el esquema sobre los castillos, se pueden contemplar en Himeji aun- que el Sannomaru no se conserva. Himeji es el mejor y mayor ejemplo de lo que es un castillo Japonés, y prototipo del castillo japonés per- fecto, además se conserva absoluta- mente fiel a su origen. Es patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El castillo fue concebido y construi- do durante la era Nanboku-chō en el período Muromachi. En ese tiempo fue llamado el Castillo Himeyama. En 1346, Akamatsu Sadanori pla- neó la construcción de un castillo en la base del Monte Himeji, don- de justamente Akamatsu Norimura construyó el templo de Shomyoji. Luego de que el clanAkamatsu fue- ra derrotado durante la Guerra Ka- kitsu, el clan Yamana brevemente se tomó el castillo, hasta que el clan Akamatsu nuevamente lo retomaría poco después de la Guerra Ōnin. En 1580, Toyotomi Hideyoshi tomó control del castillo y Kuroda Yos- hitaka construyó una torre de tres plantas. Después de la Batalla de Se- kigahara en 1601, Tokugawa Ieyasu le concede el castillo a Ikeda Teru- masa. Ikeda realizó un proyecto de expansión que duró ocho años y que transformó al castillo en su actual forma. La última adición importan- te, el Círculo Occidental, fue com- pletada en 1618. Pintura antigua que muestra el sistema de laberintos del castillo, destacándose la torre central sobre el Monte Himeji. Pintura an- tigua que muestra el sistema de la- berintos del castillo, destacándose la torre central sobre el Monte Himeji Himeji fue uno de las últimas resis- tencias de los señores de Tozama, al final del período Edo. Fue manteni- do por los descendientes de Sadai Tadasuni hasta la Restauración Mei- ji. En 1868, el nuevo gobierno japo- nés envió el ejército de Okayama, bajo el comando de un descendiente de Ikeda Terumasa, a bombardear el castillo y someter a sus ocupantes. Cuando se abolió el sistema han en 1871, el castillo fue vendido en una subasta con un valor de 23 yenes y 50 sen (actualmente 153 dólares). Sin embargo, el costo de desmante- lar el castillo era irriosorio, y como resultado el castillo fue abandona- do. El Décimo Regimiento de Infantería ocupó el castillo en 1874 y el Minis- terio de Guerra tomó control de éste Castillo de Himeji
  • 13. en 1879. La torre principal fue reno- vada en 1910 usando 90.000 yenes con fondos públicos. La ciudad de Himeji fue bombardeada en 1945, al final de la Segunda Guerra Mun- dial. A pesar que la mayor parte del área circundante fue icinerada com- pletamente, el castillo sobrevivió casi enteramente, excepto por unos pocos impactos de las explosiones cercanas. Los esfuerzos por restau- rar el castillo comenzaron en 1956, y durante el proceso solamente se usó equipo y métodos de construc- ción tradicional, y la restauración fue finalizadas en 1964. CASTILLO DE OKAYAMA Okayama es una ciudad de uno 600 milhabitantesenlaregiónoccidental de Japón, Chugoku. Se llega toman- PALACIO IMPERIALo CASTI- LLO DE EDO (TOKIO) La residencia del emperador, está situada en el Tokio central (Parada Tôkyô de la Chuou Line de JR, lí- nea Naranja y la Yamanote, línea verde) en los terrenos de lo que fue- ra el Castillo de Edo. En 1547, Ota Dokan construyó en este lugar una fortaleza y se convirtió en la resi- dencia oficial, de Tokugawa Ieyasu, en 1590. Ieyasu amplió la fortaleza tras establecer el Sogunado de 1603, transformándola en un gran castillo. El Directorio militar de Tokugawa Ieyasu, fue el más despótico, en la historia sde Japón y Tokugawa tenía muchos enemigos, así que quiso protegerse constantemente de las demás familias de samurais. El sogunado, cayó en 1868 cuando dolalíneaSANYOSHINKANSEN, Shin Osaka - Himeji - Okayama - Hiroshima - Yamaguchi - Hataka (tren bala), no hay tren directo desde Tokio, hay que tomar el tren desde Osaka o Kyoto, y está a la mitda de camino entre Hiroshima y Osaka. Los cimientos se establecieron ha- cia el siglo XII y sobre ellos el señor Ukita Hideie, construyó un castillo en 1597. Ikeda Tadatsugu tomó, el controldelcastilloen1603ydurante 260 años fue residencia de la familia Ikeda. y fue restaurado en 1966.Tie- ne dos apodos “U-jo” (castillo del cuervo)yKin’u-Jo(castillodelcuer- vodorado,porsustejasdoradasenel tejadodelatorreprincipal.Eselprin- cipal reclamo turístico de Okayama. castillo de Okayama
  • 14. el emperador Mutsuhito recuperó el poder imperial e inauguró la restau- ración Meiji. Meiji cambió la capital a Edo, que fue denominada Tokio, y asumió el Castillo Edo como re- sidencia imperial, aunque se redujo su tamaño, Durante la sgunda gue- rra mundial, algunos jardines fueron destruidos,perolastropasdeEEUU, que pensaron en el emperador como clave para la paz tenían orden de respetar el Palacio Imperial, Gran parte del castillo se encuentra abier- to al público o se cedió al gobierno metropolitano de Tokio, El terreno que queda es hoy actual residencia imperial. Se encuentra en la ciudad tokyota de Chiyoda. El Castillo de Edo o Palacio Impe- rial (Kôkyô), está habitado todavía, por los actuales emperadores del Ja- pón y por cuestiones de seguridad e intimidad de la familia imperial, no se puede uno acercar tanto, pero lo habitantes. Este castillo fue construi- do en 1580 por Sakuma Morimasa y se convirtió en residencia de Mae- da Toshide en 1583. Permaneció en manos de la familia Maeda durante 14 generaciones. Kanazawa floreció como centro del dominio del samu- rai Kaga (ahora parte de la provin- cia de Ishikawa) durante 300 años. Las instalaciones del castillo fueron techadas con namari-gawara (plan- chas de madera cubiertas con lámi- nas de plomo) por lo que podían re- sistir, el peso de la copiosa nieve que cae aquí durante el invierno. Como ocurre en muchos casos, las guerras y los incendios, también hicieron estragos en este castillo, el incendio más grave fue en 1579 y en la Se- gunda Guerra Mundial, también su- frió algunos daños. Este castillo es el más largo de cuantos hay en Japón. CASTILLO DE OSAKA Fue construido por Toyotomi Hi- deyoshi en 1585 El usó el castillo como base para unificar Japón bajo su mandato, tras muchos años de guerra. El grueso del castillo necesi- tó dos años para ser construido. Los muros suman 12 km, La mayor roca del muro que protege el Ninomaru, cuenta con 5,8 m de altura y 14 me- tros de ancho y se llama “tako-ishi”. Fue incendiado en 1665 cuando la familia Toyotomi fue derrocada y asesinada por Tokugawa Iyeasu, su sucesor. Fue reconstruido, pero la torre principal volvió a incendiarse por un rayo que consumió rápida- mente la estructura de madera. Gran parte de los demás edificios fueron destruidos en los enfrentamiento de oposiciónalaRestauraciónMeiji,en 1868. En 1931 fue restaurado por el ayuntamiento con donativos de los habitantes (entre otras ayudas), y el exterior está hecho a imagen exacta más bonito del recinto son los jar- dines. De hecho una de las mejores vistas es desde Shinjuku Doori ca- minando (Estación YOTSUYA de la línea CHUOU ) hasta Uchibori Doori, y se puede cruzar por un vie- jo puente de madera antiguo, casi me gusta más que la entrada desde Marunochi (Estación TÔKYÔ de YAMANOTE LNE) que es más co- mún entre los turistas.. Otra puerta muy interesante es la de Takebashi (puente bambú) y se puede llegar desde la estación del mismo nombre de la línea Tôzai de Tokyo Metro. CASTILLO DE KANAZAWA (ISHIKAWA) Kanazawa es una ciudad que se encuentra hacia el centro de la isla principal de Japón, algo hacia el nor- te y algo hacia el oeste en el mar de Japón cuya población es de 455mil castillo de osaka
  • 15. de como era en 1585, pero con un interior renovado y con la estructura de hormigón. Fue insignia de la Ex- posición Universal de Osaka 1956. CASTILLO DE MATSUMOTO (NAGANO) Matsumoto es una ciudad de 227mil habitantes que se encuentra en la provincia de Nagano, casi en el cen- tro geométrico de la mayor isla ja- ponesa, Honshu. Es el castillo más antiguo del Japón. Comenzó a a construirse en 1504 por la familia Sadanaga y fue atacado y destrui- do en 1590, tras lo cual la nueva familia Kazumasa, rescosntruyó el nial considerable, pero el espacio es limitado, y tampoco tendría mucho sentido llenar una revista con dece- nas de fotos de castillos japoneses. Quizás con los ejemplos que he mostrado cualquier lector se podrá hacer una idea de las características principales de este tipo de construc- ciones, y también aprender a admi- rarlos. Por último invito a los lecto- res a seguir descubriendo más sobre los castillos japoneses en la red de redes en un par de enlaces muy in- teresantes. http://www.jcastle.info/ (inglés) http://www.shirofan.com/ (japonés, inglés) castillo que fue terminado en 1590. Kazumasa fue designado por Hide- yoshi, para gobernar las provincias colindantes a Nagano, donde se en- cuentra este Castillo. Las dos torres de vigilancia del ala izquierda fue- ron construidas en 1635, pero todo el conjunto, en general, testimonia el periodo de paz instaurado por el shogunato Tokugawa tras la derrota de los seguidores de Toyotomi en la batalla de Sekigahara y la muerte en el sitio de Osaka de Toyotomi Hide- yori 1615. Es el periodo del paso de los castillos militares a lugares-sím- bolo y de prestigio. Me encantaría seguir añadiendo fo- tos de castillos que yo he visitado o que tienen una importancia patrimo-
  • 16. Los cátaros fueron un grupo reli- gioso que se opuso a varios aspectos de la Iglesia católica tradicional. El nombre provine de la palabra grie- ga kátharos cuyo significado es pu- ros. El origen de su concepción del mundo, de Dios y la sociedad se basaba en sus creencias religiosas, las cuales eran dualistas, es decir había un principio creador bueno y otro malvado. Durante el siglo XII, esta agrupación se extendió por el sur de Francia, particularmente en la zona de Languedoc, donde había una ciudad importante llamadaAlbi, de ahí proviene el nombre de albi- genses como también se le conoce a esta secta. Asimismo, este grupo tuvo presencia en Lombardía, en el norte de Italia, así como en Cataluña y algunas comarcas de Aragón, re- giones bajo la autoridad de la corona de este nombre. La jerarquía ecle- siástica de Roma se alarmó ante este hecho, pues los cátaros empezaban esa misma sociedad, a pedido de las autoridades eclesiásticas, quie- nes definirían lo que era la pureza de la fe. Para comprender porqué Roma consideraba a la herejía albi- gense como una amenaza a la base de la sociedad, hay que describir las creencias de los cátaros. El principal punto de desacuerdo eran las concepciones del mundo albigense y católica, pues de ahí par- tían los demás. El origen de ello era la interpretación de las Escrituras. Para los cátaros, sólo tenía validez el Nuevo Testamento; el Antiguo se rechazó. Los albigenses eran dualis- tas, es decir creían en un principio bueno, Dios, y otro malo, el Diablo. El primero no podía crear un mundo terrenal, donde imperaba la maldad, éste habría sido creado por un ser maligno, cuya obra sería imperfec- ta. El origen del dualismo cátaro se encuentra según Anne Brenon, gran a obtener nuevos seguidores, inclu- so entre los señores feudales de las zonas donde floreció aquel grupo. La doctrina de los albigenses diver- gíaenvariosaspectosdelaortodoxia católica. Los cátaros interpretaban de manera distinta las Escrituras; negaban el juicio final, así como el infierno; asimismo cuestionaban la validez de algunos sacramentos, pues consideraban que no eran de origen divino sino imposiciones de la Iglesia Católica; además conside- raban inútil el culto a los santos, a las reliquias y sobre todo a la cruz, pues la consideraban un objeto de tortura y horror. Por tanto, a los cátaros se les consideró herejes. Para Roma, la herejía atacaba de manera directa al orden social, pues cuestionaba a la doctrina cristiana sobre la que se sustentaba la concepción del mundo medieval. Ante esto, las autoridades civiles debían actuar en defensa de
  • 17. estudiosa del tema, en la interpreta- ción del Evangelio de san Juan. Du- rante la edad media circuló en el sur de Francia una versión latina de la Biblia conocida como La vieja lan- guedociana, que no contradecía la versión Vulgata de san Jerónimo, la de uso corriente en la cristiandad,.El pasaje original traducido dice “...To- das las cosas fueron hechas por él, y sin él nada fue hecho […]”Al ser traducido el texto a lengua roman- ce, se colocó “...y sin él se hizo la nada […]”Los cátaros interpretaron que la nada no fue creada por Dios. Es importante señalar esta interpre- tación, ya que de ella partieron los demás principios sostenidos por los albigenses. En relación con los dos principios creadores se encuentra el origen del cuerpo y del alma. El mal, es decir el diablo, ataca al cielo, a la Jeru- salén celestial, es decir la creación buena. Hubo un combate con las tropas celestiales comandadas por el arcángel Miguel. Los ejércitos dia- das por una fuerza maligna, la cual las mantiene presas en un cuerpo extraño y terrenal, el humano. A la Iglesia católica esta interpretación le pareció intolerable, pues se ponía en el mismo nivel a Dios y al Diablo, apoyada, además, en las Escrituras. Posteriormente, la Iglesia prohibiría en varias ocasiones las traduccio- nes a lengua vulgar, ya que podrían surgir más herejías que se apoyaran en algún párrafo de la Biblia que pudiera prestarse a confusión por la traducción. La Iglesia no podía aceptar la in- terpretación dualista del Universo, pues el infierno, la amenaza predi- lecta de la Iglesia, no tendría razón de ser: Dios no podía castigar a las almas creadas por él, raptadas con- tra su voluntad, con el sufrimiento eterno. Las almas eran inmortales y de un número finito, sólo permane- cían en la tierra hasta que lograban su salvación, es decir su retorno a la compañía de Dios. El alma, esencia divina, se transmitía por generación, mediante el acto sexual, que la divi- díaendiferentesporcionesdivinas,o bólicos son rechazados, pero raptan a un tercio de las criaturas de Dios. La referencia la tomaron los cátaros de la interpretación del Apocalipsis de Juan. Este es el origen del mun- do para los cataros: las almas son buenas por naturaleza, pues fueron creadas por Dios, mas fueron rapta- cruz cátara reliquia cátara encontrada en montsegur
  • 18. por la transmigración después de la muerte del cuerpo terrenal. La única manera de romper esta cadena, que ataba la esencia divina al mundo terrenal, se obtenía por medio del único sacramento de los creyentes cátaros: el consolament o bautismo de Espíritu, el cual consistía en la imposición de las manos por parte de los clérigos cátaros a aquellos miembros de la comunidad que ha- bían alcanzado el rango de puros, “buenos hombres” o elegidos; pues la comunidad cátara se dividía en dos tipos de creyentes: los puros, llamados por la comunidad como “buenos hombres” o “buenas muje- res” y los simples creyentes. El alma de estos últimos sólo viajaba tras la muerte hacia otro cuerpo nuevo, incluso animal, y así sucesivamente hasta lograr la salvación. La doctrina de los cátaros empe- zó a conseguir más adeptos en el sur de Francia, además de empezar a extenderse a otras regiones del sur de Europa. La jerarquía roma- na, decidió actuar en consecuencia para frenar su propagación, pues ya constituía una amenaza para el ca- tolicismo en las regiones donde flo- recía. Alejandro III, papa en 1163, convocó un concilio en la ciudad de Tours, allí se decidió que no se po- día actuar ante los cátaros de manera pasiva, ignorándolos, sino que las autoridades competentes debían in- quirir, es decir descubrir los delitos. También se acordó en el concilio los castigos a los culpables de herejía: las penas “leves” de excomunión y cárcel, pero, también, confiscación de bienes y arrasamiento de castillos donde se podrían refugiar los here- jes. Estas medidas significaban que las autoridades civiles debían actuar contra los herejes. De no hacerlo así, aquellas se convertían en cómplices de los herejes al protegerlos y co- rrían el riesgo de ser excomulgadas. La excomunión contra un duque o un conde llevaban consigo la obli- gación de sus súbditos a desobede- cerlos. Sin embargo, durante varios años, las medidas acordadas en el Con- cilio de Tours no fueron suficientes para terminar con la herejía, la cual siguió prosperando. Algunas de las causas por las cuales no decayó la vista aeréa de Carcasona montsegur
  • 19. fe albigense fueron la igualdad de los sexos y la vida austera de los “buenos hombres” cátaros. Para el catarismo, los hombres y las muje- res eran iguales, pues la diferencia la hacía el cuerpo, el cual no es una obra divina sino maligna; además, las mujeres cátaras podían aspirar a llegar al último grado de perfección dentro de su comunidad, a ser ele- gidas o “buenas mujeres”. Sin duda esta doctrina debió parecer atractiva a las mujeres acostumbradas a vivir en una sociedad donde el hombre imponía su autoridad, donde a la mujer se le consideraba la culpable del pecado original y en donde no podía aspirar a la igualdad con los varones. el matrimonio como sacramento y consideraban a las relaciones sexua- les en que se impidiera la genera- ción como preferibles. Sin embargo, cuando el creyente llegaba al grado de “buen hombre” cumplía estricta- mente con la abstinencia sexual y la prohibición de comer carne. El cle- ro católico no seguía esa conducta; aunque estaban prohibidas las rela- ciones sexuales después de la orde- nación, ello no se respetaba frecuen- temente. Sin embargo, durante esta época, nacieron las órdenes de los franciscanos y los dominicos con la intención de mejorar las costumbres de los sacerdotes, entre otras causas. De todas formas, la austeridad de los clérigos cátaros les ganó seguidores Por otro lado, el clero de los cátaros, tras su ordenación, llevaba una vida austera y pobre. Los elegidos o cris- tianos vivían en comunidad dentro de edificios destinados a hombres o mujeres.Tambiéneranvegetarianos, pues consumir carne equivalía a ase- sinar a un cuerpo que contenía una porción de la divinidad. Finalmente, los “buenos hombres” estaban obli- gados a cumplir con un voto de cas- tidad, pues el acto sexual podría ge- nerar una nueva vida y una porción del principio bueno seguiría presa en la prisión corporal y terrenal. En contraste, para los simples creyentes nohabíaesasrestricciones;laactitud hacia la sexualidad era más permisi- va que la católica, pues no creían en territorio cátaro
  • 20. o simples simpatizantes. Al constatar que las medidas repre- sivas no eran suficientes para acabar con la herejía, un nuevo papa, Ino- cencio III, lanzó en 1199 el decreto vegentis in senium, en el que se afir- ma que la herejía es un delito de lesa majestad, el cual se castigaba con la pena de muerte. Inocencio III man- dó a varios clérigos a predicar en los territorios donde abundaban los cátaros. En el año de 1208 fue asesi- nado Pedro de Castronovo, enviado del Papa. Este suceso desencadenó una violenta cruzada lanzada contra los albigenses. Los sacerdotes cató- licos prometieron la salvación eter- na a aquellos soldados que lucharan rían en Cataluña y Aragón, donde también fueron perseguidos por la Inquisición que se instaló en estas tierras posteriormente con el fin de acabar con ellos. El dualismo cátaro sólo subsistió en la península balcá- nica, donde también tenía muchos seguidores, hasta la llegada de los turcos en el siglo XV. o murieran en defensa de la fe. La represión fue dura, algunos pueblos fueron destruidos y sus habitantes, muertos. Se dice que el comandante de los cruzados ordenó matar a toda la población, algún soldado le co- mento que había muchos católicos dentro del pueblo. El comandante contestó que “Dios sabrá reconocer a los suyos.” Aunque la represión fue terrible, los cátaros siguieron floreciendo en el sur de Francia, sólo que se volvieron más discretos. La introducción de la Inquisición, cuyo origen se debió al surgimiento de los cátaros, acabó con los últimos creyentes en el siglo XIV. Muchos cátaros se refugia- castillo de montsegur
  • 21. En las fértiles tierras del Valle de México, en la llamada Mesoaméri- ca nuclear, se desarrolló, como en los Andes, Egipto, Mesopotamia, el Indo o China, un núcleo civili- zatorio original, cuyo exponente de máximo desarrollo y cara final fue- ron los mexicas, herederos de toda la cultura mesoamericana previa. Venidos de tierras del lejano norte, los mexicas crearon un imperio im- poniéndose frente a sus enemigos y dominadores en menos de un siglo, y mediante el terror y la sangre so- metieron a muchos pueblos meso- americanos. El auge de los mexicas fue rápido. Desde su asentamiento en el Valle hasta su despunte como potencia dominante pasó tan sólo un siglo, pero en tres años, con la llegada de los conquistadores castellanos, el imperio mexica fue derrotado. mitológico de los mexicas. “Azteca significa habitante de Aztlan, lugar de garzas, mítico escenario del ori- gen étnico, situado en el vasto norte de México. A su vez, mexica […] es el gentilicio derivado de uno de los nombres del dios protector, el por- tentoso Huitzilopochtli”. De acuer- do con la cosmología azteca, éstos cambiaron su nombre al abandonar Aztlan por el de mexicas. Las fuentes de la época consultadas (Hernán Cortés, Fray Bernandino de Sahagún, Bernal Díaz del Castillo, Pedro Mártir de Anglería), y la an- tología de textos indígenas de León- Portilla (La visión de los vencidos) hablan asimismo de los mexicas o de los mexicanos. Por qué el gentilicio azteca es usa- do hoy en día es explicado, una vez más, por León-Portilla, y dicha ra- zón se remonta a la independencia En este pequeño artículo vamos a repasar el auge y caída de esta fas- cinante civilización desde una pers- pectiva histórico-política, y exponer algunas causas por las cuales, quizá, los castellanos pudieron conquistar, con una asombrosa inferioridad nu- mérica, tan grandioso imperio. ¿AZTECAS O MEXICAS? Al iniciar este pequeño estudio ad- vertí que, dependiendo de la fuente, la referencia al gran imperio meso- americano variaba entre dos genti- licios, azteca o mexica, en algunos casos de forma absoluta (referencias únicamente a aztecas o a mexicas), en otras usándolos indistintamente como sinónimos. Como aclara el profesor Miguel León-Portilla, el término azteca hace referencia al origen histórico-
  • 22. de México, consumada en 1821, cuando los ciudadanos del nuevo Estado adquirieron la denominación de mexicanos, tomando los mexicas de etnia el viejo nombre de aztecas. Richard F. Townsend sitúa la vuelta en la educación al término azteca ya en el siglo XVIII. Así pues, atendiendo a las fuentes originarias, y una vez aclarado este punto semántico, a lo largo de este artículo nos referiremos siempre a los aztecas como mexicas. ELORIGENDELOSMEXICAS Alo largo del siglo XII diversos gru- pos de etnia nahua comenzaron un proceso migratorio desde sus luga- res de origen histórico-mitológicos (Aztlan -el lugar de las garzas- y Chicomóztoc -el lugar de las siete cuevas-) hacia el Valle de México. Los que por entonces eran conoci- dos como aztecas (los habitantes de Aztlan) fueron el último de estos grupos en migrar e invadir el Valle. Su origen como pueblo es incierto. De acuerdo con la mitología mexi- ca, los por entonces aún aztecas vivían, como hemos dicho, en Azt- lan, lugar a caballo entre la realidad y la mitología en medio de un lago sito en algún lugar indeterminado del norte del actual México, o sur de los Estados Unidos. El Códice Boturini nos muestra la larga pere- grinación de dos siglos de los mexi- cas desde que abandonaron Aztlan, donde estaban sometidos por sus antiguos señores, hasta que llegaron al Valle y fundaron en islas del lago Texcoco las ciudades de Mexico- Tenochtitlan (1325), la que sería su gran capital, y Tlatelolco (1338), unos dos siglos después. Al iniciar esta larga marcha, su dios protector, participando en gran número de sus campañas bélicas. Culhuacán era un reino en decadencia que pronto fue absorbido por Azcapotzalco, mien- tras que Coatlichan, la tercera gran fuerza del momento, era poderosa y recibía tributos sumisos, aunque su fuerza nunca fue tan grande como la de Azcapotzalco. Coatlichan, a la postre, sería debilitado por sus antiguos tributarios, apoyados por Azcapotzalco. En un breve lapso de tiempo la situación geopolítica del Valle se alteró sustantivamente, y en ello los mexicas tuvieron mucho que ver. Ya entonces los mexicas se demostraron poderosos y temibles guerreros. Pero la relación entre Mexico-Teno- chtitlan yAzcapotzalco era ambigua y estaba plagada de tensiones. Los mexicas eran un pueblo tributario, y participaron en muchas de las cam- pañas de conquista deAzcapotzalco, que cada vez ampliaba más y más su Huitzilopochtli, les dijo: “ahora ya no os llamaréis aztecas, vosotros sois ya mexicas”. Durante otros casi 200 años los mexicas se levantarían como el pueblo hegemónico de los muchos que había en el Valle, y ex- tenderían su poder y dominio por todo el centro de México. LACREACIÓN DE UN IMPERIO Cuando los mexicas llegaron al Va- lle y fundaron Mexico-Tenochtitlan no estaban, ni mucho menos, so- los. Numerosos pequeños reinos, ciudades-Estado, salpicaban toda la región. Pero tres sobresalían espe- cialmente sobre los otros: Azcapot- zalco, Culhuacán y Coatlichan. Azcapotzalco señoreaba sobre mu- chas tierras y pueblos del Valle, y los mexicas fueron tributarios du- rante largo tiempo de este reino, Mapa de Mexico-Tenochtitlan
  • 23. poder y dominios. Pero este éxito re- veló una gran fuerza guerrera latente en los mexicas, de las que los seño- res de Azcapotzalco desconfiaban. Aunque las noblezas de ambos rei- nos se habían entrelazado (para los mexicas era, sin duda alguna, un sa- gaz movimiento), las desconfianzas y los recelos mutuos salpicaban las relaciones entre señores y vasallos. Con todo, el desarrollo de Mexico- Tenochtitlan estaba en auge, y el asentamiento, otrora un pueblucho de chozas, era ya una ciudad en toda regla. A comienzos del siglo XV la situa- ción entre Azcapotzalco y Mexico- Tenochtitlan se volvió muy tensa, y el conflicto bélico acabó estallando. Aliados con Texcoco y Tlacopan (que acabó como Estado pelele), los mexicas lograron lo que parecía im- posible,laresistenciayposteriorvic- toria sobreAzcapotzalco en 1428.A partir de entonces, el tlahtoani (líder de una ciudad/pueblo) de Mexico- Tenochtitlan pasó a ser el huey tlahtoani (gran líder, sobre varias ciudades) de la confederación de vencedores, y dicho huey tlahtoa- ni, Itzcóatl (1428-1440), iniciaría el periodo de expansión y conquista de los mexicas, así como una serie de profundas transformaciones pro- piciadas por los éxitos militares, al tiempo que en el imaginario colecti- vo mexica quedaba grabada a fuego la gran victoria sobre Azcapotzalco como la señal inequívoca de ser el pueblo elegido, el Pueblo del Sol. Así, desde mediados del siglo XV y hasta principios del XVI, los siguen- tes huey tlahtoani extendieron los dominios mexicas. Fueron los tiem- pos de conquista de Motecuhzoma Ilhuicamina (1440-1469, también conocido como Moctezuma I),Axa- yácatl (1469-1481), Tízoc (1481- 1486, que fue algo pusilánime, y que más bien supuso un interregno), Ahuítzotl (1486-1502) y finalmente Motecuhzoma Xocoyotzin (1502- 1520, también Moctezuma II, para diferenciarlodeMotecuhzomaIlhui- camina). Los tributos y el comercio permitieron reinventar Mexico-Te- nochtitlan y Tlatelolco, sustantiva- mente la primera. El Templo Mayor fue ampliado en numerosas ocasio- nes, y la ciudad creció en tamaño y población (probablemente rebasaba los 200.000 habitantes cuando los conquistadores castellanos llegaron a ella en 1519), mientras que la san- gre de los enemigos fluía en sacrifi- cio. El comerció asimismo floreció. La abundancia llegó a ser tal (salvo los años de sequía, que conllevaban hambrunas) que incluso se llegó a enviar una expedición al norte en busca del míticoAztlan. Imponiéndose mediante la guerra y manteniendo su poder mediante el terror de los sacrificios humanos, los mexicas se extendieron por todo el Valle central y lo mantuvieron por algo menos de un siglo durante el cual fueron, sin lugar a dudas, el pueblo elegido dentro del Valle de México, el Pueblo del Sol. MALOS PRESAGIOS Moctezuma II había ascendido como huey tlahtoani en el año 1502. Como líder, emprendió las últimas conquistas mexicas y ensanchó los límites del imperio, habiéndose des- tacado previamente como notable guerrero. Como hombre, se dice que era profundamente religioso, versa- do en historia y antiguas doctrinas. Pero cuentas las cónicas indígenas que, en la cúspide de su reinado, Moctezuma comenzó a recibir una presagios funestos “la espiga de fuego” presagios funestos
  • 24. serie de presagios y prodigios funes- tos: casas que ardían sin poderse so- focar las llamas con agua, rayos sin truenos que golpeaban los templos, madres que enloquecían y gritaban en la noche, clamando por un lugar donde llevar a sus pequeños, extra- ños animales que revelaban el fu- turo, seres humanos deformes, una espiga de fuego que atravesaba el cielo… Todo ello desde una década antes de la llegada de los castellanos. Moctezuma pasaba largas horas en la Casa de lo Negro (un recinto de estudio esotérico y religioso, y de meditación) contemplando y me- ditando acerca de los presagios. Se dice que Moctezuma se mostraba cada vez más alicaído según pasaba eltiempo.Lasseñalesnosólofueron advertidas por los mexicas. Otros pueblo, como los txalcaltecos (futu- ros aliados de los castellanos contra Mexico-Tenochtitlan) también con- templaron presagios aciagos. Pero se dieron unas señales mucho más reales, y que atormentaron aún más a Moctezuma. Desde finales del siglo XV numerosos barcos bajo pa- bellón castellano surcaban las aguas del Caribe, explorando sus costas, y llevando a los conquistadores en sus entrañas. Tras explorar las Antillas, pasaron a las cosas de Tierrafirme capital, y finalmente, preparando el encuentro con ellos. Moctezuma estaba inquieto, teme- roso, así como su pueblo. Quizá se afligió de forma excesiva, y lo con- tagió a su pueblo. Un texto indígena recoge incluso que pensó de aban- donar todo y huir, aunque más tar- de se recobró de tal idea. Hasta tal punto llegaba la desazón del huey tlahtoani. Finalmente, en contra de sus deseos, el 8 de noviembre de 1519, en la calzada de Iztapalapa, Moctezuma y Hernán Cortés se encontraron. Los castellanos contaban con 400 hom- bres, menos de dos docenas de caba- llos (venados a los ojos indígenas) y una nada desdeñable fuerza de unos 4.000 aliados indígenas opositores al poder de los mexicas, en su ma- yoría txacaltecas. Cortés contaba, al mismo tiempo, con la inestimable ayuda de dos personajes clave de este periodo: la Malinche, concubi- na de Cortés, y Jerónimo deAguilar, un naufrago rescatado por Cortés. Ambos le hacen de intérpretes ante un Moctezuma amedrentado, pues ambos hablaban náhuatl. Los castellanos son invitados a alo- jarse en el palacio de Axayácatl, el antiguo tlahtoani, y padre de Mocte- zuma II, y quedan embelesados con la ciudad, que ellos mismos descri- ben como magnífica, mientras que los mexicas descubren pronto su exacerbado interés por el oro. LACAÍDADE LOS MEXICAS Cortés y sus hombres pronto se dieron cuenta de las magníficas ri- quezas que en la ciudad capital de los mexicas había, pero también se mostraron escandalizados ante los (caribe de las actuales Colombia y Venezuela) y del Golfo de México, llegando en ocasiones a desembar- car. Los navíos castellanos habían descubierto las costas de Yucatán en 1517, de la mano del expedicionario Francisco Hernández de Córdoba. En 1518 otra expedición surcó las aguas mexicanas. Moctezuma re- cibió inquietantes informes: gentes nunca antes vistas venían a bordo de casas del agua, que eran grandes como montañas, y que mostraban un interés especial en saber de los mexicas. Estos forasteros eran blan- cos y barbudos, tal y como se des- cribía al dios Quetzalcóatl, y eran altos como dos y tres hombres. Al- gunos tenían dos cabezas, como de extraños venados. ELENCUENTRO DE DOS MUNDOS En 1519 Moctezuma recibió una terrible noticia. Un grupo de estos hombres-dioses había desembarca- do y se encaminaba hacia la ciudad de Mexico-Tenochtitlan. Comenzó entonces un ir y venir de mensajes entre los extranjeros y Moctezuma, controlando el segundo en todo momento los movimientos de los primeros, intentando evitar diplo- máticamente que se acercaran a la casas flotantes
  • 25. sacrificios humanos e instaron a los mexicas a convertirse al cristianis- mo. Cuando Moctezuma los llevó al templo mayor, los castellanos derri- baron los ídolos indígenas e impu- sieron la cruz cristiana, celebrando allí una misa, ante el asombro de los mexicas. Muchos mexicas desconfiaban de los europeos, y se produjeron algu- nos incidentes menores, en los que Moctezuma siempre intervenía a favor de los castellanos, aún en la creencia de que éstos eran semidio- ses y temeroso de las consecuencias. Por estos mismos motivos colaboró en todo con Cortés, y le suministró todo el oro que iba pidiendo, que no era poco. Cortés decidió que lo más adecuado para sus propósitos era controlar a Moctezuma, y la mejor forma de hacerlo era de forma di- recta. El 14 de noviembre de 1519 los castellanos toman preso a huey tlahtoani, al que mantienen bajo control. Durante los seis meses siguientes Moctezuma es prisionero de los cas- derramaron la sangre de sus herma- nos. Pedro deAlvarado se da cuenta de su error y se refugia con sus hom- bres en los palacios reales, atrinche- rándose hasta la llegada de Cortés y disparando sobre los mexicas. El 24 de mayo Cortés regresa, en- trando a hurtadillas en la ciudad, y juega su última baza: ordena a Moc- tezuma que intente calmar a su pue- blo, pero el pueblo no reconoce ya al huey tlahtoani y lo recibe con in- dignación. No se sabe si, ante su in- utilidad futura los españoles deciden matarlo allí mismo o, según cuentan los códices, Moctezuma es asesina- do a pedradas por su propio pueblo, que lo ve como un traidor, pero lo cierto es que el huey tlahtoani murió ese mismo día. Cortés contempla la situación en Mexico-Tenochtitlan y ve inviable lavictoria.Sitiadosyconlosalimen- tos escaseando, decide organizar los preparativos para huir de la ciudad y reagruparse con refuerzos de la costa. La noche del 30 de mayo los castellanos, con los bolsillos llenos de oro, abandonan la ciudad. Debi- do al peso que llevaban, muchos de ellos son alcanzados por las flechas mexicas en su huida de la ciudad. tellanosyelimperiomexicatíterede éstos, aunque ya nadie pensaba que los conquistadores eran dioses, si bien sí sabían que eran poderosos. Pero en el Caribe, Diego Velázquez de Cuéllar, Gobernador de Cuba, es- tabamolestoconCortés,alqueman- dó en expedición a México y cuya ambición y éxitos lo eclipsaban, así que mandó a Pánfilo de Narváez al mando de 1.400 súbditos de Castilla para rendir a Cortés. Éste salió de la ciudad el 10 de mayo de 1520, de- jando al mando a un siniestro perso- naje, Pedro deAlvarado. Diez días después de que Cortés saliese al encuentro de Narváez los mexicas celebraban en el Templo Mayor una fiesta en honor de Hui- tzilopochtli con el permiso de Alva- rado.Aunque los motivos del ataque difieren según la versión sea caste- llana o indígena, lo cierto es que los conquistadores irrumpieron arma- dos en plena celebración del acto en el templo y masacraron a cuantos encontraron a su paso. Las crónicas hablan de la afición deAlvarado por el uso de perros de guerra y de su sa- dismoencombate.Elpueblomexica se alza en armas, rebelado contra los que usurpan el poder y la riqueza, y marcha hacia Mexico-Tenochtitlan Pedro de Alvarado y sus perros
  • 26. Cuando las cosas se calmaron un poco y pararon a recobrar el aliento, Cortés lloró a los pies de un árbol en la llamada Noche Triste. En torno a ochocientos castellanos y unos cin- co mil aliados indígenas habían per- dido la vida. Los capturados fueron ofrecidos en sacrificio en el Templo Mayor. Pero antes de llegar al territorio alia- do de Tlaxcala, las tropas mexicas, compuestas de varias decenas de miles de guerreros, atajaron la huida de los castellanos y sus aliados indí- genas, en Otumba. La batalla se pre- sentaba muy desigual, unas cuantas centenas de conquistadores y al- gunos miles de aliados indígenas, pero la fortuna sonrió a Cortés y sus hombres. El uso de armas de fuego, y la primera carga de caballería que contemplaban los ojos de los ameri- canos tomó por sorpresa al general mexica, Cihuacóatl Matlatzincátzin, que murió a manos castellanas. Sus tropas huyeron en desbandada. Mientras tanto, en Mexico-Teno- chtitlan, Cuitláhuac, hermano de Moctezuma, era nombrado nuevo huey tlahtoani, y organizaba una gran hueste para expulsar a los cas- tellanosdesuterritorio.Sinembargo entró en juego un terrible enemigo, 13 bergantines armados con caño- nes, que sitian Mexico-Tenochtitlan y la bombardean. El sitio se com- pleta por tierra, pasando a cuchillo a todo aquél que no se rindiese ante los conquistadores. Los mexicas, encerrados en Mexico-Tenochtitlan y Tlatelolco, ven poco a poco mer- madas sus fuerzas por el hambre y las enfermedades. El sitio, comenzado en mayo de 1521, se recrudece en junio del mis- mo año, cuando Cortés ordena un asalto general. Los conquistadores y sus aliados no tienen piedad. Los cañones devastan la ciudad, cada edificio, cada calle. Poco a poco los mexicas van perdiendo terreno, y finalmente, Cuauhtémoc tiene que huir a Tlatelolco ante la caída inmi- nente de Mexico-Tenochtitlan, con la intención de negociar la rendición de la ciudad, pero sin embargo es capturado por las tropas de Cortés. Según las crónicas de los mismos indígenasydeloscastellanos,Cuau- htémoc, preso ya de los europeos y la viruela. Traída a bordo de las na- ves castellanas, este silencioso virus atacó sin piedad a toda la población indígena, teniendo especial virulen- cia en los centros urbanos. Cuitlá- huac no llegó a los cien días como líder mexica, siendo sustituido por Cuauhtémoc, último huey tlahtoani, que tenía ante sí la difícil tarea de preparar y comandar un ejército y un imperio sacudido por la viruela. Los conquistadores, a su vez, reor- ganizaban tropas en la costa con re- fuerzos venidos de Cuba y con los aliados indígenas, txacaltecas en su mayor parte, pero con presencia de otros pueblos, como totonacas, tex- cocanos o chalcas. Cortés logró una hueste que debía rondar los cien mil hombres, aunque sin sobrepasar tal número. Las fuerzas mexicas eran cuatro o cinco veces superiores, pero se vieron traicionados por mu- chos pueblos vasallos o enemigos en contra de los invasores extranje- ros. Aunque todos sabemos que los datos numéricos que se refieren a batallas pocas veces son exactos. Cortés va sumando aliados de en- tre los indígenas contra los mexicas mientrasavanzahacialoslagos.Con una magnífica previsión militar, or- denaconstruirybotarenloslagos(el Texcoco, fundamentalmente) hasta rendición de los mexicas Moctezuma y Cortés, y ricos regalos
  • 27. frente a sus captores, le arrebató el puñal a Cortés, y le pidió que aca- base con su vida tal y como había acabado con su imperio. Sin embar- go Cortés consideró su utilidad y lo dejó vivir tres o cuatro años más. Cuando Cuauhtémoc abandonó Mexico-Tenochtitlan, y tras una lar- ga y encarnizada lucha, la ciudad cayó en manos de los conquistado- res. Era el 13 de agosto de 1521. En- tre40.000y100.000mexicasmurie- ron en los combates y los saqueos. El hambre y la viruela se llevó con seguridad decenas de miles más. Para comprender esta conquista contra todo pronóstico hay que en- focar no tanto el número de hombres puestos sobre el campo de batalla o la indudable superior tecnología mi- litar castellana (aunque lenta: recor- demos que un cañón o un trabuco necesitan un tiempo para ser recar- gados), en la que también participa- traña y virulenta enfermedad como un presagio de un final inevitable. Igualmente, la participación de de- cenas de miles de indígenas aliados es básica para entender las claves de la conquista castellana. Aunque un elemento imprescindible suele obviarse: la información. En especial en 1519-1520, antes del ini- cio de las hostilidades. La Conquista de México hubiera sido muy distinta sin las figuras de la Malinche y de Jerónimo de Aguilar, que propor- cionaron a Cortés el control sobre lo que se decía y se pensaba, el control de la información. EPÍLOGO El gran imperio de Centroamérica había caído en tres años. Pero esto no significó que las conquistas hu- bieran terminado, o que el terreno estuviese pacificado. Mientras co- menzaban los repartimientos en terreno mexica, los indígenas alia- dos y los españoles iniciaban otras exploraciones y conquistas hacia el norte y el sur del Valle, al tiempo que en Castilla se formaba el Con- ron perros y caballos de batalla, sino también un factor determinante: las enfermedades, especialmente la vi- ruela, que causaron estragos entre la población, y no sólo numéricos, pues muchos interpretaron esta ex- Salida de Aztlan represión
  • 28. sejo de Indias (1524) y comenzaban los problemas legales de Cortés. Pero especialmente comenzó el pro- ceso de pacificar por la fuerza toda al región, aculturando, hispanizando y cristianizando a los nativos, y es- clavizándolos. Desde la Península se mandaban funcionarios y se crea- ban instituciones que conformarían todo el periodo colonial. Y sobre todo, la fiebre del oro, de la plata y de las riquezas se había des- atado. La veda estaba abierta. BIBLIOGRAFÍA “Historia Verdadera de la Conquis- ta de la Nueva España”, de Bernál Díaz del Castillo. “Cartas de relación” de Hernán Cor- tés. León-Portilla, Miguel, 2005, Azte- cas-Mexicas, desarrollo de una ci- vilización originaria, Móstoles (Ma- drid),Algaba Ediciones. León-Portilla, Miguel, [1985] 1988, Crónicas Indígenas: Visión de los vencidos, Madrid, Historia 16. Townsend, Richard F. [1993] 2000, NH, USA, Ediciones del Norte. Moctezuma, Eduardo Matos, 1989, TheAztecs, NuevaYork, Rizzoli In- ternational Publications. Adams, Richard E.W., [1977] 1996, Prehistoric Mesoamerica, Oklaho- ma, USA, University of Oklahoma Press. Brading, David A., [1984] 2004, Mito y Profecía en la historia de México, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica. Sokolow, Jayme A., 2003, The Great Encounter; native peoples and European settlers in the Americas, 1492-1800, New York, USA, M.E. Sharpe. Miralles, Juan, 2001, Hernán Cor- tes, inventor de México, Barcelona, TusQuests Editores. Ruhnau, Elke & Demiel, Claus, 2000 Jaguar and Serpent; the Cos- mos of Indians in Mexico, Central and SouthAmerica, Berlín, Dietrich Reimer Verlag GmbH. The Aztecs, London, Thames & Hudson Ltd. Códice Boturini, anónimo, siglo XVII. Coe, Michael D. & Koontz, Rex, [1962] 2002, Mexico, from the Ol- mecs to the Aztecs, London, Tha- mes & Hudson Ltd. Hamnett, Brian [1999] 2001, Histo- ria de México, Madrid, Cambridge University Press. Lucena, Manuel, 2005, Atlas histó- rico de Latinoamérica, desde la pre- historia hasta el siglo XXI, Madrid, Editorial Síntesis. Garavaglia, Jaun Carlos & Marche- na, Juan, 2005, América Latina de los orígenes a la independencia, Vol 1: América precolombina y la con- solidación del Estado colonial, Bar- celona, Editorial Crítica. Meyer, Michael C. & Beezley, Wi- lliam H., 2000, The Oxford History of Mexico, NewYork, USA, Oxford University Press. Pastor, Beatriz, [1983] 1988, Dis- cursos narrativos de la conquista: mitificación y emergencia, Hanover
  • 29. Darfur es la región más occidental de Sudán, y está compuesta por tres provincias: norte, sur y occidental. Las estimaciones de población ron- dan los 5’5 millones de habitantes. La sociedad está dividida por dife- rentes factores, como se explicará más adelante, aunque la mayoría de esta población es de religión musul- mana. Sudán, país al que pertenece esta región, está compuesto por nativos negro-africanos, constituyendo algo más de la mitad de la población, mientras que el grupo árabe agrupa en torno al 40 por ciento de la po- blación, dejando así algo más del 5 por ciento para diferentes minorías étnicas como los Beja. Si embargo, la composición religiosa de la pobla- ción es muy diferente, ya que el 70 por ciento de la población profesa el Islam en su versión sunni, le sigue las diferentes religiones animistas con algo más de 20 por ciento, de- Los datos del conflicto son imposi- bles de saber, pero existen aproxi- maciones que elevan la cifra de muertos en torno 450.000 y a 3’2 millones de desplazados y refugia- dos, según los rebeldes y Organi- zaciones de Cooperación y ONG, y 300.000 muertos y 2,5 millones de desplazados y refugiados según la ONU. Esto significa que más de la mitad de la población de Darfur se ha visto afectada de forma direc- ta por la guerra. Sin embargo, todas las autoridades antropológicas, polí- ticas y de cooperación afirman que el conflicto es una cuestión política y no una guerra étnico-religiosa, por lo que, como se explicará más adelante, esta matanza no se ajusta a los términos judiciales de genocidio, pese a que existen asesinatos siste- máticos. El presente artículo está organizado jando un margen muy estrecho para el cristianismo en sus diferentes ver- siones. La lengua mayoritaria y ofi- cial es el árabe, aunque se mantiene elingléscomolenguaheredadadela colonización.Elrestodelenguasson minoritarias y regionales, y jugarán un papel importante en la reivindi- cación de derechos “nacionales” por diferentes grupos de población. Sin lugar a dudas Sudán es uno de los países más inestables del globo terráqueo, ya que desde su descolo- nización a mediados de 1950, e in- cluso antes de ésta, su población se ha mantenido en una guerra interna por el reparto de poder y recursos. Tanto es así que después de dos gue- rras civiles que suman 39 años de duración, están apareciendo nuevos conflictos como pasa con Darfur o como en el Frente Este, las tres pro- vincias en el noreste que tienen fron- tera con Eritrea, donde las tensiones van en aumento.
  • 30. de tal modo que permita entender el conflicto de una forma profunda pero sencilla, ya que se han escrito muchos libros y artículos sobre esta crisis humanitaria, me resultaría im- posible abarcar todos los trabajos publicados y mucho menos expo- nerlos en tan corto espacio. Por ello me he visto obligado a renunciar a muchos de los nombres propios de líderes en el conflicto que, pese a ser importantes, no nos ayudan a resu- mir la crisis. Pese a todo, expongo aquí ciertos acrónimos importantes para el entendimiento del artículo y me disculpo por el excesivo uso del inglés, pero no he podido distinguir las traducciones al inglés, por parte Situación conflictiva en Sudán En 1504 el poder cristiano del reino de Nubia fue derrotado y como con- secuencia se estableció en la zona en reino de Funj que duró hasta su con- quista por parte del Egipto otomano en 1820. Algo parecido ocurrió con unos territorios al oeste, en lo que ahora es Darfur, donde se estableció en torno al siglo XVII otro sultanato independiente. Ambos poderes ejer- cían el dominio de unos territorios extensos a través de razzias e incur- siones periódicas con fines “estabi- lizadores”. Estos poderes de nueva planta mantuvieron una política de superioridad cultural y lingüística que legitimó la distancia entre di- ferentes grupos sociales: nobles, gobernantes; sujetos, subordinados libres; esclavos, trabajadores. La conquista fue la única base legi- timadora para la separación de los grupos de población y el estableci- miento de jerarquías de poder. Esto significa que la población árabe vencedora, venidera del bajo Nilo, ejerció un poder ilimitado sobre la población negro-africana nativa, a la que la mayoría de las veces se la re- dujo a la esclavitud en virtud de una supuesta supremacía cultural. Estas diferencias visibles, como es el co- lor de piel que responde a la perte- nencia de razas diferentes, se irán haciendo cada vez menos visibles con el tiempo, dando paso a que la descendenciaseaelprincipalmotivo de superioridad. Las migraciones y los matrimonios interraciales harán del color de piel algo irrelevante. A su vez la islamización, la adopción de la religión de los conquistadores, tampoco supondrá la salvación a la esclavitud. En 1821 el ejército egipcio invadió Sudán en busca de la financiación suficiente para llevar a cabo la mo- de las fuentes que he utilizado, y los nombres reales de las organizacio- nes sudanesas, ya que éste idioma es igualmente utilizado en Sudán. SPLM/A: Ejército/Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán SLM/A: Ejército/Movimiento de Liberación de Sudán JEM: Movimiento de Justicia e Igualdad UNAMID: Misión de las Naciones Unidas y UniónAfricana en Darfur ICC: Tribunal Penal Internacional UN: ONU AU: UniónAfricana NRF: Frente de Redención Nacio- nal mapa de la región de Darfur
  • 31. dernización de Egipto. Los recursos básicos que se podían encontrar en estos nuevos territorios conquista- dos estaban principalmente repre- sentados por el marfil, el oro y los esclavos, pero la desestabilización del comercio de marfil hacia la dé- cada de los 50, hizo de la esclavitud la principal fuente de ingresos de es- tos territorios. Un buen ejemplo se- rán los testimonios de los primeros delegados ingleses al llegar a Egipto sobre la “dependencia” de este país de los esclavos negros. También la posibilidad que tenían los campesi- nos y mercaderes sudaneses de pa- gar los correspondientes impuestos en esclavos subraya la aceptación y extensión de esta práctica en el inte- rior de Sudán. La independencia sudanesa en 1885 llegó gracias a la presión del Movi- miento Mahdis, que lo primero que hizo fue expulsar a todos los mer- caderes de esclavos para ejercer un monopolio sobre el primer recurso del país. Pero el poder volvió a cam- biar cuando el Imperio Británico tomó el mando en 1898. Aún así, y pese a las políticas antiesclavistas de los británicos de principios de siglo, la esclavitud se mantuvo en pro de la estabilidad de la región, por lo que esta práctica recibió un apoyo insti- tucional bajo el nuevo mandato y no sería hasta mediados de 1920 cuan- do se promovieron ciertas medidas para reducir el flujo de esclavos. De hecho, el principio liberal de ciuda- danía universal se convirtió simple- mente en imposible, no solamente en Sudán sino también en el resto de las colonias, por lo que la ciudada- nía se mantuvo alejada del total de la población, redactando así diferentes fuentes de derecho dependiendo del origen de la población. Los coloni- zadores mantuvieron la plenitud de derechos de ciudadanía, mientras que los colonizados obtuvieron cier- tos derechos, pero nunca compara- bles con la ciudadanía. J. Winder, un oficial británico, en un informe sobre la situación de Sudán proclamó que “el norte posee ci- mientos éticos de una sociedad, y el sur no los posee”. (Citado en Amir H. Idris 2005). Este tipo de aprecia- ciones impusieron la imagen de una sociedad árabe civilizada en el norte y una sociedad negra primitiva. A la hora de ejercer un gobierno efecti- vo, el mandato británico, para evitar conflictos, y tras unos fracasados in- tentos de establecer un poder centra- lizado, optó por una política descen- tralizadora de “Distritos Cerrados” (“policy of closed Disticts”, 1922) por la que el norte y el sur quedaban como regiones cerradas bajo admi- nistraciones diferentes con fronteras infranqueables. Se estableció a su vez la teoría del gobierno indirecto, esto es la cesión de la autonomía a poderes locales bajo supervisión británica. Pero la elección de estos poderes locales se hizo bajo el dogma del intervencio- nismo cultural, es decir, la interfe- rencia en las prácticas, usos y leyes que se considerasen como no-nati- vas, esto es islámicas. Así, en 1930, se promocionó la vuelta a las leyes y costumbres tribales prácticamente inexistentes. Estas prácticas colonia- leshansidomuydiscutidasyaquese pueden haber respondido a la inten- ción de dividir el país y posponer la homogeneización y la creación de la identidad nacional. Lo que está claro es que esta política del gobierno in- directo reinventó usos tribales en el sur, a la vez que separaba diferentes subunidades tribales haciendo que éstas se enfrentaran y compitieran; y aglomeró y afianzó a la población soldado de las fuerzas de paz africanas (BBC)
  • 32. del norte, suficientemente homogé- nea ya, bajo tradiciones islámicas. Durante los tres años que duró el gobierno de transición (1953-1956) para la descolonización los dife- rentes gobiernos que se sucedieron tendieron a desplazarse hacia la idea de un Sudán unido pero árabe-islá- mico, dejando atrás las promesas de un estado federal en el que cupieran las expectativas de autonomía del sur. Estos primeros gobiernos man- tuvieron la idea de la ciudadanía exclusivista, así la sociedad árabe se mantuvo en el nivel del pleno dere- cho relegando a la población negro- africana al plano de la subordinación convirtiéndolos en meros sujetos de una política en la que no participa- ban. El tema de la ciudadanía exclu- sivista fue muy importante ya que el hecho de ser sudanés, implicaba no ser sudanés del sur. La guerra ci- vil fue inevitable. Estalló en 1955 y duró 17 años enfrentando al gobier- no árabe, en posesión del ejército estatal, y las milicias negras del sur. Fue especialmente cruenta en los últimos años tras el golpe de estado en el norte de una facción militaris- ta integrista destacando el suceso de Juba (8-9 de julio de 1965) en el que murieron más de 1400 personas, la mayoría civiles. En 1972 se llegó a un acuerdo re- gionalista, llamado deAddisAbeba, por el cual se restablecían las fronte- ras coloniales para separar, una vez más, la sociedad de una forma ra- cializada y etnificada, el norte árabe y el sur negro. En 1983 se puso de manifiesto que el acuerdo no podía ser definitivo con la desarticulación del gobierno del sur y la imposición de la Sha’aria, ley islámica, en todo el territorio. En oposición a esta ac- ción apareció con fuerza el SPLA/M (Movimiento/Ejército Liberación del Pueblo de Sudán) que estable- Frente Nacional Islámico al poder, con la consecuente institucionaliza- ción de la yihad. Los enfrentamientos produjeron un total de 2 millones de muertes, que representan el 25% del total de la población del sur. En 2005 se firmó un tratado de paz temporal por el ció sus objetivos como: “una meta para toda la nación y unos objetivos ideológicos definitivos para el desa- rrollo socioeconómico y político de todo Sudán” (Abdel Salam, citado en Amir H. Idris 2005). En 1989 se recrudeció una vez más la situación tras otro golpe de estado que llevó al En naranja: Sudán del Norte, gobernado desde Jartum. En azul: Sudán del Sur (Nuevo Sudán), autogobierno desde Juba en virtud de los acuerdos de Naivasha (2005) En rosa: Montañas Nuba y Nilo Azul, pendiente de referéndum para la unión a Sudán del Sur. En verde: Darfur, autogobernado en virtud de los acuerdos en Abuja (2006). En púrpura: Frente Este, autogobierno en virtud de acuerdos firmados en Asmara
  • 33. cual el norte y el sur quedaban en situación de autogobierno y se re- partían los ingresos de la producción de petróleo, muy importante fuente de recursos; a su vez el sur tenía la posibilidad de promover un plebis- cito de secesión tras 6 años desde la firma del tratado. Esta situación sólo legitima las fronteras coloniales y la racialización de la política, pero no soluciona los problemas más profundos de la sociedad sudanesa como demuestra el inicio del con- flicto de Darfur dos años antes de que se cerraran las negociaciones entre el norte y el sur. Conflicto en Darfur. Esta región está poblada por diferen- tes grupos étnicos, que basan princi- palmente sus diferencias en diver- gencias económico-culturales. En el norte conviven poblaciones árabes y negro-africanas, predominantemen- te Bideyat y Zaghawa, diferenciados por lenguajes; ambas poblaciones son nómadas y basan su economía en el camello. En el Dafur central, la mayoría de la población pertenece a los Fur, de donde viene el nombre de la zona, literalmente casa de los Fur; y junto con los Masalit, forman el núcleo de poblaciones agrícola de la zona, cultivando mijo; estas po- blaciones tienen sus propias lenguas no-árabes. En el sur hay unas pobla- ciones de habla árabe, los Baqqara, que centran su economía en la cría de ganado vacuno de forma igual- mente nómada. Sin embargo, estas fronteras étnicas no son estables, ya que un agricultor que obtenga gran- des beneficios podría invertir en el nomadismo ganadero; si esta inver- sión florece, en pocas generaciones su descendencia podría adquirir el estatus étnico de Baqqara. poder y recursos entre el norte y el sur, sin la desracialización necesaria para incluir a grupos no represen- tados; c) mantenimiento del poder tribal en el sur; d) sustitución de la Sha’aria por un gobierno o ley que institucionaliza la etnicidad. Esto se puede resumir en la persistencia de un gobierno racializado no demo- crático en el norte y la introducción de un gobierno etnificado no demo- crático en el sur. EnAbril de 2003, los rebeldes toma- ron la cuidad de Al-Fashir, capital del Darfur del norte, a lo que Jartum respondió militarizando y profesio- nalizando de una forma encubierta a esas poblaciones árabes que habían hostigado la región décadas atrás, los llamados Yanyawid. Por otro lado, se debería subrayar el hecho de que más del 40% del ejército estatal de Sudán era reclutado en Darfur, lo que posiblemente encaja con la idea de que el gobierno árabe de Jartum intentara mantener bajo su dominio a la población mayoritariamente negra pero cristiana del sur con un ejército mayoritariamente negro pero islámico del oeste. El miedo a emplear este ejército negro-africano en contra de su propia región, subra- ya igualmente el hecho de la entrada en el conflicto de losYanyawid en el verano de 2003. Durante 2004 y 2005 el Chad reci- bió grandes cantidades de refugia- dos darfurianos bajo su protección, pero los Yanyawid no respetaron las fronteras atacando varios campos y matando igualmente a varios mili- tares chadianos. La tensión siguió creciendo hasta que en Diciembre de 2005 Chad declaró la guerra a Sudán. Los dos años siguientes se caracterizan por la falta de unidad en los grupos rebeldes, cristalizán- dose en la firma de un tratado de paz entre el Gobierno de Sudán y una Durante el último cuarto del siglo XX, el cambio climático a recrude- cido la situación económica de la zona, haciendo que las tribus árabes nómadas del norte desvíen sus rutas estacionales hacia el sur en busca de pastos; pero las poblaciones seden- tarias negras del sur fueron perjudi- cadas por estos movimientos, más aún cuando el gobierno de Jartum apoyó a las tribus árabes no solo moralmente, sino distribuyendo ar- mas y formación militar, ya a medi- dos de los años 90. La lucha por el agua, como recurso económico y de supervivencia, se volvió primordial. El inicio del conflicto entre las po- blaciones de Darfur y el Gobierno de Jartum es complicado de definir, ya que las hostilidades se remontan hasta los años 80 ó 90. Pero es ge- neralmente reconocido que la guerra comenzó el 23 de Febrero de 2003, día en el que el SLA/M y el JEM se rebelaron en Darfur por la desigual- dad en derechos, desarrollo y equi- dad de inversión social en compara- ción con el resto del país, en especial con la zona central de Sudán, donde se encuentra Jartum, la capital. Qui- zá sea más plausible creer que este conflicto armado nace de la reivindi- cación de participación en las nego- ciaciones entre el norte y el sur para el fin del la Segunda Guerra Civil, que dejaron de lado las identidades periféricas. Ya durante la Primera Guerra Civil se oyeron algunas vo- ces reivindicando igualdad de re- cursos para una supuesta identidad regional de Darfur. De hecho el Protocolo de Ma- chakos, firmado en 2002 entre el Gobierno de Sudan y el SPLA/M, pone de manifiesto esta marginación institucional hacia las regiones peri- féricas de Sudán. Esta dirección va encaminada hacia: a) la renovación de la política colonial británica del gobierno indirecto; b) el reparto de
  • 34. facción del SLA/M, liderada por Minni Minnawi, el tratado deAbuja de 2006, que el resto de grupos no reconoce y rechaza. Después de es- tos tratados el SLA/M y el JEM se han refusionado creando el NRF. SegúnAlex de Waal, el florecimien- to del conflicto armado en Darfur se debe a ciertas disputas locales entre varios grupos, politizadas por los partidos políticos y reforzadas por la falta de oportunidades económi- cas, el hambre y la sequía. Es en el contexto de Darfur donde se pone de manifiesto que “ni la cultura, ni la raza son el centro del conflicto en Sudan. Más bien es el estado racia- lizado que transforma identidades mogeneización racial y étnica que se promueve desde los gobiernos y se ejecuta bajo los ejércitos provocan- do el genocidio que se está viviendo en el oeste de Sudán. La Comunidad Internacional En respuesta a este conflicto de di- mensiones desmesuradas, la comu- nidad internacional ha reaccionado de forma muy dispar, tanto es así que pese a haber durado más de tres años, no hay muchas, ni muy firmes declaraciones de oposición o de in- tenciones. Como principal opositor a las accio- culturales en identidades políticas a través de la esclavización en el pe- riodo precolonial, el gobierno indi- recto en la etapa colonial y las polí- ticas exclusivistas de ciudadanía en el periodo postcolonial.” (Amir H. Idris 2005). Durante las dos guerras civiles y aún más a través del con- flicto en Darfur se ve claramente que la identidad personal e indivi- dual nace bajo la presión de identi- ficarse en términos esenciales con uno u otro grupo, ya sea religioso, racial o étnico. Esto hace de la raza y la etnia expresiones políticas en el contexto de la construcción estatal, y no identidades socioculturales. Esto desemboca en el intento de ho- Daños materiales en la Darfur Occidental y desplazamientos de refugiados (www.time.com)
  • 35. nes de Sudán se podría considerar a EEUU que, en el contexto de la Guerra de Irak y la lucha antiterro- rista, se ha posicionado en contra del mundo árabe fundamentalista. Así, ha sido el impulsor de medidas con- tra Jartum en el Consejo de Seguri- dad de la ONU, con la esperanza de que éstas lleguen al Tribunal Penal Internacional de La Haya. Sin em- bargo, al calor de las esperanzantes negociaciones entre el Gobierno de Sudán y el SPLM/A, es decir entre el norte y el sur, ha ido suavizando los términos de su oposición, por temor a la ruptura del proceso en Naivasha. En la misma dirección de suavizar términos se encuentra la cooperación, casi increíble, entre el Gobierno de Sudán y la CIA en la lucha contra el terrorismo interna- cional, convirtiéndose el primero en principal aliado en la obtención de datos y seguimiento de sospecho- sos. Se puede encontrar, en estas recri- minaciones por parte de EEUU, al- gún interés partidista por parte de la administración Bush con respecto al electorado afroamericano al defen- der los derechos de las poblaciones negroafricanas frente a las árabes. A su vez “el proceso de paz norte-sur de Sudán se engloba en la estrategia general norteamericana de demo- craticación del mundo árabe (Gran Oriente Medio) como medio de desactivar las raíces del integrismo” (RUIZ MIGUEL, 2004). En esta lí- nea se encuentran los aliados incon- dicionales de EEUU como Reino Unido o Italia. Asu vez los países de Eritrea y Etio- pía igualmente se oponen al gobier- no de Jartum por su radical interpre- tación del Islam. Mención especial merece la ayuda con la que Eritrea respalda el movimiento del Frente Este, posiblemente por las reivindi- a las duras palabras de la ONU, se ve claramente que los actos no las acompañan. La impotencia de la Unión Europea es visible cuando manifiesto tras manifiesto “le cuesta aceptar, hoy por hoy, la legitimidad del uso de la fuerza incluso cuando los derechos humanos están en peli- gro” (ENCINAGARCIA, 2005) Conclusión y Reflexión. Las negociaciones para la resolu- ción del conflicto se llevaron a cabo entre noviembre y mayo de 2006 en Abuja, Nigeria. Éstas pusieron en contacto al Viceprimer ministro del gobierno Sudanés y a la facción liderada por Minni Minnawi del SLA/M, con la coordinación de la UniónAfricana. Este Acuerdo de Paz en Darfur (DPA) debe ser tratado, según Alex deWaal,igualmentebajocuatrocon- sideraciones básicas, a saber ningu- na de las partes ha ganado la guerra, sino que ésta continúa, por lo que las concesiones entre ambos bandos se hicieron plausibles. Segundo, es- tas conversaciones se mantuvieron siempre bajo el espíritu de compren- sión que había reinado en las con- versaciones en Naivasha, entre el Gobierno de Sudán y el SPLM/Ade Sudán del Sur, apenas un año antes, y bajo la declaración de principios de resolución para el conflicto su- danés de Darfur, firmado en Julio de 2005. Tercero, se decidió no elimi- nar las pocas instituciones existentes para no crear nuevos conflictos, y crear nuevas instituciones paralelas y complementarias. Cuarto, todo lo que se firmó en Abuja es transitorio hasta que se realicen las elecciones y el referéndum democráticos. El documento se desglosa en tres apartados fundamentales de nego- ciación: a) seguridad; b) reparto de caciones étnicas de representación por parte de los Beja, y más impor- tante, porque el gobierno de Jartum apoyóalosmovimientosfundamen- talistas islámicos en Eritrea en los 90. El Chad igualmente apoya la los rebeldes contra el gobierno de Jar- tum, ya que Sudán apoya a su vez a los rebeldes que mantienen el Chad en una guerra civil desde 2005. Por el contrario, la Liga Árabe man- tiene una posición de favoritismo hacia el régimen de Jartum, princi- palmente por cuestiones étnico-reli- giosas y morales. Igualmente Rusia tiene intereses en Sudán como mer- cado de armas, especialmente de aviones y otras máquinas de guerra de gran calibre. Entre los países que más tienen en juego en Sudán se encuentra China, ya que el 70 por ciento de las expor- taciones de petróleo son hacia este gigante asiático. La dependencia de Sudán se hace plausible en todos los ámbitos: comercio (21% de impor- tación procedentes de China y 71% exportaciones hacia China), arma- mentístico (principal administrador de armas menores que se ha proba- do se usan en contra de la población darfuriana, además de las tres fábri- cas de tanques chinas en suelo suda- nés), político (apoyo fundamental frente a la ONU), etc. La ONU, ya en marzo de 2005, fir- mó dos resoluciones por las cuales exigía el cese de las hostilidades y la remisión de responsabilidades al Tribunal Penal Internacional. Sin embargo, el informe final, pese a encontrar culpable al gobierno de Jartum y al líder de los Yanyawid de importantes crímenes de guerra y contra la humanidad, no pudo es- tablecer estas acciones como geno- cidio por falta de intención delictiva para eliminar un determinado grupo de población. Por otra parte, pese
  • 36. riqueza; c) reparto de poderes. En cuanto a la primera, el gobierno se compromete al desarme Yanyawid y castigo de aquellos que violen el cese el fuego. A su vez los rebeldes se integrarían en las fuerzas arma- das sudanesas en concepto ejército y policía, a todos los niveles del es- calafón. El segundo punto establece una serie de concesiones para la re- construcción de las zonas afectadas, así como la concesión de un fondo inicial de 300 millones de dólares y otro anual de 200 millones. Pero, el punto más importante es el terce- ro, la negociación política. En este punto se reconoce la necesidad de representación de los movimientos rebeldes a través de la reserva de 12 sillas en la asamblea nacional. Seguramente el punto más impor- tante de toda la negociación sea la creación de nueva planta de la Au- toridad Regional de Transición de Darfur (TDRA). En este “gobierno” estarían representados los rebeldes en ocho de las diez sillas de las que se compone, y estaría presidido por el Asistente Superior del Presidente, igualmente reservado para uno de los miembros de los grupos rebel- des, que ocuparía el cuarto lugar de poder en todo Sudán. Éste a su vez sería el jefe de las diferentes comi- siones de transición creadas al afec- to: Comisión de Reasentamiento; Comisión de Reconstrucción y Re- distribución de Fondos; Comisión de Tierras en Pugna; Comisión de Acuerdos de Seguridad; Consejo de Paz y Reconciliación; Comisión de Compensaciones. Este Asistente Superior deberá ser consultado en todos los asuntos y temas con res- pecto a Darfur por parte del gobier- no nacional. Laseleccionesdemocráticas,previs- taspara2009,seránmuyimportantes para el control posterior de Darfur, ya que todo el poder político deberá que quedan en lucha se refundan en otro movimiento para expresar su rechazo a Minni Minnawi. Muchos analistas políticos hacen de este pro- blema el eje central de la excesiva duración del conflicto, ya que al no existir ningún líder común y repre- sentativo, como el SPLM/A tenía con John Garang, las facciones se multiplican haciendo casi imposible la negociación final. También la extrema confianza que sebrindaalospolíticosdeunoyotro bando para la realización de los tér- minos del tratado y su implicación con la causa, por la prácticamente inexistencia de objetivos concretos, dejando un amplio margen para la interpretación posterior y la reorde- nación del gobierno después de las ser reestructurado dependiendo de los resultados de éstas. A su vez, el referéndum, propuesto para 2010, será muy importante, ya que será el que decida sobre la naturaleza de Darfur, su estatus como región autó- noma y su división provincial inter- na. Éste fue un punto importante en las negociaciones deAbuja en 1994, cuando se separó esta única región en tres provincias administrativas. Sin embargo son muchas las críticas que se le pueden atribuir al tratado de paz, principalmente, es que no ha sido firmado por todas las partes del conflicto, sino que fue una facción la que se autoproclamó representan- te del ejército rebelde. Esto se pone de manifiesto cuando justo después de la firma del tratado las facciones
  • 37. elecciones de 2009. Esto es que des- pués de las elecciones, el gobierno resultante tendrá prácticamente car- ta blanca para crear un gobierno a su medida. También es importante la baja im- plicación de organismos internacio- nales que procuren estabilidad y que vigilen los procesos de democrati- zación en la zona, así como el cese total de las hostilidades, que no ha llegado pese a los continuos incre- mentos de fuerzas de paz de la ONU así como de la UniónAfricana. Para terminar me gustaría definir tres corrientes de pensamiento ma- yoritarias con respecto a la solución en Darfur y en Sudán. La primera corresponde a una corriente nacio- nalista integradora, la cual lucha contra las diferencias económico- sociales dentro de un marco estatal racializado. Esto es diversidad y unión, extender la ciudadanía y la plenitud de derechos, pero en seudo- comunidades cerradas homogéneas ex-líder del SPLM/A, ensalzó el “Sudanismo” en oposición al Afri- canismo o al Arabismo, es decir, la superación de diferencias raciales o religiosas para dirigirse a criticar de la opresión y la injusticia en térmi- nos de ciudadanos y no de grupos étnicos. Fuentes: IDRIS,Amir H. : “Conflicts and politics of iden- tity in Sudan.” Palgrave, MacMillan. 2005 New York RUIZ MIGUEL, Carlos: “Implicaciones geopo- líticas del conflicto de Darfur”. Real Instituto Elcano. Artículo publicado en www.realinsti- tuelcano.org el 20/09/2004 GARCIA ENCINA, Carlota: “La comunidad internacional y Darfur.” Real Instituto Elcano. Artículo publicado en www.realinstitutoelcano. org el 16/05/2005. GARCIAENCINA, Carlota: “Darfur: estado de la cuestión”. Real Instituto Ecano. Informe pu- blicado en www.realinstitutoelcano.org de WAAL, Alex: “Sudan: the Transitional Dar- fur Regional Authority”. Artículo publicado en www.allafrica.com el 14/07/2006 FLINT, Julie: “Fresh hopes from north Darfur”. BBC (14/06/2007) www.unmis.org sudan.usembassy.gov www.elmundo.es www.sudantribune.com www.bbc.co.uk www.time.com étnico-racialmente. La segunda es el separatismo, que igualmente bajo el marco de la di- versidad étnico-racial, aboga por la separación de la población en di- ferentes estados que respondan a una supuesta homogeneidad. Esta sea quizá la menos plausible, por la práctica imposibilidad de separa- ciones territoriales de poblaciones homogéneas, esto es que la multiet- nicidad está presente en todo el te- rritorio y los grupos étnico-raciales están dispersos, por lo que esta solu- ción conllevaría movimientos forzo- sos de poblaciones enteras. Una tercera corriente sería la llama- da “transformadora”, que aboga por la deconstrucción de la ideología etnificada y racializada para hacer de éstas categorías irrelevantes en las relaciones y derechos de la po- blación. La democratización y el fin de los conflictos en Sudán pasan por la invención de nuevas tradiciones, no por la glorificación de un pasado parcial y nacionalista. John Garang,
  • 38. Origen y características de los héroes. Aristóteles nos cuenta en su obra Poética que la creación de un hé- roe depende de la manera en que una sociedad ve a las personas, es decir, mejores de lo que son, como realmente son o peores de lo que son. Así el héroe es siempre una propuesta o encarnación de unos ideales, y esta idealización proviene tanto de sus acciones como del valor que los demás les diesen a estas. Te- niendo esto en cuenta, la existencia de un héroe dependía de la adhe- sión de esa sociedad a esos valores. Y precisamente, por esto último, se hace una distinción entre el héroe establecido, que sigue las directrices de la moralidad imperante, y el hé- roe alternativo o anti-héroe, que lu- cha contra esos valores para intentar sustituirlos por otros. costumbres y maneras de ser que ca- racterizaban a las personas de aque- lla era. El surgimiento de este tipo de personas es distinto, aunque similar, según el autor que lo cuente; así Hesíodo en los Trabajos y los Días, dividió a los pobladores de la tierra en cinco razas; “los inmortales... crearon la Edad de Oro de los hombres que hablan... vivían como Dioses, dotados de un espíritu tranquilo. No conocían ni el trabajo, ni el dolor, ni la cruel vejez... y se encantaban con festines, lejos de todos los males y morían como se duerme... Se convirtieron en Dioses, por voluntad de Zeus... Después, los habitantes de las moradas olímpicas suscitaronunasegundageneración... laEdaddePlata,quenoerasemejan- te a la Edad de Oro ni en el cuerpo ni en inteligencia... vivía muy poco tiempo, abrumado de dolores a cau- sa de la estupidez... El padre Zeus Lo importante, por tanto, es lo que hace este último modelo de héroe y que se podría caracterizar por una serie de criterios, como tener un pensamiento independiente y actuar conforme a esa manera de pensar re- chazando e ignorando aquellas afir- maciones que los demás vean como normales y a él le parezcan incon- gruentes. Para hacer esto, se nece- sita eso que tienen todos los héroes y él en mayor medida: valor y va- lentía para ser en verdad auténticos y consecuentes consigo mismos. Un héroe es aquel que no compromete sus ideas. Sin embargo, el héroe que vamos a tratar en este artículo es el de ese mundo clásico, que era a un mismo tiempo hombre y Dios, con las vir- tudes y defectos que ambas condi- ciones conllevaban y que de igual modo que todos los héroes de todas las épocas se regían por los valores,
  • 39. suscitó una tercera raza de hombres parlantes, la Edad de Bronce... vio- lentas y robustos, estos hombres no se preocupaban sino de injurias y de trabajos lamentables de Ares... Des- pués de que la tierra hubo escondido esta generación, Zeus Cronida sus- citó otra divina raza de héroes más justos y mejores, que fueron llama- dos Semidioses en toda la tierra por la generación presente... Ahora es la Edad de Hierro. Los hombres no ce- sarán de estar abrumados por traba- jos y de miserias durante el día, ni de ser corrompidos durante la noche, y los Dioses les prodigarán amargas inquietudes...” También Píndaro, un poeta griego del siglo V. a.C., distinguió esta vez no cinco razas, sino tres; dioses, hé- roes y hombres. La raza de los hé- roes se componía de seres nobles y generosos, dones que les venían dados por su naturaleza. Todos ellos compartían ser hijos o descendien- tes de un dios y un mortal como así para satisfacer algún deseo divino. Por regla general, en la consecución de todas estas misiones eran protegi- dos por algún dios que les solía sal- vaguardar de los mayores peligros y castigaban a aquellos que habían intentado acabar con sus vidas. Así, vemos que la vida de los héroes era agitada. Pareciera como si estu- vieran predestinados a hacer gran- des proezas que les diesen gloria y fama eternas al mismo tiempo que encaminaban sus pasos en conseguir la inmortalidad. Ejemplos de este tipo de vidas pode- mos hallarlos en los siguientes per- sonajes que vamos a ver. Ejemplos de héroes. -Belerofonte. Era hijo de Poseidón, aunque para sus congéneres estos orígenes divi- nos fueran prácticamente descono- cidos. Ellos le consideraban hijo de Glauco y, por tanto nieto de Sísifo, que era el fundador de la casa real de Corinto. Su nombre viene de ha- ber causado la muerte al tirano Be- lero por cual tuvo que huir a Tirinte, donde pretendía purificarse. En esta ciudad la mujer del rey Preteo se enamoró de él pero Belerofonte la rechazó por lo cual ella le acusó de haber intentado seducirla, clamando que por esta afrenta fuera asesinado. Las leyes griegas de la hospitalidad impedían al rey acabar con él así que le envió a Licia, donde reinaba su suegro al que escribió para que él se ocupara de acabar con la vida de Beleronfonte. Yóbates planeó que nuestro héroe se enfrentase al mons- truo Quimera con la idea de que este ser fuera el causante de su muerte sucedió con Perseo (Zeus-Dánae), Aquiles (Tetis-Peleo), Heracles (Zeus-Alcmena) y un largo etcéte- ra… La época de la humanidad en la que vivieron estos héroes fue verdadera- mente dura, con unos peligros que abarcaban luchas con monstruos invencibles, asesinos que devasta- ban regiones enteras, enfermeda- des divinas, etc. Para luchar contra estos peligros los dioses enviaban a la tierra a sus descendientes. Eran seres dotados de gran belleza, fuer- za, virtud, inteligencia, generosidad e ingenio. Gracias a estos dones les podemos encontrar encabezando ejércitos y guiándolos a la victoria como Odiseo (Ulises), como parti- cipantes de esas mismas batallas en pos de la consecución de lo que ellos consideran el bien, como Heracles (Hércules). Se hacen cargo de mi- siones para saldar deudas morales, para obtener el amor de alguna prin- cesa o el gobierno de algún reino o Belerofonte y Quimera
  • 40. pero el héroe venció con la ayuda de su caballo alado, Pegaso. Des- pués de esta victoria el rey le envió a acabar con los salvajes y belicosos habitantes de Sólimos a los cuales también ganó. Finalmente le ordenó enfrentarse a las Amazonas y de nuevo su enfrentamiento con ellas fue un éxito. Después de todas estas victorias el rey de Licia se convenció del origen divino de Belerofonte por lo cual le ofreció que se quedara a su lado y se casara con su hija, Laodamia.Be- lerofonte era honrado y venerado como héroe en Corinto y Licia. -Heracles. Se le considera el más importante y popular de entre los héroes. Sus ha- zañas y leyendas son diversas y nu- merosas. Pareciese que no hubiera nada que no hubiera hecho. Luchó contra monstruos, malhechores, contra ejércitos enteros, contra dio- ses, contra elementos de la natura- leza, enfermedades e incluso contra la muerte, y de todas estas batallas salió victorioso. Heracles era el hijo de Zeus y Alc- mena que a su vez era nieta de Per- seo y, como este, mortal. Al dios le dominó la lujuria y adoptó la forma deAnfitrión para ya- cer con Alcmena, cosa que la mujer no hubiera descubierto sino se lo hubiera dicho el adivino ciego, Tire- sias. Nueve meses más tarde, Alcmena dio a luz a dos hermanos gemelos, Heracles e Ificles (este hijo de Alc- mena y su esposo Anfitrión). Zeus, que se había propuesto que el prime- ro de ellos se convirtiese no sólo en el mortal más poderoso sino incluso en un dios, engañó a Hera para que le diese de amamantar y de ese modo el peque- ño bebiese la leche de la inmortali- dad. Pero Heracles apretó con tanta fuerza el pezón de la diosa que ésta, dolorida, lo apartó de sí y cuando supo que el pequeño era además hijo ilegítimo de su esposo, se enfadó de tal modo que acabó convirtiéndose en la eterna enemiga del héroe. En el primer intento de venganza la diosa envió a la cuna donde dormían Heracles y su hermano sendas ser- pientesparaquematasenalosbebés, pero no pudieron hacer nada frente a la ya sorprendente fuerza del niño, que las estranguló con sus propias manos. Desde ese momento, Hera no volvió a intentar matarlo direc- tamente, sino que se valió de otros métodos más sutiles para acabar con su odiado enemigo. Hidra de Lerma-Gustave Moreau Heracles
  • 41. Pero por lo que más se conoce a este héroe es por sus famosos doce traba- josdebidosalaobedienciaquedebía Heracles a Euristeo, rey de Micena que fue quien le encomendó las 12 pruebas que consistieron en: -Acabar con el león de Nemea. -Matar a la hidra de Lerna. -Capturarvivaalaciervadeloscuer- nos de oro y las pezuñas de bronce. -Cazar al gran jabalí de Erimanto. -Limpiar los establos deAugias, que acumulaban suciedad durante 30 años. -Matar a las aves del lago Estínfalo. -Capturar al toro que Poseidón había enviado para aterrorizar a Creta. -Hacerse con el cinturón de la reina de lasAmazonas, Hipólita. -Capturar a los bueyes de tres cabe- zas de Gerión. -Coger las manzanas de oro del jar- dín de las Hespérides. -Capturar al perro Cerbero. -Y domesticar los caballos de Dió- medes. Fueron estas doce misiones las que le dieron la fama y las que le lle- varon aquerer acabar con la tiranía en el mundo, empresa en la que acometió otras y memora- bles hazañas. Finalmente su muer- te le fue provocada por su propia esposa Deyanira. Heracles encargó el cuidado de su mujer al centauro Neso que intentó violarla, debido a esto nuestro héroe mató al atacante, pero antes de morir el centauro le -Perseo. AAcrisio, rey de Argos, se le profe- tizó que un nieto nacido de su hija Dánae sería la causa de la pérdida de su trono y de su muerte. Para evitar este trágico destino el monarca en- cerró a la muchacha en una torre in- accesibleparacualquierserhumano. Zeus conmovido por la belleza de la mujer y por suslamentos se introdu- jo en la prisión en forma de lluvia dorada fecundando de estamanera a la chica. Nueve meses después, Dá- nae daba a luz a Perseo. El nacimiento del niño no perma- neció oculto por mucho tiempo a su abuelo que intentó acabar con dio a Deyanira una túnica que según él serviría para evitar que He- racles le fuera infiel. Esta prenda la envió la mujer a su esposo cuando éste estaba de viaje acompañado de la bella Iole, en el momento en que Heracles se la puso empezó a sufrir grandes dolores provocados por el veneno con el cual estaba empapa- da la prenda. El dolor insufrible que padecía le llevó a construir una pira ardiente y ordenar a Filoectetes que la encendiera. Pronto, los dioses le sacaron de los Campos Elíseos del Hades para subirlo al Olimpo y con- vertirlo en uno de ellos casándole con Hebe. Perseo
  • 42. él y con su hija arrojándoles al mar metidos en un cofre. El oleaje les hizo arribar a las costas de Sérifos, gobernado por Polidectes, el cual se enamoró perdidamente de Dánae. Pretendiendo contraer nupcias con ella ,pero sabiendo de la oposición de Perseo, planeó la forma de alejar- lo de Sérifos y, por tanto, de la ma- dre. Fingiendo un matrimonio con Hipo- damia, le pidió al hijo de Dánae que le trajese como regalo la cabeza de la Medusa, una de las tres Gorgonas. Los dioses ayudaron a nuestro héroe otorgándole diversos regalos como el casco de la invisibilidad de Ha- des, las alas de Hermes para surcar los cielos velozmente, una poderosa espada creada por Hefaistos y, por último, un escudo sobre cuya bri- llante superficie se eflejaría la ima- gen de la gorgona, evitando de esta manera el poder de ella, convertir en piedra a todo aquel que le mirase di- rectamente. Finalmente, Perseo consiguió su había atrevido a declararse más bella que las nereidas, hijas a su vez del dios de mar. Perseo se abalanzó rau- do para rescatarla sintiéndose, desde un primerinstante, profundamente enamorado de la bella muchacha, a la cual pidió en matrimonio. Tras diversas y posteriores aventu- ras Perseo y Andrómeda vivieron felices en Grecia hasta que lo profe- tizado en el nacimiento del héroe se cumplió al viajar a Argos para par- ticipar en unos juegos deportivos. Durante su participación en la prue- ba de lanzamiento de disco, al arro- jar el objeto, el mismo acabó gol- peando a un hombre que había entre el público que murió en el instante. Aquél hombre era su propio abuelo, Acrisio. Horrorizado, Perseo quiso renunciar al trono de Argos pero fi- nalmente no tuvo más remedio que aceptarlo. Perseoacabógobernandosabiamen- te junto a su mujer y, tras la muerte de ambos, se les rindieron honores divinos y se les situó juntos forman- do una constelación con forma de copa. propósito y tras guardar la cabeza de la Medusa en una alforja, huyó del lugar montado en Pegaso, el caballo alado nacido de la sangre derrama- da de la Gorgona.Sobrevoló, en su regreso, las costas de Etiopía donde presenció una terrible escena; un te- rrible monstruo se disponía a devo- rar a una bella joven. Era esta, An- drómeda, sacrificada a Poseidón por culpa de su madre, Casiopea que se Danae, de Tiziano Pegaso,Belerofonte y Atenea, restos de la ciudad de Pompeya
  • 43. Al fin y al cabo, personas. Entonces, como ahora, los héroes reciben una especial atención y aun- que no se les venera de igual modo sus acciones son, igualmente, reco- nocidas por las personas que les ro- dean. En la actualidad, desde el 11 de septiembre del 2001, el interés sobre las historias heroicas se han incrementado en todos los ámbitos tanto por ejemplo, en la literatura como en los comics cuyos superhé- roes han sido trasladados a la gran pantalla. E inclusive a los múltiples objetos de que pueblan las estante- rías de nosotros, los consumidores. Aun así y en referencia al comien- por las personas que le rodean y sus formas de actuar son un modelo a seguir. Sin embargo, a mi entender, no hace falta llevar acabo actos de suprema heroicidad para ser considerado una persona digna de tener en cuenta. También lo son aquellos padres y madres que arriesgan sus vidas cru- zando mares y fronteras en pos de una vida mejor para sus familias. Aquellas personas que “multipli- can” las horas de sus vidas diarias para dárselas a los demás. En mayor o menor medida todos nos enfrentamos a nuestros miedos y problemas. En mayor o menor medida todos somos héroes. zo del artículo el concepto de héroe es muy elástico, de ahí que aquellas personas, que por ejemplo, se qui- tan la vida llevándose con ello la de otros ciudadanos, con la excusa de ayudar a llevar acabo unos ideales culturales o políticos es idealizado por aquellos que piensan lo mismo que él y elevado al estatus de héroe. Atenor de esto el héroe conlleva una interiorización muy profunda de la cultura y forma de vida de su socie- dad y de la moral de la misma. En todas las culturas los héroes son se- res humanos, personas que ya sea en vida o una vez fallecidos, sean reales o productos de la imaginación, po- seen valores altamente admirados
  • 44. ELÁRBOLDELMUNDO El eje de unión del Cielo con la Tie- rra viene representado, para diver- sos pueblos arcaicos, por el “árbol cósmico” o “árbol del mundo”. Este elemento es concebido a manera de escalera que conduce al cielo. Cons- tituye el equivalente del Pilar Sagra- do. El árbol señala, en este caso, tal como ha puesto de relieve M. Elia- de, el centro del mundo. La concepción del árbol, en el con- texto cosmológico, forma parte del universo representacional de los pueblos primitivos. En cuanto dota- do de raíces, el árbol aparece signi- ficado bajo la cosmogonía, como un ente que surge de la tierra y se nutre de ella, elevándose hacia el cielo. El citadoautorhabladelárbolcósmico, y destaca su condición supranatural, en el sentido de que, para el hombre religioso, la naturaleza no es nunca aparece señalado en diversos rela- tos. La maternidad del árbol apare- ce, así, como representación del ele- mento generador, constituido por el cosmos entero. Ciertos pueblos altaicos representan a la “Madre-Lago de leche”, asimi- lándola a la madre nutricia del Pri- mer Hombre, la cual se manifiesta saliendo desnuda del “árbol cósmi- co”, creencia que existió a lo largo delaEdadMedia,comoindicaJean- Paul Roux. Este autor consigna una leyenda turca, según la cual, el héroe Buqu y sus hermanos nacieron de la asociación entre dos árboles, planta- dos en la confluencia de dos ríos, y un objeto luminoso “extraterrestre”, simbolizando el poder de fecunda- ción de los árboles, que aquí repre- sentan el elemento femenino, como así lo atestiguan, también, otras ver- siones de dicha leyenda. En fin, lo que aquí nos importa anotar, espe- cialmente, es el carácter nutricio del exclusivamente natural. En efecto, la sacralidad del árbol trasciende el ámbito de la Naturaleza, expresa categorías cósmicas gnoseológicas, vitales. El sentimiento proteccionista que despierta el árbol en amplios sec- tores del mundo actual, tiene que ver con una permanencia de ciertas ideas sacralizadoras: al reivindicar, hoy, la conservación de los bosques, se retoma inconscientemente -acer- tadamente- la idea originaria o pri- mordial, según la cual, la existencia equilibrada de la humanidad y de la tierra toda, va íntimamente ligada, según la idea ya anteriormente ex- presada, a la existencia misma del árbol. ELÁRBOLNUTRICIO Bajo su condición de soporte de vida, el carácter nutricio del árbol
  • 45. “árbol de la vida”, asimilado al “ár- bol cósmico”, en cuanto dotado de universalidad, por medio de la savia vitalizadora, simbolizada en el “lago de leche” de ciertos pueblos altaicos, como ya hemos dicho. La estrecha identificación entre la Gran Madre nutricia y el árbol, aparece reflejada, de manera feha- ciente, en algunas representaciones egipcias. En una de ellas, la figura de la diosa emerge de entre las ra- mas de un árbol, sosteniendo, en una de sus manos, una bandeja de viandas, y en la otra, un recipiente, cuyo contenido vierte una segunda figura, que se presenta arrodillada junto al tronco del árbol; un tercer personaje bebe del jugo que desti- la el tronco de aquel. Una segunda representación, de hacia 1310 a.C., con el mismo tema, muestra a un sa- cerdote y a su mujer recibiendo los dones, en forma de bebida, del dios- árbol, mientras dos aves, con cabeza humana, se inclinan sobre el tronco de aquel. Podríamos citar otros tes- timonios artísticos de recreación del tema del árbol-dios con carácter nu- tricio, o simplemente, garante de la continuidad de la vida, cuando no vitalizador; así, en una pintura de hacia 1170 a.C., aparece el presiden- te de Nejem y su mujer, en actitud de oración, ante el dios-árbol (un si- cómoro), el cual porta una bandeja con viandas. En fin, en otra repro- ducción, se ve a los dioses Athom, Set y Thot escribiendo el nombre de Ramsés II sobre el árbol sagrado de Heliópolis. La ligazón entre el árbol y el “jugo vital” queda establecida en las cos- mologías más antiguas de todos los pueblos. El agua de vida representa, entonces,elpodergenerador,noción que se plasmará en los ciclos legen- darios medievales. En la leyenda del Grial, aparece la imagen de una figurilla mesopotámica en la que la diosa se representa en posición erec- ta, sosteniendo, con sus dos manos, un vaso manante; como igualmente en una estela de Urnammu, de Ur, en la que, entre otras escenas, se ve a una diosa derramando agua del cie- lo y, en un registro inferior, al dios, en posición sedente, con una vara de medir y una cuerda, ante un árbol. ELÁRBOL DE LASABIDURÍA Del árbol emana la esencia de lo creado; en él se perpetúa el milagro de la vida; sintetiza el saber univer- sal, nutre de sabiduría al hombre. El árbol de la Ciencia representa, fuente que mana bajo un árbol, sim- bolizando el “centro”, de donde bro- ta la fuerza vivificante elemental; un tema, por lo demás, bastante fre- cuente en la decoración de mosaicos cristianos, donde aparece la copa o el vaso del que surge el árbol de la vida, como se observa, por ejemplo, en el mosaico de Theodoulos (Tuni- cia). Sería interminable la relación de re- presentaciones del tema del agua. Aparece concebida como viático o fuerza vital, en un relieve asirio, de hacia 2400 a.C., en el que aparece el dios elamita, en posición sedente y tocado con cuernos, portando un vaso de donde fluye una corriente de agua; escena que se repite en una árbol de la sabiduría
  • 46. en efecto, la máxima reserva de energía, la fuente del conocimien- to. Valores éstos que no es posible aprehender salvo a costa de arrastrar grandes riesgos. El esfuerzo por adquirir el fruto de la sabiduría, se concreta en cierta prueba, que el elegido, el héroe, o, simplemente, el hombre, asume, con frecuencia, en el contexto de las cosmogonías, e, incluso, en los sim- ples relatos populares. El Adán bí- blico trata de probar y probarse a sí mismo en la adquisición de un cierto gradodesabiduría.Paralograrlo,era menester coger la fruta prohibida. Episodio éste que, se repite también en el árbol del Jardín de las Hespé- rides, cuyos frutos de oro, Hércules trata de alcanzar y que simbolizan “la dificultad de la sublimación”. Tales árboles, dotados de cualida- des inmanentes, gozan de carácter sagrado; manzanos, en unos casos, olivos en otros, son arropados por una apariencia vulgar que, a primera vista, los hacen irreconocibles -críp- tica- excepto para los referidos espí- ritus iniciados. El árbol deja de ser, así, un mero ins- trumento creativo -los dioses escan- dinavos hicieron nacer, del tronco de un árbol, a la primera pareja hu- mana, y, los primitivos habitantes de la Italia Central, los aborígenes, se consideraban hijos de los árboles-, para representar una forma de cono- cimiento de orden superior, el más preciado tesoro para el hombre. El riesgo es insoslayable: según se dijo antes, el logro de un objetivo de alta significación, entraña un es- fuerzo especial, que, a veces, con- duce al destierro o a la muerte y, de cualquier modo, ha de realizarse en una situación de enfrentamiento con algún ente debelador de la fuente de la sabiduría. La posesión del Conocimiento va ligada, en todo caso, a la idea de poder. No es extraño, pues, que los intentos por apoderarse de aquel, hayan sido considerados como una forma de subversión de los valores ortodoxos impuestos por la divini- dad. Asociado (el saber), con fre- cuencia, a un árbol, la obtención del conocimiento supone el acceso a un estado superior. Se pueden ci- tar numerosos casos: en la saga del Gran Khan, se habla de un árbol misterioso, el cual, según consigna J. Evola, afirma el poder universal -imperium- a quien llegue hasta él o cuelgue de sus ramas el escudo. Dicho autor indica que la alusión a un árbol seco, en algunas sagas me- dievales, apunta al advenimiento de un período de decadencia de ese im- perium, que, según la tradición, res- taurarían ciertos personajes como el Preste Juan, el reyArturo o Federico II deAlemania. Como el propio Evola señala, dicha imagen remite al tema idealizado de la vuelta a la situación originaria, es decir, a aquella que existía en el Tiempo Histórico Primordial. En esa esperanza nostálgica, se inscribe la alusión a un árbol seco, que, en las sagas medievales apunta al adveni- miento de un período de decadencia que habrá de ser superado cuando llegue el día en que tal árbol rever- dezca, coincidiendo con la idea de un encuentro entre el mítico Preste Juan y el no menos mítico rey Fede- rico, en alguna medida, representan- tes del Poder Supremo -Imperium-, que también, como hemos dicho, asumiría en otro caso el ReyArturo. ELÁRBOL DE LAINMORTALIDAD Para el hombre, el logro de una de- terminada forma de conocimiento ha entrañado peligros. El Árbol del Conocimiento o de la Ciencia, pasa, así, a representarse como deposita- árbol del mundo
  • 47. rio del saber universal, que, en modo alguno, podrá ser desvelado, sin que ello acaree una serie de consecuen- cias indeseables: ese mismo árbol, que crecía junto al de la Inmortali- dad, en el Paraíso, y que, más que ninguna otra cosa, fue codiciado por la primera pareja humana. ¿Qué ocurre luego, cuando, en vez de pro- curar adquirir el don de la inmorta- lidad, el hombre se siente tentado, en cambio, a probar del Árbol del Conocimiento?. La inmortalidad aparece, a través del relato bíblico, como una condición insíta al pro- pio estado virginal del hombre. El conocimiento que el hombre ha ido adquiriendo, a través de la historia, es decir, mediante el estudio y la téc- nica, representa una auténtica libe- ración de la información contenida en el universo, y es posible, merced a una ininterrumpida lucha contra el tiempo. Prescindiendo del episodio bíblico, hallamos diversas referencias a in- tentos de obtención de la inmortali- dad, por parte de diversos persona- jes, en otras cosmogonías: el héroe mesopotámico Gilgamesh, consi- gue arrebatar el fruto del “Árbol de la Vida”, después de luchar contra el dragón que lo custodiaba; sin em- bargo, después, se deja arrebatar el fruto por una serpiente. SOBRE ELLLAMADO ÁRBOLDELIMPERIO Las conexiones que cabe establecer entre el Árbol de la Ciencia y el Ár- bol del Imperio, aparecen dentro de un orden de significados de carácter tradicional, en el sentido de man- tenedores y trasmisores de formas primordiales. Como indica Evola, y en relación con lo que ya hemos apuntado, la presencia del árbol del Imperio, en las leyendas tradiciona- les, se halla en relación con la idea de la recuperación de un poder per- dido, con todo lo que ello conlleva. La restauración del Imperium se presenta así, como una aspiración, como una esperanza, como un deseo de reordenación del mundo cuando éste se halle sometido a la inversión de valores. En cuanto tal restaura- ción, implica la “vuelta” a un estado primordial, en cuya configuración, el árbol, precisamente por su con- dición de “centro” y representación de la divinidad, asume un sentido de unificador universal. El Árbol, y más concretamente el Árbol del Imperio, confiere la soberanía, aso- ciada tanto al poder como a sabidu- ría.Alejandro, el Preste Juan el Gran Khan, y otras figuras regias de ca- rácter universal, son entes suprahis- tóricos, cuya condición dimana, de alguna manera, de los árboles -solar y lunar- representados por el Árbol árbol de la vida
  • 48. de la Ciencia y el Árbol del Imperio, significando, con ello, el “regreso a los orígenes”, la vuelta a ese estado primordial al que ya nos hemos refe- rido. En el ciclo del Grial, aparecen, incluso, referencias al árbol “cen- tral” del Paraíso, retomando, así, una antigua idea de vuelta a los orígenes, a través de la reinstauración del refe- rido imperium. Cabe pensar que las alusiones al Ár- bol del Imperio, en los ciclos legen- darios, naciesen de una readaptación de temas tradicionales, pasados por el tamiz de lo cristianizante; en rea- lidad, el tema del árbol, en cuanto “centro de poder” o, quizá, fuera mejor decir, como dimanante -con- feridor- de poder, puede rastrearse tanto a través de las más antiguas re- presentaciones iconográficas, como de los testimonios escritos. En cuanto al tema del árbol del Im- perio, “centraliza” y resume el con- cepto de poder universal, como he- mos dicho; pero, precisamente poro ello, se trata de una idea relacionada con la capacidad para restablecer un estado de “orden”, opuesto al “caos”; esto es, un regreso al “estado primordial”. ELÁRBOLTRANSFORMADO Hemos anotado oportunamente que el ámbito físico y biológico en que el hombre se mueve, en la Prehis- toria, se presenta marcado por la existencia de una simbiosis perfecta entre los distintos elementos -vivos o no- que lo configuraban. El refu- gio que el árbol proporcionaba a las sociedades prehistóricas, no era, por ello mismo, solamente físico, sino también espiritual y religioso. De acuerdo con la comprensión integral del universo, aspecto éste al que ya hemos hecho referencia, el hombre resultaba ser, de facto, indistinguible de la propia Naturaleza. Como diría Fiedrich Bollnow, al referirse al espacio habitado por el hombre, la relación primitiva, con respecto al espacio, es la del hábitat y no la de la intencionalidad. Para el hombre arcaico, nada hay fuera de la Naturaleza, como nada hay fuera de él mismo. De ahí el que la sociedad arcaica establezca unas relaciones armónicas con el medio circundan- te. El oikos era la casa, el árbol, la cueva, la orilla del río. Sacralizar, pues, el entorno, equivale a sacrali- zar la vida de la propia comunidad. Transformar la materia viva del ár- bol en un elemento cualquiera, de uso diario, exigía el concurso de una técnica más o menos desarro- llada; pero esto, en un estado arcai- co, apenas alcanzaba a significar un cambio morfológico: la materia del árbol originaria, continuaba conser- vando la textura, buena parte de las irregularidades que le eran propias, e incluso, en algunos casos, también el olor propio del árbol del que aque- lla formara parte; en una palabra: la materia del árbol conservaba algu- nas de las características de su natu- raleza originaria, presentes en el ob- jeto que hubiera sido fabricado con ella: el héroe griego Polidoro, hijo de Príamo, muerto por Polimestor, lanzó contra aquél varias jabalinas que luego se transformarían en ár- pilar de Osiris
  • 49. boles. La metamorfosis se produce, igualmente, en el caso de la jabalina lanzada por Rómulo en el Palatino, y que, según la tradición, quedó con- vertida en cornejo, arbusto cuyo ca- rácter sagrado fue sancionado, pre- cisamente, por un acto semejante. MADERAS PRECIOSAS Son numerosas las alusiones que, en las mitologías del mundo antiguo, se hacen a las maderas preciosas procedentes de árboles sagrados; a veces, como ocurre con el madero de la cruz que sirvió de elemento de inmolación a Cristo, el simbolismo llega a trascender, realmente, el he- cho religioso. Se trata, en este caso, de una alusión implícita al “árbol del mundo”, que aparece bajo la forma de una transposición en el Árbol de la Ciencia, o bien en el árbol seco de las tradiciones nórdico-imperiales, leyendas del ciclo artúrico y la lite- ratura del Grial. ElArca de laAlian- za estaría construida con madera del Árbol de la Ciencia, concretamente, con madera de acacia; como el arca que contenía los restos de Osiris, el dios solar egipcio, preceptor de los hombres en los saberes agrícolas; la misma clase de madera también, con la que estaba construida el Arca de las Reliquias, conservada en la Cámara Santa de Oviedo y traída a España, desde Jerusalén, por Santo Toribio de Liébana en el siglo V, se- gún unos, o por viajeros desconoci- dos en el siglo VI, según otros. La relación entre el Arca y la Cruz, en el caso de las tradiciones cristia- nas, es análoga a la relación entre el Arca (de Osiris) y el Pilar de Set, en la mitología egipcia. Sobre este último, Henri Frankfort piensa que representa a la diosa Hathor, fecun- dada por un rey o un dios. Dicho au- tor señala, igualmente, que los restos que contenía el arca/pilar arrojada al ríoNilo,lacualfuerecogidaporIsis, correspondían a Osiris. Hay que ha- cer, no obstante, una puntualización importante: la Cruz y el Arca eran dos cosas distintas para los cristia- nos, mientras que el Pilar de Set y el Arca (de Osiris) se confunden entre sí, vienen a ser la misma cosa. Como sea, no deja de resultar significativo, por el simbolismo que ello encierra, que, en ambos casos, el Arca (cris- tiana) y el Pilar de Set (o arca egip- cia) fuesen elementos transportados por las aguas, antes de llegar a su destino. Entramos, así, en la presentación de un aspecto que juzgamos de interés. Nos referimos al acto ritual de de- positar al recién nacido en una cesta hecha de juncos, de mimbres o de espigas. Dos extremos cabe desta- car: uno de ellos se refiere al contac- to del niño con el árbol, que tiene un sentido y que alcanza, también, por extensión, al habitáculo constituido por el cestillo de mimbre o espigas; Moisés, Dionisios, Tammuz, el mis- mo Jesucristo, son depositados en cestillos confeccionados con ele- mentos vegetales. El orto extremo a destacar, concierne al significado cosmológico de la afinidad entre la Naturaleza y el ser humano, afinidad que disminuye en la medida en que el elemento vegetal vaya siendo so- metido a diferentes fases de manipu- lación por parte del hombre. arca de la alianza
  • 50. “La fantasía, aislada de la ra- zón, solo produce monstruos im- posibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos.” Sin duda en la época que le toco vivir a Goya, la razón era el leit- motiv de los intelectuales, una búsqueda y recuperación de la cultura clásica, que chocaba en muchos aspectos con la hegemo- nía de la religión, las supersticio- nes populares y las formas de go- bierno despóticas sustentadas en monarquías absolutistas. Pero muchos factores de esta épo- ca terminarían con lo que se pasó a llamar Antiguo Régimen Y aquí vamos a observar breve- mente tales hechos de los que Goya en mayor o menor medida fue testigo y pudo plasmar en sus obras. del sucesor Felipe V y mediante diversos tratados o bien tomando partido por uno o por otro, se im- pidió que quien reinara en Espa- ña, lo hiciera también en Francia, además de mermar y dividir el Imperio en que antaño nunca se ponía el sol. Pero dentro de la propia España, también había partidarios de Feli- pe V y partidarios del archiduque Carlos, la mayoría de los últimos estaban en los territorios que an- tes fueron reinos de la Corona de Aragón, aunque realmente, este hecho, no era del todo exac- to, ya que tanto en Castilla había austracistas, como en Aragón y Cataluña había borbónicos, esta circunstancia se debía a que en el Imperio regían leyes diferentes heredadas de los antiguos reinos, y mientras en Cataluña y Valen- cia había una situación en la que El fin de losAustria y principio de los Borbón. Aunque tendría que pasar casi me- dio siglo para que naciera Goya (1746), es im-portante conocer el hecho que aconteció nada más empezar el siglo XVIII. Carlos II, el último rey de la di- nastía de los Austria en España, moría sin dejar descendencia, pero en sus últimas voluntades se pronunció a favor de Felipe V, que a pesar de ser de la dinastía francesa de los Borbones, estaba emparentado por su abuela con el rey español, el otro pretendiente si era de la dinastía de Austria, era el archiduque Carlos, la dis- puta por el trono de España estaba servida, varios reinos europeos, principalmente Inglaterra, temían que el Imperio se ampliase con la inclusión de Francia por parte
  • 51. no interesaba cambiar, en Castilla se esperaba mayoritariamente un cambio. Pero tomar partido por la casa de Austria, pasaría factura a los reinos de la antigua Corona de Aragón, la política más centrali- zada de los Borbones, y en cierto modo, la venganza, por ser leales al archiduque Carlos, les costaría el perder sus fueros. Una vez asentado definitivamente en el trono, Felipe V, tuvo un rei- nado muy firme, pero no exento de levantamientos, sobre todo en Cataluña. Felipe V reinó durante mucho tiempo, pero curiosamen- te, reinó en dos ocasiones. De 1715 a 1724 comenzó su primera etapa, abdicando este último año en su hijo Luis I. Luis I, es un rey casi desconoci- do por su escasa incidencia en la historia de España, solo reinó de enero a agosto de 1724, y en todo momento fue un títere de su padre que no había dejado del todo el poder. Luis I falleció con tan solo 17 años, reasumiendo de nuevo el trono su padre. Las razones de abdicación de Fe- lipe V, no son del todo claras, pero se sospecha que su intención era la de volver a Francia para tomar posesión de su trono. En cual- quier caso, la merma del territorio del Reino de España que ocasio- naron las decisiones tomadas en el Tratado de Utrecht, fueron sub- sanadas en parte por Felipe V que recuperó las posesiones italianas, para que gobernaran los hijos de su segunda mujer, Isabel de Far- nesio, que procedía de Parma, creando así estados satélite, que si bien no ampliaban el Reino, al menos ampliaban su influencia. Además de Luis I, cuyo reinado no tuvo ninguna trascendencia, here- gente en ese momento, el abso- lutismo. El abuelo de Felipe V, Luis XIV de Francia, el conoci- do como Rey Sol, es el ejemplo de muchos reyes de la época. Los reyes absolutistas, elimina- ron muchos de los privilegios de los antiguos señores feudales, convirtiéndoles a la postre en cor- tesanos ociosos, con muchos pri- vilegios respecto al pueblo llano, pero sometidos a la ley y gobier- no del rey. Un noble ya no tenía potestad para gobernar ni dictar leyes aunque si tenía prerrogati- vas en su feudo, pero nunca po- drían contravenir las directrices del monarca, ahora tenía que obedecer los dictados reales, y su máxima expectativa política era ser ministro o consejero real, que no era ninguna minucia, pues en algunos casos podían ser validos, que eran los que gobernaban el reino en la práctica, ya que mu- chos monarcas llevaban una vida ociosa, pero en cualquier caso, el que tenía la última palabra, era el rey, todo dependía de la habilidad del valido y de la mentalidad del rey, que podía estar más o menos implicado en la política del estado. Un ejemplo de esta situación es la frase atribuida a Luis XIV; L’État, c’est moi (El Estado soy yo), que a pesar de que esa era la realidad, no hay constan- cia de que la dijera realmente. La Ilustración de la que hablare- mos más adelante, hizo replantear algunos aspectos en el gobierno de los monarcas. Muchas monar- quías europeas optaron por me- jorar la vida del pueblo, una me- dida inteligente, que no buscaba cambiar el sistema si no cambiar algunas situaciones para evitar tensiones que podrían provocar dó el trono el hijo de su primera mujer, Fernando VI, hermano me- nor del anterior, y posteriormente, el de su segunda mujer, Carlos III, del que hablaremos más tarde. En este periodo que va desde el reinado de Felipe V a Carlos III, se hicieron grandes innovaciones como crear las Reales Academias de la Lengua, Las Artes, la His- toria... Un hecho curioso, respecto al odio que generó Felipe V du- rante la Guerra de Su-cesión y su reinado en algunas zonas de España es el de poner su retra- to colgado al revés, como su- cede en el Museu de l’Almodí de Xàtiva población que fue quemada durante este conflicto. El absolutismo y el despotismo ilustrado. La dinastía de los Borbones es el más fiel exponente de la for- ma de gobierno que estaba vi-
  • 52. revueltasyquetodosiguieraigual. Se realizaron obras que embe- llecieron las ciudades y que me- joraban las condiciones de salu- bridad notablemente, con el fin de mantener al pueblo contento, pero en ningún momento se con- taba con la opinión de éste. Es lo que se definió como despotis- mo ilustrado. Todo para el pue- blo, pero sin el pueblo, esa era la frase que definía este régimen. Luis XIV, dispuso, la construc- ción del Palacio de Versalles, ejemplo de la fastuosidad de su reinado, y modelo para otras mo- narquías de la época. Su políti- ca dio gran esplendor a Francia en todos los sentidos, dando lu- gar a figuras tan brillantes como Molière y Racine entre otros. En este ambiente intelectual tan floreciente, surgieron las princi- pales figuras de la Ilustra-ción. Los tapices tenían una impor- tancia muy destacable para los artistas de aquella época, pues muchos de ellos, como Goya, comenzaban trabajando para la Corte, realizando cartones, que servían para realizar tapices Estos tapices, reflejaban el ideal de felicidad que querían ver en la Corte, ya que lejos de reflejar la realidad, ofrecían un mundo ideal en algún caso denominado Arcadia, en el que se podían ver al pueblo en situaciones bucó- licas y exentas de sufrimiento. En este cartón para tapiz rea- lizado por Goya vemos a dos “campesinos” sentados, disfrutando de la cosecha. Estos personajes son los que se denominarían majos o ma- jas, una representación ideal del pueblo español, que estaba muy en boga en la Corte de Madrid. Pero Goya hacía esto para po- der trabajar en la corte, a él este mundo ficticio no le gusta- ba nada y prefería expresar en sus pinturas la realidad, paro- dias crueles y esperpénticas de la realidad o mundos imagina- rios que atormentaban su mente. En estos cuadros que pintó Goya, el idílico ambiente de los tapi- ces se torna en la realidad que Goya prefería plasmar a modo de protesta y que algunos ami- gos ilustrados le demandaban.La vendimia, Goya Palacio de versalles
  • 53. La educación se basaba en un te- mor reverencial al maestro, que obligaba a los niños a aprender la lección no por el interés que les pudiera inspirar las palabras del profesor y el gusto por aprender, sino por el temor a recibir una En este cuadro vemos a niños ju- gando, de diferentes clases socia- les, yendo muy mal vestidos los pobres, cosa que los tapices no reflejaban nunca, y peleando por la botella de vino que se ha roto. paliza.. Los niños jugaban, pero lejos de lo que se quería ver en la Corte, también peleaban, y esto se debía en parte al alcoholismo infantil que en aquellos tiempos causaba estragos.
  • 54. La Ilustración y el Neoclasicis- mo. El movimiento intelectual que se conoce como Ilustración cuajó en el siglo XVIII, con la creación de La Enciclopedia, por Diderot y D’Alembert en donde colabo- raron pensadores como Mon- tesquieu, Rousseau y Voltaire. Aunque ya existían corrientes de pensamiento similares en el siglo XVII, el momento decisivo de la Ilustración fue el XVIII. Los ilustrados, defendían el racio- nalismo, frente a la fe que había guiado la vida de la sociedad me- dieval y la idea de que todo gira- ba en torno al Hombre frente a la religión, que decía que todo gira- ba en torno a Dios. Estas ideas ya aparecieron en el Renacimiento, pero, el inmenso poder de la Igle- sia, no podía permitir que esas ideas tuvieran difusión, y las per- siguió con dureza, consiguiendo que éstas no llegaran a triunfar hasta mucho mas tarde. Un ejem- plo de esto es el de Galileo al que obligaron a abjurar de su teoría heliocéntrica. Ellos basaban sus ideas en la ra- zón, que pretendía acabar con tra- diciones absurdas, supersticiones y tiranías, en definitiva con irra- cionalidades. Intentaban acabar con el absolutismo, para impo- ner un nuevo régimen, llegando a conseguirlo con éxito con la Independencia Americana y la Revolución Francesa, en otros ca- sos consiguieron suavizar algunas actitudes despóticas de los gober- nantes. Estas ideas, desarrollaron la cien- cia, convirtiéndola en lo que es hoy en día, es-tableciendo mé- todos estrictos que convirtieron una ciencia primitiva e inexacta, en la que se llegaba a conclusio- Mengs hizo creer con este cuadro a su amigo Winckelmann que se trataba de una pintura pompeyana que representaba a Zeus con Ga- nímedes, el copero de los dioses, siendo íntegramente obra suya. Winckelmann murió sin descu- brir la verdad y la incluyó en sus tratados como obra de la época clásica. El Neoclasicismo cuidaba mucho las proporciones del cuerpo hu- mano y daba una expresión muy serena a los personajes retratados, era un estilo muy perfeccionista y sereno, hasta la frialdad en algu- nos casos, frente a la teatralidad barroca, que ya comenzaba su decadencia en los tiempos en que Goya se estaba formando. Goya nunca se decantó por ninguno de estos estilos creando su estilo pro- pio y usando unas ideas u otras según lo que él quería plasmar. Los artistas neoclásicos reivin- dicaban la intelectualidad de su trabajo, ya que los pintores y escultores hasta entonces se les clasificaba como artesanos, igual que los alfareros, carpinteros, al- bañiles, etc. Ejemplo de ello, era que en siglos anteriores el propio Velázquez, que consideraba que merecía per- tenecer a la Orden de Santiago, no pudo hacerlo pues no era noble ni se le clasificaba de intelectual, por lo que, dijo que, debido que trabajaba para el Rey, tenía la su- ficiente categoría social para ello, y así fue admitido, pero no por pintor. El cuadro de las Meninas lo pintó con anterioridad a su admisión en la Orden, pero, cuando lo consi- guió, lo retocó pintándose en el pecho la Cruz de Santiago nes probando técnicas inexactas que con suerte daban resultados acertados, en una ciencia metódi- ca que no da por sentado nada si no es demostrable de una forma fidedigna, y que desestima, los re- sultados obtenidos de una manera inexacta.. Se admiraba en esta época, la filo- sofía clásica, su ciencia y su arte, y el Neoclasicismo fue la corrien- te artística que más predicamento tenía en este ambiente ilustrado. Este estilo, bebía de las fuentes grecorromanas, estableciendo como perfecto el canon de belle- za clásica, en una época en que se estaban descubriendo impor- tantes yacimientos arqueológicos como los de Pompeya y Hercula- no. Unos principales precursores de este estilo artístico fueron el historiador Winckelman y el pin- tor Mengs, este último era pintor de Carlos III y estaba a cargo de la dirección artística de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bár- bara, coincidiendo durante algu- nos años con Goya que en aquel momento aún no era bastante co- nocido.
  • 55. El gobierno en España y las in- fluencias de la ilustración. En España, la Ilustración entró con mucha dificultad, las refor- mas que se hicieron, no pasaron de ser superficiales. La tradición católica estaba férreamente asen- tada y la Inquisición con el apo- yo de la realeza se encargaba con vigor de que esta situación se mantuviera en los temas religio- sos y sociales, por otra parte, los nuevos monarcas borbónicos que apreciaban mucho el arte y eran grandes mecenas, mejoraron las infraestructuras y embellecieran las ciudades. Carlos III fue un buen ejemplo de ello, transfor- mando como es bien conocido, la Villa y Corte de Madrid. Pero no hay que olvidar que muchas de las medidas tomadas por los mo- narcas eran claramente despóticas y no olvidando que muchas eran beneficiosas para el pueblo la ma- yoría se decidían sin preocuparse de si el pueblo las quería o no. en boga en otros países europeos y no permitía pasar tan desaper- cibido. Pero la verdadera ilustración es- pañola apareció con figuras como Jovellanos entre otros. Personaje al que retrató Goya, y con el que a partir de entonces comenzaría una trayectoria ascendente, retra- tando, numerosos burgueses, no- bles e incluso a los reyes. Aumentó notablemente la pobla- ción, aunque no la esperanza de vida que era de unos 30 años, siendo el caso de Goya extraordi- nario, que a pesar de su enferme- dad llegó a los 82 años, las cau- sas fueron la disminución de la mortalidad infantil y el desarrollo agrícola e industrial, en España también descendió la emigración a América y también descendió la persecución por motivos religio- sos. Se quiso llevar a tal punto la transformación, que ocurrieron sucesos, como el Motín de Esqui- lache, cuyo detonante fueron las normativas que este ministro (Es- quilache) de Carlos III, impuso sobre la indumentaria de los es- pañoles, obligándoles a cambiar su vestuario por otro al que no estaban acostumbrados, aunque es sabido que las razones de este motín, no fueron solo estas, sino el encarecimiento de los bienes básicos, el hambre causado por unas malas cosechas y que estas normas vinieran impuestas por un ministro extranjero, Esquilache era italiano. La reforma tenía como fin el de conseguir una mayor seguridad en las calles, y por eso se prohibió vestir con capas largas y chamber- gos (sombreros de ala ancha), con los que se podía ocultar el rostro fácilmente y esconder armas y se impuso la capa corta y el sombre- ro de tres picos, que estaba más imagen del Motín de Esquilache, pintada por Francisco de Goya. después del motín, la norma fue eliminada y Esquilache destituido.
  • 56. En España la agricultura, no dio más producción por su moderni- zación sino por la ampliación de tierras de cultivo. Los ministros ilustrados llevaron a cabo obras de mejora de la in- fraestructura, como el Canal de Castilla, o el Imperial de Aragón. Se repobló Sierra Morena, que estaba muy despoblada desde la expulsión de los moriscos. Y mi- nistros como el Conde de Aranda vieron frustrada su intención de conceder tierra a los jornaleros, por la fuerte oposición de nobles y eclesiásticos que aún siendo en muchos casos baldías, les perte- necían y no querían desprenderse de ellas. Jovellanos elaboró un informe que dio lugar a la política preten- dida por Aranda. El Estado creó las “Fábricas Rea- les”, que tenían como misión ser- resto del Pueblo. En la convocatoria de 1789, el Tercer Estado, compuesto por la Burguesía, que cada vez era más abundante y culta, y que estaba influida por las ideas novedosas de la Ilustración protestó por la injusticia que suponía el tener cada Estado la misma representa- ción, ya que la Nobleza y el Clero, siempre solían estar de acuerdo, frente al Tercer Estado, ganando siempre en todas las votaciones, y haciendo que nada cambiara. Por razones de malas cosechas la población estaba padeciendo una hambruna, llegando a esca- sear algo tan básico como el pan y al no ponerse de acuerdo en las políticas que querían solucionar estos problemas, el Tercer Estado formó la Asamblea Nacional, a la que se unieron algunos miembros del bajo clero y nobles liberales. La Asamblea Nacional se com- prometió a no disolverse hasta que Francia tuviera una Consti- vir de modelo para la iniciativa privada, ya que el aumento de la población demandaba más pro- ductos manufacturados, pero no eran rentables y no cumplieron su propósito. Sin embargo en Cata- luña, si se desarrolló con un éxito aceptable la industria textil, pero el desarrollo no era ni la sombra de lo que ocurría por ejemplo en Gran Bretaña. El Estado ayudaba a la industria española, con medi- das proteccionistas, ya que no te- nía el suficiente éxito económico. La Revolución Francesa. Los Estados Generales eran una asamblea convocada por el Rey de Francia, que estaban organi- zados, en tres partes y cada una con un voto; el Primer Estado, representando a la Nobleza, el Segundo, representaba al Clero y el Tercer Estado representaba al Jovellanos retratado por Goya La Libertad guiando al Pueblo, cuadro de Delacroix
  • 57. tución (Juramento del Juego de Pelota). El 14 de julio, el pueblo se sublevó ante la amenaza de Asaltar la Asamblea por parte de tropas reales, tomaron la cárcel- fortaleza de la Bastilla, ya que en ella había presos políticos. La revolución se extendió pronto a todo el país, levantándose los campesinos contra los privile- gios feudales de los señores y la Asamblea abolió los privilegios y el régimen feudal. En el mismo mes de agosto se proclamaron los Derechos del Hombre y el Ciuda- dano, que fueron los fundamentos en que se basó la creación de la Constitución. Dicha declaración defendía los principios de igual- dad, libertad, el derecho inviola- ble a la propiedad y la soberanía de la nación y no exclusivamente del monarca como hasta enton- ces. Aunque al principio se pensó en una monarquía parlamentaria, sistema que funcionaría con éxito en Gran Bretaña, pronto las dife- rencias entre los feuillants, parti- darios de esta primera opción y los jacobinos que preferían una república, dieron lugar, a perio- dos muy turbulentos. Se estableció la Asamblea Legis- lativa, pero a la postre, las deci- siones se tomaban en los Comités Revolucionarios y en la Comuna de París, con mayoría jacobina. Países comoAustria y Prusia, ante el cariz de los acontecimientos, tomaron la decisión de proteger a la monarquía francesa, temien- do que la revolución les llegara a ellos también, lo que provocó ma- yor hostilidad hacia el rey, por la intervención extranjera. Finalmente la Asamblea Legis- lativa fue disuelta, una nueva mente. Se instauró el Directorio y con él, la nueva Constitución, la de 1795, menos avanzada que la de 1793, manteniendo el regimen republicano y la separación entre Iglesia y Estado, pero eliminando algunos avances sociales como el sufragio universal. El directorio se enfrentó a revuel- tas populares, pues los cambios que se preveían en la revolución, no eran tan drásticos como espe- raban muchos, y también golpes de Estado surgidos de diferentes corrientes políticas, hasta que Na- poleón Bonaparte dio el definiti- vo y se proclamó cónsul, acaban- do al fin con la revolución, pero manteniendo los principios que la promovieron. Asamblea denominada Conven- ción proclamó la Republica en septiembre de 1792. La tesis ja- cobina de Robespierre determinó juzgar y guillotinar a Luis XVI. Este recrudecimiento movilizó una coalición de países para lu- char contra Francia. La Conven- ción redactó una nueva constitu- ción mucho más democrática y tomó una serie de medidas entre las cuales destaca la de crear un ejercito de un millón de personas para defender la revolución de los peligros externos o internos. Pero la revolución aún se compli- có todavía más, la preocupación ante las alianzas que se estaban formando en Europa para frenar- la, hizo que se produjeran ten- siones entre los propios revolu- cionarios, y esto desencadenó un periodo que se denominó El Te- rror (1793). Los jacobinos se radi- calizaron cada vez más, y grupos formados por los grupos sociales más pobres (sans-culottes), acu- saban a los girondinos, escisión de los jacobinos más moderada, de demasiado moderados e inclu- so de traidores. Muchos girondi- nos fueron ejecutados. En este caos, los jacobinos aca- baron siendo victimas de su pro- pia política, siendo guillotinados algunos de ellos, debido a sus excesos. Entre ellos el propio Ro- bespierre, con cuya ejecución en julio de 1794 acabó el periodo del Terror. Finalmente los girondinos toma- ron el poder pero esto no terminó de estabilizar Francia, se suce- dieron revueltas populares que se vieron reducidas, la burguesía moderada había tomado el con- trol de la revolución definitiva- Napoleón como primer cónsul
  • 58. Pero no nos olvidamos de Goya, en aquel entonces el pintor ya empezaba a padecer los síntomas de una enfermedad que le había dejado sordo, al parecer, el uso del plomo en las pinturas, había desarrollado lo que se denomina saturnismo, produciendo daños irreversibles en el cerebro y esto le provoco con el tiempo su sor- dera y su demencia, su estado de animo era muy variable, no se sabe si debido al saturnismo o a sus genes, ya que se sabe de fami- los desmanes que se estaban de- sarrollando producían gran temor Se dice de una de las obras de Cá- diz que a pintó cuando se enteró de la ejecución de Luis XVI, El naufragio En estos momentos, por el tema de la obra y por el desgarro que muestra en ella, se puede dedu- cir que Goya se encontraba ator- mentado por sus pensamientos. No se puede saber si la ejecución del monarca le afectó, pero des- de luego su animo era claramente sombrío. Las ideas de Goya coin- cidían mucho con las de la Ilus- tración que promovió la Revolu- ción, pero sus formas le parecían tan crueles que no terminaban de gustarle del todo. No es que la monarquía fuera muy del gusto de Goya, pero había acontecimientos que producían la zozobra y la preocupación a cual- quiera que tuviera un mínimo de sentido común. La familia del Infante Don Luis. En esta composición de Goya, donde el mismo se autorretrata, podemos ver una serie de perso- najes que tuvieron una relación muy importante para Goya y que llegaron a jugar un papel impor- tante en la historia. Carlos III, temiendo que su her- mano menor, que tenía ideas li- berales y llevaba una vida llena de juergas, pudiera optar al trono tras su muerte, y lo forzó a que se casara con una dama zarago- zana de familia adinerada pero de la baja nobleza, declarándose este matrimonio morganático, es decir, perdiendo el derecho a ac- ceder al trono, por casarse con liares suyos que acabaron sus días en el manicomio de Zaragoza, pues bien, durante las temporadas que pasó en Cádiz en casa de su amigo Sebastián Martínez, para recuperarse de sus males, realizó una serie de pinturas en hojalata en la cuales se podía ver su estado de animo con bastante claridad. Muchos de los acontecimientos de la Revolución Francesa suce- dieron en esta época, y aunque se movía en ambientes ilustrados y el mismo tenía ideas ilustradas, El naufragio, de Goya
  • 59. una persona que no era de fami- lia real o de la alta nobleza. En este cuadro podemos ver en el centro a ambos, a Doña Teresa de Vallabriga y al Infante Don Luis Antonio de Borbón, el ambiente es distendido, cosa poco habitual en los retratos de la época, que eran mucho más formales. A ella la están todavía peinando y él se entretiene jugando con las cartas, mientras los cortesanos les atien- den. Goya aparece pintando a la izquierda y tanto el Infante, como su hijo, el niño que hay detrás de él, Luis María, a la izquierda, es- tán de perfil, tal y como figuran los reyes en las monedas, guiñó del pintor, en el que de una mane- ra sutil, manifiesta sus preferen- cias. El Infante niño, va de azul, color de los borbones que tienen derecho al trono, de hecho. Don Luis Antonio, tenía una for- mación española, mientras que Carlos IV, hijo de Carlos III, se había educado en Italia, esto, era un obstáculo, para Carlos IV, y la posibilidad de conseguir el trono para Don Luis Antonio. Pero ya se encargó Carlos III de eliminar a Don Luis de la línea sucesoria, enviándole con su pequeña corte a Arenas de San Pedro, en Ávila, tras su matrimonio morganático y perdiendo el apellido Borbón, él y sus sucesores. El Infante Luis María, que toma- ría en un principio el apellido Va- llabriga, ya de adulto, dirigiría la regencia, durante el tiempo de la expulsión de los franceses, de la que hablaremos más adelante, y hasta que Fernando VII volviera a España. Tanto él como su padre tenían el título de Cardenal, ya que en aquella época era un car- go político más y no se requería jurar los votos sacerdotales para ello, sin embargo Luis María al contrario que su padre si tomo las órdenes sacerdotales. Maria Teresa, la niña mayor, he- redó el título de condesa de Chin- chón que también tenía su padre y se casó con Godoy, personaje político de gran relevancia. Goya tenía un aprecio por ella muy La familia del infante don Luis de Borbón
  • 60. grande, y le haría uno de los más hermosos retratos, al igual que a sus hermanos. Maria Luisa, la niña pequeña, se casó con Joaquín José de Melga- rejo y Saurín, noble murciano que medró durante el reinado absolu- tista de Fernando VII Los tres hermanos, que perdieron con su padre el apellido Borbón, por orden de Carlos III, lo recu- peraron, con su hijo Carlos IV, mucho más benévolo. Napoleón y la Guerra de Independencia. En 1800 Napoleón Bonaparte es el Primer Cónsul de Francia y actúa militarmente contra las na- ciones enemigas de la Revolución les, aunque mantuvo el control de la prensa y censuró obras litera- rias y teatrales, la enseñanza y las bellas artes. Desarrolló económicamente el Imperio, pero a pesar de los im- puestos, le costaba mantener el ejercito frente a las amenazas ex- ternas. En Rusia, perdió muchos hom- bres sin que los rusos les hicieran frente, debido a que en un país tan enorme se retiraban dejando las ciudades y pueblos vacíos de per- sonas y alimentos y los franceses morían de hambre y frío. La reina Maria Luisa, mujer de Carlos IV, tenía en el ministro Godoy a un favorito, y forzó que se casara con Maria Teresa de Borbón, de la que hablamos an- tes, esto por otra parte impulsó la carrera religiosa de su hermano Luis María. (Gran Bretaña, Prusia, Austria, etc.) En 1812, la mayor parte de Europa está Gobernada por los Bonaparte, o unida al imperio por alianzas pero las guerrillas de Es- paña o la tierra quemada en Rusia le superaron. En 1815, fue definitivamente de- rrotado en Waterloo (Bélgica). En 1802 la Constitución nombra- ba a Napoleón cónsul vitalicio, permitiéndole elegir su sucesor, en diciembre se nombraba empe- rador, con el beneplácito del Se- nado y la ratificación del pueblo. Se esperaba que la República se fortaleciera y evitar conjuras rea- listas. A partir de entonces el imperio se modernizó, creando un Códi- go Civil, que tardó en elaborarse 4 años quedando terminado en 1804. Impulsó leyes muy libera- retrato de Manuel Godoy
  • 61. En 1807, Godoy permitió a Na- poleón pasar con sus ejércitos por España para ocupar Portugal, que colaboraba con Gran Bretaña, que tras su conquista, sería en teoría repartido entre España y Francia, pero las tropas francesas no solo no tomaron Portugal sin que se instalaron en España, lo que creo un desconfianza que acabó con motines populares y encarcelando a Godoy, provocó la abdicación de Carlos IV y la huida de toda la familia real a Bayona. El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se levantó, pero la re- presalia francesa no se hizo espe- rar sin que la Junta de Gobierno nombrada por Fernando VII, me- diara en el asunto. El levantamiento ya era impara- ble y se extendió por toda Espa- ña, mientras el Rey capitulaba y la Junta de Gobierno resultaba inoperante. El 10 de mayo, Fer- nando VII abdica en Napoleón y este a su vez otorga el trono a su Gubernativa del Reino presidida por Floridablanca coordinaba a todas las formadas en el resto de España. Dicha junta no tenía sede estable, terminando finalmente en San Fernando (Cádiz), hasta que se disolvió en 1810 dando paso a una regencia donde tuvo un papel importante Luis María de Bor- bón, aboliendo la inquisición. Y hermano José. Algunos intelectuales, burgue- ses ilustrados, nobles y oficiales crearon juntas, que apoyaban al pueblo sublevado, la Junta de As- turias, por ejemplo, solicitó ayu- da a Gran Bretaña, que la prestó, entrando por Cádiz, lugar que nunca llegaron a ocupar los fran- ceses. La Junta Central Suprema El tres de mayo de 1808 maja desnuda
  • 62. en 1812 en las Cortes de Cádiz se promulga la primera Constitu- ción, inspirada en la francesa de 1791. De los que se enfrentaron o no a los franceses había tres grupos absolutistas y li-berales y los libe- rales afrancesados. Los primeros deseaban la vuelta de Fernando VII, como rey abso- luto, con todo su poder. Los libe- rales por el contrario, opinaban que ya que el rey se fue, no hacía falta que volviera, y además, aun- que admiraban las ideas liberales francesas, querían que se marcha- ran dejando España en manos de los españoles, ya que ellos, sin la ayuda de ningún monarca habían hecho frente a la situación. Por el contrario los afrancesados, veían en José I, la mejor opción para España, ya que las leyes que impuso, eran mucho más benig- nas y liberales que las que pudie- ra traer Fernando VII. Y de hecho lo fueron. Pero los desmanes de la soldadesca francesa, y el odio que generaba ser dominados por un ejercito extranjero, acabó ex- pulsándolo y con los franceses se tuvieron que exiliar también los afrancesados. pincel las más notables y heroi- cas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el ti- rano de Europa”. Le concedieron 1500 reales mensuales, gastos de pintura a parte, mientras estuvie- ra ejecutando tales obras, que son las de “El dos de mayo de 1808 o La Carga de los Mamelucos en la Puerta del Sol” y el “Tres de mayo: los fusilamientos de la Moncloa” (1814 ambos). Sobre la guerra desde, 1810 a 1820, Goya crearía posteriormen- te una serie de grabados donde se representaba tanto la crueldad y barbarie de la guerra, como el arrojo de los espa-ñoles frente al ejercito más poderoso de la épo- ca. En este último vemos a una mu- jer, esto llegó a ser habitual pues en las ciudades sitiadas, casi no quedaban hombres que estaban en otros frentes, y muchas veces las mujeres, hacía frente como po- dían, arrebatando las armas a los muertos o arrojando cuanto obje- to contundente tenían a mano, co- nocidos son los casos de los sitios de Zaragoza y Gerona, además del de Cádiz, que, ya hemos dicho que nunca fue tomada, gracias en parte a la ayuda británica. De Goya nunca se supo a que grupo pertenecía, pues nunca se pronunció, pero sus amistades se contaban entre los liberales y los afrancesados. En el trono , Fernando VII en 1808, se le solicitó a Goya un re- trato del monarca para su sala de juntas (1808). Hubo de resolverlo en “solo tres cuartos de hora en dos sesiones del natural y no lo puedo entregar personalmente, pues tras el primer sitio francés de Zaragoza fue llamado en octu- bre por el general Palafox a ver y examinar las ruinas de aquella ciudad, con el fin de pintar las glorias de aquellos naturales, a lo que no me puedo excusar por interesarme tanto en la gloria de mi Patria”. La guerra le obligó a marcharse a Fuendetodos. En 1809 se vio obligado a volver a Madrid, pues José I exigía a los servidores de palacio que estuvie- ran en la Capital, si no querían perder su puesto y pertenencias. Por sus servicios el monarca le otorgó la orden real de España. En 1812 queda viudo El 24 de febrero de 1814 solici- tó ayuda económica al Consejo de Regencia, presidido por Luis María de Borbón con el “ardiente deseo de perpetuar por medio del
  • 63. La Restauración. Fernando VII regresa a España en 1814, con las tropas francesas aún en el país, y la Constitución de Cádiz aprobada en 1812 Los absolutistas, animaron al monarca a recuperar los poderes absolutos. El 4 de mayo de 1814 firmó decretos que anulaban la Constitución y demás legislación de las Cortes Gaditanas. Los miembros de la regencia y los liberales que consiguieron huir se les apresó. Goya salió indemne, demostrando que no portó la Orden que le otor- gó José I, y demostró su no adhe- sión al gobierno intruso y que no ofreció sus servicios para él. Se recuperó la Inquisición, y se suprimió la libertad de prensa. Fueron unos años caóticos, pues los ministros eran incompetentes, las colonias americanas se suble- varon y debido a la pasada guerra y al asunto colonia, España entro en una grave crisis económica. Los militares liberales se pronun- ciaban para restaurar la Constitu- ción, y en las logias masónicas y sociedades secretas se conspira- ba. El coronel Riego, tuvo al fin éxito en 1820, extendiéndose el levan- tamiento a La Coruña, Zaragoza, Barcelona, Pamplona y Madrid. Fernando VII se vio obligado a jurar la Constitución. Durante los siguientes tres años, se llevó una política liberal mode- rada, para no alarmar a los secto- res más reaccionarios ejército de los liberales españoles tuvo que rendirse. Y recuperado el poder por los absolutistas, al- gunos pudieron exiliarse. Temiendo ser alcanzado por la represión contratos liberales, se deshizo Goya de sus bienes dán- doselos a su nieto entre ellos la famosa Quinta del Sordo don- de vivió sus últimos años en las cercanías de Madrid y al año si- guiente se refugió en Madrid en casa del sacerdote oscense, José Duaso y Latre, que fue diputado en las Cortes de Cádiz y a quien retrató en agradecimiento. El 2 de mayo de 1824, se declaró una amnistía general, y Goya pi- dió permiso al rey para ir a tomar las aguas minerales de Plombières “a fin de mitigar las enfermedades que le molestan”, pero en realidad se dirigió a Burdeos, en seguida se fue a visitar París, y en septiem- bre vuelve a Burdeos. En 1826, pide la jubilación al monarca, y quedo libre para vivir definitiva- mente en Burdeos sin necesidad de pedir permiso. En Burdeos, ya muy achacoso y anciano siguió haciendo retratos a sus amigos y grabados diversos entre ellos uno que dice mucho de su situación. A finales de marzo de 1828, acu- de a Burdeos su nuera y su nieto, y fallece en la noche del 15 al 16 de abril. Sus restos se inhumaron en la tumba de su consuegro, Martín Miguel de Goicoechea, muerto 3 años antes. En 1919, los restos indiferenciables de ambos se tras- ladaron a la ermita de San Anto- nio de la Florida, lugar en el que todavía reposan. Entre los liberales, cundió la pre- ocupación, por que los absolutis- tas se preparaban para levantarse, y se formaron dos grupos, los “moderados”, más prudentes y los “exaltados” que querían refor- mar más rápidamente el estatus del rey. Los absolutistas se levantaron en Cataluña, Navarra, Galicia, País Vasco, La Rioja y Aragón, en agosto de 1822 se creó una Re- gencia Suprema de España con sede en Urgell, que exigió que el país liberara al rey. En abril 1823, la Santa Alianza, formada por Austria, Prusia y Ru- sia, envió a España los Cien Mil Hijos de San Luis, con motivo de frenar las ideas liberales. El Fernando VII
  • 64. Imaginemos caminar entre las ca- lles del Valladolid del siglo XVI, una ciudad pletórica, en constante evolución con importantes refor- mas llevándose a cabo, se levan- taban enormes edificios (palacios, conventos, iglesias) la ciudad no descansaba, quedaba mucho por ha- cer. Y es que nos encontramos en la perla del reino, la capital política y administrativa de un reino converti- do en imperio que dominaba medio mundo y al que el otro medio rendía honores. Valladolid fue repoblada por el con- de Ansúrez durante el siglo XI por orden del rey Alfonso VI de León y Castilla, durante los siglos siguien- tes la ciudad crecería de una forma espectacular asentando en ella su residencia varios monarcas, y le fue- ron concedidos multitud de privile- gios, lo cual mejoró enormemente el nivel económico y social de la tercios españoles que sembraban el terror entre sus rivales con solo ser nombrados (llegando a ser acuñada la conocida frase “españoles en el mar quiero y si es en tierra san Jor- ge nos proteja” pronunciada por un oficial británico), hizo que España se convirtiese en la potencia mun- dial del momento. Toda esa serie de éxitos y riquezas hicieron que, al igual que en el resto del país, se viviese una gran euforia y como si de una imperiosa necesi- dad se tratase se levantaron multitud de edificios y monumentos. Uno de los más portentosos proyec- tos fue el que se pretendía llevar a cabo en la ciudad, la construcción de una catedral, enorme y moderna que como veremos más adelante serviría de ejemplo para otras muchas y so- bre la que nos centraremos. Como ya he comentado, la ciudad ciudad. Afinales del siglo XV se había con- vertido en una de las ciudades más importantes del reino, un reino (el de Castilla) que tras la finalización en el año 1492 de la reconquista ce- rraba un largo periodo de la historia de España que había durado casi 8 siglos durante los cuales se había in- vertido gran parte del esfuerzo eco- nómico y humano en la conquista de estas tierras. Por lo que ahora Cas- tilla, ya convertida en España tras la unión de los Reyes Católicos, podía dedicarse a otros menesteres como fueron la exploración y conquista de nuevas tierras en el recién descu- bierto continente americano. Estas nuevas tierras reportaron una enorme riqueza a la corona, otorgan- do al reino un enorme poder econó- mico que sumado a una suerte de herencias territoriales y al elevado nivel del ejercito, con los afamados
  • 65. había ido creciendo y adquiriendo importancia. Esa importancia vino de la mano de la construcción de diferentes iglesias y colegiatas que se fueron levantando a antojo de los reyes que las mandaron levantar. La primera de ellas es la colegiata de Santa María, erigida por el pro- pio Pedro Ansúrez; de la construc- ción original apenas se sabe nada, pues menos de un siglo más tarde sería sustituida por otra colegiata, este segundo templo duró algo más, llegándonos hasta hoy día parte de sus restos, anexos a la actual cate- dral. Contaba con un claustro que fue desmantelado en el siglo XVII con motivo de las obras de la cate- dral, la cual aprovechó parte de la edificación como cimientos y del cual se decía (según palabras deAn- tolinez de Burgos) que era “él uno de los más suntuosos y lúcidos del reino: todo lleno de imágenes de La Catedral de Juan Herrera El diseño de una nueva colegiata, que posteriormente adquiriría el rango de catedral, fue la idea que el cabildo de la ciudad planteó como posible solución a una serie de in- terminables obras que se estaban llevando a cabo como consecuencia de los problemas derivados de la cimentación de la tercera colegiata proyectada, y ya en ejecución. Cier- tamente el planteamiento de un nue- vo edificio, mayor que el anterior, no parece ser una buena solución al problema, como veremos más ade- lante. Las obras de la catedral comenzaron en el año 1527, año en que nació Felipe II, no muy lejos del asenta- miento de la catedral. El arquitecto encargado de la obra fue Diego de Riaño, hasta que tras el fallecimien- to de éste lo sucedió Rodrigo Gil de Hontañón en 1536. Una serie de desdichas fueron re- legando el proyecto hasta su parón definitivo en el año 1582; los cons- tantes problemas de cimentización elevaron los costes considerable- mente, la urgencia de nuevas obras bulto de piedra todo con colores y todo alrededor poblado de nichos de entierros de ilustres personajes y con sus escudos de armas grabados en sus bóvedas”. Fachada principal, estado acutal Dibujo de Chueca Goitia sobre la catedral >>
  • 66. a consecuencia del devastador in- cendio que sufre la ciudad en el año 1561 así como el desinterés genera- lizado de los arquitectos locales por el proyecto tras la muerte de Hon- tañón hacen que el cabildo de des- espere y pida ayuda al monarca, el cual se había comprometido tras el incendio a remodelar la ciudad. Juan Herrera fue mandado junto con otros arquitectos para la realización de las reformas urbanísticas necesa- rias tras el incendio por el entonces rey Felipe II. En el año 1825 Juan Herrera retoma el proyecto de la ca- tedral, y se cree que durante la es- tancia en la ciudad se entablaron los primeros contactos para este poste- rior encargo. El Nuevo diseño de Juan herrera es- taría compuesto por un edificio de estilo clasicista, de líneas sencillas que recordarían a los templos de las antiguas Grecia y Roma: gruesos muros y ausencia de adornos exter- nos, salvo los meramente arquitec- tónicos como cornisas, columnas y ventanales. Cuatro altas torres (75 metros, divididos en tres cuerpos) esquinarían el edificio, siendo las dos del lienzo principal de mayor elevación que las posteriores. Una inmensa cúpula situada en la parte central coronaría el templo. El edi- ficio de planta rectangular tendría unas dimensiones ideales de 117 metros de largo por 57 de ancho. En el interior la catedral sería dividi- da en tres naves: una nave mayor o principal que estaría flanqueada por otras dos naves menores, las cuales dispondrían de pequeñas capillas a modo de hornacina entre los vanos de los arcos. El coro de la catedral tendría un lugar privilegiado en la parte norte del edificio, cercano al altar mayor (Por lo general hasta en- tonces el coro solía colocarse a los pies del edificio). Este proyecto, de trazas muy pareci- das a las del monasterio de San Lo- renzo del Escorial, sentaría una pre- cedente sobre la cual posteriormente se basarían los arquitectos para el di- seño de las nuevas catedrales en los territorios españoles de ultramar. Desidia y dejadez del proyecto Juan Herrera desde un primer mo- mento puso al cargo de las obras a En azúl oscuro los actuales restos de la colegiata anterior a la catedral En azu claro planta del estado actual de la catedral En marrón planta de la catedral ideada por Herrera, con el claustro anexo. << Infografía aproximada del proyecto
  • 67. sus más allegados arquitectos, sus hombres de confianza, pero poco a poco fue desatendiendo las obras, centrándose más en la faraónica obra de San Lorenzo del Escorial. En el año 1595 Felipe II presidió la ceremonia que la encumbró como catedral, rango que pidió a roma, suponemos que ante el temor (más bien certeza) de no ver la obra termi- nada en vida a causa de los escasos avances de las obras y la avanzada edad del monarca, que moriría tan solo 3 años más tarde de la consa- gración del templo. da en la parte derecha de la fachada prinncipal(aunque la colocación del sagrado corazón, estatua que presi- de dicha torre, se realizaría en el año 1923). Los elevadísimos costes han pro- vocaron que actualmente se levante menos de la mitad del proyecto he- rreriano, dejando una parte que da un aire romántico a la ciudad, unas ruinas colegiales que nos transpor- tan a otra época, un tiempo de gran- deza en la historia patria. Acomienzos del siglo XVIII se con- cluyó la primera de las torres (ubi- cada en la parte izquierda de la fa- chada principal) torre que se vendría abajo un siglo después debido a los ya nombrados problemas de cimen- tización, causando serios problemas al edificio y destruyendo un antiguo rollo jurisdiccional que se encontra- ba a los pies de esta. Por motivos de seguridad se decidió desmantelar la torre dejando en pié tan solo uno de sus tres cuerpos. Las obras proseguirían hasta el año 1890, año en que se terminaría la to- rre existente en la actualidad, situa- plano original del proyecto Herrera, observese el claustro
  • 68. La imagen de la Edad Media va asociada a dos referencias ar- quitectónicas, De una parte, los grandes complejos religiosos; monasterios y catedrales, que nos ratifican el pensamiento cristiano que orientó la sociedad y cultura medieval. De otra, los castillos, los cuales permiten reconstruir e ilustrar la inestabilidad política, la articulación de la sociedad y la idea de poder referida sobre el paisaje. Los castillos nacieron con una función netamente práctica. Se trataba de construcciones defen- sivas capaces de resistir los ase- dios enemigos, a partir de dife- rentes soluciones integradas en su arquitectura. También el paisaje formaba parte de esta maquina- ria, aprovechado como un recurso más al servicio de la guerra. del avance en la reconquista Sin embargo, a finales del siglo XIV y durante todo el siglo XV, la progresiva transformación en el modo de hacer la guerra, dejará inoperantes tanto a los ejércitos y usos bélicos medievales, como a sus defensas, es decir, los cas- tillos. De este modo, la moderna poliorcética adaptada al uso de la artillería, Hubo de aplicarse en tecnificar las tropas y a reno- var sus tácticas, transformando la guerra en una disciplina científica. Del mismo modo se hizo inape- lable la necesidad de renovar las estructuras de las fortificaciones, a fin de adaptarlas a los nuevos conceptos bélicos, haciendo de ellas auténticas máquinas de re- sistencia y combate. Los macizos castillos, dominan- tes y perfectamente visibles des- Esta finalidad llevó a prescindir de cuestiones netamente forma- listas, unificando los modelos básicos, y eliminando diferencias de estilo. Se buscaba la capacidad defensiva, y para conseguirla no era necesaria la recurrencia a di- mensiones desmesuradas, siendo muchos de ellos humildes en su tamaño, aptos casi en exclusiva, para alojar a una guarnición. El carácter militar de los castillos, torres y atalayas se concretó espe- cialmente en la Península ibérica, ya que tras la conquista árabe, las acciones cristianas volcadas a re- cuperar los territorios Hispano-vi- sigodos, irán marcando las líneas de frontera con una tupida red de fortalezas (torres y castillos). Junto a éstas, ocupando el mismo límite fronterizo se encontraban los reductos musulmanes, com- pletando de esta forma el trazado
  • 69. de una gran distancia, eran difíci- les de defender, advirtiéndose en muchos casos su inoperancia. Sus altas murallas, las torres desme- suradas y su predilección por la piedra como material de construc- ción, hacían de ellos un blanco fá- cil para los disparos de la artille- ría, que conseguía con facilidad la apertura de brechas en los muros y con ello la toma de la plaza. Por otra parte, difícilmente podía plantarse la artillería en su inte- rior, dada la escasa superficie de los cubos y la estrechez de los caminos de ronda que seguían el perímetro de la muralla. De- ficiencias a las que se sumaba la complejidad para subir las piezas hasta las terrazas de las torres, o el interior de las garitas y la nula viabilidad de apuntar los tiros a través de los exiguos huecos dispuestos para arrojar los pro- yectiles. Era evidente el desgaste práctico sufrido por dichas arqui- de Peñafiel, los cuales proclama- rán su jurisdicción sobre las tie- rras adquiridas, mediante la cons- trucción de una torre o castillo. De este modo, esta recién funda- da nobleza irá creando, o reinven- tando su propia historia, tomando como patrón la de aquella gue- rrera, curtida desde el siglo X en las guerras contra los moros. Así, estos castillos desarrollarán para- dójicamente, un modelo más ro- tundo y medieval, que los dotaba de una apariencia inexpugnable y agresiva, nacida de sus altas mu- rallas almenadas, flanqueadas a intervalos por cubos, y su altísima torre del homenaje, visible a gran distancia Como demuestra el excesivo con- servadurismo en las formas, no se buscaba la razón defensiva sino una imagen simbólica que mos- trara el poder que la familia os- tentaba y su vínculo con ciertas virtudes y valores de un pasado marcado por las luchas. De esta forma, a través del castillo estas familias se unían metafóricamen- te a la antigua y noble caballería, convertida en un arquetipo al que imitaban de manera ritual. En este sentido, la arquitectura se sumaba a la alegoría que la litera- tura había creado del mundo se- ñorial. Se trataba en definitiva de una referencia visual en la que se reconocía el pensamiento caballe- resco, que permanecería e incluso se enriquecería con nuevos com- ponentes a lo largo del siglo XVI, que se justificaban en una socie- dad que miraba con nostalgia los tiempos pretéritos. La Edad Media se había ideali- zado, se entendía como el tiem- tecturas, operativas para resistir los asaltos de escalada y las tác- ticas de la guerra medieval, pero no para afrontar los nuevos retos de la guerra moderna. Sorprendentemente, en paralelo a estas vitales transformaciones, se produce en Castilla una notable actividad constructiva que pode- mos definir como involutiva, ya que promovía ciertos modelos, en este caso castillos que estaban a punto, como se ha visto, de perder su propia razón. Se trataba de obras promovidas principalmente por nuevas fami- lias nobiliarias que habían inicia- do la compra de villas y terrenos para fundar su mayorazgo, evi- tando de este modo la disgrega- ción de sus bienes. Señores como los Enríquez de Torrelobatón, los Sarmiento de Fuentes de Valde- pero, los Zúñiga de Avellaneda de Peñaranda de Duero, o los Girón Burgos. Peñaranda de Duero. Castillo de la familia Zúñiga Avellaneda (Condes de Peñaranda de Bracamonte).
  • 70. po del amor cortés y los heroicos tiempos de la caballería. De esta forma, se intentaba forzar su per- manencia, llevándola a un plano netamente simbólico, a través del cual, mediante escenificaciones se reconquistaran nuevamente los valores perdidos. La transversali- dad entre lo real y lo imaginario conducida por la figura de un hé- roe (real o ficticio) formaba parte de un procedimiento entendido por todas las capas sociales, en el que cada movimiento, cada ges- to, cada lance vivido por éste, era una metáfora de virtudes, padeci- mientos o castigos, habidos en la normal existencia humana. Una de las obras más expresivas, y en la que se precisan las claves para comprenderla sin error, es El Caballero Determinado de Oli- ver de la Marche. En ella, el pro- tagonista que da título a la obra “caballero determinado” elabo- ra una metáfora sobre la propia vida, en la que el hombre cobra la dimensión de héroe, al poner en paralelo las gestas y empre- sas de éste tipo de aventuras, con el desarrollo existencial de todo individuo. Éste, siguiendo el comportamiento ejemplar de los paladines medievales, tendrá que pasar difíciles pruebas en las que habrá de medir su espada, aunque en esta ocasión los enemigos no sean hombres, sino vicios, peca- dos y pasiones a los que deberá vencer apoyado en sus cualidades morales. Cada acto constituía en si mis- mo un emblema con explicación precisa, del mismo modo, que los personajes y escenografías por las que se movía, o incluso las mismas ropas contenían un fuerte simbolismo moralizante. El texto no deja lugar a la duda ni al error en este tipo de conceptos, pues el propio caballero, narrador en pri- mera persona, será quien explique al lector, en el mismo inicio de su aventura, el sentido de las ar- mas, las ropas y su propio corcel, un rosario de virtudes que cons- tituyen la materia de los héroes, de los caballeros cristianos de la Edad Media. Viendo que esto era forçado, con mi arnés de guerra armado como caballero andante propuse ir adelante y cabalgué apresurado. Mi caballo era querer y mi arnés hice templar de un agua que era poder: mi escudo fue de esperar por firme permanecer. Era mi lanza labrada de aventura, y fabricada de una obra maravillosa: y por no faltarme cosa, de coraje era mi espada(1) Soria. Gormaz Castillo califal Soria. Gormaz Castillo califal
  • 71. En continuidad con lo expuesto, el caballero irá conociendo a lo largo de su aventura a distintos personajes de asequible significa- do dados sus nombres: el anciano Entendimiento, el caballero De- seo, el caballero Edad, así como recorriendo diferentes escenarios que contienen también una sim- bología precisa: la floresta que llaman tiempo perdido, el sendero del engaño, el lugar de vejez…. etc. Espacios que suelen ir asocia- dos a la presencia de un castillo, que igualmente adquiere un valor trascendental, induciéndonos a vislumbrar una serie de virtudes mediante la enumeración porme- norizada de sus partes. Deste lugar que he contado, era el muro que agradaba por deleite fabricado: Y el portal por do se entraba, de placer todo adornado. Los fosos muy bien labrados, y en gran hondura cavados por mayor seguridad: y con gran conformidad por buen pensamiento obrados El chapitel de estudiar, las ventanas de inquirir, la puerta fue de velar, para el entrar y salir: y el puente de trabajar. (2) La traslación del concepto de saber a este tipo de arquitectura no es único, siendo incluso más frecuente su interpretación como contenedor del placer o del amor . Donde un gran palacio estaba, que con lo que fuera mostraba, daba ocasión a pensar, que a tan hermoso lugar Así, cuando Corazón, Deseo y Largueza, protagonistas del Livre du cuer d´amour espris (4), llegan al castillo del placer, este se des- cribe sobre una escarpada mon- taña de diamantes, cercado por una barrera de madera de ciprés y cedro con labores en marquetería de marfil, las murallas, así como el castillo eran de cristal, mien- tras el portal tenía sobre el vano de entrada dos grandes imágenes de ámbar amarillo, adornadas de oro de alquimia, hecho de la quin- taesencia, y de piedras preciosas muy ricamente talladas y realza- das (5) . Propuestas parecidas pueden ob- servarse también en la literatura de lengua castellana. En los cua- tro libros de Amadis de Gaula, obra de Garci Rodriguez de Mon- talvo, se suceden las imágenes de castillos estilizados en los que ha de producirse el encuentro entre los amantes. En el libro II cap. 53, se cita de manera explícita el cas- tillo de Miraflores, donde Oriana la muerte nunca llegaba Muros de plata tenía, las ventanas de cristal, y las almenas que había, de oro fino sin igual, que lejos resplandecía. Eran todos los tejados De ambar claro fabricados y daban tal claridad, que con gran dificultad eran del hombre mirados.(3) En estos casos, la relación no cambia propiamente las formas tradicionalmente adoptadas por este tipo de arquitecturas defensi- vas. Lo que se altera para hacer del castillo un símbolo, son los materiales que lo conforman: ge- mas, oro, marfil, cristal….y otros elementos que parecían contrade- cir su imagen real, fundamentada en la transmisión visual de una idea de fuerza, resistencia y so- briedad. Valladolid. Torrelobatón. Castillo de la familia Enriquez.
  • 72. espera al héroe, y que coincidien- do con lo dicho anteriormente, no ofrece un aspecto inviolable, sino que por el contrario, se rodea de floresta de fuentes constituyendo un “lugar ameno” (6) , o el cas- tillo de Apolidón, construido con piedras preciosas y repleto de in- genios fantasiosos propios de un emperador tal y como se recoge en el libro IV (7) . Pero no era el amor la única lec- tura alegórica que el castillo per- mitía; a mediados del siglo XV, el tratado de Alfonso de Espina, Fortalitium Fidei compuesto ha- cia 1458, iniciaba su desarrollo confrontando el asedio y conquis- ta de una fortaleza con la eterna lucha entre el bien y el mal(8). Aquí, la fortaleza materializaba la idea de la virtud construida, ca- tegoría semejante a la que puede verse en la obra de Alonso Gon- zález de Figueroa Alcázar Impe- rial de la Fama del Gran Capitán, donde el castillo se convertía en el palacio de la fama (9). exponía la guerra como dispositi- vo para alcanzar la justicia y de- rrotar al mal, como lucha interior del hombre en progresión hacia el bien, conquistando la escarpada montaña de la virtud para así po- der penetrar en el castillo, que a nivel religioso podía también sig- nificar la Jerusalén Celeste. De esta forma, los signos del mundo medieval, lejos de quedar agotados cobraban nueva fuer- za al transformarse en símbolos capaces de mantener la cohesión social, alentando las ideas de lealtad, valor, justicia y servicio a la monarquía y la religión. La proyección caballeresca sin duda ayudaba a la consolidación de las monarquías modernas, pues de- fendía un organigrama en el que todos los estamentos del Antiguo Régimen se sentían salvaguarda- dos. El rey a la cabeza ejercía su mi- sión designado por Dios, por lo En definitiva, esta literatura na- cida a partir de Le Roman de la Rose (10) , y el ciclo artúrico, re- cogía los ideales de una cultura caballeresca, a la par que los di- fundía de una manera sencilla. El paralelismo realidad/ficción esta- blecido en los textos alentaba a partir de el símbolo una forma de pensar y una estética afianzadas y propagadas en dichos relatos y asumidas como propias por un amplio espectro social que man- tendrá tales esquemas hasta el fin del siglo XVI. Por otra parte, los lazos de lealtad, el honor, la ho- nestidad y otras virtudes propias de esta cultura servirán como un mecanismo teórico de cohesión, al fomentar el espíritu de aventura capaz de sostener los programas expansionistas de las nuevas mo- narquías. Tampoco el nuevo caballero era una prolongación del caballero feudal, sino un modelo ritualiza- do, que en el caso castellano hun- día sus raíces en la dinastía de los Trastámara. Se trataba por tanto, de un patrón teatralizado que ge- neraba una “caballería de salón” desvinculada de la práctica gue- rrera real(11), pero que validaba una línea de conducta comprome- tida que hacía del honor, el valor, la lealtad y el amor cortés las ra- zones de su existencia. La recreación de la caballería formaba parte de la fiesta, tanto privada; torneos, juegos de ca- ñas, mascaradas... como pública, moviendo los juegos y represen- taciones entre los héroes reales y los imaginarios. Era difícil es- tablecer la frontera entre unos y otros, ya que en ambos casos los actos eran transcendidos hasta al- canzar un significado moral. Se Olivier de la Marche. El Caballero Determinado. El Castillo del amor. Olivier de la Marche. El Caballero Determinado. El Caballero se prepara para iniciar su aventura.
  • 73. que la nobleza debía acatarlo y jurarle fidelidad, evitándose con ello luchas intestinas. Se asegura- ba también la bondad y magnani- midad del rey, pues la justicia y equidad de sus nobles les lleva- ría en caso de necesidad a seguir el ejemplo del Cid en la jura de Santa Gadea, por lo que el pueblo quedaba protegido. Por último, el clero mantenía su labor mediado- ra, asegurando la permanencia del sistema. No podía ser de otro modo, ya que las monarquías necesitaban con- solidar su poder, lo que exigía un mecanismo de autoridad y fuerza do de lengua Francesa en Castella- na por Don Hernando de Acuña, y dirigido al Emperador Don Carlos Quinto. Máximo Rey de España, nuestro señor. Barcelona, 1565. Ed facsimil Toledo, 2000. (2) DE LA MARCHE, OLIVIER, ob. cit., p. 50v-51 . (3) DE LA MARCHE, OLIVIER, ob. cit., p. 42v-43. (4) RENÉ D´ANJOU Livre du cuer d´amours espris. (1385). Paris, 1980. (5) ElmuyhermososcastillodePla- que condujera a alcanzar la máxi- ma de un Monarca, un Imperio y una espada, que con tanto acierto versificó Hernando de Acuña en un laudatorio soneto dedicado al emperador Carlos V: Yaseacerca,señor,oyaesllegada Laedadgloriosaenqueprometeelcielo Unagreyyunpastorsóloenelsuelo Porsuerteanuestrostiemposreservada... (12) __________________________ __________________________ (1) DE LA MARCHE, OLIVIER, El Caballero Determinado. Traduci- Burgos. Libro de la Cofradía de los Caballeros de Santiago, recoge los caba- lleros pertenecientes a dicha cofradía desde el año 1338 hasta el siglo XVII.
  • 74. cerestabafundadosobreunarocade esmeralda en la cual había vetas de diamantes pequeños en gran abun- dancia y en tan gran cantidad que veíanse casi tantos o más diamantes que esmeraldas. Las cuatro fachadas de los muros del susodicho bello castillo eran de cristal y había en el extremo de cada fachada una gruesa torrehechadepiedrasderubíesfinas y relucientes, la menor de las cuales era más gruesa que todo el cuerpo de un hombre; y estaban cubiertas las susodichas torres de platino del ancho de la palma de la mano, he- chas todas de madreperlas, y el edi- ficio entre las susodichas torres es- taba cubierto de oro fino bellamente esmaltado con la divisa del dios de amores…(…)..Además había sobre cada una de las torres un grueso car- bunclo en lugar de pomo, y el portal del susodicho castillo estaba hecho de calcedonia y de piedra de ágata tallada en losanges Y sobre dicho portal había, en lo más alto, en lugar de pomo, una perla muy fina, clara y muy oriental, la cual era al menos del grosor de una piedra bombarda …(…)… Entonces levantaron los tres en seguida la cabeza, pues no se podían tener de mira la gran belleza de tan hermosos castillo y contem- plaron el portal, que no habían visto todavía, y que rico y hermoso era, y vieron encima de la puerta dos gran- des imágenes de ámbar amarillo, adornadas de oro de alquimia hecho de la quintaesencia y de piedras pre- ciosas muy ricamente talladas y re- alzadas….Ver: RENÉ D´ANJOU,... ob. cit., pp. 123-124. (6) Este castillo de Miraflores esta- ba a dos leguas de Londres y era pe- queño, mas la más sabrosa morada era que en toda aquella tierra había, que su asiento era en una floresta a un cabo de la montaña y cercada de huertas y muchas frutas llevaban y bas de todas naturalezas, y fuentes de aguas muy dulces que nunca se vio….(…)… El suelo era solado de piedras blancas como el cristal, y otras coloradas y claras como rubíes y otras diversas maneras, las cuales Apolidón mandara traer de unas ín- sulas que son a la parte de Oriente, donde se crían las piedras preciosas ysehallanenellasmuchooroyotras cosas extrañas y diversas de las que acá en las otras tierras parecen, las cuales cría el gran hervor del sol que allí continuo hiere, … (…)… A las cuatro partes de esta torre venían de una alta sierra cuatro fuentes que la cercaban, traídas por caños de me- tal, y el agua de ellas salía tan alta por unos pilares de cobre dorados y por barcas de animalias que desde las ventanas primeras bien podían tomar el agua que se recogía en unas pilas redondas doradas que engasta- das en los mismos pilares estaban. Ver: GARCÍ RODRÍGUEZ DE MONTALVO, Amadis de Gaula, libro 4º ed. PLACE EDWIND E., Madrid 1969, cap.84. (8) MEYUHAS GINIO,A., De be- llo iudaeorum, fray Alonso de Espi- na y su Fortalitium Fidei. Salaman- ca, 1998. (9) GONZALEZ DE FIGUEROA, A., Alcázar Imperial de la Fama del Gran Capitán y las Cuatro Partidas del Mundo. Madrid, 1951. (10) GUILLAUME DE LORRIS, Le Roman de la Rose. París, 1974. (11) CARRILLO, J. y PEREDA, F., “El Caballero: identidad e imagen en la España Imperial”.Carlos V. Las armas...ob. cit., pp.183-200. (12)ACUÑA, H. de. Varias poesías. Madrid, Cátedra, 1982. de otras grandes arboledas, en las cuales había hierbas y flores de mu- chas guisas, y era muy bien labrado a maravilla y dentro había salas y cámaras de rica labor y en los pa- tios muchas fuentes de aguas muy sabrosas, cubiertas de árboles que todo el año tenían flores y frutas, y un día fue allí el rey a cazar y llevó a la reina y a su hija, y porque vio que su hija mucho se pagaba de aquel castillo por ser tan hermoso, dióselo por suyo…(…)…Llegó con ellas a Miraflores, donde viendo Oriana lu- gar tan sabroso y tan fresco de flores y rosas y aguas de caños y fuentes, gran descanso, su afanado y atri- bulado ánimo sintió, confiando en la merced de Dios que allí vendría aquél a reparar su vida, que sin él la cruel muerte no se le podía excu- sar…(…)…Cuando Oriana se vio en aquel lugar tan sabroso, alzó las manos al cielo y dijo entre si: —¡Ay! ¡Amadís, mi amigo, éste es el lugar adonde yo os deseo siempre tener conmigo, y de aquí jamás seré partida hasta que os vea. Ver: GARCÍ RODRÍGUEZ DE MONTALVO, Amadis de Gaula, libro 2º ed. CACHO BLECUA, J. M., Madrid, 1991 cap. 53. (7)Había en ella nueve aposenta- mientos de tres en tres a la par, unos encima de otros, cada uno de su ma- nera, y aunque algunos de ellos fue- sen hechos por ingenio de hombres que muchos habían, todo lo otro era por la arte y gran sabiduría deApoli- dón, tan extrañamente labrados que persona del mundo no sería bastante de lo saber ni poder estimar, ni me- nos entender su gran sutileza.Ypor- que gran trabajo sería contar todo lo pormenudo,solamentesedirácómo estatorreestabasentadaenmediode una huerta, era cercada de alto muro de muy hermoso canto y betún, la más hermosa de árboles y otras hier-
  • 75. Olvido No me pidas que te bese; No acerques tus labios A mi boca. Déjame perderme En la madera de tus ojos; En el bosque de tu ausencia No escucho más que silencio Porque estoy solo. Tu nombre me sabe A hierba seca Empapada en agua salada. Tus manos me dicen que no las toque; Tus ojos que debo besarlas. Duerme conmigo tu recuerdo Y me consuela cada noche Solitaria. Tú duermes Conmigo en mi recuerdo Y te despiertas conmigo en las mañanas. No, no me pidas que te bese, Ilusión tierna de mi alma; Sólo me recuerdas que te quiero Y las cicatrices me descoses a puntadas… Hoy es tiempo de olvido… Tal vez sea tiempo de recordar mañana. Cuando… Cuando pienses En mí, envíame una carta O regálale al viento un suspiro; Cuando llores Por mí, sécate las lágrimas Y huye a refugiarte en el olvido. Así nuestro amor Se fundirá hoy con el agua Y volará libre por el cielo, Mientras mi corazón Prisionero de tu ser Se marchita en mis palabras…
  • 76. El Sauce En lo alto del sauce El pájaro canta; Se escucha desde el cielo Que entre nubes se resguarda. En la orilla del río, Junto al viejo sauce, Se escucha el salpicar De los peces y las ranas; Y se refleja desde el cielo Que entre nubes se resguarda. El sauce, por babilónico, llora, Y a mí, al verlo, se me estremece el alma. Adrian Florentino Sinesio La Poesía Amiga del tiempo Viste de todo un poco Sufriste la guerra Gozaste con los besos Balada poema o verso Grandes poetas te escribieron Expresando piedad y afecto Cantando a su tierra, a su pueblo Guardaste grandes secretos discreta sin hablar nada Plasmaste mis sentimientos Pasión como llamarada De ardientes lamentos Poesía apasionada. María del Carmen Martín díez No has de preocuparte Pues a veces lo riego Con unos versos y una mentira; ¡Tranquila! Cuando florezca Tú serás la primera en saberlo. No volveremos… No volverás ya a pasear conmigo Cerca del río, cogidos de la mano… ¡Pero anoche soñé contigo! No volverás a sentir conmigo La pasión de dos amigos que se aman… ¡Pero anoche volví a soñar contigo! No volveremos jamás a querernos… Siempre es invierno… Hoy he tenido un sueño maravilloso: ¡Soñé que no soñaba! ¡Soñé que me despertaba! La Luna y el Olvido Ya voló el último suspiro. De nada sirve lamentarse Por el amor perdido; Es la solución más cobarde El fingir no haber visto lo ocurrido. Aún gira el mundo… Aún cantan las aves Y cada vez me son más cercanos Sus trinos, más alegres; Como si quisiesen susurrarme Al oído Que ya se aleja la tormenta. De nada sirve soñar contigo… Pues lo que he aprendido del amor Se lo debo a la Luna y al Olvido.
  • 77. CREPVSCVLVM Para lá dos arcos sob o olhar vigilante sinto a viagem de um tempo futuro Os dias os anos os sécalos foram como uma avalanche um salto desprovido de qualquer plano Encontro-me assim um mendigo Bosques vedados de um lado escarpas sob névoa oculta de outro Restam os navios destruídos em metades de areia dispostos Numa arqueologia sepulcral O crepúsculo de uma força mesiánica Recordo a destruição de Esparta não pela força bruta dos braços mas pelo destino firmado em tinta assinalando a praga do negócio Glaciares aproximam-se no vislumbre do horizonte anunciando um novo ciclo Veio o degelo e o verde tomou a paisagem deixando um musgo prateado no escorrer espumoso da águas Despontaram as primeiras flores e entre todas elas crisântemos apressados prometendo a imortalidade para mais um devir As borboletas com graça e ligeireza coloriram os céus num arco-íris Afinal ainda reside alguna esperanza neste corpo em busca do eu e vejo então o sorriso de Jano ÁLVARO MARQUES Estudiante de Estudios Portugueses y Lusófonos Universidade Nova de Lisboa PEDIMOS PAZ LAS MADRES Desde las cunas de nuestros hijos pedimos paz las madres. Desde sus miradas suaves que se clavan en el misterio; desde esos frágiles cuerpecillos donde se asienta la Humanidad, pedimos paz las madres. Desde nuestros desvelos por el niño enfermo, por el adolescente que nunca acaba de llegar, o por la hija primavera que busca titubeante su camino, pedimos paz las madres. Por los millones de cuerpos de hombres cada año destrozados, que nos duelen acumuladamente como si aún nos lleváramos den- tro, pedimos paz las madres. Por el hambre secular de viejos y de niños y de países y de continentes, pedimos paz las madres. Por los cuerpos enfermos, epidémicos, caquécticos, por las almas drogadas de violencia patriotera, pedimos paz las madres. Pedimos la vida para todos. El respeto a la vida de todos. La comunión de todos en nombre de la Vida. ISABELPARAÍSO Departamento de Literatura española y Teoría de la Literatura, Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Valladolid
  • 78. La Teoría de la Evolución fue ex- puesta por Darwin en su libro “El Origen de las Especies” a media- dos del siglo XIX, revolucionando el mundo de la Ciencia, pero la vez tuvo que granjearse muchas ene- mistades y que lo tildasen de loco dado lo revolucionario de su teoría (recordemos que afirmaba en este tratado que el hombre compartía un ancestro común no muy lejano en el tiempo con el chimpancé). Hasta ese siglo, la idea predominan- te con la que se pretendía explicar la diversidad de organismos que habi- taban la Tierra era la Teoría Fijista, cuya escuela en aquellos años se veía impulsada por personalidades tan insignes como George Cuvier o el mismísimo Linneo (creador del método binomial de nomenclatura para las especies de seres vivos y extintos*1). Pero antes que Darwin, fue un fran- cés el que se atrevió a mirar más desdibujada la teoría de la evolución que luego puliría más tarde el britá- nico Charles Darwin. Lamarck, sin ir más lejos acuño términos como “Biología” para designar a la ciencia que estudia a los seres vivos y dise- ñó el método dicotómico*3 para la determinación de plantas y anima- les, siendo un intelectual respetado allá por el siglo XVIII y XIX. Al ser un cristiano creyente, tenía muy arraigada la idea de la “Generación Espontánea” y como consecuencia de ello, afirmaba que la vida era un fenómeno natural consistente en un modo peculiar de organización de la materia. En este sentido, considera- ba que los organismos vivos estaban formados por los mismos elemen- tos y las mismas fuerzas físicas que componían la materia inanimada. Por tanto, los reinos animal y vege- tal sólo diferirían del reino mineral en el modo de organización interna de los mismos elementos. allá de donde lo hizo su mentor y se aventuró a hablar de “evolución” de los organismos. Lamarck, Primer Evolucionista Pocos años antes que lo hiciese Darwin la figura de Lamarck expu- so, aunque desde otro punto de vista y de manera errónea, las bases de la “Evolución” de las especies. Pode- mos decir pues, que a pesar de estos errores, fue Lamarck el primero que se atrevió a hablar de “Evolución”, pues hasta la aparición de su figura en escena, la Biología se apoyaba en la “Teoría del Fijismo”*2 (cuyo ma- yor exponente puede considerarse Linneo) para explicar la diversidad de especies existentes en el univer- so. Fue Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet, caballero de Lamarck, el primero en formular de manera
  • 79. A partir de su concepto de vida, La- marck hace radicar en la generación espontánea*4 el mecanismo de su origen: “el movimiento de la mate- ria provocado por la acción de las fuerzas de la naturaleza es capaz de generar de manera espontánea a los organismos vivos más sencillos. A partir de ellos, la naturaleza continúa su tendencia al progresivo incre- mento de complejidad a medida que cada organismo va siendo sustituido por otros dotados de más órganos y facultades”. Para explicar la co- existencia temporal de organismos de distinto grado de complejidad, Lamarck postula que la naturaleza está permanentemente produciendo “Además, si los individuos de los que hablo, movidos por la necesi- dad de dominar y a la vez de ver a lo lejos y cómodamente, se esforzaran por mantenerse de pie y tomaran constantemente ese hábito de gene- ración, no cabe duda de que sus pies tomarían insensiblemente una con- formación propia para mantenerlos en una actitud erguida”. La otra diferencia importante con la Teoría de Darwin es la acomodación de los organismos a las circunstan- cias externas y la herencia de tales adaptaciones, lo que la convierte en una evolución teleológica*6 o fi- nalista, pues según el pensamiento de Lamarck, los individuos evolu- cionan para adaptarse al medio que cambia. Años más tarde esta idea quedaría obsoleta al afirmar Darwin que los individuos no evolucionan para adaptarse a los cambios del me- dio, sino porque el medio cambia. Así, asumiendo todo lo expuesto anteriormente, en una primera fase, el movimiento de los fluidos inter- nos del organismo, desatado por su comportamiento, provocaría el su- perdesarrollo o la atrofia de los ór- ganos (ley del uso y desuso de los órganos); en una segunda fase, tales modificaciones se transmitirían a los descendientes por gemación (ley de la herencia de los caracteres adqui- ridos). Hasta aquí la aportación de Lamarck a la teoría de la evolución, aunque como mencionamos antes, una evo- lución desdibujada (aunque no por ello desmerecida de reconocimien- to y a pesar de que sus ideas fuesen erróneas, sentó las bases para lo que llegaría después). Darwin Revoluciona la Ciencia Darwin es conocido por ser el crea- nuevas formas de vida. Aquí es donde radica una de las ma- yoresdiferenciasconlaposteriorteo- ría de Darwin, ya que Lamarck cree en una evolución “transformista”*5, pero de una manera “perfeccionis- ta”, de tal manera que los individuos evolucionan cada vez a formas más complejas, situando en la cima de la evolución al hombre por su extrema complejidad estructural y funcional. Conocida es su aseveración de “el uso crea el órgano” y con respecto a estaaseveraciónysobreeldesarrollo de la aparición de la bipedestación en los homínidos, Lamarck escribi- ría esto en su “Filosofía Zoológica”: líneas evolutivas, Lamarck
  • 80. dor de la teoría evolucionista de la “Selección Natural”, un mecanis- mo evolutivo que se define como la reproducción diferencial de los genotipos*7enelsenodeunapobla- ción biológica. La formulación clá- sica de la selección natural establece que las condiciones de un medio ambiente seleccionan (favoreciendo o dificultando), la reproducción de los organismos vivos según sean sus peculiaridades o caracteres particu- lares. Esta explicación parte de dos premi- sas, la primera de ellas afirma que entre los descendientes de un orga- nismo hay una variación aleatoria, no determinista*8, que es en parte heredable. La segunda premisa sos- tiene que esta variabilidad puede dar lugar a diferencias de supervivencia y de éxito reproductor (o fitness), haciendo que algunas características de nueva aparición se puedan exten- der en la población. La acumulación de estos cambios a lo largo de las generaciones produciría todos los fenómenos evolutivos. La selección natural puede ser ex- presada por la siguiente ley general, tomada de la conclusión de “El ori- gen de las especies”: “Existen organismos que se repro- ducen y la progenie hereda carac- terísticas de sus progenitores, exis- ten variaciones de características si el medio ambiente no admite a todos los miembros de una pobla- ción en crecimiento. Entonces aque- llos miembros de la población con características menos adaptadas (según lo determine su medio am- biente) morirán con mayor probabi- lidad. Entonces aquellos miembros concaracterísticasmejoradaptadas sobrevivirán más probablemente” Otras diferencias de la teoría de Darwin con respecto a la teoría transformista expuesta por el caba- llero francés Lamarck es la evolu- ción ramificada. Darwin afirmaba que los individuos no se transfor- maban en otros (anagénesis*9), sino que tenían un ancestro común a partir del cual, este ancestro habría dado dos linajes (o líneas) distintas como consecuencia de una adapta- ción de los individuos más idóneos (lo que se conoce con el nombre de “supervivencia de los más aptos”) a este nuevo ambiente. Un error que se comete frecuentemente es que se caldograma, Darwin
  • 81. suele decir que Darwin no reconocía la herencia de caracteres adquiridos, cosa que es errónea, pues no los re- chazaba,sóloquenolosconsideraba una parte importante de su teoría. Pero para poder llegar hasta aquí Darwin necesitó una pequeña ayu- da. Después de regresar a Inglate- rra en 1836 tras su larga travesía a bordo del Beagle, Darwin empezó a recopilar sus ideas sobre la habilidad de las especies para cambiar en sus “Cuadernos de la Transmutación de las Especies”. La explicación de Darwin de como evolucionaron los organismos le surgió después de leer “Ensayo sobre el principio de la población” del economista britá- nico Malthus, quien explicó como las poblaciones humanas mantenían el equilibrio. Malthus argumentaba que ningún incremento en la dispo- nibilidad de la comida para la super- vivencia humana básica no podría compensar el ritmo geométrico del crecimiento de la población. Lo úl- timo, por lo tanto, tenía que ser veri- ficado por las limitaciones naturales como el hambre y/o la enfermedad. Hasta aquí no hemos contado nada que no sepamos, pero hemos pues- to los ladrillos para lo que queda de esta pequeña historia de la evolu- ción.Ya sabemos que Darwin no fue el primer científico que hablaba de “Selección Natural”, pues Lamarck años antes ya sentó las bases de lo que sería a la postre la gran contri- bución a la ciencia del inglés. Antes dijimos que a Lamarck se le podía considerar el primer “evolucionista” en la historia. ¿Pero estamos seguros de esto? Veámoslo a continuación. Evolución en el Siglo IX: ¿Realidad o Ficción? que se extendía desde Pakistán hasta Portugal. En el paso del siglo VIII al IX se dieron además en la metrópo- li las condiciones idóneas para que surgiera un público lector (sin dis- tinción de etnia o religión) pudiendo acceder fácilmente a las bibliotecas públicas aquél que lo desease. Este fenómeno social es a la vez efecto y causa del abaratamiento de los li- bros, pues tras el primer contacto del mundo islámico con la técnica china de fabricación de papel, este cómo- do y barato sustrato para la escritura pronto alcanzaría la capital del cali- fato, Bagdad, sustituyendo en corto tiempo al pergamino. La Casa de la Sabiduría, institución compuesta de academia, observato- rio astronómico, biblioteca y escuela detraducción,integrabaaintelectua- les de diversa procedencia, también sin distinción de etnia o religión, y conocedores de idiomas cultos (griego, sánscrito, persa, siríaco). La Casa de la Sabiduría incluía en su currículo temas tan diversos como teología, filosofía, matemáticas, as- tronomía, biología, o medicina, y fue determinante en incorporar la filosofía y la ciencia de Persia, India y, sobre todo, de Grecia, a la cultura árabe. Se puso especial cuidado en realizar traducciones fieles, exactas y técni- cas, y no meramente literales. Las copias de las traducciones al árabe, Puede resultar irónico que alguien diga que en pleno siglo IX, un filó- sofo nacido en la ciudad de Basora, llegase a esbozar brevemente lo que luego sería quizás la teoría más re- volucionaria de la historia de la Bio- logía. Abu Uthman Amr ibn Bahr al-Jahiz realizó en su libro “El Libro de los Animales” un primer esbozo de teoría de la evolución, cosa que podría pasar desapercibida para el resto de la humanidad de no ser por- que al-Jahiz fue uno de los más des- tacados escritores de la cultura árabe clásica. Lo que llama poderosamente la atención es que un hombre de Dios, como era su caso, se plantease en una época tan convulsa y con pensa- mientos tan arraigados a la teología un mecanismo evolutivo que contra- viniese las sagradas leyes del Islam. Al-Jahiz vino al mundo en pleno esplendor de las ciencias durante la Edad de Oro del imperio musul- mán, época que comprende del siglo VIII-XI. Este esplendor en la ciencia y demás disciplinas llevó aparejada unaestabilidadsocialproporcionada por el régimen teocrático impuesto por el califato abasí, unido al uso de un idioma como el árabe y al vasto territorio que ocupaba el imperio, Al-Jahiz sello dedicado a Al-Jahiz
  • 82. así como los tratados escritos direc- tamente en este idioma alcanzaron a todo el ámbito del imperio, y a pesar del empeño de los conquistadores en sucesivas guerras por destruir los libros, una pequeña parte de aque- llas bibliotecas (o las copias de sus libros) ha llegado hasta nosotros (como veremos más adelante par- cialmente, como en el caso de “El Libro de los Animales”, del que se conservan unos pocos capítulos). Al-Jahiz nació aproximadamente en el año 776 en Basora, muy cerca de lanuevacapitaldelimperio,Bagdad, enelsenodeunafamiliapobre,pues, alparecer,alaedaddeveinteañosse ganaba la vida vendiendo pescado en uno de los canales de la ciudad. En aquel momento y lugar se dieron las condiciones para que individuos como él, no favorecidos por su cuna, ascendieran en la escala social. Jahiz aprendió a leer y escribir a una edad en contacto con las obras del pensa- miento griego y helenístico, siendo impactado sobre todo por Aristóte- les.Apartir de entonces se da en sus obras una mezcla de las ciencias is- lámicas con el racionalismo griego, aplicando constantemente la lógica a los fenómenos observados o re- feridos a él por otros observadores. En Bagdad compone Jahiz la mayor partedesusmásdedoscientasobras, de las que sólo treinta han llegado a nosotros. El tema de dichas obras es variadísimo, desde política y reli- gión (obras casi totalmente perdidas o destruidas) a gramática, retórica, poesía, literatura en prosa, filosofía, botánica o zoología. Jahiz desarrolló un estilo literario personal muy característico dise- ñado para no aburrir al lector. A la manera de los contadores de cuen- tos, tras comenzar el relato con un tema serio, hace una digresión que amenice la lectura para más tarde pasar a una anécdota más o menos humorística, a veces de escasa rela- ción con el tema a tratar, a base de información de primera mano o que le llega de muy variada procedencia y que ayuda al lector a mantener el interés por la lectura. Conocido un poco el entorno cul- tural y religioso del erudito iraquí, profundicemos un poco más en su obra. “KitabAl Hayawan” O “El Libro de losAnimales”. Esta gran obra no sólo por su impor- tancia, aunque incompleta, consta de siete volúmenes en su edición impresa. No es un libro de zoología convencional ni un bestiario*10 al estilo medieval europeo, sino una enorme colección de conocimientos temprana y, motivado por su familia (él cuenta como su madre le urgió a dedicarse a la escritura) se interesó pronto por el mundo de las ideas. En este ambiente intelectual se ori- gina en Basora la corriente teológica mutazilí, surgida del contacto con el racionalismo griego, que pretendía una visión racional y coherente de la doctrina islámica, con un concepto atomista del universo y la interpreta- ción no literal del Corán.Al-Jahiz se adscribe a este movimiento, y desde su escepticismo se rebela contra las discusiones teológicas nimias, incli- nándose por un naturalismo deísta. En busca de nuevos horizontes, al- Jahiz marcha a Bagdad con 40 años a sus espaldas, coincidiendo su mar- cha con la fundación de la Casa de la Sabiduría, de la cual, a pesar de no formar parte de la misma sí que co- laboraba con algunos de sus miem- bros, y gracias a su biblioteca entra Ilustración que refleja el modo lamarckiano de evolución
  • 83. sobre muy distintos animales, desde lombrices a ballenas, a veces en for- ma de alusión fugaz, y en otros trata- dos en gran detalle. La información contenida en la obra proviene de ex- perimentos y observaciones propias realizadas en sus viajes por Irak, la península Arábiga, Anatolia, Siria, Mesopotamia y otros países. Ade- más,indicaamenudolaprocedencia de sus relatos a partir de la “Historia Animalium” deAristóteles y de ver- sos clásicos árabes preislámicos. Esto no debe oscurecer el hecho de que la obra contiene información científica de gran valor, anticipando conceptos que serían completamen- anécdotas sobre personajes famosos y noticias de supersticiones sobre ciertos animales. Aquí podemos ver un ejemplo de su prosa: “Sabemos, en efecto, que la hor- miga almacena para el invierno durante el estío, previniéndose así de antemano y sin desfallecer en su firme propósito ni un solo momen- to, mientras le es posible almace- nar. Después, su experta sagacidad y previsión de las consecuencias llega hasta el extremo de que, ante el temor de que las semillas, alma- cenadas durante el verano para el invierno, se pudran y gusaneen en el seno de la tierra, las saca a la super- ficie para que se sequen y tornen a su estado normal dándoles el aire y evitando así su corrupción y podre- dumbre.Después,comoamenudoo, mejor, casi siempre el lugar en que almacena las semillas es húmedo, teme la hormiga que germinen por la parte central del grano cubierta de una fina película (pues sabe muy bien que por ese punto es por donde la semilla comienza a germinar y a transformarse en planta), y así la hormiga hiende el grano entero en dos mitades, y si es de coriandro o cilantro, lo hiende en cuatro partes, porque la semilla de esta planta es la única que tiene la propiedad de germinar en sus dos mitades. Has- ta tal extremo aventaja la hormiga, por este solo hecho, en sagacidad a todos los animales, que quizá es más prudente que muchos hombres.” En general, la información que se proporciona es, dentro de ciertos lí- mites, fidedigna, con, al parecer, tan sólodosexcepciones:elsuponerque la jirafa procede de la hibridación de leopardo y camello (basada en ideas anteriores de griegos y romanos), y te desarrollados diez siglos más tar- de por Lamarck, Wallace, Darwin y los evolucionistas. En lo referente a la zoología, trata de forma particular cuestiones biológicas de más de 350 especies animales, de invertebrados, peces, reptiles, aves y mamíferos. Los temas se extienden a la morfo- logía funcional, dieta alimenticia, enfermedades, parasitismo, orien- tación, comunicación, gregarismo, reproducción, fecundidad, lactancia, domesticación, adiestramiento… Naturalmente, y de acuerdo con su plan de desorden ameno, las des- cripciones e interpretaciones vienen enriquecidas con cuentos, poemas, fábulas, etimología de palabras, domesticación de un burro
  • 84. que podría existir una serpiente ala- da enAbisinia (presente en los mitos africanos y de otras regiones). En lo que la obra contribuye a la teoría evolutiva, los siguientes son los ras- gos más destacados: Descripción y clasificación Tras describir a una variedad de animales y clasificarlos en una se- rie lineal, de los más simples a los más complejos (aplicando muy probablemente la Scala Naturae de Aristóteles), Jahiz proporciona una ordenación según similaridades, di- vidiendo a su vez a estos grupos en subgrupos, hasta llegar a la categoría de especie, y aunque no es explícito, podríarelacionarseestaclasificación con el tema del siguiente apartado. Transformación de las especies por efecto de los factores ambientales Factores como el clima o la dispo- Además, para al-Jahiz la lucha por la supervivencia (que para él es una ley divina) se extiende también a los miembros de la misma especie. Así pues, la causa de variación (la multitud de especies) se debería a efectos ambientales, mientras que la supervivencia de las especies así surgidas (y de los individuos que las componen) se mantendría mediante la selección natural de los más aptos. Estos principios son un claro esbozo de la teoría de evolución por selec- ción natural. La falta de reconocimiento general del mérito de al-Jahiz debe basarse en que en el compendio de temas tratados en “El Libro de los Anima- les” no se exponen esos principios de forma ordenada. Además, las frecuentes anécdotas humorísticas en los escritos de al-Jahiz (aun reco- nociéndole como escritor genial) le han valido la reputación de bromista y poco serio (en un ambiente litera- rio más bien grave), restándole así credibilidad, aún entre los lectores árabes. Bayrakdar supone que las ideas transformistas de al-Jahiz se reflejan en las obras de naturalistas posteriores del ámbito musulmán, sobre todo en Akhlag Nasiri (“Etica de Nasrudín”). Aunque Darwin tuvo al parecer algún contacto con el orientalista Samuel Lee, profesor de árabe en Cambridge, ello no es motivo para suponer que basara su teoría de evolución por selección natural en el libro de al-Jahiz, como a veces se ha sugerido (Bayrakdar), ni que siquiera tuviera noticia de su obra. Podemos afirmar que, en conjunto, la prosa atractiva de al-Jahiz y su ta- lante vital, unido a su penetrante in- tuición, contribuyeron enormemen- te a la difusión de sus trabajos, con nibilidad de alimento o refugio son para al-Jahiz causa de cambios bio- lógicos y psicológicos en las espe- cies. Por efecto de los factores am- bientales ocurriría la transformación de unas especies en otras, incluida la especie humana. Lucha por la supervivencia Según al-Jahiz, la necesidad de to- dos los animales por sobrevivir se acompaña de diferencias en las ta- sas de mortalidad, resultantes de los factores ambientales, tal como la disponibilidad o no de alimento para unos u otros, o como resultado de los ataques de las especies anima- les mejor dotadas hacia otras, en una verdadera red trófica*11, o bien por la presencia de adaptaciones en al- gunas de ellas que les permite eludir de alguna forma esos ataques (me- diante la construcción de refugios, por ejemplo). Se mantendrían así en suficiente abundancia las especies mejor dotadas.
  • 85. lo que ayudó a popularizar la ciencia y el método racional en el mundo islámico, siempre en lucha con el dogmatismo inmovilista. Espero haberles entretenido con este escrito. Dado que al-Jahiz acababa sus escritos con alguna anécdota, no quisiera ser menos que él (salvando obviamente las distancias entre am- bos). Para ello contaré la historia de un erudito iraquí, escritor de tratados de zoología, botánica, literatura y otros, que tanto le gustaba su trabajo y tanto era su afán por la lectura, que los libros le mataron. Puede parecer una broma, pero no lo es en abso- luto. Imagino que habrán aparejado desde el principio la muerte que les narro con el individuo que padeció tan cómica tragedia. Lo cierto es que al-Jahiz falleció en su biblioteca, ro- deado de libros al caérsele encima una estantería repleta de ellos en el momento en que se disponía a su or- denación. Glosario de Tecnicismos 1.Nomenclatura binomial: También llamada nomenclatura binaria. Es un convenio estándar utilizado para denominar las diferentes especies de organismos. El nombre científico asignado a una especie es formado por la combinación de dos palabras (“nombres” en latín o de raíz gre- colatina): el nombre del género y el epíteto específico. El conjunto de ambos es el nombre científico que permite identificar a cada especie como si tuviera “nombre y apelli- do”. 2.Fijismo: Creencia que sostiene que las especies actualmente exis- tentes han permanecido básicamen- te invariables desde la Creación. Las especies serían, por tanto, inmuta- bles. Los fósiles serían restos de los 9.Anagénesis: Evolución progre- siva de las especies que implica un cambio en la frecuencia genética de una población entera en lugar de un suceso de bifurcación o transforma- ción. 10.Bestiario: Volúmenes ilustra- dos (muy famosos durante la Edad Media) que describían animales, plantas e incluso rocas. La historia natural y la ilustración de cada una de estas bestias se solía acompañar con una lección moralizante, refle- jando la creencia de que el mundo era literalmente la creación de Dios, y que por tanto cada ser vivo tenía su función en él. 11.Red Trófica: Conjunto de cade- nas alimentarias de un ecosistema, interconectadas entre sí mediante relaciones de alimentación. Bibliografía 1. Asín Palacios, M. 1930. El “Libro de losAnimales” de Jahiz. 2. Bayrakdar, M. 1983.Al-Jahiz and the rise of biological evolutionism. 3. Boix, E.; Bou, L. y Llebot, J. 1989. ¿Vuelve Lamarck? Investigación y Ciencia Nº 159. 4. Darwin, C. 1839. Viaje de un Natura- lista alrededor del mundo. 5. Darwin, C. 1859. El Origen de las Es- pecies. 6. Gould, S.J. 2004. La Estructura de la Teoría de la Evolución. 7. Hoodbhoy, P. 1991. Islam and Scien- ce: Religious Orthodoxy and the Battle for Ra- tionality. 8. Lamarck, J.B. 1809. Filosofía Zooló- gica. 9. Rosenthal, F. 1975. The Classical He- ritage in Islam. 10. Soler, M. 2003. Evolución: La Base de la Biología. 11. Zirkle, C. 1941. Natural Selection be- fore the “Origin of Species”. animales que perecieron en los dilu- vios bíblicos o bien caprichos de la naturaleza. 3.Método Dicotómico de Determi- nación: Sistema de clasificación por el cual a partir de la presencia o au- sencia de caracteres presentes o no en nuestro individuo a determinar, podemos saber la especie de que se trata. Esta guía según la respuesta a una pregunta te mandará a otra di- cotomía, así hasta llegar a una solu- ción donde se describe al individuo. Acompañando a esta solución va su nombre científico en latín. 4.Generación Espontánea: Teoría biológica que aseguraba que podía surgir vida de forma espontánea, a partir de la materia inerte. También llamado por Thomas Huxley como “abiogénesis”. 5.Transformismo: Teoría que postu- laquelasestirpesvancambiandosus características a lo largo del tiempo de una manera fundamentalmente gradual. Lo que ahora designa el término evolucionismo fue señalado durante mucho tiempo, hasta bien entrado el siglo XX, como transfor- mismo. 6.Teleologismo: Doctrina filosófica de las causas finales. Atribución de una finalidad u objetivo a procesos concretos. 7.Genotipos: Contenido genético de un individuo. 8.Determinismo: Doctrina filosófica que afirma que todo acontecimiento, incluyendo el pensamiento humano y las acciones, está causalmente de- terminado por la irrompible cadena causa-consecuencia. No hay mila- gros ni ocurren sucesos al azar.
  • 86. En el momento en que me dispon- go a escribir este artículo el cielo me está jugando una mala pasada. Uno de los espectáculos más fascinantes que nos ofrece la naturaleza, una lluvia de estrellas, se va a producir en unas cuantas horas y las nubes colapsan toda la cúpula celeste. La- mentablemente es algo habitual, es- pecialmente en estas fechas. La lluvia a la que me refiero es la de las Leónidas, segunda en importan- cia del año después de las archico- nocidas Perseidas, que nos visitan en agosto. Una lluvia de estrellas, analizada científicamente, no es más que el paso del planeta Tierra por el camino que recorre un cometa hacia el Sol en su perihelio, dejando atrás polvo estelar que es atraído por la gravedad de nuestro planeta y que se desintegra en nuestra atmósfera. Dependiendo de los restos que haya dejadoelcometaencuestión,eneste nocido, la Osa Mayor. A partir de esta constelación boreal podemos definir la mayor parte del cielo que se nos presenta noche a noche. Y es un espectáculo que nadie debería perderse. Ése es el primer paso. Cuando reconocemos algunas de las constelaciones de nuestro cielo ya podemos vislumbrar el orden apa- rente de las formas en las cuales la humanidad ha organizado las estre- llas que se pueden ver a simple vis- ta, entrando de lleno en el reconoci- miento de algo tan antiguo como es la astronomía. Y nos podrán venir a la mente los primeros humanos que se dieron cuenta de que las estrellas tienen ciclos, y que aparecen en el cielo a intervalos regulares. Así nos daremos cuenta que todos, absoluta- mentetodoslospuntitosblancosque vemos giran de este a oeste en una cadencia regular. ¿Todos? No, todos no. Hay un punto en el firmamento caso el llamado 55P/Tempel-Tuttle, la lluvia será más o menos intensa; así como su espectacularidad. Pero no vengo a hablar solamente de lluvias de estrellas. Vengo a hacerlo del espectáculo extraordinario que nos ofrece diariamente la naturaleza y que podemos contemplar con algo tan sencillo como levantar la vista en una noche despejada y lejos de las luces de las ciudades. Para el no iniciado, el firmamento se reduce a una infinidad de puntos blancos sin un orden aparente. Pero para los amantes de la astronomía ese orden existe, y aparece delan- te de nuestros ojos muy fácilmente mediante la observación de las for- mas en las que se nos presentan esos puntos blancos. En el anterior artí- culo de esta misma revista expliqué cómo detectar unas cuantas de esas formas a partir de un punto muy co-
  • 87. que no parece girar en el cielo y se mantiene inamovible mes tras mes, año tras año. Es la conocida Estrella Polar, o Polaris. Esta estrella coinci- de con el norte terrestre, por lo cual parece que no se mueve en el cielo. De ahí su importancia, ya que nos indica casi a la perfección el camino hacia el norte en nuestro planeta. Igual, lector, piensas que esa estrella es muy brillante y no tiene pérdida, y habitualmente he oído comenta- rios de personas decepcionadas en salidas astronómicas debido a su es- casa espectacularidad. De hecho sus estrellas vecinas en la Osa Mayor le ganan por goleada en brillo, y la gente suele confundir la Osa Mayor con el punto que indica el norte en nuestro hemisferio. tramos con un punto poco brillante en el cielo, pero extremadamente importante. Ya sabemos dónde se halla el norte.Apartir de aquí la cosa es sencilla: si nos colocamos de es- paldas a la formación, miramos ha- cia el sur. El este quedará a nuestra izquierda y el oeste a nuestra dere- cha. Ambas constelaciones, tanto la Osa Menor como la Osa Mayor son cir- cumpolares. Eso significa que nun- ca se ponen, ya que parecen orbitar el polo norte celeste desde nuestro punto de vista. Este hecho les dió en la antigüedad el status de estre- llas divinas, tanto a estas dos como a otras circumpolares como las que forman la constelación de Draco. De hecho, en Mesopotamia estas tres constelaciones formaban una gi- gantesca constelación, la del dragón. Ambas Osas hacían referencia a las alas del animal mítico. Encontramos referencias de gran importancia so- bre estas constelaciones tanto en la cultura egipcia, griega o árabe. Ya tenemos la primera característica de Polaris que la hace diferente al resto de estrellas. Otra característica que la hace especial es su posición en referencia a la latitud del planeta. Yeso trajo más de un quebradero de cabeza a los navegantes que sobre- pasaban la línea del ecuador en la época de los grandes descubrimien- tos. Cuando eso pasaba, la esfericidad de la Tierra hacía que la Estrella Polar se quedara por debajo de la línea del horizonte, desapareciendo el punto de referencia para encontrar el norte. Así pues, ya podemos imaginar que la polar se halla a la altura de la lati- Lo que sí cambia durante la noche es la posición del resto de estrellas de la Constelación de la Osa Menor, rotando perfectamente alrededor de la estrella principal de esa pequeña formación estelar. Así pues, lo úni- co que no rota es ese punto insigni- ficante y pequeño de nuestro cielo, hechoquelosantiguosobservadores y navegantes supieron aprovechar a la perfección. Sin tener otro tipo de referencias, se puede navegar o bus- car la ubicación en el espacio físico solamente buscando la Estrella Po- lar en el firmamento. Así pues, si buscamos en el cielo el asterismo de la Osa Mayor (en la imagen) y seguimos la posición de las estrellas beta y alfa de la conste- lación (Dubhe y Merak) nos encon-
  • 88. tud en que nos hallamos. En España se sitúa alrededor de los 39º norte, mientras que en el polo norte se ha- lla en el zenit de su altura, a 90º nor- te. Evidentemente, en la altura del ecuador se sitúa a 0 º, y solamente es visible pocas veces al año, siempre en la línea del horizonte. Más allá del ecuador desaparece del cielo. El punto de referencia pasa a ser la constelación de la Cruz del Sur, aun- que no es tan correcta como la refe- rencia en el norte, ya que está bas- tante separada del sur celeste. Aún así, es la constelación con la que marcamos el camino para encontrar el sur, debido a la facilidad para en- contrarla en el cielo; y porque la es- trella que marca el brazo más largo de la cruz, llamada Acrux o Estrella de Magallanes, señala casi exacta- mente hacia el sur. Una vez hallada la pequeña conste- lación, alargamos el camino que va desde Rubidea (la estrella superior del madero largo) hasta Acrux (la inferior) cuatro veces y media su propia extensión, llegando al punto (no definido por una estrella) que marca el sur celeste, y por definición el sur en nuestro planeta. Tal y como indica el siguiente esquema: No hay que confundir la conste- lación de la Cruz del Sur con la de la Cruz del Norte, que corresponde a la conocida también con el nom- bre de Cygnus o el Cisne. Esta otra constelación no determina ningún punto cardinal, forma parte del lla- mado Triángulo de verano junto a las constelaciones de Lyra y Aquila, principales formaciones celestes en el verano boreal junto a Escorpio. Ya conocemos la importancia de la estrella Polar, así pues si alguno de vosotros sale al campo en una noche estrellada no debe temer perderse, ya que incluso sin brújula sabrá dón- de están los puntos cardinales con un simple vistazo hacia el cielo.
  • 89. Los dinosaurios comprenden un grupo de animales de una gran di- versidad. Desde sus pariente mas lejanos, los Arcosaurios, los dino- saurios han ido poco a poco evo- lucionando y formando grandes familias que unas líneas mas abajo comenzaremos a conocer. Para entendernos los seres vivos se clasifican según un eje taxonómico el cual esta dividido en los siguien- tes estratos: Reino: En este caso corresponde al reino animal. Tipo: Los dinosaurios como la gran mayoría de animales pertenece a los Cordados, es un grupo con bastantes características entre las que destaca la existencia de un “cordón nervio- so” durante la formación de dicho animal. Clase: Reptiles. mas en esta cadena, como son Su- perfamilia, Suborden, etc. Sin em- bargo no los haré referencia dado su grado de complejidad. FAMILIAS DE DINOSAURIOS En este apartado podréis conocer las distintas familias de dinosaurios que habitaron la tierra, comentando sus características y algunos de los dino- saurios que formaron parte de ellas. Estegosaurios Este grupo de dinosaurios recibió su nombre gracias al mas famoso y conocido de ellos, el Stegosaurus. Hay que destacar que esta familia se dividió en 2 grupos, una formada por 14 dinosaurios y otra por un solo miembro; el Huayangosaurus, esto Subclase:Arcosaurios Orden: Dinosaurios.Apartir de aquí es donde comienzan los dinosaurios y donde veremos la gran variedad de estos. Familia: Hace referencia al grupo al que pertenece el dinosaurio, es lo que veremos mas abajo. Genero y Especie: Estos 2 grupos los he puesto juntos para compren- der mejor su equivalencia con un ejemplo: Especie: Canis familiaris; que signi- fica “perro común” y Canis lupus o lobo común. Genero: Canis, ambas especies for- man parte del mismo genero. Hay que destacar que los científicos han introducido algunos estratos
  • 90. se debe a que este dinosaurio era mucho mas pequeño que el resto de sus parientes. Una de las principales característi- cas de Los Estegosaurios era su cola que finalizaba en unas largas púas, normalmente 4. Estos dinosaurios caminaban a 4 patas, tenían las patas traseras largas y las delanteras cor- tas, lo cual hacia que no fueran muy rápidos; seguramente la cola era su principal defensa contra los depre- dadores. Otra de las características de estos dinosaurios era la formación de unas extrañas placas en su cuerpo. Estas placas tenían distintos tamaños, for- mas y disposición según las especie. Estas placas no se encontraban sol- dadas al esqueletos, sino encajadas en la gruesa piel del dinosaurio. Hoy día aun no se conoce la función exacta de estas placas, sin embargo los científicos creen que pudieron ser usadas como paneles solares, absorbiendo el calor del sol a los pri- Estos dinosaurios eran herbívoros, podemos encontrar Estegosaurios desde los inicios del Jurasico, como el Lexovisaurus, hasta mediados del cretácico como el Wuerhosaurus. Vivieron repartidos por todo el mun- do, aunque donde mas fósiles se han encontrado ha sido en china, pudie- ra ser debido a que allí habitaron 3 especies; Wuerhosaurus, Tuojiango- saurus y Huayangosaurus. Saurópodos LosSaurópodosconstituyenlafami- lia de dinosaurios con los miembros mas grandes que hayan existido so- bre la tierra. Son quizás el grupo de mas fácil identificación. Su principal característica era su enorme cuello, el cual les permitía alcanzar las copas de los árboles y quizás también adentrase en aguas los bastante profundas como para no ser alcanzados por los depredadores, aunque tampoco había muchos car- nívoros que pudieran hacer frente a estosgigantes.Lalongituddelcuello varia de una especie a otra, pero sin duda el Mamenchiosaurus poseía el cuello mas largo, llegando a los 11 metros de longitud. meros rayos del sol y permitiendo a este entrar en actividad mucho antes que el resto o cuando el clima era muy caluroso podrían haber sido un buen medio de refrigeración. Los Estegosaurios tenían una cabe- za muy pequeña por lo que el cere- bro también debía ser muy reducido. Midiendo la cavidad del cráneo del Stegosaurus se ha podido ver que este dinosaurio tenia un cerebro del tamaño de una nuez. Stegosaurus Wuerhosaurus
  • 91. El termino Saurópodo significa “con patas de reptil” y a pesar de que la gran mayoría de dinosaurios de esta familia tenían patas de elefante, en ellas presentaban una garra en el dedo pulgar. Esta garra podría haber sido utilizada como medio de defen- sa o bien para aferrarse a los árboles mientras se apoyaban a 2 patas. Todos los dinosaurios de esta fami- lia tenían dientes débiles en forma de cuchara, esto no era problema ya que eran los únicos que se alimenta- ban de los tallos tiernos en las copas mas altas de los árboles. Los Sauropodos habitaron la tierra desde el periodo Jurasico hasta el Cretácico, siendo uno de los últimos supervivientes el Diplodocus. Los fósiles de estos dinosaurios se encuentran esparcidos por todo el globo sin ninguna preferencia geo- gráfica. Terópodos Todos los dinosaurios carnívoros se engloban dentro de esta familia. De- bido a esto hay grandes diferencias entre unos y otros a pesar de perte- necer al mismo grupo. Una de las características que tenían en común era la de caminar a 2 pa- tas. Los dinosaurios mas grandes tenían grandes y pesadas patas necesa- rias para sujetar su enorme cuerpo, mientras que las patas de los peque- ños eran estilizadas y musculosas, preparadas para correr. Debido a la dieta de estos dinosaurio necesitaban fuertes y afilados dien- tes con los que desgarrar la carne, a excepción del Ornithomimus que poseía un pico óseo. También tenían fuertes garras en las patas traseras, en las cuales 3 dedos se orientaban hacia el frente y un cuarto dedo hacia atrás. Algunos como el Deinonychus tenia en uno de los 3 dedos una garra mucho mas grande que los demás. Gracias a esta gran variedad la fa- milia de los Terópodos se encuentra dispersa por todo el globo terráqueo y vivieron durante desde el inicio hasta el fin de la época de los dino- saurios. Paquicefalosaurios El termino Paquicefalosaurio sig- nifica “cabeza cupuliforme”. Este nombre se debe a que todos estos kentrosaurus brachiosaurus diplodocus
  • 92. dinosaurios tenían una cabeza en forma de bóveda con un importan- te aumento del grosor de los huesos del cráneo. Durante casi 50 años la única refe- familia es el Pachycephalosaurus con 8 metros de longitud y hasta 25 cm de grosor en el cráneo. Es probable que estos dinosaurios utilizaran su cabeza como arma de- fensiva contra depredadores o bien para luchar entre ellos en la época de apareamiento. Todos ellos eran dinosaurios herbí- voros, que avanzaban a 2 patas. Los Paquicefalosaurios habitaron durante el cretácico tardío, de echo el Pachycephalosaurus fue de los úl- timosdinosauriosendesaparecer.Se han encontrado fósiles en América del norte, Asia y también un único fósil en la isla de Madagascar. rencia que se tuvo de estos dinosau- rios fue tan solo un diente.Años mas tarde se encontrarían mas huesos, entre ellos el cráneo. El miembro mas importante de esta tyrannosaurus rex Homalocephale
  • 93. GLOSARIO DE DINOSAURIOS Carnotaurus El Carnotaurus era uno de los miem- bros mas importantes de la familia de los Terópodos. Llegaba a medir 7,5 metros de longitud y 3,5 de altu- ra. Vivió hace 100 millones de años en el cretácico. Los fósiles encon- trados apuntan a que el Carnotaurus habitaba enAmérica del sur. Su nombre significa “toro carnívo- ro” y esto es debido a que poseía 2 pequeños cuernos sobre la cabeza, justo encima de los ojos. Hoy día no se conoce la utilidad de dichos cuer- nos, si es que la había. Como el resto de terópodos de gran tamaño, el Carnotaurus poseía 2 fuertes patas con las que sujetar su cuerpo y una gran cabeza provista de afilados dientes de hasta 4 cm de longitud. Sus patas delanteras eran pequeñas y se cree que podrían haber carecido de utilidad alguna. A pesar de su gran tamaño se cree que el Carnotaurus era bastante mas ágil que sus parientes cercanos. Esto se debe a que poseía una larga y po- derosa cola, que al estirarla le habría permitido al dinosaurio correr, sin perder el equilibrio. Cuando se hallo el primer esquele- to de Carnotaurus se descubrió que desde la cabeza a la cola había unas hileras de protuberancias cónicas. Era la primera vez que aparecían pequeños restos de piel fosilizada en un dinosaurio. Esto dio a los cientí- ficos muchas pistas del aspecto de la piel del resto de dinosaurios. Actualmente puedes visitar los res- tos fósiles del Carnotaurus en el mu- seodeCienciasNaturalesdeBuenos Aires y en el museo Egidio Feruglio de Trelew.