El documento contrasta el antiguo pacto de obras con el nuevo pacto de gracia establecido por Dios. El antiguo pacto se representa por Agar e Ismael, mientras que el nuevo pacto se representa por Sara e Isaac. Aunque el antiguo pacto intentó cumplir los planes de Dios a través de las obras, solo el nuevo pacto de gracia prometido a Abraham y cumplido en Cristo puede conducir a la salvación.