Erase una vez una niña llamada Sara que le pidió a su papá una estrella de mar como regalo de cumpleaños. Su papá y su abuelo fueron con unos pescadores al mar para buscar una, pero surgió un dragón que rompió los barcos. Entonces apareció una sirena que hizo que los barcos volvieran a la superficie y convirtió al dragón en una rana. El abuelo encontró una estrella de mar y una rana, y se las dio a Sara.