Un signo lingüístico es la unidad básica de comunicación que combina un significante (la forma del signo como sonido o imagen) y un significado (el concepto o idea que representa), vinculados de manera arbitraria pero inseparable. Un signo lingüístico tiene cuatro características clave: es lineal, articulado, arbitrario y mutable e inmutable. Representa una construcción social valida en un contexto lingüístico particular que permite la comunicación entre emisor y receptor a través de un mensaje referido a un elemento del mundo real.