El documento aborda un marco para la resolución de conflictos en el aula, enfatizando la importancia de la identificación de problemáticas entre alumnos y su impacto en el aprendizaje. Propone un proceso de mediación que involucra tanto a docentes como a los alumnos, fomentando la empatía y la comunicación para llegar a soluciones consensuadas. Además, destaca la necesidad de un monitoreo post-acuerdo para asegurar el cumplimiento de las soluciones pactadas.