Philippe Meirieu argumenta que es responsabilidad de los educadores provocar el deseo de aprender en los estudiantes. Los educadores deben crear situaciones que hagan emerger preguntas en los estudiantes y los motiven a buscar respuestas. No basta con dar información a los estudiantes, sino que los educadores deben ayudar a los estudiantes a generar su propio interés en el aprendizaje.