El documento describe la evolución de la moda en Europa entre los siglos XV y XX, destacando las prendas y estilos típicos de cada época. En el Renacimiento italiano se usaban capas cortas, birretes y zapatos de punta ancha. En el siglo XVIII, las prendas masculinas incluían casacas, chupas, calzones y pelucas, mientras que las mujeres usaban vestidos largos y mantillas. A comienzos del siglo XX, la moda femenina se caracterizaba por corsés y faldas acampanadas.