Bartolomé Esteban Murillo nació en Sevilla entre 1617-1682. Quedó huérfano a los 9 años y fue criado por su hermana Ana, quien le permitió aprender pintura en el taller de un pariente. En 1630 comenzó a trabajar como pintor independiente en Sevilla, donde en 1645 recibió su primer gran encargo para la serie de 13 cuadros destinados al claustro de San Francisco el Grande, incluyendo su obra más celebrada "La cocina de los ángeles".