Los analgésicos no narcóticos incluyen el acetaminofeno y la fenacetina. Carecen de dependencia física o tolerancia como los analgésicos narcóticos. El acetaminofeno es el analgésico no narcótico más utilizado, pero puede causar daño hepático grave en dosis altas. La N-acetilcisteína es el antídoto específico para la hepatotoxicidad del acetaminofeno. La fenacetina puede causar nefritis e insuficiencia renal con uso excesivo.