El documento discute cómo la nutrición afecta el rendimiento mental. Explica que las proteínas y vitaminas como la B, C y los minerales ayudan al pensamiento y la memoria, mientras que los hidratos de carbono y las grasas saturadas pueden perjudicar la capacidad mental, especialmente después de los 40 años. También señala que la tirosina y el triptófano en el cerebro juegan un papel en la función mental y el estado de ánimo.