La objeción de conciencia permite a los profesionales sanitarios negarse a realizar intervenciones que van en contra de sus creencias. Aunque no existe una regulación legal específica, el Tribunal Constitucional ha establecido que la objeción de conciencia es un derecho fundamental basado en la libertad ideológica. No obstante, también debe respetarse la autonomía del paciente. La Ley de Salud Sexual y Reproductiva de 2010 reconoce expresamente el derecho a la objeción de conciencia en el caso del aborto.