Este documento resume las cualidades esenciales de la oratoria moderna según Carlos Loprete: verdad, claridad, belleza y vitalidad. La verdad debe estar firmemente impresa en los principios del orador, la claridad significa que el pensamiento es más importante que las palabras, la belleza se refiere a la mesura y sobriedad en lugar de la grandilocuencia, y la vitalidad, actividad y entusiasmo deben estar presentes desde el comienzo del discurso.