El documento aborda la problemática de la 'legítima defensa' en un caso de homicidio en Colombia, cuestionando la validez de las afirmaciones que justifican el asesinato de tres personas por parte de un individuo. Critica la respuesta de figuras políticas como la alcaldesa Claudia López y su relación con la interpretación de la seguridad ciudadana, sugiriendo que tales defensas han erosionado los derechos fundamentales y han normalizado la violencia. Además, se menciona la conexión entre estas justificaciones y el contexto histórico de violaciones a derechos humanos en el país, haciendo un llamado a respetar el debido proceso y los derechos a la vida.