Platón propone que el conocimiento es un proceso de reminiscencia o recuerdo de las Ideas eternas que el alma contempló en el mundo inteligible antes de encarnarse en un cuerpo. El alma accede a este conocimiento a través del diálogo socrático y la dialéctica, mediante los cuales se va ascendiendo de lo sensible a lo universal, o a través del amor platónico, contemplando progresivamente manifestaciones más puras de la belleza.