El pop art surgió en Londres en la década de 1950 pero tuvo su apogeo en Nueva York, manifestándose como una crítica plástica a la cultura del consumo y la tecnología a través de obras en serie que imitaban productos comerciales. Sus principales exponentes fueron Andy Warhol, conocido por sus serigrafías de Marilyn Monroe, y Roy Lichtenstein, famoso por sus cuadros basados en historietas.