Hachiko era un perro akita que acompañaba diariamente a su dueño, el profesor Ueno, a la estación de trenes Shibuya en Japón. Cuando el profesor falleció repentinamente, Hachiko continuó yendo a la estación todos los días durante más de 9 años hasta su propia muerte, demostrando una lealtad extraordinaria. Hoy en día, una estatua en la estación honra la memoria de Hachiko y su inquebrantable devoción hacia su amo.