La agricultura urbana ha existido durante mucho tiempo a través de huertos y jardines, pero ha ganado importancia desde la década de 1980 al mejorar la soberanía alimentaria, la calidad de vida y las relaciones sociales. La agricultura urbana orgánica puede utilizarse como una herramienta pedagógica, mejorar el medio ambiente al optimizar recursos como el agua y el suelo, y generar ahorros económicos para las familias al producir sus propios alimentos.