El documento describe el origen y la historia de la fiesta de Todos los Santos y de Halloween. El Papa Gregorio III designó el 1 de noviembre para celebrar a Todos los Santos. Los celtas celebraban una fiesta pagana el 31 de octubre para honrar a los muertos, creyendo que podían regresar ese día. Con el tiempo, esta tradición se fusionó con la celebración cristiana de Todos los Santos.