Los principios contables incluyen el matching, que requiere que los ingresos y gastos se emparejen en el mismo período contable aunque los pagos no se hayan realizado; la empresa en marcha, que supone la continuidad del negocio excepto para consorcios que se disolverán; y la consistencia, prudencia y costo, que exigen un tratamiento uniforme para ítems similares, la visión más cauta y valorar activos al menor costo respectivamente.