Los jóvenes consumen drogas principalmente para ser aceptados por sus grupos de pares y sentir que pertenecen, sin darse cuenta del daño que se causan a sí mismos. La drogadicción infantil es un problema social que empeora debido a la falta de instituciones efectivas que ayuden a los niños. Los adolescentes son fácilmente manipulables y siguen las tendencias de sus grupos, aunque sepan los riesgos para su salud, y sólo pueden dejar la droga cuando se den cuenta por sí mismos del daño que se hacen.