El documento discute los desafíos planteados por la psicopatía en el siglo XXI. Explica que los psicópatas carecen de empatía y remordimiento, y pueden cometer actos dañinos. También señala que el entorno social puede fomentar o inhibir la manifestación de tendencias psicopáticas. Finalmente, argumenta que para combatir la psicopatía se necesitan leyes fuertes contra el maltrato y una sociedad comprometida con la dignidad humana.