La recursividad es una técnica en programación que permite a las funciones llamarse a sí mismas para resolver problemas complejos descomponiéndolos en subproblemas más simples. Incluye conceptos como el caso base y el caso recursivo, y puede ser eficiente, aunque con alta complejidad en algunos casos, como la secuencia de Fibonacci. Es una herramienta valiosa que debe usarse con precaución, considerando su legibilidad y estructura frente a cuestiones de rendimiento.