La lectura de alta velocidad consiste en utilizar palabras clave para localizar información específica sin necesidad de leer el texto completo. Otra técnica es la lectura de velocidad, que implica leer fragmentos significativos del texto para comprender su organización y contenido sin tener que leerlo todo. Ambos métodos permiten procesar un texto de manera eficiente sin revisarlo en su totalidad.