El segmento terrestre de una misión espacial incluye las antenas, centros de control y personal en la Tierra que se comunican con la nave espacial. Un elemento clave es la Deep Space Network (DSN), una red internacional de antenas propiedad de la NASA que apoya misiones interplanetarias y de radioastronomía. La DSN está formada por tres complejos separados 120 grados que permiten comunicación continua con la nave las 24 horas del día.