El documento aborda la evolución de las definiciones de sepsis y shock séptico, desde los consensos iniciales en 1991 hasta el consenso de 2016 que introduce la escala SOFA para evaluar la disfunción orgánica. Destaca la inclusión del qSOFA como una herramienta clínica rápida para identificar pacientes en riesgo. Se concluye que el uso de estas escalas puede ser complicado en contextos de recursos limitados.