Los niños superdotados se caracterizan por su capacidad de manipular símbolos y un alto cociente intelectual, acompañados de intensa curiosidad y interés por cuestiones existenciales. Su desarrollo es avanzado en comparación con sus pares en aspectos físicos, emocionales y académicos, pero pueden enfrentar desafíos si su entorno no se adapta a sus necesidades. La falta de atención adecuada puede resultar en problemas de adaptación social y emocional.