El documento explora un enfoque de liderazgo basado en el servicio y la profundidad espiritual, inspirándose en la tradición ignaciana de San Ignacio de Loyola. Aborda la necesidad de revitalizar la fe y la forma de ser católico ante una cultura cambiante y un pragmatismo desgastante, proponiendo un liderazgo que promueva el desarrollo integral y la escucha activa. Se enfatiza la importancia de encontrar a Dios en la vida cotidiana y el compromiso con los más necesitados como pilares de un auténtico servicio comunitario.