Los depósitos de aire comprimido son fundamentales en aplicaciones industriales y de herramientas neumáticas, almacenando aire a alta presión. Están fabricados generalmente de acero o materiales compuestos y varían en tamaño, desde portátiles hasta estacionarios, con características como válvulas de seguridad y manómetros. El mantenimiento regular es esencial para un rendimiento seguro y eficiente.