Este documento discute la importancia de distribuir las responsabilidades de evangelización y testificación entre los miembros de la iglesia para evitar el agotamiento. Sugiere capacitar a los miembros a través del crecimiento espiritual y el trabajo efectivo, y asignar a los obreros de acuerdo a sus habilidades y afinidad con los interesados para lograr mayor efectividad. También enfatiza la necesidad de promover la armonía a través de la participación unida en la obra.