El documento describe las catedrales góticas como obras paradigmáticas del arte gótico. Las catedrales eran financiadas por burgueses, reyes y obispos y servían como símbolos de identidad para las ciudades y diócesis. Se construían siguiendo principios estéticos y técnicos como la geometría, y reflejaban conceptos como que Dios es la luz y la razón.