El documento aborda la idolatría en Israel y cómo el pueblo se prostituyó espiritualmente al adorar a dioses ajenos, lo que generó la ira de Dios. Expone la importancia de la obediencia y fidelidad a Dios, el primer mandamiento, y la necesidad de rechazar toda forma de idolatría, simbolizada a través de alimentos sacrificados a ídolos. Se concluye con un llamado a la confesión y entrega a Jesucristo para el perdón de la idolatría.