El poema celebra el viaje sin fin sobre el destino, argumentando que no llegar a un destino es la aventura más fantástica. Cuando el camino de alguien se detiene, desaparecen futuros y metas, pero la tierra continúa su curso cotidiano. Quedarse en el viaje en lugar de alcanzar un destino es un acto único que ni el descubridor del fuego ni Einstein olvidarán.