Las volumetrías de precipitación se basan en la reacción entre el analito y el agente valorante que forma un precipitado insoluble. Se requiere que la reacción sea estequiométrica y rápida, y que existan medios para detectar el punto equivalente, como indicadores químicos, potenciométricos o de adsorción. Algunos ejemplos comunes son la valoración de haluros con plata y los métodos de Mohr y Volhard.