La ley del impuesto sobre la renta para 2020 introduce modificaciones basadas en el proyecto BEPS de la OCDE para combatir la evasión fiscal internacional. Se amplían los supuestos de establecimiento permanente y se especifican nuevas deducciones y retenciones, especialmente para plataformas electrónicas y arrendamientos de inmuebles. Además, se establece un límite a la deducción de intereses para evitar la erosión de la base imponible.