Zeus se disfrazó de hombre para seducir a Sémele, hija del rey de Tebas, pero la celosa Hera convenció a Sémele de pedirle a Zeus que se mostrara en su verdadera forma, lo que acabó matando a Sémele. Hermes rescató al bebé no nacido que llevaba Sémele en su vientre, Dioniso, y se lo entregó a Zeus. Dioniso creció para convertirse en el dios del vino en la mitología griega.