3 juan apuntes

Comentario a las Epístolas
2ª y 3ª de Juan
¿ESTOY YO EN LA VERDAD?
(2ª de Juan)
Juan Sánchez García
COOPERANDO CON LA
VERDAD
(3ª de Juan)
Antonio Rives Inglés

ESTUDIOS EPÍSTOLA 2ª DE JUAN INTRODUCCIÓN
SEGUNDA EPÍSTOLA DE JUAN
Introducción: El Evangelio de Juan fue escrito para que las gentes
“crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo
tengan vida eterna” (20:31). La Primera Epístola de Juan fue escrita
para que los que han creído en Jesús, el Hijo de Dios, puedan saber con
certeza “que tienen vida eterna” (5:13). La Segunda Carta de Juan fue
escrita para defender la pureza y “la verdad” de lo que han oído y creído
los que ya son cristianos. Y la Tercera Carta o Epístola de Juan fue para
aconsejar a los cristianos a “recibir con amor” a los que van predicando
el puro y genuino Evangelio de Cristo.
Trasfondo de la Carta: El trasfondo principal de esta Carta, tenía que
ver con el ministerio itinerante llevado a cabo por muchos hermanos de
las iglesias, que viajaban de un lado para otro llevando el Evangelio. Y
estos “evangelistas” y “maestros” de la Palabra eran recibidos y ayudados
material y económicamente por los hogares de los cristianos de la
primitiva iglesia.
Tanto la Segunda, como la Tercera de las Epístolas Juaninas, enfatizan
mucho “la verdad”. En la Segunda, Juan nos advierte de que “no
debemos recibir a los que “no andan en la verdad” ; a los que no
enseñan la auténtica Doctrina de Cristo, con respecto a la verdad de su
Persona. Por el contrario, Juan en la tercera Epístola, anima y exhorta a
los creyentes a recibir y ayudar a los que “sí andan en la verdad”; a los
que enseñan “la verdad”. De manera que, ambas Epístolas (pero en
particular la Segunda) insisten en “la verdad”.
Existe un “ecumenismo” tanto por el Catolicismo Romano, para que
“nos unamos todos los cristianos”; “porque no importa lo que nos separa,
sino el amor que nos une”. Como también existe un “ecumenismo
evangélico” (pues así lo defino yo) en el que se lamentan de que no
estemos más unidos los “evangélicos” frente al mundo, para que nos
conozcan, que somos de Cristo.
Yo pregunto: unidos, ¿pero a qué coste? ¿al coste de sacrificar “la
verdad” en aras del amor? ¿tiene “la verdad” menos valor que “el
amor”? Todo ello depende de lo que signifique para cada uno de
nosotros dicha “verdad”.
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La palabra castellana que se nos traduce por “verdad”, en el griego
bíblico es “αληθεια” (“aletheia”). Y esta palabra a secas, puede tener
diferentes significados para el que la lea. Por ejemplo, para los griegos
cada cosa tenía su verdad. Platón, veía “la verdad” como un mundo de
ideas que no puede ser comprendido por el hombre. De ahí, que Pilato
preguntase a Jesús: “¿qué es la verdad?” (Jn.18:38).
Dicho de otra manera; “la verdad” tiene varios significados en la filosofía ,
y es relativa. Y en códigos o normas, la verdad está reglamentada a
cambios. Luego, también es relativa.
Pero para el Apóstol Juan, “la verdad” no era una cosa abstracta, sino
Una Persona: ¡JESUCRISTO! a quien oyó decir: “YO soy el Camino, la
Verdad y la Vida” (Jn.14:6). Para Juan “la verdad” era algo revelado por
el Mesías, y desarrollado gradualmente por el Espíritu Santo, que es “el
Espíritu de Verdad”.
Para Juan, “la verdad” es ¡lo que es cierto!, ¡lo que tiene validez!, ¡lo que
es confiable, lo recto, lo sincero, lo honesto! Es la realidad divina; lo que
Dios ha revelado.
Tenemos en esta Segunda Carta de Juan cinco veces la palabra
“αληθεια” = “verdad”. El mismo número de veces que tenemos
“αγαπη” = “amor”, “ágape”. Lo que nos prueba que la verdad está en el
mismo nivel que el amor. No está por debajo lo uno de lo otro.
¿Por qué se presenta Juan en esta Segunda Carta como “el anciano”
(“presbítero”)? Hay dos razones fundamentales para mí:
1ª- Fue escrita entre los años 88-90 d. C. y no cabe la menor duda de
que Juan era ya un “anciano” de avanzada edad; de unos 90 años
aproximadamente cuando la escribió. 2ª- Sus últimos años Juan los pasó
en Éfeso, y tampoco hay duda de que él era reconocido “anciano” en la
iglesia de Éfeso, donde terminó sus últimos días.
Por lo cual, esta breve Carta, la más corta de todo el N. T. de solo 13 vs.
fue escrita por “El anciano” (“Ο πρεσβυτεροs”) palabra griega que
designa a la persona de edad avanzada, como también de experiencia,
madurez y autoridad en la iglesia.
“A la señora elegida…” (“εκλεκτη κυρια”) “…y a sus hijos”
(“τεκνοιs”).
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El Propósito de la Carta:
El propósito de esta breve Carta, fue prevenir a la Iglesia del peligro
doctrinal que estaban sembrando los “muchos engañadores que
habían salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha
venido en carne” (vs.7). Y cuyo fin, es apartar a los creyentes de la
“verdad”.
Y esta falsa enseñanza o negación, Juan la atribuye al “engañador” y
“anticristo” que estaban amenazando la “sana doctrina” de los
creyentes que la habían recibido de “sus apóstoles” (2ªPed.3:1).
Estos “engañadores” son los mismos “falsos maestros” que Juan nos
presenta en su Primera Carta 4:1-3. Por esta razón, lo que pretende
Juan en esta Segunda Carta, es advertirles del peligro de tener el más
mínimo contacto con los tales “engañadores” (vs.10,11).
Análisis de la Carta:
A- Saludos personales (vs.1-3)
B- Recomendación de andar en la verdad y en amor (vs.4-6).
C- Amonestación frente a los “engañadores” (vs.7-11).
D- Conclusión y saludos de despedida (vs.12,13).
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ESTUDIOS EPÍSTOLA 2ª DE JUAN
SALUDOS PERSONALES
Vs.1) “El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la
verdad”.
Ya hemos dicho que la palabra clave de esta Carta es: “VERDAD” y los
versículos clave son: 9,10.
“Cualquiera que se extravía, y no persevera
en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios;
el que persevera en la doctrina de Cristo,
ése sí tiene al Padre y al Hijo”
De manera que Juan, el Apóstol del Señor “amaba en la verdad” a la
señora elegida”, como igualmente “todos los que han conocido la
verdad. Y todos ellos, lo hacían por amor a la verdad. O como lo
expresa W. MacDonald: “Es la verdad de Dios la que liga los corazones
de todos los que han llegado a conocer la verdad”.
Esta Segunda Carta de Juan, va dirigida a una iglesia específica y
concreta. Pues para mí, las palabras “señora elegida” significan una
iglesia local, que bien pudiera reunirse en la casa de alguna hermana
conocida, es decir: su casa era sin duda el lugar de reunión de los
cristianos de esa localidad, en la que el Apóstol Juan era conocido por
dicha iglesia y también sus enseñanzas eran bien recibidas y aceptadas.
Dicho en otras palabras: Era muy posible que debido a la persecución
reinante en esos días del emperador Domiciano, que el autor (Juan), no
quiso dar pistas de dónde estaba ubicada la iglesia local para evitar que
la Carta fuese interceptada por las autoridades romanas, y designó a la
iglesia como “señora elegida”. No olvidemos que la palabra “elegida”
o “escogida” es un término teológico relacionado con aquellos que han
sido por Dios “elegidos en Cristo” para formar Su “pueblo adquirido”.
“…y no solo yo, sino también todos los que han conocido la verdad”. “Los
que han conocido la verdad” son aquellos que han venido “al
conocimiento de la verdad” (1ªTim.2:4). Y todos los que tienen una fe
común en la “verdad”, tienen comunión con los que están en “la
verdad”.
Vs.2) “A causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre
con nosotros” ¿Con qué fin escribe Juan esta Carta? Pues con el fin, o
el propósito de prevenir a la iglesia contra la falsa enseñanza que ya
existía en sus días acerca de la Persona de Jesús (como existe en
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nuestros días) y que de no atajarla, socavaría el fundamento de la fe
cristiana.
Existía ya, sembrada en aquellos días la conocida “doctrina de los
nicolaítas” que Juan menciona en dos de “las siete iglesias” del
Apocalipsis: “Éfeso” 2:6 y “Pérgamo” 2:15.
Pero también un tal Cerinto (precursor de los “gnósticos” del siglo II)
había sembrado el error de disociar, separar, divorciar la Persona del
Señor Jesucristo. Enseñando que “Jesús era el hijo humano de José y de
María, en quien penetró el Cristo cuando fue bautizado por Juan en el
Jordán, y que el Cristo salió de Jesús, momentos antes de ser
crucificado. Por lo que fue Jesús quien murió, no el Cristo”
Por lo cual, es sumamente importante que cada iglesia local sepa cómo
mantener “la verdad”; lo que se llama en el N. T. “la sana doctrina”. De
manera, que, “andar en la verdad”, provee la base para el “amor”.
Pero “amor” sin la “verdad” es mero sentimiento que no tiene ningún
valor. “Amar en la verdad”, y “seguir la verdad en amor”, son dos
gemelos que deben estar presentes en la vida de cada iglesia, y de cada
cristiano en particular.
Como muy acertadamente ha dicho alguien: “amar de verdad es un
buen principio para cualquier relación permanente” y también “toda
congregación debe estar unida en amor y en verdad”.
Vs.3) “Sea con vosotros gracia, misericordia y paz de Dios Padre y del Señor
Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor” Esto es la bendición
que Juan desea para los miembros de la iglesia.
Esta forma de saludo y bendición, era muy usada por los apóstoles del
Señor con pequeñas variantes (1ªTim. 1:2; Tit. 1:4; 1ªPed. 1:2). La
procedencia de esta bendición viene “de Dios Padre y del Señor
Jesucristo, Hijo del padre”.
Subrayo esto último como expresión única de Juan. Y porque Juan
quiere acentuar la concepción milagrosa de Cristo y la identidad de
Jesucristo; el Hijo encarnado de Dios, por quien el Padre nos ha sido
revelado. Pues esta doctrina la negaban rotundamente los gnósticos, y es
doctrina fundamental de nuestra fe y de nuestra salvación (Mt.16:16).
Lo primero que Juan menciona es la “gracia”; que es el don inmerecido
para nosotros, culpables pecadores. La “gracia de Dios Padre” está por
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delante de todas las cosas, y ella está probada por la “misericordia”;
por la compasión de Dios para con nosotros, los culpables. Y la bondad
amorosa de Dios, que ello trae “paz” a nuestros corazones (Juan 14:27).
La “paz” es la buena relación de armonía entre Dios y el pecador. Y ello
es fruto de la “gracia” y de la “misericordia” (Rom.5:1).
“Estas tres bendiciones , en efecto, proceden de Dios Padre y del Señor
Jesucristo. El Padre es la Fuente, y el Hijo es el canal”.
1- El Señor Jesucristo es “LA VERDAD” (Jn.14:6). 2- El Espíritu Santo
es “el Espíritu de Verdad” (Jn.14:17). 3- La Biblia “es Verdad”
(Jn.17:17).
“…en verdad y en amor” Estas dos gracias de nuestra fe, Juan las
combina porque aseguran el éxito de nuestra vida cristiana.
Por último, quiero destacar cómo Juan en estos tres primeros vs. hace
constar cuatro veces la palabra “verdad”, porque les está preparando el
camino de ataque frente a los engañadores del vs.7 quienes en oposición
a la “verdad, trataban de desviar a los cristianos de aquellos días.
“La Verdad” que la iglesia apostólica entendía era, y es, la base de
nuestra fe cristiana y está en oposición a cualquier enseñanza que esté
en contra del N. T. Pues el error, divide y separa.
“La Verdad” es el nexo de unión entre Juan el Apóstol y los receptores
de la Carta, a los cuales se dirige (¡Léase 1ªJn.4:6!).
“La Verdad” es algo que debe afectar nuestro vivir y práctica diaria.
ANDANDO EN LA DOCTRINA DE CRISTO
Vs.4) “Mucho me regocijé …” (“ejarén” = “me regocijé”. “lianoti” =
“muchísimo” ).
“Ejarén” es la voz en tiempo aoristo del verbo “jaíro” = “gozarse”. El
participio de aoristo del griego, es un tiempo pasado pero con efectos
presentes continuos sin considerar el tiempo empleado para su
realización. Es decir, de una duración continua. ¡Tomemos como
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ejemplo el sacrificio de Cristo!: “…habiendo efectuado la purificación
de nuestros pecados…” (Heb.1:3).
De manera que aquí, Juan, al encontrarse con algunos de los hermanos,
y recibir la buena noticia de saber que los hermanos “andaban en la
verdad”, en ese mismo instante su corazón dio un vuelco de alegría y
que permanecía hasta ese momento cuando les escribe la Carta.
Esta es la quinta vez que tenemos la palabra “verdad” en esta Carta. Y
¿cuánto fue el gozo que le produjo al “anciano” Juan? ¡“lianoti”! =
¡“muchísimo”! Esto es un superlativo. ¿Y por qué ese “regocijo” en
Juan? “porque “he hallado” a algunos de tus hijos andando en la
verdad…”
“He hallado” = “¡eureka!”, “he encontrado”, “he descubierto”. Esta
palabra expresa alegría cuando se halla o se descubre algo que se busca
con ahínco; con afán. Se supone que esta palabra la pronunció
Arquímedes (Siglo III a.C.) al descubrir el peso específico de los cuerpos
sumergidos.
Pues para Juan, no había algo más valioso que descubrir que “sus hijos
andaban en la verdad”, y el encontrarse con ellos ha producido un gozo
tan grande, que decide escribir esta Carta a la iglesia, para animarles a
que continúen en esa carrera cristiana: “la verdad” (Gr. “aletheia”)
¡Leer 3ª Juan vs.4!
Varias veces he sido acusado por mismos creyentes, y no creyentes, de
“pecado de orgullo” por el simple hecho de afirmar que se puede
“conocer” y “andar en la verdad”. Me han dicho: “¡Nadie puede
afirmar con seguridad que está en la verdad!” ¿es eso cierto? Pues yo
leo aquí que Juan sí lo afirmaba y creyentes de sus días “andaban en la
verdad”
Y esto no es un invento del “anciano” Juan, sino que lo han recibido de
Dios el Padre: “conforme al mandamiento que recibimos del Padre”
“Recibimos” = Gr. “elábomén” (primera persona del plural). También
está en tiempo “aoristo”, pero con efectos y resultados continuos. “Del
Padre” (“patros”). Y ¿cómo lo habían recibido “del Padre” ? Los
apóstoles habían recibido todo el conocimiento y la voluntad de Dios
Padre, por medio del Hijo (Jn.15:15).
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Es por esta misma razón, que desviarse, o apartarse del camino de “la
verdad”, no es un error desafortunado, sino un acto de rebelión y de
desobediencia a Dios, que trae tarde o temprano sus consecuencias.
Por último, ¿qué significa la palabra “andan en la verdad”? Esta palabra
en el griego es: “peripatountas” que viene del verbo “peripateo”
(“andar”). Y ¿qué significado tiene en el N. T. el verbo “andar”?
“Que andéis como es digno de la vocación…” (Ef.4:1)
“Que andéis como es digno del Señor” (Col.1:10)
“Andar en santa y piadosa manera de vivir” (2ªPed.3:11)
Con estas tres muestras es más que suficiente para enseñarnos que el
verbo “andar” en el N. T. tiene que ver con nuestra conducta diaria.
Concluyo con palabras de W. MacDonald: “La verdad no es solo algo
que creer con la mente, sino que debe ser vivido en la vida cotidiana”.
Vs.5) “Y ahora te ruego, señora,…” Juan, aunque como Apóstol del Señor
que era, tenía la capacidad y la autoridad para mandar. Pero no lo hace,
“ruega”, “suplica” (V. “Peshitto”) a la señora elegida” (vs.1); a la
iglesia local reunida en su casa.
Juan le “suplica” ejercitar, no un mandamiento nuevo, sino el que ya
conocen y han tenido los Apóstoles y los cristianos “desde el principio,
que nos amemos unos a otros”.
El gran mandamiento del amor, no es nuevo (“kainé”), sino que procede
del mismo Señor Jesucristo, y por lo tanto desde las mismas raíces del
Cristianismo (Juan 13:34,35; 15:12,17; 1ªJn.2:7; 3:11; 4:7,11; 5:3).
De manera que, después de haber mencionado Juan el mandamiento de
“andar en verdad” o “en la verdad”, ahora menciona el mandamiento
del amor fraternal. Porque tanto la “verdad”, como el “amor” proceden
de Dios (vs.3).
Vs.6) “Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos” (comp. con
1ªJn.2:5; 5:3) “El amor” consiste en cumplir el mandamiento de Dios:
“Si me amáis, guardad mis mandamientos” dijo Jesús (Jn.14:15). De
manera que el amor se demuestra cuando estamos dispuestos a
observar y “guardar” los mandamientos de Dios.
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El mandamiento aquí, es que “andéis en amor” y repite la frase
“…desde el principio”.
Como dice Enrique Martorell: “En el vs. 5, el nuevo mandamiento es que
nos amemos unos a otros. En el vs. 6, el amor es el cumplimiento de los
mandamientos. Por tanto, en el vs. 5 la obediencia encuentra su
expresión en el amor. Mientras que en el vs. 6 encuentra su expresión en
la obediencia” (“El Griego del Nuevo Testamento” Pág.134).
Juan nos presenta Doctrina y Práctica (Praxis): Primero nos dice que
“amarnos” es andar en los mandamientos del Señor, y ahora nos dice
que “guardar sus mandamientos” es “andar en amor” que tiene su
fuente en el mismo Dios.
El “andar en amor” y “guardar sus mandamientos” nos va a librar de
muchos males que Juan nos va a presentar a continuación, y que, de no
preverlos, socavaría el fundamento de la fe cristiana.
Resumiendo: 5 veces hemos leído la palabra “amor” (“ágape”) y 5
veces la palabra “verdad” (“aletheia”), lo cual significa un equilibrio. Y
lo cual nos enseña que “el amor sin verdad, es mero sentimiento”. Pero
también, “la verdad sin amor, es conocimiento sin motivación”
ALERTA FRENTE A LOS “ENGAÑADORES”
Vs.7) “Porque muchos engañadores han salido por el mundo…”
Juan nos presenta aquí al “engañador” y su engaño; quienes traen el
error de la Persona y la Obra del Señor Jesucristo. Si ya los hubo en los
días de los Apóstoles, no pensemos que es raro encontrar hoy
“engañadores” y “opositores” frente a la Verdad de lo que dice la Biblia.
“Engañadores” (Gr. “planoi”) que viene del verbo “planáo” que
significa “vagar”, “errar”, “extraviar”. Por lo que podemos leer:
“muchos vagabundos han salido por el mundo”. La misma palabra
“planoi” la tenemos en 1”Tim.4:1 referente a los “espíritus
engañadores”; de los impostores de la fe.
“…han salido por el mundo”. Varios expositores están de acuerdo en
que estos “engañadores” (“vagabundos”), Juan se está refiriendo a los
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que crearon CRISIS en las iglesias “saliendo de nosotros, pero no
eran de nosotros” (1ªJn.2:19).
“…que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne”. “No
confiesan…” significa que “no afirman”, y no afirmar equivale a
“negar”. Los gnósticos “docetistas” no admitían que Jesús fuese de
carne y huesos; no admitían que Dios “fuese manifestado en carne”
(1ªTim. 3:16).
La Doctrina de la Encarnación del Hijo de Dios, era negada de plano por
los gnósticos docetistas en los días de Juan. La palabra “docetismo”
viene del griego “döcéo” que significa “parecer”. Y ¿qué quiero decir
con esto?, pues que estos “engañadores” enseñaban que “Jesucristo,
no puede ser realmente humano. El Cristo era de Dios, pero no era
hombre, solo “parecía ser hombre”. De ahí viene, como digo arriba la
palabra “döcéo” = “parecer”.
El Nuevo Testamento enseña dos cosas acerca de Jesucristo – en un
sentido único era y es Dios, pero innegablemente también era y es
humano- Si queremos ser cristianos “novotestamentarios”, debemos
reconocer y admitir ambas cosas.
“Quien esto hace es el engañador y el anticristo” Juan atribuye esta
herejía al “espíritu del Anticristo” (Leer 1ªJn.4:2,3).
“Si no aceptamos su humanidad, ¡su sangre no ha sido derramada!
Estamos en nuestros pecados y perdemos el fruto de nuestro trabajo” (E.
Martorell).
“Sin un Cristo íntegro, no hay Cristianismo. Un Jesús que no sea Dios
aparecido en carne, no puede ser un Salvador. Cualquier doctrina que le
quite a Jesús su plena divinidad, o le quite a Cristo su plena humanidad,
no es doctrina en absoluto” (E. M. Blaiklock).
Vs.8) “Mirad por vosotros mismos…” “¡Manteneos en guardia!”. Esto es
una firme advertencia para no dejarnos mover por los “engañadores”.
Con motivo de los embaucadores que andaban sueltos, era muy
necesario examinarse uno mismo (vs.8) y examinar a los demás (vs.9-
11).
Esto mismo es lo que Pablo dice a los ancianos de Éfeso: “…mirad por
vosotros…” (Hch.20:28). Y en ambos casos tiene que ver con los
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peligros de los “engañadores” o “lobos rapaces” en las iglesias. Y el
mismo Señor Jesús lo advirtió también a los Suyos (Leer Mr.13:9)
“…para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo…” Juan advierte a sus
lectores que no dejen que los engañadores les hagan perder, lo que los
Apóstoles y evangelistas habían llevado a cabo.
“…sino que recibáis grande galardón” Dicho en otras palabras: “a fin de
que podáis recibir la recompensa completa”.
El “galardón” es una cosa, pero el “grande galardón” es otra cosa muy
distinta. El “galardón” está preparado en el cielo para ser dado a todos
“tus siervos los profetas, los santos, y los que temen tu Nombre, a los
pequeños y a los grandes” (Ap. 11:18).
Es sumamente importante y necesario conservar, y mantener el trabajo
comenzado, fundado en la “verdad” y “amor” con el fin de alcanzar el
“galardón” prometido por el mismo Señor.
Vs.9) “Cualquiera que se extravía…” “Extraviar” (del griego “proagön”)
significa “ir más adelante”; “ir más adelante del Evangelio”. En este
caso, quiere decir “ir más allá de la Doctrina o Enseñanza recibida por los
Apóstoles del Señor, y enseñando cosas que los Apóstoles nunca
enseñaron”
Aquellos maestros gnósticos se tenían por “pensadores avanzados” y
según ellos, el Evangelio puro y sencillo, era para los “no iniciados”,
mientras que para ellos mismos ya habían alcanzado un conocimiento
presuntamente superior. Por esta razón, “ir más adelante del Evangelio”
significa “no perseverar en la Doctrina de Cristo”. De modo que, tal
“avance” no es progreso, sino apostasía.
Dice A. T. Robertson: “Estos gnósticos se las daban de progresistas, de
pensadores avanzados, y estaban anhelantes de relegar a Cristo al
pasado en su marcha hacia delante”.
Pero como dice el Apóstol Pablo a Timoteo, con referencia a los falsos
maestros: “pero no prevalecerán” o “no irán más adelante” “no
pasarán de ahí” (2ªTim.3:9).
“…y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios” Se puede
perseverar en una profesión de “cristianismo” sin permanecer en la
Doctrina de Cristo. Esto es lo que significan los Sistemas que llevan la
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etiqueta de “cristianos” como el Catolicismo Romano; Ortodoxos,
Anglicanos, Testigos de Jehová, Mormones, Adventistas del Séptimo Día,
Espiritismo, La Ciencia Cristiana, “Niños de Dios”, etc. etc.
“Doctrina de Cristo” es lo que Cristo y Sus Apóstoles enseñaron y nos
dejaron escrito en el N. Testamento. Fuera del N. T. no es “Doctrina de
Cristo”, sino de los hombres.
“No tiene a Dios” es también “no tener a Cristo”. ¡Hasta aquí es la
parte negativa del vs. 9! La parte positiva es lo que continua de dicho vs.
9
“El que persevera en la Doctrina de Cristo, éste tiene al Padre y al Hijo”
Literalmente podemos leer la primera parte así: “el que permanece en
la enseñanza de Cristo”. No es solo tocante a la Persona de Cristo,
sino también en cuanto a la enseñanza que Él ha dado por medio de Sus
Apóstoles. Ir más allá de esto, es “extraviarse” (“proagön”). Y éste es
el camino de muchas Sectas de nuestros días, que tiene nuevos nombres
hoy, pero su doctrina y origen proceden desde los días de los apóstoles.
El “progreso” es bueno, pero progreso hacia Cristo, nunca alejándonos de
Él, sustituyéndole por otras cosas o personas.
Vs.10,11) “Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina…”
La hospitalidad era muy común en aquellos días de los Apóstoles; se
hospedaban creyentes en las casas de otros creyentes; hermanos en la
fe.
Si era necesario en aquellos días examinar las creencias de los que se
presentaban como “forasteros visitantes”, ¡Cuánto más lo requiere hoy!
El caso que estamos tratando en esta Carta, se refiere a aquellos
“gnósticos docetistas”, herejes enemigos de Cristo, que ya hemos dado
detalles, y Juan aconseja “no hospedar” a estos personajes subversivos,
pues Juan dice que “dar la bienvenida a estos herejes, implica tener
comunión en sus hechos perversos”.
Es cierto que con frecuencia a nuestra casa entran personas que no son
creyentes y debemos hacer lo posible por ganarlas para Cristo. En estos
casos no se aplica lo que estamos leyendo en 2ª de Juan.
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Juan nos está hablando de “maestros religiosos” que niegan la deidad y
la humanidad de cristo, y entablar amistad con ellos, sería presentar una
deslealtad a Cristo.
El verbo “venir” (“viene a vosotros”) con el que comienza el vs.10, (Gr.
“erjetái”) no significa que vienen de visita, sino que vienen con la
intención de “enseñarte” sus doctrinas. Y debemos rechazarlos de plano.
Y el verbo “participar” (“participa en sus malas obras”) con el que
termina el vs.11 (Gr. “koinonei”) viene del sustantivo “koinonía”
(“comunión”). Por lo cual, esta frase con la que termina el vs.11
significa “tener comunión con sus malas obras”.
Juan nos advierte que tengamos mucho cuidado con permitir las
enseñanzas de falsos maestros , tanto a nivel personal, como a nivel de
iglesia.
“El que da la bienvenida, en realidad está asociado a la obra del
anticristo” (Everett F. Harrison).
CONCLUSIÓN Y SALUDOS PERSONALES
Vs.12) “Aunque tengo muchas cosas que escribirles, no deseo hacerlo con
tinta y papel, sino que espero ir a verlos y hablar cara a cara, para que nuestro
gozo sea completo” (“Peshitto”)
En esta vida siempre quedan nuestras conversaciones, mensajes, etc.
inconclusos. Muchas veces decimos: “¡ay, no dije esto… se me olvidó
decir eso…!”. Y se buscan otros momentos adecuados para concluir lo
que queríamos decir, o expresar.
Juan prefiere hablar con la “señora elegida” “boca a boca”, que es lo
mismo que decir “cara a cara” (Leer Núm.12:8; Jer.32:4). O como dice
Matthew Henry: “Pluma y tinta eran medios (y lo son) de fortalecer y
consolar al prójimo , pero verse es mejor”.
Puede ser, según Stott, que “Juan había llegado al final de la hoja del
“pergamino” en el que estaba escribiendo, y al tener aún todavía “muchas
cosas” que decir a esta iglesia, prefirió no usar otro pergamino, o “papiro”
(pues costaban muy caros), y esperar para comunicarlo personalmente, y
de palabra” (“boca a boca”).
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No deja de ser una mera suposición de J. Stott, pero pudiera tener algo
de verdad.
La expresión “cara a cara” o “boca a boca” en el griego es: “stóma
pròs stóma”. Y así lo expresan también varios pasajes del A. T. cuando
Dios desea hablar a Su pueblo Israel a través de Sus siervos: Núm.12:8;
Jer.32:4.
Vs.13) “Los hijos de tu hermana, la elegida, te saludan. Amén”
No sabemos quienes son “los hijos de tu hermana, la elegida…” pero
si admitimos que la “señora elegida”, a la que Juan se está dirigiendo, es
una iglesia local, para mi no cabe la menor duda de que Juan se refiere a
los miembros (“hijos”) de otra iglesia local (“tu hermana”);
posiblemente la congregación de Juan en Éfeso, igualmente “elegida”
por el mismo Señor.
Pero como dice W. MacDonald: “No sabemos quienes eran, pero algún
día los encontraremos y gozaremos de la comunión con ellos y con el
amado Apóstol Juan que escribió la Carta, y lo mejor de todo, con el
mismo Salvador. Amén”.
“El papiro original en el cual Juan escribió esta Epístola, no está en
nuestro poder, pero este tapiz de verdad está tejido en el corazón de
centenares de cristianos. El amor y la verdad son hijos de un propósito
digno, tejidos en las “enseñanzas de Cristo” y por un Apóstol del “Cristo
que viene en la carne” W. L. Hendricks.
Esta Segunda Carta de Juan pone a los cristianos en guardia contra todo
lo que sea equívoco y contrario respecto a la Persona de Cristo.
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APLICACIÓN
1º- La fuerza del Engañador es tal, que debemos estar siempre alerta; en
guardia, para no dejarnos llevar por las diversas corrientes de doctrina.
Los lectores de Juan (y nosotros) debemos rechazar a quienes
rechazan las enseñanzas de Cristo: Negar la encarnación de Cristo,
entonces Su sangre no ha sido derramada, y estamos en nuestros
pecados (vs.8).
2º- No debemos “ir más allá” de los límites de la doctrina apostólica y
creer o enseñar cosas que los Apóstoles nunca enseñaron. Esto es lo
que hacían los “docetas” y lo que hacen hoy las sectas modernas (vs.9).
3º- Nunca digamos “bienvenido” a los que no traen la doctrina que ya
conocemos. “No traen esta doctrina” significa que no hay comunión.
Juan se refiere al que viene a enseñar, no al que viene de visita (Vs.10).
4º- El recibir a estos maestros del error, bien sea predicando en nuestra
iglesia, o bien sea en nuestras casas para que nos enseñen sus
doctrinas, significa que estamos teniendo comunión con ellos, y
comulgando con sus enseñanzas heréticas. La palabra “participa” en
el griego original es, repito: “koinonei”, un presente imperativo del verbo
“koinoneo" y cuyo sustantivo es “koinonía” = “comunión”.
Volviendo de nuevo a la palabra “VERDAD”, la Iglesia, es “La Iglesia del
Dios Vivo, columna y baluarte (fundamento) de la VERDAD”
(1ªTim.3:15).
Somos llamados a “seguir la VERDAD en amor” (Ef.4:15).
Dios “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la VERDAD” (1ªTim.2:4).
“…haber recibido el conocimiento de la VERDAD” (Heb.10:26).
“…y estéis confirmados en la VERDAD” (2ªPed. 1:12).
La Iglesia de Cristo está basada “en la verdad”, porque “la Verdad está
en Jesús” (Ef.4:21). Por lo cual, la “verdad” de la cual Juan está
hablando, es acerca de la Verdad que está en Cristo Jesús.
16

Debemos “andar en la verdad”, no solo admirarla. Para ello, debemos
analizar, someter todas las enseñanzas del mundo por las Escrituras. Y
no las Escrituras analizarlas por la opinión del mundo.
Todo esto que digo es “a causa de la verdad” (vs.2). Somos llamados
a ser guardianes de la verdad. ¡Nunca inventores de “una verdad”
(1ªTim.6:20; 2ªTim.1:14; Jud.3).
Esta es la prueba final o el “test”. ¡Prueba tu experiencia por la Palabra
de Dios! ¡Nunca pruebes la palabra de Dios por tu experiencia!
17

LECCIONES
¡Hermanos, “Segunda y Tercera de Juan”, son las Cartas más cortas del
N. T. pero nos arrojan un fuerte rayo de luz que nos iluminan para saber
cómo era el funcionamiento y la vida de las iglesias primitivas de Asia!
¡Las continuas referencias a la verdad reciben su colorido en las
palabras de Jesús: “Yo soy el camino, la VERDAD y la Vida”!
El “Modernismo” rechaza la Verdad absoluta en el ámbito religioso.
Nadie puede alegar que “está en la verdad”. Y el “Postmodernismo”
rechaza todo tipo de verdades absolutas, alegando que “todo”,
absolutamente “todo” es relativo.
Ante la insinuación satánica (como ya expliqué en el Boletín de la iglesia
del mes de Octubre 08, sobre el tema de “la masonería” ): “el
Cristianismo no es la Verdad definitiva, sino una parte de esa luz
que se completa con la luz y la verdad de las demás religiones
existentes en el mundo”. ¡Debemos afirmar sin ambages: “estamos en
la Verdad”!
Lo que estos cristianos mantenían en los días de Juan, era una rica
verdad, no una mera filosofía, o un código. Era una realidad tan personal
en ellos, como la misma Persona del Señor que dominaba el
pensamiento de ellos, las palabras de ellos, y la acción de sus vidas.
Hay una versión que traduce el vs. 4 de esta Epístola así:
“Estoy lleno de gozo porque he encontrado a algunos de tus jóvenes andando
en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre”
Los cristianos mantenían a la vez que la verdad, un amor purificante en
medio de un entorno corrupto, como era el vivir en Éfeso; donde
imperaba el culto a “Artemisa” (Diana), el antro de la prostitución, de la
superstición y de toda clase tentaciones y de males.
18

19
INTRODUCCIÓN 3ª JUAN
AUTOR , FECHA Y LUGAR.
Juan, establecido en Éfeso. Fue exiliado por el emperador
Domiciano a la isla de Patmos en 94 d. C. El siguiente emperador,
Nerva, liberó a Juan, que volvió a Éfeso donde murió pocos años
después, de edad muy avanzada.
2ª y 3ª de Juan fueron escritas en fechas cercanas la una a la otra,
entre el 96-98 d. C. Posiblemente, son los últimos escritos del N.T.
COMPARACIONES.
1. El Saludo. En 2ª Jn. 1. “El anciano a la señora elegida y a sus
hijos, a quienes yo amo en la verdad”; En 3ª Jn.1. “El anciano a
Gayo, el amado, a quien amo en la verdad”.
2. Motivos de Gozo. En 2ª Jn.4. “Mucho me regocijé porque he
hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad”; En 3ª Jn.4.
“No tengo yo mayor gozo que este, el oir que mis hijos andan en la
verdad”.
3. Despedida. En 2ª Jn.12. “Tengo muchas cosas que escribiros,
pero no he querido hacerlo por medio de papel y tinta, pues espero
ir a vosotros y hablar cara a cara”. En 3ª Jn.13-14. “Yo tenía
muchas cosas que escribirte, pero no he querido escribírtelas con
tinta y pluma, porque espero verte en breve, y hablaremos cara a
cara”.
4. Diferencias. Citamos a C.E. Tatham (del Comentario Bíblico de
William MacDonald). “En la 2ª, se nos manda mantener la puerta
de nuestro hogar cerrada; en la 3ª, se nos anima a que la
mantengamos abierta. En la 2ª, se nos advierte que no recibamos
a los engañadores; en la 3ª, se nos incita a recibir y apoyar a
nuestros colaboradores en la verdad. En la 2ª, se nos pone en
guardia contra los enemigos del Cristianismo verdadero; en la 3ª,
se nos anima a que mantengamos comunión práctica con los
amigos de dicho Cristianismo”.

MINISTERIOS EN LA IGLESIA PRIMITIVA.
Existían 3 clases de ministerios claramente diferenciados:
Los Apóstoles. Únicos e irrepetibles. Elegidos por Jesús,
conviviendo tres años con Él y testigos de Su resurrección. Líderes
de la Iglesia. Su autoridad abarcaba a todas las iglesias locales.
Los Profetas. Eran predicadores itinerantes que no pertenecían a
ninguna iglesia local. Lo habían dejado todo para servir al Señor e
iban donde el Espíritu les mandaba.
Los Ancianos. Eran los responsables de la iglesia local. Pablo y
Bernabé establecieron ancianos en cada iglesia al regreso de su
primer viaje misionero (Hch. 14:23).
EL PROBLEMA DE LOS PREDICADORES ITINERANTES.
1. Se podía prestar al abuso, aprovechando su enorme prestigio para
vivir a expensas de las iglesias locales o de creyentes en concreto.
Ya en 100 d.C., la “Didajé” o “Didaché”, traducida como “La
Enseñanza de los Doce Apóstoles” (11 y 12) se dan instrucciones
concretas para evitar abusos y distinguir a los falsos profetas.
Incluso, un autor laico griego llamado Luciano, escribió una obra
titulada “Peregrinus” donde describe a un charlatán que encontró
la forma de vivir a costa de los cristianos…
2. William Barclay cree que también existía otro peligro: el
enfrentamiento entre la autoridad local de la iglesia y estos
profetas que ni pertenecían a una congregación, ni se sujetaban a
su autoridad.
EL TRASFONDO DE LA EPÍSTOLA Y SUS PERSONAJES.
Son tres las personas citadas por nombre: Gayo (a quien va
dirigida la carta), Diótrefes y Demetrio.
El trasfondo es el siguiente: varios profetas o misioneros
itinerantes habían pasado por la iglesia de la cual era miembro
20

Gayo, y éste los había hospedado y atendido cariñosamente. Sin
embargo, Diótrefes, desoyendo una carta con instrucciones
concretas de Juan al respecto (v.9), se oponía a la forma de actuar
de Gayo llegando incluso a mandar y prohibir recibir y hospedar a
dichos misioneros bajo pena de ser expulsados de la iglesia. Juan
se entera de todo esto y, por medio posiblemente de Demetrio,
escribe una carta a Gayo animándole a seguir comportándose
como hasta ahora, a pesar de las amenazas de Diótrefes con
quien espera en breve encontrarse para poner orden y dejar
solucionado el asunto.
Algunas preguntas:
¿Quién era Gayo? En el N.T. se cita a tres Gayo diferentes:
1. Convertido por Pablo (1ª Cor. 1:14) y uno de los pocos creyentes
bautizados por él, anfitrión de Pablo y hospedador (Ro. 16:23).
2. Macedonio que, junto con Aristarco, estuvo presente en el motín
de Éfeso (Hch. 19:29).
3. Creyente de Derbe que acompañó a Pablo, junto con otros
hermanos, para llevar la ofrenda a los pobres de Jerusalén (Hch.
20:4).
Teniendo en cuenta que era un nombre muy frecuente, es
posible que no se trate de ninguno de los tres.
¿Era Gayo un laico o un anciano de la iglesia? ¿Quién era
Diótrefes? ¿Ambos eran de la misma iglesia? ¿Ambos eran
Ancianos? No es seguro pero sí probable que ambos perteneciesen
al Consejo de Ancianos de la misma iglesia local y Diótrefes, más
fuerte de carácter, ambicioso de poder y, tal vez, influenciado por
falsos maestros, quisiera imponer a toda costa su opinión y su
autoridad. No obstante, hay quienes opinan que era un miembro de la
iglesia local (por ejemplo, AT Robertson). Una tradición de la
“Constitución Apostólica” dice que “Gayo fue nombrado obispo de
Pérgamo por Juan el apóstol”.
¿Quién era Demetrio? Es bastante generalizada la opinión de
que se trataba del líder de los misioneros itinerantes y, posiblemente,
el portador de la carta para Gayo.
21

22
Proponemos el siguiente esquema para tratar la epístola:
1. SALUDOS (V.1-2).
2. EL BUEN TESTIMONIO DE GAYO (V.3-8).
3. DIÓTREFES Y SU REPRENSIBLE CONDUCTA (V.9-11).
4. EL CONTRASTE CON DEMETRIO (V.12).
5. DESPEDIDA Y SALUDOS (V.13-15).
SALUDOS (V.1-2)
Juan nunca se identifica en sus escritos como apóstol de Jesucristo
(en Apocalipsis, sí menciona, al menos, su nombre). Aquí, igual que en
la 2ª epístola, se refiere a sí mismo como “el anciano”. En seguida
menciona al receptor de la carta, Gayo, a quien en cuatro ocasiones va
a referirse como “el amado”. Según algunos expositores bíblicos (por
ejemplo, William Barclay), Juan usa el mismo esquema habitual en las
cartas que se escribían en aquella época: saludo, oración de buena
salud, cuerpo central de la carta con el tema a tratar, noticias… etc y,
por último, los saludos finales.
Vs.1. “El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad”.
“El anciano” (en gr. “presbítero”). Se refiere tanto a la edad como al
oficio. En la cultura judía, se usaba para designar a personas de
experiencia y autoridad (Jue. 2:7). En el NT se refiere a la autoridad en
la iglesia local (1ª Tim. 5:17; Hch. 14:21-23).
En esta caso, va incluso más allá. Su autoridad no es únicamente
por la edad o el cargo, sino también y sobre todo por su experiencia y lo
aprendido-recibido del Maestro.
“Gayo”. Como hemos dicho en la introducción es muy posible que
no sea ninguno de los mencionados en relación con el apóstol Pablo.
“El amado”. Juan le describe así en 4 ocasiones en esta breve
epístola. (en gr. “agapitos” de ágape, el amor a pesar de).

“A quien amo en la verdad”. Es un énfasis, no simplemente para
insistir en lo que siente por Gayo sino, más aún, en la autenticidad y
calidad de ese amor. En la 2ª epístola encontramos reiteradamente el
binomio amor-verdad.
Vs.2. “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las
cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
Encontramos aquí un deseo sincero: prosperidad y salud, pero
también un claro orden de prioridades.
El deseo es en comparación con la prosperidad espiritual evidente
en Gayo, no al revés. Vivimos en una sociedad donde la prioridad es la
prosperidad material, de posición social… etc. En la Biblia, el énfasis
está en lo espiritual, en ser cada día más conforme al modelo que
tenemos en Cristo. No obstante, vemos a Juan preocupado y deseoso
de que Gayo también prospere en los demás ámbitos de su vida. No son
cosas excluyentes pero sí debemos tener claro nuestro orden de
prioridades con respecto a Dios (Mt.6:31-33).
“Prosperado” (lit. “tener un próspero viaje”). Comparar con Ro.1:10 y
1ª Cor.16:2. Son los tres únicos lugares en todo el NT.
“Tengas salud”. En el NT se usa tanto a nivel físico (Lc.5:31) como
espiritual (1ª Tim.1:10). Algunos comentaristas ven indicios de que, junto
con el testimonio de su hospitalidad, llegó hasta Juan el comentario de
que la salud de Gayo no era buena…
De las cosas positivas que Juan destaca de Gayo, la primera que
menciona es que “prospera tu alma”.
LECCIONES PARA MI VIDA
1. Solemos orar unos por otros en relación con: salud/enfermedad,
problemas laborales, económicos, familiares, de estudios…pero ¿Nos
preocupa lo mismo nuestro crecimiento /salud espiritual?
2. ¿Cómo es mi amor por los hermanos? ¿Es en verdad? ¿O es un
simple sentimiento fruto de la afinidad, el trato, el aprecio? Para Juan,
amor y verdad van siempre juntos.
23

3. Aunque puede hacernos sonreir, William MacDonald citando a Meyer,
dice lo siguiente: “No sería bueno expresar a todos nuestros amigos
el deseo del vers. 2, porque si el estado de su cuerpo correspondiera
al de su alma, caerían inmediatamente enfermos”.
EL BUEN TESTIMONIO DE GAYO (V.3-8)
Como vimos en la introducción a la epístola, Juan escribe a Gayo
para animarle a perseverar en su buen comportamiento al hospedar a
los misioneros itinerantes, a pesar de la fuerte oposición de Diótrefes.
En estos versículos, aparte de manifestar su gozo ante la evidencia
práctica de cómo prospera la salud espiritual de Gayo, Juan comenta las
noticias recibidas de parte de estos misioneros y se extiende en exponer
la importancia que tiene para la extensión del evangelio prestar este
servicio. También explica por qué debe hacerse y, aunque veladamente,
cómo debe hacerse.
Vs.3. “Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y
dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad”.
Juan sabe de la prosperidad espiritual de Gayo, no sólo porque lo
conoce personalmente sino también por las referencias de los hermanos
que han estado hospedados en su casa. Estos hermanos han dado
testimonio no únicamente de su servicio para el Señor sino también de
cómo es la forma de proceder, más aún, de vivir de Gayo.
“Vinieron” (Lit. “han estado viniendo”). Nos da la idea de que no fue
una ocasión aislada; dichas visitas y estancias tuvieron lugar en
diferentes ocasiones.
La palabra “testimonio” aparece 5 veces en esta breve epístola.
Siempre en sentido positivo (Vers. 3, 6 y 12). Comparar con Hch.16:1-2
sobre Timoteo. Se usa respecto a Gayo y a Demetrio, pero no respecto
a Diótrefes.
“Tu verdad-la verdad” ¿Se refiere a dos cosas diferentes? Algunos
comentaristas hacen referencia con la 1ª a la predicación del evangelio
24

(palabras) y, con la 2ª, a su conducta. Vamos a considerar cómo
traducen otras versiones :
“Dieron testimonio de tu verdad, esto es, de cómo andas en la
verdad” (B.Américas).
“Dieron testimonio de tu fidelidad, y de cómo estás poniendo en
práctica la verdad” (NVI).
Ambas traducciones nos dan una perspectiva más de conjunto: la
verdad como dogma de fe, conjunto de lo que hemos creído, no puede
desligarse de la forma de conducirnos, de “andar” en el día a día. Es un
todo, es nuestro estilo y forma de vida. Gayo no sólo hablaba la verdad;
también vivía la verdad y en la verdad. Y, evidentemente, esto era causa
de gozo para Juan.
Vs.4. “No tengo yo mayor gozo que este, el oir que mis hijos andan
en la verdad”.
Juan enfatiza más aún su gozo. No hay nada que le produzca
mayor gozo que ese: comprobar por las evidencias externas y el
testimonio de hermanos cómo “sus hijos” prosperan espiritualmente y
andan en la verdad como estilo de vida. No son cristianos sólo en las
reuniones de la iglesia, sino en todo momento y situación, y se
comportan como tales.
La frase “mis hijos” ha hecho suponer que, posiblemente, Gayo era
un convertido de Juan; es decir, por el ministerio y la predicación de
Juan, Gayo conoció y aceptó al Señor Jesús.
Este gozo es comprensible si ponemos como ejemplo el de unos
padres al ver crecer a sus hijos o el de un profesor cuando comprueba
que sus alumnos van aprendiendo y progresando en sus estudios.
Vs.5. “Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio
a los hermanos, especialmente a los desconocidos”.
Encontramos la palabra “amado” por tercera vez.
Una evidencia de que Gayo está “andando en la verdad” es su
fidelidad a los hermanos y, sobre todo, al Señor por medio de su
hospitalidad a los misioneros itinerantes y, seguramente, no sólo a ellos.
25

Con frecuencia en el NT, se insiste en la hospitalidad. Por ejemplo:
1ª P.4:9; Heb.13:2; Ro. 12:13; 1ª Tim. 5:9 y, respecto a un requisito de
los Ancianos, en 1ª Tim. 3:2 y Tito 1:8.
Existen varias razones: una de ellas, las malas condiciones de las
posadas en aquélla época y también las posibilidades económicas.
Además, era un “deber sagrado”. Respecto a este asunto, en su
Comentario de las Epístolas de Juan, William Barclay dice lo siguiente:
“La hospitalidad era un deber sagrado en el mundo antiguo. Los
extranjeros estaban bajo la protección de Zeus Xenius, el dios de los
extranjeros (xenos es la palabra griega para extranjero, que ha dado
algunos derivados en español, como xenofobia). En el mundo antiguo
las posadas eran notoriamente deficientes. A los griegos les disgustaba
instintivamente cobrar dinero a cambio de la hospitalidad; y por tanto la
profesión de mesonero era muy poco apreciada. Las posadas estaban
sucias e infestadas de pulgas. Los posaderos eran célebres por su
rapacidad, hasta el punto de que Platón los comparaba con piratas que
retuvieran a los huéspedes como rehenes hasta cobrar el rescate. En el
mundo antiguo había un sistema de amistades de hospedaje mediante
el cual distintas familias de partes distintas del país se comprometían a
darse hospitalidad cuando fuera necesario. Esta relación de familias se
prolongaba a través de generaciones, y cuando se solicitaba, el
solicitante tenía que presentar un symbolon o señal que le identificaba
ante su anfitrión. Algunas ciudades tenían un proxenos al que acudían
por hospitalidad o protección los que tenían que emprender viajes. Si el
mundo pagano aceptaba la obligación de la hospitalidad, era de esperar
que los cristianos la tomaran aún más en serio”.
Aquí tenemos el propósito principal de la carta de Juan a Gayo.
Varios misioneros itinerantes se dirigen a esa iglesia a pesar de la
oposición de Diótrefes, y Juan exhorta a Gayo a que los reciba y apoye.
“Prestas algún servicio” (Lit. “trabajas por”). Es un trabajo y, por
tanto, requiere esfuerzo pero, como dirá más adelante, es una forma de
cooperar con la verdad (vers. 8).
Tal vez no se trata de dos grupos sino de uno, encabezado por
Demetrio, el portador de la carta; en ese caso, es un grupo de
misioneros desconocidos para Gayo. La NVI traduce: “Lo que haces por
los hermanos, aunque no los conozcas”.
26

Vs.6. “Los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y
harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para
que continúen su viaje”.
Esos hermanos que han disfrutado de la hospitalidad de Gayo lo
han comentado, no solamente a Juan, sino también a la iglesia. ¿Cuál?
Tal vez, Efeso, donde Juan se encuentra y desde donde escribe…
Se usa la palabra “Eklesia” (Lit. “los llamados fuera”). Hombres y
mujeres llamados por Dios que han salido del mundo y se han
incorporado al cuerpo de Cristo, al pueblo de Dios.
Pues bien, sea en la iglesia de Efeso o en todas las que van
recorriendo, estos hermanos hablan de Gayo y la manifestación real y
visible de su amor por ellos y, sobre todo, por el Señor sirviendo por
medio de la hospitalidad.
Juan recomienda a los nuevos visitantes; lo hará más adelante
también cuando mencione por nombre a uno de ellos: Demetrio.
Pasa a explicar cómo debe conducirse:
“Encaminarlos”. Es mucho más que mostrarles la ruta a seguir
cuando emprendan el viaje. Literalmente, significa “proveer para el
viaje”. Según la costumbre, desde los tiempos de Homero, se
acompañaba a los huéspedes durante un trecho del camino y también,
en ocasiones, se les proveía de comida y dinero para que pudieran
continuar su viaje. Apoya esta interpretación la explicación que
encontramos en el vers. siguiente (v.7). La B. Américas traduce
“Ayudarles a proseguir su viaje”.
Juan añade algo más: “es digno de su servicio a Dios”. Pablo usa
una expresión similar con frecuencia (1ª Tes. 2:12; Ro. 16:2; Col. 1:10).
También recordará en 1ª Tim.5:18, citando del AT, y palabras del Señor
Jesús que “el obrero es digno de su salario” (Mt. 10:10; Lc. 10:7) cuando
dio instrucciones a los Setenta.
Vs.7. “Porque ellos salieron por amor del nombre de El, sin aceptar
nada de los gentiles”.
Como decíamos, Juan pasa a exponer a Gayo las razones por las
que debe tratar así a estos misioneros itinerantes. Es la siguiente: estos
siervos de Dios lo dejaron todo por amor a El y no reciben sustento
27

alguno de los gentiles (NVI traduce “paganos” en lugar de gentiles); es
decir, de los no creyentes, pues había cada vez más frecuentemente
gentiles cristianos en las iglesias.
Se refiere al Señor Jesús como “el nombre de El” o “por amor al
Nombre” (B.Américas). Comparar con Hch. 5:41. Ese término lo encierra
todo: quién es y lo que ha hecho por nosotros.
En aquellos tiempos, eran frecuentes los “frailes mendicantes” que
hablaban de su/sus dioses y llevaban una bolsita donde recibían
limosnas. Juan usa las palabras “sin aceptar nada” lo cual amplia la idea
a que, no sólo no piden a los no creyentes sino que tampoco aceptan
nada de ellos aun cuando se lo ofrezcan.
Vs.8. “Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que
cooperemos con la verdad”.
Llegado a este punto, Juan sintetiza y llega a una conclusión. Se
extrae de la frase “nosotros, pues”. Esa conclusión es que todo
creyente, no sólo Gayo, tiene el privilegio pero también el deber y la
responsabilidad de acoger y proveer para personas que lo han dejado
todo por amor al Señor y para Su servicio.
Si en la 2ª epístola fue tajante respecto a cómo actuar con los falsos
maestros (v.10-11) aquí, tras dejar claro de quiénes está hablando y
cómo identificarlos, el planteamiento es totalmente opuesto como
opuesto es el ministerio y la obra de unos y otros.
Dice algo más. Cuando nos comportamos y actuamos siguiendo
estas instrucciones, estamos cooperando con la verdad. Como esto
sintetiza el sentir de todo lo que Juan escribe en esta carta, ese es el
título propuesto para el comentario que estamos haciendo de 3ª Juan.
La B.Américas traduce: “para que seamos colaboradores en pro de la
verdad”.
28

1. Tenemos en estos versículos, junto con el v.2, la descripción, el
retrato que Juan hace de Gayo. De este amado hermano dice lo
siguiente:
Prospera su alma.
Anda en la verdad.
Se conduce fielmente.
“Trabaja por” (presta servicio a) los hermanos.
Manifiesta su amor por ellos.
Coopera con la verdad.
¿Qué nos parece la descripción? Si el Señor nos tuviera que
describir… ¿Qué frases y adjetivos usaría? Recordemos la estructura en
las cartas a las siete iglesias (Ap.2 y 3): “Yo conozco tus obras…Pero
tengo contra ti…” ¿Me parezco a Gayo? Más aún, cuando me comparo
con el modelo a seguir (el Señor Jesucristo) ¿Cómo me veo? Y, tal vez
más importante, ¿Cómo me ven mis hermanos?
2. Más preguntas: ¿Qué hago por amor al Señor? ¿Coopero con la
verdad? O soy un “lastre”, un estorbo para ella…
3. Seguimos mencionando lo que William Barclay dice respecto a la
hospitalidad:
“Las circunstancias de una persona pueden ser tales que no le sea
posible llegar a ser misionero o predicador. La vida puede que le haya
puesto en una situación en la que tiene que continuar con el trabajo
secular, seguir en el mismo lugar y con las obligaciones rutinarias de la
vida; pero adonde él no puede ir, su dinero y sus oraciones y su ayuda
práctica pueden llegar. No todo el mundo puede estar, por así decirlo, en
primera fila; pero manteniendo a los que están allí, uno puede
convertirse en aliado de la verdad. Cuando recordamos eso, todo dar
para la Obra más amplia de Cristo y de Su Iglesia debe considerarse no
una obligación sino un privilegio, no un deber sino un placer. La Iglesia
necesita personas que salgan con la verdad, pero también necesita a los
que sean aliados de la verdad en casa”.
29

DIÓTREFES Y SU REPRENSIBLE CONDUCTA (V.9-11)
Hemos considerado en la introducción los motivos que tiene Juan
para escribir esta carta a Gayo y cuál es el problema de fondo. También
hemos analizado cómo es Gayo, a través de la descripción que hace
Juan de su conducta. Encontramos el por qué de la hospitalidad a los
misioneros itinerantes y cómo debía ponerse en práctica. Aquí, en estos
versículos y el v.12, tenemos a los otros dos protagonistas de la carta
que Juan menciona por nombre. Veremos cómo los describe y qué
conclusiones saca de ambos para que Gayo aprenda.
Vs.9. “Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta
tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe”.
Diótrefes significa “alimentado o nutrido por Zeus”. Aquí es el único
lugar en todo el NT que se le menciona. Algunos comentaristas creen
que era un obispo que supervisaba sobre un grupo de Ancianos. Es
poco probable dado que eso no empieza a suceder hasta el Siglo II.
Posiblemente era un Anciano de la iglesia con un carácter fuerte y
mucha ambición.
No sabemos si la carta que Juan menciona es lo que conocemos
como la 2ª epístola u otra que no ha llegado hasta nosotros. Por la NVI y
la B.Américas, entendemos que era muy breve:
“Le escribí algunas líneas a la iglesia” (NVI).
“Escribí algo a la iglesia” (B.Am).
La reacción ante esa carta por parte de Diótrefes fue de
rechazo:”No nos recibe”. “No acepta lo que decimos” (NVI). Decidió
rechazar, por tanto, la autoridad de Juan sobre esta iglesia local
imponiendo así su criterio, decisión y liderazgo. Hay comentaristas que
incluso creen que no permitió que se leyera esa carta en público pues
no se entiende que la iglesia aceptase la autoridad de Diótrefes por
encima de la del apóstol Juan. Aunque podría ser también que temieran
más al que estaba entre ellos que a un Juan lejano… y muy mayor.
Encontramos la primera frase descriptiva respecto a Diótrefes: “le
gusta tener el primer lugar”. Deseaba imponer su liderazgo en la iglesia
30

incluso pasando por encima de lo escrito por Juan. No entendía o había
olvidado que la iglesia es del Señor.
Vs.10. “Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace
parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con
estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se
lo prohibe, y los expulsa de la iglesia”.
Por este motivo, entre otros, Juan tiene pensado ir allí. Lo menciona
en v.14 y en 2ª Jn (argumento que usan algunos comentaristas para
decir que es a lo que se refiere en 3ª Jn con “he escrito a la iglesia”).
“Recordaré las obras”. No es simplemente enumerar lo que hace
Diótrefes, sino una reprensión. La NVI traduce: “No dejaré de
reprocharle su comportamiento”. Aparece en 2ª P.1:13 traducido como
“despertaros con amonestación”.
Partiendo de lo general (“le gusta tener el primer lugar”), Juan pasa
a una descripción más concreta de cómo se comporta Diótrefes, cosas
que cuando vaya reprenderá:
1. “Las obras que hace”. Presente de indicativo en voz activa.
Literalmente “persiste en hacer”. No ha sido un suceso ocasional
y aislado; es una constante.
2. “Parloteando”. Literalmente “Hablando chismes”. Comparar con 1ª
Tim.5:13 (respecto a algunas viudas “chismosas y entremetidas”).
La B.Am traduce “Acusándonos injustamente” y AT Robertson
traduce “Tratando de denigrarnos”.
3. “Con palabras malignas contra nosotros”.
De todo esto se desprende que sus chismes tenían la mala
intención de desacreditar y desprestigiar a Juan quitándole autoridad
para poder imponer la suya propia.
Pero iba más lejos aún. No recibía a los misioneros itinerantes y,
como parece que con sus palabras malignas no conseguía convencer a
toda la congregación para que hiciera lo mismo, dio un paso más y
prohibió a los que sí querían recibirlos que lo hiciesen (literalmente
“estorba a los hermanos”) y los expulsó o, al menos, lo intentó, de la
iglesia. La palabra traducida por “expulsar” la encontramos en Jn. 2:15
(“echó fuera del templo”) cuando Jesús purifica el templo del comercio
31

de cambistas y vendedores, y en Jn.9:34 respecto al ciego de
nacimiento sanado por Jesús.
Vs.11. “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo
bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios”.
Frente al comportamiento y la presión que las palabras y amenazas
de Diótrefes ejercen sobre la iglesia y sobre Gayo, Juan pasa a exhortar
a éste respecto cuál debe ser su actitud: debe imitar lo bueno, no lo
malo. Esto último (“lo malo”) encarnado en la persona de Diótrefes.
Respecto a lo bueno, pondrá el ejemplo de Demetrio en el versículo
siguiente.
Por cuarta y última vez, Juan usa la palabra “amado” al escribir a
Gayo; en esta ocasión para animarle a seguir los buenos ejemplos.
La palabra traducida por “imitar” es, en griego, “mimeonai” que se
usaba para referirse al actor o mímico. De ella procede nuestra palabra
“mimo” (no de mimar sino de persona que representa un papel o imita a
alguien). Recordemos las palabras de Pablo en 1ª Cor.11:1 “Sed
imitadores de mí así como yo de Cristo”.
Encontramos ese verbo “imitar” en 2ª Tes.3:7 y 9, y en Heb.13:7.
Un rasgo distintivo del verdadero cristiano es que hace lo bueno. Esto
no significa que no se equivoque, cometa errores y peque. Pero no es lo
habitual (1ª Jn.3:9). Lo mismo se puede decir en sentido inverso: para
los que no han visto a Dios (más correcto, no le han conocido ni
aceptado en su vida) la característica habitual es hacer lo malo (1ª
Jn.3:6).
EL CONTRASTE CON DEMETRIO (V.12)
Vs.12. “Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma;
y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro
testimonio es verdadero”.
Como decíamos, Juan pasa a exponer a Gayo un ejemplo de lo
bueno a imitar: Demetrio, posible portador de la carta. Aparecen dos
Demetrio en el NT:
32

El platero de Éfeso (Hch.19:24 y sig.).
Demas (abreviatura de Demetrio): Flm.24; Col.4:14 y 2ª Tim.4:10.
Hay comentaristas que consideran que dados los, tal vez, excesivos
halagos que Juan hace de Demetrio, éste podía ser Demas restaurado
(como Juan Marcos tras separarse de Pablo y Bernabé pero luego
rehabilitado) y, debido a su caída, necesitaba ser apoyado así por Juan
para eliminar las suspicacias… Otros piensan lo mismo pero respecto al
platero de Éfeso, convertido posteriormente por Juan y sirviendo a Dios
con el mismo entusiasmo que ponía antes en su oficio y en la diosa
Diana. No podemos asegurar ni uno ni otro caso pues no tenemos
indicios suficientes. Además, parece claro que la actitud de Diótrefes no
estaba motivada por sus dudas respecto a Demetrio sino que eran más
generales y amplias. Consideraba una intromisión en “su iglesia” la
presencia y ministerio de los misioneros itinerantes.
En la epístola, aparece 5 veces la palabra “testimonio”; tres de ellas
en este vers. referidas a Demetrio.
No se concreta nada respecto a él ni se da una descripción como en
los casos de Gayo y Diótrefes. Se mencionan tres testimonios:
1. “Todos”. Suponemos que se refiere a la iglesia en general.
2. “La verdad misma”. Comparar con 1ª Jn.5:6 en clara referencia al
Espíritu Santo.
3. “También nosotros”. Es decir, el propio apóstol Juan que usa el
“plural literario o de modestia”. Y, para enfatizar más, recuerda a
Gayo que, como él bien sabe y conoce, “su testimonio es
verdadero” (Comp. Con Jn.21:24).
Por tanto, Gayo tenía motivos sobrados para recibir a Demetrio y a
los que lo acompañaban. Siguiendo instrucciones de Juan, debía
hospedarlos y encaminarlos porque así cooperaba con la verdad. Debía
imitar lo bueno y no preocuparse de la autoridad y amenazas de
Diótrefes, de quien el propio Juan se ocuparía próximamente.
Las mismas “Constituciones apostólicas” que hablan de Gayo como
Obispo de Pérgamo, citan a Demetrio nombrado por Juan Obispo de
Filadelfia.
33

1. Tenemos una descripción negativa de Diótrefes como ejemplo a
evitar:
Le gusta tener el primer lugar.
Persiste en hacer lo malo.
Habla chismes acusando injustamente.
Utiliza palabras malignas (con malas intenciones).
Estorba a los hermanos que quieren hacer el bien.
2. Sobre imitar hemos mencionado al apóstol Pablo diciendo “Sed
imitadores de mí” (1ª Cor.11:1); algo parecido dice también en 4:16 y
en Fil.3:17. Si sólo nos fijamos en esto podemos pensar que Pablo
pecaba de presunción y arrogancia pero hemos dejado sin escribir, a
propósito, la continuación del vers. en 1ª Cor.11:1, que añade: “así
como yo de Cristo”. Pablo se podía poner como ejemplo porque a su
vez, él era imitador de Cristo, nuestro modelo perfecto a seguir e
imitar. Esto se confirma en Ef.5:1 “Sed, pues, imitadores de Dios
como hijos amados”.
Encontramos en la Escritura otros ejemplos a imitar:
Heb.6:12 Fe y Paciencia.
Heb. 13:7 considerad e imitar a vuestros pastores ¿Sus
obras? ¿Su conducta? ¡No, su fe!
También hemos de pensar en las generaciones que tendrán que
asumir, en próximos años, el relevo en nuestras iglesias. Los que ahora
son niños y adolescentes necesitan buenos ejemplos a imitar y es
nuestra obligación y responsabilidad, no sólo por causa del testimonio
sino también pensando en ellos, que seamos capaces de proveer para
ellos de esos buenos ejemplos a seguir.
3. Diótrefes quería hacer suya la iglesia local que presidía. Olvidó que la
iglesia es del Señor. Mt.16:18 dice “edificaré Mi iglesia”. No la de
Pedro, Juan… El primer interesado en edificar es el Señor pero, a
34

veces, Sus hijos podemos estorbar el crecimiento y edificación con
nuestra conducta y actitud. Y, a lo mejor, ni siquiera somos
conscientes de ello. Por eso: Sal. 139:23-24; 69:6 y 19:12-13.
DESPEDIDA Y SALUDOS (V.13-15)
En los estudios anteriores, hemos visto el contexto y propósito
principal de esta carta y analizado cómo son Gayo y Diótrefes por medio
de la descripción que Juan nos da de ambos. Por último, consideramos
la exhortación a imitar lo bueno. Juan tiene en mente muchas más cosas
pero, como piensa visitar pronto a Gayo, decide que lo más importante
ya está tratado. Tendrá ocasión de hablar personalmente y, cara a cara,
del resto cuando llegue allí. Evidentemente, por v.10, deducimos que irá
a la iglesia a poner orden y reprender a Diótrefes por su actitud. Así
pues, se despide y manda saludos para los hermanos.
Vs.13. “Yo tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero
escribírtelas con tinta y pluma”.
Cuando comparamos ambas cartas en la introducción a 3ª Jn.
pudimos ver la clara similitud entre este vers. y el siguiente con 2ª Jn.12.
También mencionamos que, junto con 3ª Jn.9, apoya para algunos
comentaristas el argumento de que 2ª Jn. está dirigida a la iglesia local
de la cual Gayo era miembro y 3ª Jn. a él a nivel personal.
Juan pensaba en muchos más temas que tratar con Gayo, temas
que desconocemos pues no llegan a mencionarse. Sin embargo, tal vez
por prisa para partir Demetrio unido al propósito de Juan de visitar
personalmente a Gayo, llega a la conclusión de que lo más urgente y
trascendental ya está tratado. Lo demás podrán hablarlo con calma y de
forma personal cuando se encuentren.
Con respecto a 2ª Jn.12, lo único que varía es la expresión “con
tinta y pluma” (en 2ª Jn. dice “con papel y pluma”). Esta diferencia no es
significativa pues se refiere a lo mismo: que, en vez de escribirlo, se lo
dirá en persona, cara a cara.
Como curiosidad, literalmente se emplean las palabras “por medio
de negro y caña”; “negro” hace referencia a la tinta usada y “caña” al
utensilio para escribir: una caña afilada. Encontramos “negro” con ese
35

significado de tinta en 2ª Cor.3:3 (“escrita no con tinta”. Literalmente
“negro”) y, como adjetivo indicando un color, por ejemplo en Mt.5:36 y
Ap.6: 5 y 12. “Caña” (por ejemplo, Mt.11:7).
Vs.14. “Porque espero verte en breve, y hablaremos cara a cara”.
Como decíamos, no sabemos de qué otros temas tenía pensado
hablar Juan con Gayo. Si eran personales o relacionados con la iglesia,
o ambos. Igualmente, aunque Juan da a entender que el encuentro será
en poco tiempo, tampoco tenemos constancia de si llegó a producirse.
Suponemos que sí.
“Cara a cara” (igual que en 2ª Jn.12). Literalmente “boca a boca”. En
castellano se entiende mejor de la primera forma. La otra se relaciona
más con una técnica de primeros auxilios. Aparece en Num.12:8 (en su
forma hebrea) respecto a Dios con Moisés, y en 1ª Cor.13:12 (en gr.
“stoma pros stoma”. La palabra estoma, en Castellano, son las
pequeñas aberturas en las hojas de las plantas por donde entra el CO2
para la fotosíntesis.
Vs.15. “La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los
amigos, a cada uno en particular”.
“La paz sea contigo”. Es el típico y habitual saludo hebreo
(“Shalom”). Lo vemos en Lc.10:5, 24:36; Jn.20:19, 21 y 26. Con
variaciones, lo encontramos en otras cartas: Ef.6:23; 1ª P.5:14.
Aparte el saludo, era un deseo de Juan para Gayo y algo que, en
las circunstancias en las que se encontraba, era también una necesidad.
W.L. Hendricks, en su comentario de las Epístolas de Juan (pg.36), dice
lo siguiente: “Es extraordinario que Juan fomentara la paz cuando la
verdad era atacada. Afligido por la herejía, el cisma y la urgente
obligación práctica de la hospitalidad misionera, a Gayo se le manda
tener paz. Esta es una reminiscencia de las palabras de Jesús en la
última cena antes de la crisis de la cruz (Jn.14:27). Los hombres de Dios
en cualquier edad deberían mantener la calma en medio de las
experiencias más perturbadoras. Esto es lo que uno hace, sea que la
verdad esté triunfando o bajo ataque. El cristiano camina en la verdad.
Vive en el amor. Enfrenta los problemas con valor y hace frente a sus
obligaciones consistentemente. ¡El tiene paz!
Finalmente, transmite saludos, suponemos, de los creyentes en
Éfeso y pide a Gayo que personalmente salude de su parte y uno a uno
36

a los hermanos de la iglesia ¿Pérgamo? a los que, posiblemente,
conocía por nombre. Así se expresa literalmente “a cada uno por
nombre” (B.Am.).
En nuestras iglesias sigue siendo habitual pero, en algunas (por
ejemplo, en Canarias, en Pto del Rosario, se dedicaba mucho tiempo a
los saludos y eran muy concretos. Nuestro hermano Jaime Stunt solía
decir que, para los hermanos de allí, era muy importante) tiene una
mayor trascendencia.
1. Cara a cara. (1ª Cor.13:12). El himno 700 dice “Y cara a cara le veré”,
y en los cancioneros hay un cántico que dice “cara a cara espero
verle, más allá del cielo azul”. El cristiano/a tiene la certeza de que
verá a Su Señor cara a cara cuando termine su vida aquí.
2. La Paz. Encontramos diversos textos tales como Jn.14:27 dicho por
Jesús a sus discípulos en unos momentos de especial incertidumbre
y temor para ellos. El apóstol Pablo nos habla de lo mismo en Fil.4:6-
7. Allí el verbo “guardar” hace referencia a una guardia militar. Este
pensamiento no es exclusivo del NT; también lo encontramos en el
AT (por ejemplo. Is.26:3).
3. A cada uno por nombre. El Buen Pastor cono ce a todas Sus ovejas y
las “llama por nombre” (Jn.10:3). Es un Dios personal que me
conoce, no sólo por nombre sino cómo soy y lo que acontece en mi
vida. Además, no sólo lo conoce, también lo controla para mi bien
(Lc.12:30 y Sal.31:15).
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CONCLUSIÓN
El título elegido como resumen ha sido “cooperando con la verdad”.
Partiendo de él, vamos a sintetizar lo que hemos considerado sobre esta
epístola.
COOPERAMOS CON LA VERDAD:
Cuando “andamos en la verdad” (un estilo de vida y conducta
diaria).
Cuando “Prospera nuestra alma”.
Cuando “Prestamos un servicio a los hermanos”.
Cuando reconocemos que la iglesia es del Señor, no nuestra y con
esta perspectiva “Nos conducimos fielmente” en todo lo que
hacemos.
Cuando “Imitamos lo bueno” y somos ejemplo para los que nos
tendrán que relevar (generaciones siguientes).
Cuando tenemos “Buen testimonio”, principalmente de los de
afuera (Comp. 1ª Tim.3:7).
Referido a 2ª Jn., cuando defendemos la verdad del evangelio y la
preservamos de los falsos maestros y doctrinas erróneas. La
transmitimos tal como la encontramos en la Escritura porque
somos depositarios y transmisores. La Doctrina no es nuestra, es
de Dios.
38

BIBLIOGRAFÍA
W. MacDonald: “Comentario al Nuevo testamento”
Everett F. Harrison: “El Comentario Bíblico Moody”
Enrique Martorell: “El Griego del Nuevo Testamento”
James Strong: “Concordancia Exhaustiva de la Biblia”
A. T. Robertson: “Comentario al Texto Griego del Nuevo T.”
W. L. Hendricks: “Las Epístolas de Juan”.
William Barclay: “Comentario al NT. Epístolas de Juan y Judas”.
39

INDICE
Pág.
2ª EPÍSTOLA DE JUAN
Introducción 2ª epístola de Juan 2
Trasfondo de la Carta 2
El Propósito de la Carta 4
Análisis de la Carta 4
Saludos Personales (v.1-3) 5
Andando en la Doctrina de Cristo (v.4- 6) 7
Alerta frente a los “Engañadores” (v.7-11) 10
Conclusión y Saludos Personales (v.12-13) 14
Aplicación 16
Lecciones 18
3ª EPÍSTOLA DE JUAN
Introducción 3ª epístola de Juan 19
Autor, fecha y lugar 19
Comparaciones 19
Ministerios en la iglesia primitiva 20
El problema de los predicadores itinerantes 20
El trasfondo de la epístola y sus personajes 20
Algunas preguntas 21
Saludos (v.1-2) 22
El Buen Testimonio de Gayo (v.3-8) 24
Diótrefes y su Reprensible Conducta (v.9-11) 30
El Contraste con Demetrio (v.12) 32
Despedida y Saludos (v.13-15) 35
Conclusión 38
Bibliografía 39
Indice 40
40

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