Un multiprocesador contiene dos o más procesadores que comparten memoria y dispositivos de entrada/salida. Pueden organizarse de forma simétrica, donde cualquier procesador puede acceder a cualquier recurso, o asimétrica con un procesador maestro y satélites. El objetivo es aprovechar el paralelismo para mejorar el rendimiento y la confiabilidad, aunque requiere de un cuidadoso diseño del sistema operativo para coordinar los procesadores.