La arquitectura estuvo fuertemente influenciada por las Exposiciones Universales de París y Londres en la segunda mitad del siglo XIX. Estas exposiciones, que mostraban los avances industriales y tecnológicos de cada nación, requerían la construcción de grandes edificios estructurados para albergar las exhibiciones. La Torre Eiffel, construida para la Exposición Universal de París de 1889, se convirtió en un icono arquitectónico mundial.