El documento describe el espectro de la conducta suicida, que incluye las ideas y deseos suicidas, los intentos suicidas sin resultado de muerte y los suicidios consumados. Explica que toda forma de pensamiento o conducta suicida implica un severo aumento del riesgo de muerte por suicidio de hasta 40 veces la población normal. Los factores de riesgo más relevantes son los antecedentes de conducta suicida y la presencia de una enfermedad psiquiátrica como la depresión o la esquizofrenia.