El documento resume los riesgos de la inyección de aceites minerales para aumentar el atractivo físico. Señala que esta práctica se originó en el siglo XVII y analiza sus consecuencias médicas, incluyendo inflamación, formación de nódulos, úlceras y daño renal. También presenta un caso clínico de una paciente que desarrolló una lesión necrótica profunda después de inyectarse aceite mineral en los glúteos.