La inteligencia artificial (IA) se originó en 1943 y busca simular la inteligencia humana para realizar tareas que requieren aprendizaje y toma de decisiones. Desde su formalización como disciplina en 1956, ha evolucionado con grandes expectativas y ahora se aplica en áreas cotidianas como casas inteligentes, correo electrónico, redes sociales y atención al cliente. La IA utiliza algoritmos para funcionar de manera autónoma, adaptándose a las preferencias y comportamientos humanos.