La pintura romántica surgió a finales del siglo XVIII como reacción al neoclasicismo. Se caracteriza por el culto a los sentimientos, la naturaleza, la imaginación y lo irracional sobre la razón. Los principales temas incluyen la naturaleza, figuras populares y la expresión de emociones humanas a través del color y el claroscuro. Algunos de los artistas más importantes fueron Géricault, Delacroix y Courbet.