Este documento discute la importancia de que los entrenadores de fútbol base tengan una titulación adecuada. Argumenta que la experiencia por sí sola no es suficiente y que es necesaria una formación específica en psicología deportiva y metodología de entrenamiento. También sugiere que los entrenadores más cualificados deberían hacerse cargo de los equipos más jóvenes, donde el aprendizaje y desarrollo de los jugadores es clave.